A TRES MARZOS DE AQUELLAS LLUVIAS: EDDY MARTÍN
DAINERYS MACHADO VENTO Y DANIEL PALACIOS ALMARALES,
estudiantes de Periodismo y Letras.
Una lluviosa tarde de marzo de 2005, Eddy Martín nos acogió en su modesto apartamento del Cerro. Sin mucho protocolo iniciamos la entrevista. Queríamos conocer del hombre que publicaría dos libros en la ya lejana XIV Feria Internacional del Libro de La Habana.
Queríamos, simplemente, conversar con Eddy.
Cuando le preguntamos si se consideraba narrador, periodista, maestro, locutor o escritor, nos respondió con la más sincera de sus sonrisas. Y es que hablar de Eddy no resultaba sencillo aquella tarde, y mucho menos resulta hoy evocarlo.
Fue, desde los micrófonos, cronista de siete juegos olímpicos, once justas multideportivas panamericanas y 43 campeonatos nacionales de béisbol. Un amplio historial que alcanzó su cúspide con el Premio Nacional de Periodismo José Martí en 1998, a la Obra de toda la Vida y cuyo final estará contenido en las narraciones de todos los que, de una forma u otra, fueron sus alumnos.
Al encuentro de aquel día nos llevó la curiosidad sobre su versatilidad periodística, y él, como buen maestro, nos recompensó con una agradable conversación, y la invitación de adentrarnos por un rato en sus amplios y magistralmente organizados archivos personales.
Antonio Eduardo Martin Sánchez, nacido en la provincia de Ciego de Ávila, nos contó sobre su idea de crear una Copa Intercontinental de Béisbol, y pasados tres años de aquella entrevista, que nunca llegó a ser publicada, no nos atrevemos ya a cambiar siquiera una palabra.
“Alrededor de 1970 me puse en contacto con los colombianos que iban a organizar el mundial en Cartagena de Indias para que invitaran al equipo de Italia. No era un conjunto fuerte, pero sería el primer equipo europeo en asistir a un evento organizado por la Federación Internacional de Béisbol Amateur (FIBA).
“Cuando el equipo arriba a Colombia, Aldo Notari, su manager (actual presidente de la Federación Internacional del deporte), me dice que iba a pedir la sede del próximo campeonato mundial. Le expliqué que los directivos de la FIBA solo se movían en el Caribe, porque les costaba mucho enviar un equipo a Europa y le expresé la idea de hacer un evento que se llamara Copa Intercontinental de Béisbol, en el cual se invitara a un país europeo, uno asiático y los cuatro primeros lugares del mundial. Al día siguiente, en reunión de la FIBA, Notari la propuso y me pidió que explicara, alegando su poco dominio del español. El proyecto se votó y fue aprobado doce votos a favor y uno en contra.”
Nos habló de sus primeros pasos en el periodismo...
“Desde los 14 años, por una necesidad de expresión, comencé a escribir para un periódico en Ciego de Ávila, y a hacer radio en un noticiero deportivo, primero como redactor y después como locutor. Estudié dos años periodismo, pero no terminé. A finales de 1948 vine para La Habana y me gradué de locutor en un examen convocado por el Ministerio de Comunicaciones.
“Trabajé en el periódico Hoy, en el semanario Vamos y en la revista Avances. En 1955 creé un noticiero deportivo que llegó a contar con 110 corresponsales. En aquella época las emisoras sólo atendían los torneos que daban dinero y con esos recursos me dediqué a atender las actividades provinciales. Al triunfo de la Revolución comencé a hacer actos oficiales, trabajé en el periódico Revolución, y dirigí la página deportiva de Juventud Rebelde.”
...Nos remontamos a su llegada a la locución deportiva.
“Empecé siempre pensando en inclinarme por el deporte. Fui locutor comercial, antes de 1959, en emisoras que atendían el deporte y allí estuve cerca de los mejores narradores de la época como ‘Felo’ Ramírez, ‘Cuco’ Conde y Rubén Rodríguez. Escuchaba y atendía sus técnicas narrativas, y lo más importante, estaba muy pendiente del más mínimo detalle porque ellos no querían compartir su sabiduría con los jóvenes. Un día me dieron la oportunidad de narrar un evento deportivo, y desde entonces lo alterné con lo comercial.”
¿La salud de la narración y el comentario deportivo cubano?
Eddy Martín veía la salud de la narración y del comentario deportivo cubano “bastante bien; aunque este es un trabajo que requiere estudio constante. Últimamente hay compañeros que han querido crear nuevas formas y estilos —no los critico—, pero hay cosas en esta profesión que no se pueden cambiar.”
Sentía siempre “la inquietud de seguir estudiando. Hace más de treinta años traslado lo aprendido y eso me satisface. No queremos que Cuba se quede sin narradores deportivos y trabajamos para que nuestro relevo sea mejor que nosotros”.
Dos títulos quedaron en su hacer: Béisbol para niñas y niños, con los conocimientos elementales del juego, y Memoria a mis setenta y..., un anecdotario personal. No obstante, quería seguir escribiendo porque “en definitiva, eso es lo que queda para la posteridad”.
Y por mucho tiempo quedará en la memoria de los aficionados al deporte, y del pueblo de Cuba en general, porque ciertamente muchas fueron las páginas que escribió con su trabajo diario.
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