ESTOY MUY AGRADECIDA A LA UNIVERSIDAD
Profesora Consultante de la carrera de Periodismo, la doctora Miriam Rodríguez Betancourt es formadora de cientos de reporteros cubanos, quienes con cariño la llaman, Miriam infinita.
LISETT FEBLES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Miriam Rodríguez Betancourt se autodefine como una persona imperfecta que siente, sufre y es agradecida de la vida. Es inconforme, piensa mucho en su país, le preocupan los problemas que se dan a su alrededor y espera cumplir la parte que le corresponde lo mejor posible.
Fundadora como estudiante de la carrera universitaria de Periodismo en Cuba, es toda una cátedra en la Universidad de La Habana. Más de 30 años dedicados a la docencia, Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna, Islas Canarias, Profesora Titular y Consultante de la Facultad de Comunicación, colaboradora del Instituto Internacional de Periodismo José Martí y Profesora Invitada de varias universidades latinoamericanas, entre otras actividades académicas avalan su obra.
Aguda observadora, certera en sus criterios, cultivadora de un fino humor, campechana y modesta son atributos que delinean su personalidad. Así la dibujan muchos de sus compañeros y sus exalumnos la llaman Miriam infinita, en alusión a los cientos de reporteros cubanos que ha formado.
Sus libros sobre Periodismo constituyen referencia obligada en la Facultad de Comunicación, donde es respetada y querida por todos. Posee la satisfacción de saber que ha contribuido con su trabajo a la formación de generaciones de periodistas y se siente orgullosa de formar parte de la Universidad de La Habana.
Conversar con ella es un privilegio, sus palabras encierran la sabiduría de una consagrada, que después de todos estos años de entrega y dedicación a la Universidad, afirma que aún quiere y puede hacer mucho más.
-Doctora Miriam, ¿cómo ingresa usted a la Universidad de La Habana?
Entro en la Universidad alrededor del año 1964, gracias a una convocatoria que hizo en aquel momento el Partido Unido de la Revolución Socialista, cuando se decidió, después de la Reforma Universitaria y gracias a las propuestas de varios compañeros, entre ellos Mirta Aguirre, que la carrera de Periodismo estuviera en el nivel universitario, porque antes de la Revolución, solo se ofrecía a nivel de técnico medio.
No es hasta 1966 que se formaliza la carrera, antes tuvimos que pasar algunos cursos. Este lapso de 1964 a 1966 es interesante, ahí quedaron realmente los compañeros que estaban interesados, pues como el ingreso demoraba, se nos ofrecieron otras perspectivas y algunos se fueron. Pero ahí permaneció un grupito, que decidió esperar y hacer todo lo que hubiera que hacer, hasta que por fin se organizó el proceso de matrículas del primer curso de Periodismo en el nivel universitario. Así comenzamos.
-Usted tuvo a su cargo las publicaciones de la Escuela de Periodismo, entre ellas el Periódico Despegue, cuénteme de esta etapa.
En esa época un grupo de nosotros quiso crear un periódico, se le llamó Despegue porque surgió precisamente en el contexto de la zafra de los diez millones, donde se preveía un despegue económico del país, el título del mismo fue propuesto y escogido por los propios estudiantes.
Para editarlo contábamos con el apoyo del Partido y de la propia Universidad. Este periódico lo realizaban, lo dirigían y lo distribuían los estudiantes de Periodismo a toda la Universidad de La Habana e, incluso, se enviaba a otras universidades.
Fue un esfuerzo muy bueno y lo recordamos mis compañeros y yo como una etapa de práctica preprofesional muy importante en nuestra carrera.
-Qué actividades desempeñó fundamentalmente después de graduarse.
Al terminar la carrera el grupo de la Universidad hizo sus prácticas de trabajo social en la Isla de la Juventud, entonces Isla de Pinos. Ese fue un trabajo maravilloso, en aquella etapa donde la práctica universitaria realmente vinculaba los estudiantes en muchísimos renglones de desarrollo del país. Después trabajé en Radio Rebelde de reportera, en la dirección central de la radio cubana, estuve un tiempo allí y luego ya comencé como profesora.
-Al hablar sobre su labor docente es visible la satisfacción que se refleja en su rostro, pero, ¿y el periodismo?
El periodismo es lo que yo siempre quise hacer, ha sido y es muy importante en mi vida, al igual que la docencia.
He tratado de hacer el periodismo que he podido, realmente no lo pude hacer en el ejercicio de la profesión, sino mediante colaboraciones, que es una forma de hacer periodismo y mantenerse en él.
Pero esta profesión verdaderamente hay que ejercerla a diario, es muy difícil y no puede practicarse simultáneamente con la docencia, porque ambas demandan mucha entrega, tiempo y exigencia.
Yo soy una profesora de periodismo, que ama mucho el periodismo, que es realmente lo que más me gusta, pero a veces no puedes hacer lo que más te gusta, sino lo que más se necesita y ese fue mi caso. Pero no me siento con ello frustrada, la enseñanza también me ha dado muchos momentos importantes, es muy gratificante, he aprendido mucho impartiendo clases y dedicándome a la enseñanza del Periodismo.
De todas maneras me queda esa duda de si yo hubiera sido una buena periodista, creo que el tiempo que lo ejercí no fui mala, siempre me quedará esa pequeña deuda con el periodismo.
-¿Un buen periodista nace o se hace? ¿Hasta qué punto influye la Universidad en la formación de un buen profesional?
Eso es una vieja discusión, yo no creo que sea absolutamente necesaria la Universidad para que alguien pueda ser periodista. Hay muchos periodistas, y muy buenos, que no han tenido estudios superiores, pero son personas muy conocedoras, que además de su talento han tenido otros estudios o han sido unos verdaderos autodidactas en sus lecturas y en su afán de superación.
De lo que sí estoy convencida es que si hay talento, deseo de superación y voluntad de trabajo, se puede llegar a ser un buen periodista sin estudios universitarios, y si hay talento y estudios universitarios los resultados son mucho mejores.
-¿Cree usted que el periodismo cubano actual goza de buena salud?
Necesita gozar de más salud, creo que tiene logros, pero es un periodismo que necesita renovarse, y buscar la forma mejor de ayudar a nuestro proyecto revolucionario, que no es evidentemente solo a través del elogio.
Lo bueno hay que aplaudirlo, pero hay que alertar sobre lo malo, reflejar la situación para ayudar a que mejore y que el público tenga credibilidad.
El periodismo en Cuba debe ocupar el lugar que le corresponde y hay que tratar que sea de manera rápida, porque este un asunto pendiente y hay que hacerlo ya.
-¿Qué labores fundamentales lleva a cabo la Cátedra Pablo de la Torriente Brau de la Universidad de La Habana y que usted preside?
La Cátedra es un empeño que tenemos los profesores y estudiantes de Periodismo fundamentalmente, para resaltar y dar a conocer la figura y la obra de Pablo y la generación revolucionaria de los años treinta cubanos, donde hay figuras, hechos y pensamientos muy notables, lo que nos parece importante para la formación de los periodistas.
Aún no estoy satisfecha con el trabajo, la Cátedra tiene que ayudar mucho más a que ese proceso se defienda, se estudie, que de él se saquen lecciones, que sea una memoria histórica activa del proceso revolucionario cubano.
-¿Qué significa para usted haber obtenido las medallas Félix Elmuza y Juan Gualberto Gómez que otorga la Unión de Periodistas de Cuba, y la José Tey y Rafael Maria de Mendive de la Educación Superior cubana?
Esos son momentos siempre de alegría, satisfacción, orgullo, y compromiso, aunque muchas veces siento que estoy muy lejos de merecer, por lo que representan y significan. Los recibo y los agradezco, pero realmente no creo que los merezca del todo. Para mí los reconocimientos siempre son puntos de partida, son cosas que me obligan a hacer un mejor trabajo.
-De su obra publicada, ¿cuál es la que más le satisface?
De los pocos libros que hecho, porque yo hubiera deseado y deseo hacer más, me ha satisfecho mucho el libro que hice La Entrevista, que no es la maravilla del mundo, ni mucho menos, pero pude hacerlo y me ha dado gran satisfacción ver que siempre ha sido acogido con alegría y beneplácito de las personas.
Creo que todo lo que hecho me ha dado satisfacción, me ha reportado orgullo desde el más chiquitico hasta el más grande, porque son pasos que he dado. Ahora mismo estoy elaborando un texto sobre géneros periodísticos que pienso terminar y estoy segura que también me va a proporcionar mucha satisfacción.
-¿A lo largo de estos años de ejercicio docente, ha tenido que enfrentar algún momento especialmente difícil?
Desde luego, he tenido momentos gratos y difíciles, estos últimos siempre han sido cuando los estudiantes no se desprenden de mí, cuando siento que no encuentran su propia voz. Cuando siento que los grupos van un poco prescindiendo de las clases, de mí dirección y encuentran ellos sus propias maneras de decir, de hacer, de interpretar las cosas, para mí es un momento muy gratificante. Momentos particularmente dolorosos no he tenido, si yo hago un balance, diría que la suma es satisfactoria, los momentos de alegría han sido mayores, realmente.
-Ha sido seleccionada por la carrera de Periodismo para este libro por el aniversario 280 de la Universidad de La Habana. ¿Qué valor tiene para usted tal reconocimiento?
Agradecimiento. Figúrate, que le reconozcan a uno lo que ha hecho es estimulante, lo agradezco, aunque para mí hay otros compañeros en esta Facultad que también tienen muchos méritos.
-¿Qué es la Universidad de La Habana para Miriam Rodríguez Betancourt?
Estoy muy agradecida a la Universidad de La Habana. Para mí, ella significa lo mismo que para otras generaciones, es el mismo sueño de subir esa escalinata.
Me ha dado muchas cosas en todo sentido: la satisfacción de pertenecer a su claustro, donde hay tantas figuras que yo admiro, la oportunidad de amar esta carrera de profesor, conocer a gente ilustre y entregada, por tanto, yo estoy sumamente retribuida de la Universidad, para mí la es algo muy hermoso.
-¿Ha pensado Miriam Rodríguez Betancourt en el retiro?
He pensado, pero todavía no he tomado una decisión, pero ahí tengo a las personas que le he dicho: cuando veas que tengo peor memoria de la que he tenido siempre, o que me pongo vieja en el sentido de individualismo, de falta de solidaridad, me lo dicen, para entonces ya no pensar, sino actuar.
-¿Cómo ve la Universidad de La Habana al arribar a los 280 años?
Como la he visto siempre, como un centro emblemático de nuestra cultura, como un centro que sigue siendo un lugar de gran prestigio, donde profesores y alumnos dan los mejor de sí cada día, con el mismo orgullo de pertenecer a ella y el mismo espíritu de inconformidad, de trabajo.
La Universidad ha tenido momentos difíciles y ahí está, sigue navegando, sigue venciendo, y sigue siendo esa misma por la cual mucha gente ha luchado y sin dudas van a seguir luchando.
-¿Algo más que decir?
Dar las gracias, me siento muy satisfecha y agradecida, es un orgullo para mí figurar entre tantos profesionales que mucho admiro y reconozco y sé que estarán en el libro. Para mí esto no es más que otro punto de partida.
Sirva esta entrevista, como un justísimo reconocimiento a todos los profesionales que como la Doctora Miriam han dedicado buena parte de su vida a la docencia universitaria y han contribuido con su esmerado trabajo a que la Universidad de La Habana continúe en el sitio de honor que merece y le corresponde en nuestro país.
Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.
Ficha Técnica:
Objetivo central:
Esta entrevista forma parte de una serie encaminada a reconocer la vida y obra de personalidades de la Universidad de La Habana, que se recogerá en un libro-homenaje por el aniversario 280 de la institución. Tiene como objetivo central acercarse a la trayectoria profesional de la Doctora Miriam Rodríguez Betancourt, así como abordar sus años de compromiso, trabajo y entrega a la casa de altos estudios cubana.
Objetivos colaterales:
Como objetivos colaterales está abordar en la conversación asuntos más cercanos a la vida de la profesora y conocer sus criterios acerca de temas estrechamente relacionados con la carrera de Periodismo, en la cual se desempeña dentro de la Universidad de La Habana.
Tipo de entrevista por:
Su forma: Está estructurada de forma clásica, de preguntas y respuestas fundamentalmente.
Su contenido: Es una entrevista de personalidad o biográfica.
Canal por el que se obtuvo: Conversación cara a cara. Directamente.
Tipo de título: De cita textual.
Tipo de entrada: Biográfica o de Retrato
Tipo de cuerpo: Preguntas y respuestas.
Tipo de conclusión: Comentario del entrevistador.
Fuentes consultadas: Internet, diálogos con personas allegadas a la entrevistada, libros y documentos.
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