PALABRA VIVA ENTRE NOSOTROS
Orlando Castellanos, pasión por el micrófono de la voz más universal de la radio cubana.
YAINIER SÁNCHEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
De formación autodidacta, principió en una emisora de su oriunda ciudad cuando apenas contaba ocho años. Tiempo después era todo un profesional del medio. Ese afán no dejaba espacio para continuar estudios superiores, pero no importó. Orlando Castellanos Molina hizo suya la frase de que la práctica es la madre del conocimiento, y desde su infancia aprendió y mejoró la calidad del trabajo que con tanta pasión realizó, lo mismo en una emisora local que nacional, en Cuba o en el extranjero.
“Un fulano que quiere vivir y ha vivido alegremente toda la vida, porque la felicidad es haber vivido rodeado del cariño, la amistad y la simpatía de la gente”, así se define Orlando Castellanos, cuya profesión fue la locución desde niño y su especialidad: la entrevista.
Nació en Ciego de Ávila el 24 de diciembre de 1930, allí hizo radio por primera vez a los nueve años, porque su padre “tenía una visión muy grande de lo que era la radiodifusión y la radio comercial de la época y le compró una planta de radio a su nené como el que le compra a su hijo un tren eléctrico”. Así, poco a poco, le fue entrando el bichito de la radio.
Se inició como entrevistador en 1959 y, sin saberlo, se adentró en aquel mundo que como el mismo dijo, “no conozco porque es siempre nuevo”. Bastaron pocos años para que dominara el oficio que le permitió hacerse amigo de sus entrevistados.
Quienes lo conocieron afirman que era un lector empedernido, el mejor regalo que se le podía hacer era un libro; dominaba todos los temas, poseía vasta cultura a pesar de solo haber obtenido el bachillerato y un título de locución de la época. Su esposa, Virgen Gutiérrez, ha dedicado los últimos diez años a recapitular y hacer realidad los sueños de Castellanos: “El Orlando que yo conocí no es ajeno al que conocieron sus amigos, era una persona muy abierta, con un amor increíble a la vida, apasionado en su trabajo, un ser humano, sobre todo, muy fraternal.
“Jocoso y jaranero, tenía el don de ganarse a los entrevistados y de ello se sentía orgulloso, nunca se envaneció de lo que era y de lo que significaba”.
Ignacio Canel, amigo de Castellanos durante años y junto a él fundador de Radio Habana Cuba, evocó: “Era alegre y muy conversador, hacía las entrevistas de forma peculiar, mediante una conversación extremadamente familiar, de tal forma que cuando concluía se hermanaba con sus entrevistados, aunque nunca se hubieran conocido.
“Entrevistaba lo mismo a un obrero, un intelectual que a un campesino, lograba de ellos lo mejor y daba a conocer su punto humano desconocido”.
Entrevistador por excelencia, el mejor del siglo XX en Latinoamérica, fue un maestro del periodismo y de periodistas. “En la radio he hecho de todo, yo hasta he barrido la planta, he sacudido los controles, he pulido los micrófonos, he sido operador-locutor simultáneamente (…)”, explicó Castellanos en una entrevista concedida a Rafael Alcides.
Este hombre paradigmático de la radio cubana fue director de emisora, de programación, director de Radio Taíno y fundó Radio Habana Cuba: “Tuve el orgullo y la suerte de haber sido la voz que lee las palabras inaugurales de Radio Habana Cuba, en la Plaza de la Revolución durante el desfile el primero de Mayo de 1961”.
Creó y realizó Formalmente Informal, espacio que le dio renombre internacional, pues conquistó más de 20 millones de radioescuchas por todo el mundo, según encuesta realizada esos momentos por la emisora. El título se aceptó de tal manera que fue uno de los programas más difundidos que ha tenido la radio cubana.
En entrevista realizada por Rodolfo Mignini, puntualizó: “Formalmente Informal fue un sueño de muchos años que venía arrastrando desde Ciego de Ávila y que solo pude realizarlo exactamente en 1971, en Radio Habana Cuba (…), presenté el proyecto que sintetizaba ese viejo sueño de algo que fuera diferente cada día, que no se pareciera a nada, (…) que fuera totalmente informal pero con cierta formalidad, yo no quería amarrarme a un cartabón, que no me aburriera hacer siempre lo mismo (…)”.
-¿Virgen, cómo se vinculaba Castellanos con el programa, cuánto tenía de él?
El programa tenía que ver mucho con la personalidad de Orlando, era un hombre inquieto, odiaba la rutina, le gustaba variar, crear, y Formalmente Informal le daba esa posibilidad.
Periodista de nombre y éxito, atesoró más de 5 mil entrevistas, realizadas a casi todas las personalidades más importantes de la literatura y las artes de estos tiempos, así como a los humildes e interesantes personajes que encontró en su andar por la vida, que supo disfrutar hasta el último minuto.
Entrevistó a figuras de la talla de García Márquez, Carpentier, Dulce María Loynaz, Julio Cortázar, Nicolás Guillén, Bola de Nieve, René Portocarrero, Carilda Oliver Labra, Alicia Alonso, Roberto Fernández Retamar y muchos más, que han llegado para inscribirse junto a él en la historia de la cultura latinoamericana.
No obstante, durante su carrera periodística y después de reunir tantas vivencias, confesó que su mayor anhelo era una conversación con el poeta Lezama Lima y la catalogó su entrevista perdida.
Castellanos, en el empeño porque su obra no quedara en las palabras, publicó varios libros, para extender su inmenso caudal de ideas y pensamientos a las generaciones venideras, el extenso material publicado atesora una fragua de vivencias y anécdotas de los entrevistados. Constituyen obra imperecedera.
Es génesis de uno de los grandes ejemplos de cómo hacer radio de verdad. “Que la gente piense que soy como yo creo que soy”, así decía este hombre que vivía para su profesión y satisfecho siempre del trabajo realizado.
“Su mayor felicidad era poner la cabeza sobre la almohada y saber que había hecho algo bueno”, asevera Virgen y subraya: “Lo defino como un excelente comunicador, mediante la palabra oral y escrita, tenía la facultad de improvisar. Una conversación con Orlando era que el tiempo se fuera sin darte cuenta, era un hombre proverbial”.
Sus programas tenían una veracidad de aceptación en el mundo entero y lo pudo comprobar en los disímiles viajes al exterior, experiencias inolvidables lo perseguían, como la de entrevistar a un matrimonio mexicano que se enamoró con la música del programa, o a la anciana en Nicaragua que le dijo: “Hijo, yo lo escucho todas las noches, déle un beso a Fidel”; reconocido por la voz en todos los continentes.
Lo vivido no contribuyó a su envanecimiento personal, al contrario, sentía el enorme compromiso de saber que lo estaban oyendo. Pero no solo le ponía amor a la radio, sus relaciones familiares eran magníficas, adoraba a sus siete hijos y esa relación de padre-hijo la aunó con el trabajo,
“Resulta que uno de sus niños le pregunta qué cosa era una entrevista, y Orlando hizo un trabajo precioso con su pequeño haciéndole una, esto se emitió por radio el Día de la Infancia y Castellanos recibió muchas felicitaciones”, destacó Virgen.
Excelente locutor, en él no moría su pasión por la radio. Durante su larga carrera como periodista fue reconocido con más de 60 premios en concursos nacionales y condecorado similar número de veces. Nominado al Premio Príncipe de Asturias en 1995, ese mismo año recibió su reconocimiento mayor: el Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de toda la vida. Al año siguiente, la Medalla Alejo Carpentier que otorga el Consejo de Estado.
“(…) estas dos son las que considero más importantes, al menos las que me hacen no solamente sentirme feliz sino que me obligan a más, si voy a seguir como estoy siendo, me obligan a tener más cuidado, a ser mejor en lo que hago (…).
“Así que para mí representan mi más valioso galardón dentro de la esfera periodística. Me siento muy reconocido, muy satisfecho y con ese orgullo que uno debe sentir, cuando recibe un reconocimiento de esta categoría. Esto te permite ver que no ha sido en vano el trabajo realizado durante años, difundido por tantas partes del mundo (…)”, comentó Castellanos a Franco Carbón, tiempo después de recibir los galardones.
“Para él fue un reconocimiento que lo llenaba de felicidad, porque lo mismo lo felicitaba García Márquez que el bodeguero de la esquina, se sentía más identificado con sus amigos, esa fue su mayor satisfacción”, recordó Virgen, con los ojos empañados por las lágrimas.
Hombre de cualidades excepcionales, su calidad humana lo condujo a sentar cátedra dentro del género y en el periodismo cultural. La vida no le dio tiempo de ver realizado su empeño divulgativo, todavía estando muy enfermo no abandonó su trabajo, y programas como Conversaciones los domingos, que tenía un formato similar a Formalmente Informal, lo realizaba en el propio lecho.
El 19 de enero de 1998 falleció en La Habana. Su esposa Virgen asumió la labor divulgativa de las creaciones de Castellanos, y desde entonces ha sido la albacea de su obra.
Su recuerdo se halla presente en quienes lo conocieron, en los estudios de Radio Habana Cuba y en cada persona que llega a los micrófonos. El tesón y la virtud de Castellanos está en los periodistas que cada día se sienten comprometidos aún más con su profesión y hacen de su labor felicidad para todos.
“Lo recordamos siempre con mucho cariño”, dice Canel, y termina: “Su deceso fue un severo golpe para Radio Habana Cuba, su trabajo tiene su estilo, su huella y su excepcionalidad; sus obras constituyen un patrimonio de la radio universal”.
(Agradezco también para la realización de este trabajo la colaboración de Abelardo Pérez Bardají, del Departamento de Documentación de Radio Habana Cuba, y a Lorenzo Izquierdo, realizador de sonido de la emisora)
Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
FICHA TÉCNICA:
Objetivo Central: Dar a conocer la trayectoria periodística de Orlando Castellanos Molina.
Objetivos colaterales: Conocer cómo se inició en la radio. Cuáles fueron sus obras fundamentales. La opinión de sus amigos más allegados. Buscar testimonios sobre su personalidad. Satisfacciones que le dio su trabajo.
Tipo de entrevista:
Por los participantes: colectiva
Por su forma: de citas
Por su contenido: de retrato
Por el canal que se obtuvo: encuentro directo y vía documental.
Tipo de título: llamativo
Tipo de entrada: evocativa o retrospectiva
Tipo de cuerpo: de citas
Tipo de conclusión: de opinión o comentario del entrevistador
Fuentes consultadas:
Virgen Gutiérrez, viuda de Orlando Castellanos.
Ignacio Canel, compañero de trabajo.
Abelardo Pérez Bardají, del Departamento de Documentación de Radio Habana Cuba.
Lorenzo Izquierdo, realizador de sonido de la emisora.
Tipo de fuentes: no documental.
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