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Isla al Sur

EXPLICAR EL MUNDO

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Tema III: Período de Periodismo Interpretativo. Características y funciones. Evolución.

LINET HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ,
ALINE MARIE RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ,
LIANET HERNÁNDEZ RODRÍGEZ,
CLAUDIA TURCAS GONZÁLEZ,
estudiantes de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con la aparición de la radio y la televisión ocurre un vuelco impresionante en la transmisión de la información. En cierta medida, y por la inmediatez de los nuevos medios, el periódico perdió la jerarquía noticiosa que poseía de antaño.

El público recibía, con asombrosa prontitud, toda la carga informativa del acontecimiento ocurrido. Las respuestas clásicas del lead, ofrecidas por los periódicos, eran ahora superadas por los llamativos audiovisuales. Quedaba entonces, a la prensa escrita, el cómo, por qué y para qué de los sucesos.

El periodista Manuel Leguineche advertía, en 1992, en el diario español El País, que “los de la galaxia Gutenberg debemos aprender en estos tiempos a ajustar el tiro, porque la televisión en directo lo ha trastocado todo. ¿Para qué repetir lo que se ha dicho en la CNN? Cada vez pasan más siglos entre la transmisión de la CNN y tu artículo en el periódico y no digamos en la revista. Hay que decir adiós a la narración escenográfica de los hechos y escudriñar allí donde los objetivos de la televisión no llegan, descubrir antecedentes y consecuentes, atmósferas, ambientes, secretos” (Leguineche, citado en Calzadilla: 2007, 2).

Sobre los orígenes del periodismo interpretativo, el profesor José Luis Martínez Albertos asegura: “El periodismo de explicación, o también periodismo interpretativo o periodismo en profundidad, surge a escala mundial en los años posteriores a la II Guerra Mundial y se mantiene vigente en la actualidad, en sus líneas generales. Surge como consecuencia de la evolución interna del periodismo informativo, que tiene su gran momento en el período comprendido entre ambas guerras mundiales, y como una necesidad competitiva de la prensa escrita frente al periodismo radiofónico y televisivo” (Martínez Albertos: s/f, 1).

Nace así el periodismo interpretativo, como un puente entre el periodismo informativo y el de opinión. Su propósito es analizar, explicar y profundizar en el hecho, además de fomentar un criterio individual en cada lector.

Abraham Santibáñez comenta al respecto: “Interpretar, desde el punto de vista periodístico, consiste en buscar el sentido a los hechos noticiosos que llegan en forma aislada. Situarlos en un contexto, darles un sentido y entregárselo al lector no especializado. Por exigencia profesional, además, esta interpretación debe tratar de prescindir de opiniones personales, debe basarse en hechos concretos y opiniones responsables y que sean pertinentes y debe ser presentada en forma amena y atractiva” (Santibáñez, citado en Müller: s/f, 2).

Este mismo autor plantea, como función básica de dicho periodismo, la necesidad de brindar un servicio al hombre ocupado, urgido de una disquisición oportuna del acontecimiento: “La complejidad del lenguaje especializado hace todavía más importante esta función de traductor de los informes que surgen de todos los ámbitos de la noticia” (Santibáñez: 2004, 2).

Sobre la misión particular de los profesionales de la prensa, la profesora española Concha Fagoaga, plantea: “Los periodistas no sólo reproducen lo que ven y oyen, ejercen también una investigación sobre lo acontecido porque los hechos no se producen descontextualizados de una situación económica, social y política concreta. Los hechos no surgen aislados de una realidad más amplia, se insertan en ella...” (Fagoaga, citado en Müller: s/f, 1).

Sentadas estas bases, cabe señalar la amplia responsabilidad del periodista en todo el desempeño interpretativo. Su cometido será penetrar en el lector y buscar la formación de una opinión, pero nunca de manipular sus emociones o imponer puntos de vista.

Son varias las versiones sobre la génesis de este periodismo. Para algunos vio la luz en los diarios, a mediados del siglo XIX. Mientras, para otros fueron las revistas las encargadas de dar a conocer sus primeras muestras, que luego tomaron definitivamente su perfil en las páginas de los periódicos.

A este tema se refiere el investigador Juan Gargurevich cuando asegura que “no existen inventos en el periodismo: su forma actual es producto de un desarrollo (…), muy dinámico y de persistente exploración” (Gargurevich: 1989, 154).    

Hito del nuevo periodismo: la revista Time

Convencidos de que el público estaba pobremente informado, en los años veinte de la pasada centuria, Henry Luce y Briton Hadden proyectaron la creación de una revista que diera respuesta a tal déficit informativo.  Así nació, en 1923, la revista que originalmente se llamó Facts y que luego adoptó el nombre definitivo de Time, una publicación que revolucionaría el periodismo realizado hasta la fecha. Los fundadores no se proponían hacer llegar una gran cantidad de información, sino que esta incidiera en la mente de los lectores. 

El nacimiento del semanario Time está signado por un momento histórico especial, en el contexto periodístico de la época. Era abundante el caudal informativo que recibían los receptores, a través de los diferentes medios de comunicación, como la prensa escrita, la radio y la televisión.

Ello motivaba la necesidad urgente de buscar nuevas vías alternativas, para atrapar la atención de los posibles destinatarios. El fin era organizar, interpretar, argumentar, motivar la reflexión y dar una nueva imagen de la noticia, junto a sus posibles consecuencias. Ese era el propósito de los jóvenes estudiantes de la Universidad de Yale, Luce y Hadden.    

Como respuesta a esta realidad, surgió la llamada Fórmula Time. Se trataba de brindar un servicio eficaz al lector que, agobiado por las responsabilidades de la vida moderna, disponía de poco tiempo para informarse. De ahí que la publicación se encargaría de recepcionar todas las noticias sobre un hecho, estudiarlas, decantarlas y entregar un producto final de más alto nivel conceptual.

En palabras de Abraham Santibáñez, se trataba de “una serie de innovaciones que, en su conjunto, parecen obvias, pero que hace medio siglo no lo eran tanto” (Santibáñez: s/f, 5). 

“Era una revista de escritorio –comenta Gargurevich–, basada en excelentes y memoriosos redactores de alto nivel que premunidos de un archivo cada vez más amplio, tomaban las noticias de los diarios y buscaban su historia para luego especular sobre lo que ocasionaría ese hecho. Es lo que se conoce hoy como la Fórmula Time” (Gargurevich: 1989, 155).                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

En opinión de los especialistas, la Fórmula Time incluye cuatro requisitos elementales. El primero es la clarificación, el rescate de aquella parte de la información primaria que puede haberse perdido o de antecedentes que no han sido revelados. La perspectiva es el segundo de esos elementos, es decir, ubicar en tiempo el acontecimiento y analizarlo en un determinado contexto. Luego se señalan la significación y las consecuencias del hecho en sí mismo. Para enriquecer su trabajo, el periodista puede utilizar fuentes documentales y proporcionar a los lectores ciertos juicios valorativos.

“También crearon un estilo de redacción característico. Luce decía que todas las noticias tenían que ser excitantes, épicas o puros datos. Hadden se inspiraba en La Ilíada, de la que había sacado cientos de palabras que utilizaba en la redacción de las noticias. A partir de 1927 Time empieza a utilizar un borde en la portada que, junto con su manchón, se convierte en la imagen de marca de la revista” (Castellví: 1998, 1).

“En resumen, este estilo de periodismo puede caracterizarse por una presentación ordenada, en secciones; por un estilo de redacción al servicio, justamente, de la interpretación, y por una selección de las noticias”, asegura el periodista Santibáñez” (Santibáñez: s/f, 7).

Durante la Segunda Guerra Mundial, y en la convulsa década de los años 50 del siglo XX, Time se convirtió en uno de los más poderosos medios de comunicación, lo cual dio origen al modo de pensar de la clase media norteamericana. A ello se refiere Robert Hutchins, rector de la Universidad de Chicago, cuando asegura que “este semanario ha contribuido a moldear el carácter americano más que todo el sistema educativo junto” (Castellví: 1998, 2).
Con el devenir del tiempo, la influencia de Time se hizo notar. En Estados Unidos, en 1936 surgía Life. Sobre el tema, Santibáñez escribió: “…el rápido éxito de Time no fue universalmente bien recibido. Muchos críticos han apuntado desdeñosamente que Life (la revista hermana de Time) estaba hecha para la gente que no sabía leer. Y que Time era para quienes no sabían pensar” (Santibáñez: s/f, 4).

Más allá de las fronteras de Estados Unidos, esta revista marcó pautas en todo el planeta. En Europa, por ejemplo, surgieron publicaciones como las revistas Cambio 16 (España), NIN (en la ex Yugoslavia) y  Paris-Match (Francia). 

Hasta América Latina también llegó la impronta de Time. En Chile, aparecieron las revistas Ercilla, Qué pasa y Hoy, junto al diario El Mercurio; en Argentina, surgió Primera Plana, y en Brasil, se publicó O´Cruzeiro Internacional. Mientras que en Cuba, los precursores del periodismo interpretativo fueron el diario El Mundo y la revista Bohemia.         

Es innegable el significado histórico que, en el ámbito del periodismo del siglo XX, tuvo el semanario Time. Con independencia del alcance y trascendencia de su propuesta, es evidente que la publicación marcó un hito en el ejercicio periodístico de una época signada por grandes trasformaciones socio-políticas.

Mediante las páginas de Time, el periodismo escaló un nuevo peldaño. Sus textos no solo ofrecían una información simple del acontecimiento, sino que lo analizaban en una dimensión más profunda. Se pudiera estar o no de acuerdo con sus conclusiones, pero indudablemente su propuesta significó un audaz enriquecimiento del discurso periodístico. 

Desafíos de la Comisión Hutchins

Durante los convulsos años de la II Guerra Mundial, en 1942 y por solicitud de Henry Luce, Robert Hutchins creó una comisión para el análisis de la libertad de prensa, que en el futuro se conocería por su apellido. Su financiamiento provenía de la revista Time (200.000 USD) y la Enciclopedia Británica (15.000 USD).

En palabras de Hutchins, esta Comisión “se centró en el rol que las agencias de comunicación masiva juegan en la educación de la gente en relación con hechos del ámbito público” (Hutchins: 1947, 1).

Integrada por 13 miembros, en su mayoría académicos, presentó su primer informe, titulado A free a responsible press, en marzo de 1947. En ese documento quedaba evidenciada la situación actual de todos los medios de difusión, además de presentar una serie de cánones por los que se debía regir la prensa de la época.   

La Comisión Hutchins propuso una nueva agenda para los medios informativos, al determinar los cinco deberes principales de la prensa, que eran:

1.-Una entrega verdadera, amplia e inteligente de los hechos del día en un contexto que les brinde sentido.

2.-Un foro para el intercambio de comentarios y crítica.

3.-Presentación de un cuadro representativo de los grupos que constituyen a la sociedad.

4.-Presentación y clarificación de las metas y valores de la sociedad.

5.-Completo acceso a la “inteligencia diaria”. (Hutchins: 1947, 14-18).

En el citado informe, asimismo, se señalaban algunas obligaciones de la prensa. Entre ellas estaban “servir al sistema político generando información y promoviendo el debate sobre asuntos públicos”, “instruir al público y así favorecer la toma de decisiones que involucran a la comunidad” y “salvaguardar los derechos de los individuos y vigilar cualquier abuso del poder”. (Bernal Trujillo: s/f, 6).

Es evidente que las conclusiones de la Comisión Hutchins  respondían a su carácter clasista. Indudablemente, es necesario reconocer que, con independencia de tales intereses, sus apreciaciones fueron un primer intento por analizar el papel que desempeñaban los medios de difusión en el contexto de la sociedad.

Años después, en la década del 80 del siglo XX, el tema suscitó nuevas aproximaciones. La UNESCO presentó el informe de la Comisión Internacional sobre Comunicación, llamada Comisión McBride, que relacionaba los deberes de los profesionales de la prensa y señalaba los compromisos éticos de los medios de comunicación.

Bibliografía:

Bernal Trujillo, Rocío Alma: El futuro del periodismo será. En: http://www.cddiputados.gob.mx/POLEMEX/DGCS/conferencias/foroperiodismo/Toluca/8.html. Consultado: 14.03.2009.
Calzadilla Rodríguez, Iraida: Interpretar los sabores y olores de la vida misma. En: http://islalsur.blogia.com/2007/092504-interpretar-los-sabores-y-olores-de-la-vida-misma.php. Consultado: 10.03.2009.
Castellví, Miguel: Time: setenta y cinco años de hechos y estilo. En: http://www.aceprensa.com/articulos/1998/mar/18/time-setenta-y-cinco-a-os-de-hechos-y-estilo/. Consultado: 10.03.2009.
Faundes M., Juan Jorge: Manual de Periodismo Interpretativo. En: http://manualper-interpretativo.blogspot.com/2007_10_01_archive.html. Consultado: 9.03.2009. 
Gargurevich, Juan: Géneros periodísticos. Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, Cuba, 1989.
González Consuegra, Osmaira: La interpretación: mirada contemporánea a los géneros. En: http://www.latecla.cu/bd/dentro/interpretacion_osmaira.htm. Consultado: 9.03.2009.
Hidalgo, Oscar: La constitución borgiana (del periodismo también). En: http://www.ciudadseva.com. Consultado: 9.03.2009.
Hutchins, Robert: Una prensa libre y responsable. 1947. [documento digital].
Martínez Albertos, José Luis: Artículo sobre periodismo interpretativo. En: http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=9950&cat=medioinfomacion. Consultado: 14.03.2009
Müller González, John: Periodismo interpretativo: precisiones sobre un género. [documento digital].
Santibáñez, Abraham: La interpretación como clave periodística. En: http://fcom.altavoz.net/prontus_fcom/site/artic/20041215/pags20041215222907.html. Consultado: 9.03.2009.
Santibáñez, Abraham: Periodismo interpretativo a la sombra de Henry Luce. Desde Time hasta hoy. [documento digital].
Santibáñez, Abraham: Periodismo interpretativo y nuevo periodismo. ¿Una cuestión de estilo? [documento digital].

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