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PERIODISMO INFORMATIVO: DE UN PASADO A UN PRESENTE

PERIODISMO INFORMATIVO: DE UN PASADO A UN PRESENTE

Tema II: Período de Periodismo Informativo. Características y funciones. Evolución.

MARÍA DEL CARMEN PÉREZ DÍAZ,
CARLA COLOMÉ SANTIAGO,
LÁZARO MANUEL ALONSO CASTRO,
ELIZABETH PÉREZ PÉREZ Y
HOA LI HONG,
estudiantes de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
 
El más remoto antecesor del llamado periodismo informativo la historia recoge que se halla en la Roma Imperial, con las publicaciones de notas en el Acta Diurna y el Acta Pública, las cuales eran de carácter oficial.

Siglos después, en el imperio chino Tsa Pao, el empleo de esta forma objetiva de exponer la realidad ganó el apoyo de quienes practicaban el oficio.

Durante la Edad Media, la música fue el soporte escogido para difundir ese nuevo tipo de relato. Trovadores de toda Europa reflejaban en sus creaciones la actualidad de su región, aunque era poco fidedigna la información que se brindaba.

A finales de los siglos XV y XVI surgen las Hojas Volantes –o revotaciones en latín- con el propósito de narrar acontecimientos importantes, las cuales se vendían en mercados o ferias. Hacia el 1500 se constituirán cuadernillos de hasta 16 hojas y en 1541 se imprime en México una relación del terremoto de Guatemala. Esto corresponde a lo que hoy conocemos como periodismo informativo. 

Es válido señalar que en esos tiempos hubo un apego a la ciencia con la invención de la imprenta, lo que trajo como consecuencia un aumento del interés por plasmar documentos para que la sociedad conociera los hechos acaecidos.

La información, además, ha jugado un papel incomparable en los tiempos de guerra, por las repercusiones políticas y las derivaciones históricas que estas tienen. Así, ante la necesidad de comunicarse en tales situaciones, la información comenzó a tomar el papel de arma de combate.

Según Treserras, estudioso de la materia, el periodismo es “la historia de una actividad especializada en la transmisión de informaciones y opiniones a un colectivo determinado y de las modalidades discursivas que, en cada circunstancia, esa actividad especializada es desarrollada por el periodista de manera personalizada. Es la historia de las maneras de obtener, manipular y difundir informaciones, ideas, de ejercer influencias sobre la opinión gracias a unos medios de comunicación y a unas formas expresivas más o menos codificadas y más o menos sofisticadas”.

Pero el  planteamiento de Treserras cambia, ya que en el siglo XX surge el género de interpretación y se empieza a transmitir algo más que información y opinión. La audiencia va desarrollándose al paso del tiempo, teniendo un peso específico dentro del periodismo. Las modalidades informativas van a mantener un debate entre prensa y política. Se va a conocer, poco a poco, el perfil del periodista y surgirá una lucha contra la censura.

Lo anteriormente expuesto no significa que la información haya perdido validez. Bajo el principio de que es un derecho de todo ciudadano, sigue teniendo la misma importancia de antes y ocupa un lugar esencial en  las páginas de nuestros periódicos.

Un paso a la objetividad 

Entre los años 1870 y 1914, se perfiló esta nueva forma de construcción de la realidad, cuyos rasgos característicos son la objetividad, la concisión, la claridad y la jerarquización o la estructura del texto en pirámide invertida, es decir, de mayor a menor importancia los datos, establecida por la norteamericana del periodismo informativo. Además, el estilo informativo se distingue por un lenguaje claro y sin rebuscamientos, que en oraciones cortas y largas relata hechos de interés para un público.

El ejemplo más clásico es la nota enviada por el corresponsal Lawrence A. Gobright, de la Associated Press (AP), al reportar el asesinato del presidente norteamericano Lincoln. En ella consolidó el lead periodístico: Washington, viernes, abril 14 de 1865.- El presidente fue baleado en un teatro esta noche y se cree que está mortalmente herido.

Como apunta la profesora Iraida Calzadilla: “Con 22 palabras, y sin intenciones de pasar a la historia como un clásico, pero sí de ‘dar el palo’, el corresponsal Laurence A. Gobright de la Associated Press (AP) definitivamente consolidó el lead periodístico en 1865, pues si bien a él se le atribuye el hallazgo, lo cierto es que esa estructura escueta ya se aplicaba, sobre todo en las agencias. De lo que sí Gobright estaba consciente era de la economía de palabras a la que debía ajustarse, por el alto costo de cada una de ellas al transmitirse, y en esas apenas dos decenas de vocablos respondía a las interrogantes clave de un hecho noticioso expuesto de forma dinámica y simple en el encabezamiento de la información”.

La acentuación de este tipo de periodismo se perfiló primero en Inglaterra y después, con mayor vigor, en los Estados Unidos. La aparición de las primeras noticias de enviados especiales se debe a Russel Stanley y a los de reporteros de guerra, denominados Corresponsales de Prensa. Eran tiempos en que el envío de informaciones se medía en términos económicos, pues una transmisión por telégrafo era muy costosa.

Una gran cantidad de nombres anglosajones, a este y al otro lado del Atlántico, son los protagonistas más importantes del ciclo: Walter, Northcliffe, Beaverbrook, Bennet, Pulitzer, Hearst... y los periódicos The Times, Daily Mail, Daily Express, New York Fournal, New York Herald, New York Tribune, The Sun…

En el viejo continente, la ideología de los partidos que participaban en la Primera Guerra Mundial mantuvo el viejo ejercicio de la opinión hasta el año 1920, cuando los órganos de información se impusieron en todo el mundo. Esto se debió a la ininterrumpida tecnificación de la industria periodística del momento, la cual provocó la imposición de los hombres de empresa -entiéndase por los individuos más prácticos- sobre los hombres de ideas.

Este revuelo en la concepción del nuevo estilo generó una mayor difusión de la prensa con grandes tiradas y un incremento en el número de ingresos debido a la publicidad. De igual forma se redujo el sistema de las ediciones y, por consiguiente, las salidas de los periódicos se hicieron más sucesivas. En el periodo 1920-1950, según datos, toda la gran prensa mundial podía considerarse incluida dentro del periodismo informativo.

En Estados Unidos, por ejemplo, existió el fenómeno del periódico All Day -llevado a cabo por Nuevo Diario y El Alcázar, en Madrid- que consistió en lanzar continuas ediciones desde la mañana hasta la noche. “Esta gran industria de la información siguió adelante su marcha, concentrando más y más poder por la fusión de periódicos y la creación de las grandes cadenas informativas”, refiere José Luis Martínez Albertos.

A partir de los años 50, la evolución del campo informativo ha generado dos importantes modalidades dentro de esta tipología. Por un lado se delimita, cada vez más, la llamada prensa popular, mientras que por otra parte surge impetuosamente el periodismo  de explicación.

Los periódicos sensacionalistas son los predominantes en el primer acápite, al tiempo que los calificados como eminentemente informativos y supervivientes de la prensa de opinión, constituyen los que integran el periodismo de explicación, interpretación o de profundidad.

En nuestros días, el periodismo estrictamente informativo se encuentra en las noticias, entrevistas, reportajes de información y la documentación.

Algunos especialistas en el tema consideran como el verdadero periodismo informativo al que se hace en radio y televisión, pues estos medios, por la inmediatez y la difusión de la “noticia pura”, son más consumidos en comparación con la prensa plana. Esto también tiene sus detractores, pues en ocasiones, para triunfar en la competencia de quién da primero ‘el palo’, la noticia, no realizan una selección y valoración adecuadas de las que realmente puedan resultar de interés para el público.

Por otro lado, a pesar de encontrarse el estilo informativo en auge, algunos destacados en el mundo de las letras como Cecil H. King, magnate británico de la prensa popular, critican esta tendencia puramente informativa, que según él pervive para mal en muchas zonas de EE.UU: «Los periódicos norteamericanos -expresó- se componen de hectáreas de vana verborrea, kilómetros cúbicos de reportajes reiterados, encabezamientos, y titulares increíbles, una inexistente contención y extravagante material fotográfico».

No por objetiva deja de ser criticada

Muchos son los que critican al periodismo informativo. Por un lado, están quienes señalan que la ausencia de objetividad no es imputable a los periodistas o a los propios medios de comunicación. Por otra parte, también se considera la falta de esta cualidad, no tanto como causa del modelo en general del sistema informativo, sino de la producción específica de la noticia, y en la actividad de los periodistas.

Kline, teórico del tema, es especialmente relevante en su estudio: "La tradición periodística de cada país parece poseer su propia versión de una imparcialidad que sostiene el ámbito de la expresión de las noticias y de la expresividad de sus reportajes."

En la propia industria de la información se sigue manteniendo la ideología tradicional, según la cual existe una fuente de la noticia, que es un dato de la realidad independiente; después la información, que está al servicio fiel de la realidad objetiva, transforma los hechos, a los que accedió a través de la fuente, en mensajes y los distribuye a los destinatarios.

En este mismo sentido, muchos propugnan un nuevo modelo de información que gire en torno a la interpretación, entendiéndose por esta la capacidad de distinguir entre los hechos relevantes desde el punto de vista de la ideología de la noticia y de su desarrollo.

No obstante, como estudiantes de Periodismo, ya superamos el término de la objetividad periodística y hablamos de honestidad profesional porque consideramos que la información tiene tanto de objetiva, por la claridad de la exposición y la remisión a las fuentes, como de subjetiva, por la visión de quien la construye. Además, muchas veces el periodismo informativo es subvalorado, con lo cual no coincidimos, pues este constituye el cimiento de los demás géneros.

Bibliografía:

Álvarez Ruiz, M: La prensa norteamericana, «Revista española de documentación, 2, Madrid, 1965.

Calzadilla Rodríguez, Iraida: La Nota. Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2005.

Dovifat, Emile: Periodismo. México, 1959.

Edo, Concha: Periodismo informativo e interpretativo. Universidad Complutense, Madrid, 2003. (Archivo Personal).

Martínez Albertos, José Luis: Apuntes de clase de Redacción periodística. Los géneros periodísticos, Pamplona, 1962.

 

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