LAS GOTAS SÍ LLENAN EL VASO
El incremento de la cifra de mujeres dipsómanas en Cuba comienza a ser un tema preocupante.
LÁZARO MANUEL ALONSO CASTRO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
El consumo habitual de alcohol es considerado por la sociedad como una conducta propia de los hombres. Sin embargo, en Cuba, una de cuatro personas que acuden a consultas de alcoholismo por ser adictas a esa droga, pertenece al sexo femenino, revelaron investigaciones realizadas por la agencia de noticias IPS.
La doctora Marianela Heredia Leyva, especialista de Primer Grado en Psiquiatría, considera al alcoholismo o dipsomanía como “un padecimiento crónico producido por el consumo ilimitado. Su diagnóstico se emite cuando la persona, consciente de que la sustancia le hace daño, acude a esta una y otra vez”.
La violencia de la madre hacia la hija es una de las causas menos conocidas de la enfermedad en las mujeres. Liset*, joven alcohólica de 24 años, llegó al consumo del alcohol porque su progenitora la golpeaba y humillaba delante de los demás.
Generalmente, agrega la doctora Heredia, también responsable de la consulta de alcoholismo en el Centro de Tratamientos Especializados del Hospital Psiquiátrico de La Habana, las féminas que acuden a la bebida, lo hacen porque son o fueron víctimas de algún tipo de abuso sexual.
“La adicción es aprendida, además, por convivir en sus casas con hábitos similares, los cuales imitan de sus padres drogadictos”, refiere la técnica María Victoria Bravo Llorente, miembro del grupo multidisciplinario que dirige la doctora Heredia.
Más allá de condicionantes objetivas, la raíz del problema está en la comunicación, manifiesta la psicóloga Maritza Valdés, responsable de los temas de salud en la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC): “En muchos casos, los padres viven ausentes a las preocupaciones y problemas de sus hijas. Desconocen con quiénes se relacionan o qué hacen”.
A su vez, el doctor Ricardo González, jefe del Servicio de Atención a Adicciones del Hospital Psiquiátrico de La Habana, dijo a IPS que “el fenómeno está determinado por el aumento a nivel mundial de depresiones del sexo femenino”.
El caso de Santana, la maestra adicta de la telenovela Señora del destino, convenció a los cubanos de que la enfermedad no es solo característica de los estratos más bajos de la sociedad: “A nuestra consulta acuden en busca de ayuda profesionales de muchas áreas del conocimiento. En la mayoría de los casos, ellas niegan la enfermedad porque consideran el comportamiento como normal”, refiere Bravo Lorente.
El número de la revista digital latinoamericana de Psiquiatría, correspondiente a abril de 2008, indica que el ocultismo es fruto, en muchas ocasiones, de un gran sentimiento de culpa. Y es hacia ese aspecto donde se orienta el trabajo de la FMC: indicar a quienas padecen la enfermedad los centros adónde deben acudir en busca de apoyo.
“En lo que va de año hemos recibido cerca de 20 mujeres en nuestro centro, cifra superior a la de etapas similares anteriores. Vale significar la apertura de un espacio solo para personas del sexo femenino, porque en la práctica se ha comprobado un mejor resultado de la psicoterapia cuando los grupos son homogéneos”, subraya la doctora Heredia.
Agrega que esta consulta, solo para mujeres, es la primera de su tipo en Cuba: “Debido a su creación, ya contamos con jóvenes que llegan al centro para rehabilitarse y se prevé un aumento en la cifra de pacientes, porque cada día se estigmatiza más al fenómeno como fuente de placer”.
De acuerdo con estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, América Latina y El Caribe son las regiones donde se registra el mayor porcentaje de muertes atribuidas al consumo excesivo y continuará creciendo la cifra; mientras que, “en Cuba, la dipsomanía no es un problema grave”, según declaró el doctor González.
Las estadísticas oficiales de alcohólicas en la mayor de Las Antillas, no se corresponden con la realidad, porque el problema de género vigente en la sociedad hace que estas no busquen asistencia especializada, y cuando lo hacen, es de forma irregular.
María*, de 26 años y miembro del Grupo Habana de la Asociación de Alcohólicos Anónimos, refiere no decir muchas cosas en los encuentros, porque delante de los hombres le resulta más penoso.
“En mujeres, el pico más elevado del consumo se produce entre los 25 y los 29 años, disminuye en la cuarta década, y se incrementa en la siguiente”, reseña un artículo de la revista salvadoreña La ventana.
Para la doctora Heredia no existe un pico o un declive: “La paciente dipsómana se rehabilita, pero no se cura. Se trata de una enfermedad crónica. En los encuentros grupales empleamos distintos procederes para devolverle a la mujer adicta los valores perdidos. Desarrollamos técnicas de relajación, bioenergía y terapia floral, y algo bastante novedoso, el tratamiento homeopático”.
Mediante la filosofía de que la vid fue regada con sangre de león y de tigre, con sangre de cordero, de mono y de cerdo, la consulta del Centro de Tratamientos Especializados del Hospital Psiquiátrico de La Habana, muestra a las pacientes alcohólicas los distintos períodos por los que pasa la enfermedad: primero, la agresividad; luego la humillación; después el ridículo y, por último, la pérdida de toda cualidad humana para convertirse en un ser sucio y rechazado por todos.
“La primera fórmula para el restablecimiento es el respeto. No se les debe tomar como desvergonzadas, sino como los seres humanos que son”, subraya Maritza, refiriéndose a las pacientes.
Según lo planteado por Antonio*, el comportamiento actual parece ser la contrapartida del asunto. Para él, su madre alcohólica, no es más que un ser repudiable: “No conozco de su amor, solo sé del sentimiento de quien se siente abandonado». Este joven de 29 años, no le perdona a su progenitora las penas y las ausencias vividas durante su infancia y juventud.
*Los nombres que se marcan con la simbología anterior han sido cambiados para proteger las identidades.
Pie de foto: Además de ser la droga portera al consumo de otras, el alcohol puede conllevar al padecimiento del Deliriums Tremens o Subagudo, causantes de grandes trastornos emocionales para quienes lo padecen.
Ficha Técnica:
Tema: El alcoholismo femenino en Cuba.
Propósito: Demostrar el crecimiento de la cifra de mujeres alcohólicas, aún cuando no se considera la dipsomanía como un problema de salud.
Objetivos colaterales: Dar a conocer las causas de la enfermedad. Demostrar que el padecimiento no es solo de los estratos más bajos de la sociedad, sino que también es propio de profesionales. Resaltar que solo con el más absoluto respeto es que puede lograrse la recuperación de estas mujeres. Llamar la atención a los familiares que abandonan a las alcohólicas.
Fuentes:
Directas:
Dra. Marianela Heredia Leyva, especialista de primer grado en psiquiatría y responsable de la consulta de alcoholismo en el Centro de Tratamientos Especializados del Hospital Psiquiátrico de la Habana.
Técnica María Victoria Bravo, miembro del grupo multidisciplinario de la institución anterior.
Liset y María, integrantes de la Asociación de Alcohólicos Anónimos de Ciudad de La Habana.
Psicóloga Maritza Valdés, cuadro de la FMC Nacional que atiende las temáticas relacionadas con la salud.
Antonio, hijo de una alcohólica de la provincia Ciudad de La Habana.
Documentales
Fotos de Cuba. Libro publicado por la agencia de noticias IPS, realizado por las periodistas Patricia Grogg y Dalia Acosta.
Revista salvadoreña: Hablemos on line.
Tesis de grado de la profesora Josefa Gómez Moya, de la Universidad de Valencia, España. Algunas reflexiones sobre el alcoholismo femenino.
Sitio digital de la revista Psiquiatría Latinoamericana: www.psiquiatria.com
Tipos de juicio:
Analítico: se emplea en el todo el texto a través del análisis del conflicto.
Disyuntivos: los establecidos entre la doctora Marianela, la técnica María Victoria y el doctor Ricardo González, cuando enuncian las causas de la enfermedad. Otro juicio disyuntivo se establece cuando se determina la edad en que la mujer bebe más.
De valor: el de la psicóloga Maritza, cuando plantea que solo mediante el respeto se puede conseguir el restablecimiento de las alcohólicas. El de la doctora Heredia cuando plantea que las mujeres se inhiben en las psicoterapias delante de los hombres. El juicio del doctor Ricardo, al exponer que en Cuba, la dipsomanía no es un problema de salud.
Soportes a emplear
Hecho: Aún cuando en Cuba el alcoholismo no se considera un problema de salud, la cifra de mujeres alcohólicas crece.
Antecedentes: En comparación con momentos anteriores, la cifra de mujeres alcohólicas ha crecido.
Contexto: El hecho se desarrolla en medio de la amplia igualdad de la que gozan la mujer y el hombre, aún cuando en la sociedad cubana existe la problemática de género, donde las mujeres se sienten un tanto disminuidas ante las conductas machistas. Además, las autoridades de salud del país aún deben realizar mayores acciones para erradicar el problema.
Proyecciones: Se prevé un aumento en la cifra de mujeres alcohólicas en Cuba, y aún no se cuenta con centros suficientes para atender solo a personas del sexo femenino.
Tipo de título: Llamativo
Tipo de lead: Contraste.
0 comentarios