CONTENIDOS PRÁCTICOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA (I)
Para el trabajo cotidiano de redactores, locutores y periodistas. Trabajo Destacado en el I Fórum de Ciencia y Técnica de Periodismo radial y escrito. Avalado por la Cátedra de Español y Redacción del Instituto Pedagógico “Conrado Benítez García”.
OCTAVIO PÉREZ VALLADARES,
periodista de Radio Ciudad del Mar, Cienfuegos,
cortesía para Isla al Sur.
“El lenguaje es obra del hombre y
el hombre ha de ser esclavo
del lenguaje”.
José Martí
La Historia nos dice que sociedad y lenguaje surgieron al mismo tiempo. El hombre necesitó ayudarse mutuamente y, a la vez, comunicarse mediante sonidos guturales que, con el paso del tiempo, dieron lugar a los idiomas.
Existe el hecho comprobado de que hace 35 000 años el hombre prehistórico trazó los primeros dibujos en las paredes de las cavernas. Mucho más tarde aparecieron en Mesopotamia y Egipto los primeros signos escritos que se conocen. Precisamente, la escritura aparece junto con la necesidad de llevar cuentas, registros, de realizar la crónica de los grandes acontecimientos.
De ello surge un conjunto de reglas, que son hoy -más que nunca- herramientas de los periodistas y para todo el que, hablar y escribir correctamente, constituyan el centro de su actividad profesional. En el caso de la Gramática Española, pueden haber cambiado las nomenclaturas, pero sus partes, son: ANALOGÍA, que contiene a la PROSODIA y la ORTOGRAFÍA; y la SINTAXIS, que enseña a ordenar bien las palabras en la oración y de una oración con otra.
La ANALOGÍA da a conocer el valor de las palabras, con todos sus accidentes: artículo, sustantivo, adjetivo, pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción.
La PROSODIA vela por la pronunciación y acentuación de las letras, sílabas y palabras. La ORTOGRAFÍA enseña a usar correctamente las letras y los signos de la escritura.
De acuerdo con la intención del hablante, el idioma se adecua a una y otra circunstancias. Cierto, pero lo rigen reglas que hay que cumplir para que no se pierda en el caos. La lengua la hacen los pueblos, pero siempre bajo determinado orden.
Conviene saber que nuestro léxico ha sido receptor de una gran cantidad de voces de otras procedencias. Tenemos a vocablos técnicos tomados del griego: kilómetro, neurálgico, acéfalo, biografía, fonética, hidroterapia, termodinámica, oncología, telescopio, teléfono, fotografía, etc; del japonés: nipón, quimono, karate, etc; del inglés: basquetbol, filmar, esmoquin, estándar, gángster, taxi, récord, clóset, esmog, suéter, etc; del ruso: cosaco, vodka, espútnik, soviético, Kremlin, bolchevique, etc.
Datos estadísticos de gran confiabilidad señalan que el 73% del léxico del español actual, está constituido por el caudal proveniente del latín (léxico patrimonial) y el 17% procede del árabe, el 5% del griego y también 5% de otras lenguas. Téngase en cuenta que estos porcentajes están sujetos a sufrir transformaciones, a veces considerables, en las zonas de fuertes contactos lingüísticos.
El idioma Español cuenta con 250 millones de palabras y eso incluyendo los llamados arcaísmos, préstamos, americanismos, etc. El hablante promedio usa cada día alrededor de 5 000 vocablos para comunicarse.
Para dominar completamente el uso de nuestro idioma Español sería necesario dedicar toda una vida, pero les aseguro que para usar bien sus herramientas, sólo resulta indispensable el dominio de tres momentos:
-Conocer y aplicar la regla de LAS VOCALES FUERTES y DÉBILES.
-Saber dividir en sílabas.
-Apreciar de inmediato cuándo estamos ante una palabra AGUDA, LLANA o ESDRÚJULA.
Las vocales fuertes, son: O-E-A y hacia aquí siempre irá la fuerza de pronunciación. Ejemplo: dio, monosílabo que no lleva acento ortográfico porque termina en vocal fuerte, como es también el caso de vio y fue. Está, además, el ejemplo de maíz; si no le ponemos acento y rompemos el diptongo, diría maiz.
Las vocales fuertes constituyen, cada una, determinada sílaba. Ejemplo: línea, palabra esdrújula. Lí-ne-a; como es el caso de con-tem-po-rá-ne-o, lác-te-o, fé-rre-o y otras. En los apellidos también está presente esta regla: Sáez, es decir, Sá-ez, palabra llana que no termina ni en N, S o vocal, por lo cual lleva acento ortográfico en la penúltima sílaba. Caído, lleva acento porque de lo contrario diría caido, la fuerza iría hacia la vocal fuerte. Pero, ¡ojo!, cuando son débiles no hace falta el acento ortográfico: disminuido, etc. Puede confundir el caso de farmacéutico, pero ésta es esdrújula: far-ma-céu-ti-co, el mismo caso de hidráulico. Si dominamos esta regla de vocales fuertes y débiles, tendremos gran parte de la batalla ganada.
Dividir en sílabas es práctica de tercer grado, pero que hemos olvidado. Les recuerdo que nuestro idioma lo escribimos de izquierda a derecha, pero en el caso de dividir en sílabas las palabras, lo hacemos de derecha a izquierda.
Ejemplo:
Má---qui---na
Las palabras, cuya fuerza de pronunciación caiga en la última sílaba, serán AGUDAS y llevarán acento ortográfico cuando terminen en N, S o vocal (camión) y será prosódico cuando no sea así (papel).
Las palabras, cuya fuerza de pronunciación caiga en la penúltima sílaba, serán LLANAS y NO llevarán acento ortográfico cuando terminen en N, S o vocal (mesa) y será ortográfico cuando no sea así (lápiz).
Las palabras, cuya fuerza de pronunciación caiga en la antepenúltima sílaba, serán ESDRÚJULAS y siempre llevarán acento ortográfico.
Si combinamos la regla de LAS VOCALES FUERTES con la de palabras AGUDAS, LLANAS y ESDRÚJULAS, podremos dividir en sílabas rápidamente sin ninguna dificultad y, de hecho, saber dónde colocamos el acento ortográfico o va el acento prosódico.
Ahora, los invito a seguir conmigo, con lo más esencial que debemos saber para nuestro trabajo.
En los casos que siguen, ¿cuándo colocamos el acento ortográfico?
Me lo dijo él y yo le creo.
Me diste el lápiz y lo conservo.
Tu vestido es realmente bello.
Tú lo expresaste en tono de burla.
Me lo dijo a mí, cara a cara.
Mi pasión mayor es la pesca.
Enseguida preparo el té.
Te dije que no fueras a ese lugar.
Sé muy bien lo que dices.
Se acostó para recuperar fuerzas.
Quiere que le dé lo que no puedo.
El batido es de guayaba.
Sí, ya estoy listo.
Si quieres coco, sube a la mata.
Quiere más de lo debido.
No importa, mas yo lo quiero.
El aún no lo sabe.
Ni aun José puede saberlo.
Las terminaciones CITA, CITO, CILLA, CICA, CICO, de las diminutivas, se escriben, generalmente, con C. Si las anteriores terminaciones de palabras que tienen S en la sílaba final, conservan esa S en la forma diminutiva, las escribiremos de la siguiente forma:
Besito, de beso. Cosita, de cosa. Huesito, de hueso.
Bolsillo, de bolso. Pasillo, de paso. Risita, de risa.
Sabrosito, de sabroso. Vasito, de vaso. Osito, de oso.
Francesito, de francés.
¿Cómo se escriben los números?
Números Cardinales Ordinales
1 Uno Primero
2 Dos Segundo
3 Tres Tercero
4 Cuatro Cuarto
5 Cinco Quinto
6 Seis Sexto
7 Siete Séptimo
8 Ocho Octavo
9 Nueve Noveno
10 Diez Décimo
11 Once Undécimo
12 Doce Duodécimo
13 Trece Decimotercero
14 Catorce Decimocuarto
15 Quince Decimoquinto
16 Dieciséis Decimosexto
17 Diecisiete Decimoséptimo
18 Dieciocho Decimoctavo
19 Diecinueve Decimonoveno
20 Veinte Vigésimo
21 Veintiuno Vigésimo primero
22 Veintidós Vigésimo segundo
23 Veintitrés Vigésimo tercero
24 Veinticuatro Vigésimo cuarto
25 Veinticinco Vigésimo quinto
26 Veintiséis Vigésimo sexto
27 Veintisiete Vigésimo séptimo
28 Veintiocho Vigésimo octavo
29 Veintinueve Vigésimo nove
30 Treinta Trigésimo
31 Treinta y uno Trigésimo primero
32 Treinta y dos Trigésimo segundo
33 Treinta y tres Trigésimo tercero
34 Treinta y cuatro Trigésimo cuarto
35 Treinta y cinco Trigésimo quinto
36 Treinta y seis Trigésimo sexto
37 Treinta y siete Trigésimo séptimo
38 Treinta y ocho Trigésimo octavo
39 Treinta y nueve Trigésimo noveno
40 Cuarenta Cuadragésimo
50 Cincuenta Quincuagésimo
60 Sesenta Sexagésimo
70 Setenta Septuagésimo
80 Ochenta Octogésimo
90 Noventa Nonagésimo
100 Cien Centésimo o Centenario
101 Ciento uno Centésimo primero
150 Ciento cincuenta Sesquicentenario
200 Doscientos Ducentésimo
300 Trescientos Tricentésimo
400 Cuatrocientos Cuadringentésimo
500 Quinientos Quingentésimo
600 Seiscientos Sexcentésimo
700 Setecientos Septingentésimo
800 Ochocientos Octingentésimo
900 Novecientos Noningentésimo
1 000 Mil Milésimo
2 000 Dos mil Dosmilésimo
100 000 Cien mil Cienmilésimo
1 000 000 Millón Millonésimo
NOTA: En el caso del sustantivo ANIVERSARIO, el número ordinal escrito irá delante y de ser cardinal después. Ejemplos: "Vigésimo Aniversario" y "Aniversario Veinte".
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