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Isla al Sur

¡SALVEN NUESTRAS ALMAS!

¡SALVEN NUESTRAS ALMAS!

El calentamiento global y el cambio climático constituyen  amenazas que enfrenta la humanidad. Los daños ocasionados por esos fenómenos y la acción del hombre a los ecosistemas marinos son cada vez más preocupantes.

FÉLIX SALGADO LÓPEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Ilustración: PABLO AMARGO

Las evidencias disponibles, a partir de los resultados de mediciones y modelos, confirman que el aumento de las temperaturas experimentado por nuestro planeta no admite dudas, y es muy probable sea debido al incremento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero. Las variaciones proyectadas perjudicarán los sistemas del tiempo atmosférico y el clima, además de provocar serios impactos sobre la sociedad, la economía y el medio ambiente.

“El cambio climático no distingue sistemas políticos ni zonas geográficas. Resulta imposible abordar el desarrollo de un país sin tener en cuenta los problemas ambientales que atentan contra nuestro futuro”, afirma Carlos García Fernández, residente en Ciudad de La Habana.

Los períodos más cálidos del siglo XX transcurrieron durante la segunda mitad de la década del 90, y coincidieron con uno de los sucesos más intensos que se han registrado de El Niño (evento de calentamiento a gran escala que ocurre a lo largo de la costa de Sudamérica como una manifestación de alteraciones en las capas oceánicas superiores).

Las mayores temperaturas de los últimos 15 decenios se sintieron en los tres primeros años del siglo XXI; mientras, en nuestro país, ascendieron 0,4oC como promedio anual en el 2004. ¿Se repetirán esas condiciones en el futuro cercano? ¿Cuánto tiempo durarán? ¿Cómo podríamos saber si son parte de la variabilidad natural del clima?

Ecosistemas frágiles

En la zona costera se localizan los principales ecosistemas marinos del país: arrecifes coralinos, pastos marinos (conocidos como seibadales), fondos arenosos (que incluyen a las playas), fondos fangosos y rocosos de macrolaguna, y las lagunas costeras. Especial significación tienen los manglares, por su abundancia y el papel que desempeñan en la protección de esa área.

Los arrecifes coralinos, uno de los archivos más valiosos de información sobre el paleoclima (clima antiguo), experimentan un dramático deterioro en todo el mundo. Las dimensiones que alcanza el problema en los países de la región del Caribe, perturban el potencial productivo del entorno costero, y a corto plazo, amenaza con ampliar la escala de la situación si no se ejecutan medidas para invertir esas tendencias.

Los especialistas en el tema indican que son notables las variaciones en las vías naturales de circulación del agua, pérdidas, destrucción y segmentación de hábitats y espacios ecológicos vitales, así como modificaciones de la erosión de los suelos de las pendientes costeras.

El máster en Ciencias Biológicas Hansel Caballero Aragón, vice-director del Acuario Nacional de Cuba, asegura que “los cambios se deben al incremento del paso de los huracanes, cada vez más intensos, y a la elevación de la temperatura del mar, que provoca el blanqueamiento de los corales. También existen daños, pero en menor medida, por la acción del hombre: la contaminación, la deforestación cerca de la costa y la sobrepesca”.

Al respecto, Maykel Armenteros, profesor adjunto al Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, plantea que “las principales transformaciones se deben a la polución, es decir, a la entrada de energía y materia contaminante al mar, así como a la extracción masiva de peces y otros recursos.

“El cambio climático constituye también un perjuicio. Muchas veces hablamos sobre ese fenómeno y el agujero en la capa de ozono como algo aislado, pero las mismas acciones que cometemos son las causantes de la pérdida o deterioro de los ecosistemas marinos”. 

El reforzamiento del efecto invernadero supone un incremento de las temperaturas con la ocurrencia eventual de registros térmicos muy elevados. Como consecuencia, las condiciones de vida de los corales y demás organismos asociados empeoran.

Otra arista del calentamiento global es el ascenso del nivel del mar, como resultado del derretimiento de los glaciares y casquetes polares. Las penetraciones marítimas en las zonas costeras favorecerán, en algunos sitios, el asentamiento de nuevas poblaciones de corales, y en otros, ocasionarán el deterioro de los arrecifes costeros históricamente establecidos.

En Cuba, esos hábitats tienen a su favor que las mayores amplitudes de marea no rebasan los 120 centímetros, y muchas zonas donde se prevé el descenso del terreno, son aledañas a macrolagunas interiores alejadas de los arrecifes, como sucede en los golfos de Batabanó, Ana María y Guacanayabo.

Cuestiones económicas

En nuestro país, la extracción de corales se realiza con fines farmacéuticos, para su exposición en acuarios y colecciones, y con propósitos artesanales. En los dos primeros casos se siguen las regulaciones pertinentes, que incluyen un estudio previo de las poblaciones involucradas.

Las colectas con fines artesanales tuvieron una repercusión importante durante la década del 90, cuando por razones económicas, algunas personas vieron en ello una fuente de ingresos efectiva. Actualmente, las prendas y productos elaborados con materiales provenientes del mar poseen una gran demanda, sobre todo por el sector turístico que visita a la Isla.

Una vendedora de la feria comercial de La Habana Vieja, que prefirió permanecer en el anonimato, manifiesta: “Por mi mesa pasan diariamente cantidad de extranjeros, y casi todos buscan lo mismo: collares con conchas o con caracoles, pulsos, aretes, corales barnizados, cosas que tengan algo muy cubano”.

La captura de peces con instrumentos destructivos también perjudica considerablemente las colonias de coral y demás organismos del fondo. Según el pescador submarino Adalberto “Abito” Brito Alemán, residente en la localidad habanera de Playa Baracoa, “los pescadores que tiran muchos paños, cuando recogen, arrastran lo que hay allá abajo: el plancton, los corales, todo”.

El pescador profesional Javier Álvarez, conocido como Guasa entre los pobladores de Playa Baracoa, dice emplear, además de los anzuelos comunes, “inventos cubanos”; sin embargo, “no utilizo redes porque está prohibido. Eso es pesca masiva y acaba con los peces grandes, chiquitos, medianos, y después, de aquí a cuatro o cinco años, no hay na’ ”.

La sobrepesca, tanto la comercial como la furtiva, tiene un impacto notable en numerosas especies. El profesor Armenteros sostiene que “los peces grandes, como la cherna y el pargo, han disminuido, excepto en algunas de las reservas naturales. Otros, como la rabirrubia y el ronco, han sufrido colapsos por esa razón”. 

El número de capturas “depende de las «corridas», aunque hay años en los cuales el pescado (peces) corre más que en otros”, manifiesta Abel Acosta Socarrás, pescador baracoense. Las presas más comunes son “la aguja, el castero, el dorado, el peto y el bonito”, afirma. Sin embargo, Abito expresa: “¡Si te digo lo que cojo me embarco!”.

Hansel Caballero, vice-director del Acuario Nacional, comenta que “parte de la pesca comercial realizada en nuestro país tiene lugar en los arrecifes y en los seibadales. Si esos hábitats se destruyen, los peces desaparecen. Asimismo, si las crestas de los corales se dañan, las playas son perjudicadas, porque el arrecife las protege del oleaje”.

Las playas constituyen uno de los ecosistemas con menor diversidad biológica, debido a su homogeneidad física, baja bioproductividad y elevada turbulencia. No obstante, las etapas juveniles de muchos peces transcurren por ese biotopo. Son, además, sitio de nidificación de diversas aves y tortugas marinas. En algunos casos, pueden constituir importantes zonas de cría de peces comerciales, pero su mayor importancia se vincula al turismo.

Los especialistas aseguran que los principales daños ambientales son provocados por el inadecuado uso de la zona costera: invasión del litoral por el urbanismo, la deforestación, construcción de viales sobre la línea de costa y la siembra de especies no compatibles con ese frágil ecosistema, como las casuarinas.

Por su parte, los manglares se localizan en las costas de origen biológico, acumulativas, cenagosas y con esteros con escurrimientos de agua dulce, aunque también en medios salinos como los cayos e islas de la plataforma. En ese complejo entorno deben considerarse el hábitat aéreo o terrestre y el acuático.

Al respecto, Lourdes Pastor Gutiérrez, licenciada en Biología e investigadora auxiliar del Acuario Nacional, señala: “Allí viven muchas especies que constituyen renglones exportables, como la langosta, y habitan aves, algunas de ellas migratorias. En el mangle rojo, el cual tiene sus raíces sumergidas en el agua, encuentran espacio vital gran cantidad de moluscos, peces y esponjas”.

Sin embargo, no son los únicos animales que han descubierto a los manglares. Antonio “Tatá” Cordobés González, carbonero de 78 años de edad, expresa: “Mucha gente corta el mangle para negocio, a pesar de que da un carbón apagoso, la ceniza es prieta y no sirve para cocinar. Yo utilizo madera. Cualquier tipo es buena para hacer carbón. Las matas de aroma son lo mejor que hay”.

¿Problemas graves?

La población humana actual está estimada en 5,3 billones de personas, de las cuales 3 billones vive en áreas costeras, cifra que, al parecer, se duplicará hacia el año 2055 pues, según el profesor Armenteros, “la obtención de alimentos y energía del mar se alcanza desde esa región”.

El incremento de algunos nutrientes inorgánicos en el medio marino causa severos daños, e incluso, la desaparición de las comunidades de corales. Estos pueden aumentar en la columna de agua, principalmente por los drenajes de aguas albañales, los vertimientos de residuales de la agricultura y de numerosas industrias.

“Ejemplos de sitios perjudicados son las bahías de La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Nuevitas, Nipe y la de Santiago de Cuba, donde la circulación del líquido es muy reducida y los productos contaminantes se estancan sin poder salir al mar abierto”, indica Armenteros.

En nuestro país, las comunidades de corales más dañadas por el incremento de nutrientes inorgánicos son las que otrora poblaban el interior de esos accidentes geográficos o las zonas costeras inmediatas a estos y a ríos contaminados, como el Almendares y el Quibú, en Ciudad de La Habana.

Numerosos desechos, tanto sólidos como oleaginosos, son destructivos y muy degradables. Gran parte de los aceites y combustibles que llegan al mar provienen de la mala manipulación social de los mismos, que hacen sean arrastrados por los ríos y escurrimientos citadinos.

El investigador Sergio González Ferrer sostiene en su libro Corales Pétreos que un caso notable de contaminación por productos no biodegradables a corto plazo sucedió en un arrecife cercano al Río Mosquito, al este de la Bahía de Mariel, en la Provincia  La Habana. En dicha localidad, la fábrica de sogas René Arcáis, la cual no se encuentra en fase productiva, generó la muerte de innumerables colonias de coral, entre otros organismos, por el efecto de los desechos de fibra de henequén arrojados al mar.

Igualmente, en Mariel, se hallaron indicios de contaminación térmica en los arrecifes costeros aledaños a la termoeléctrica Máximo Gómez, actualmente en funcionamiento, donde ocurrió la muerte masiva de corales, luego de sufrir blanqueamiento por esa causa, afirma González Ferrer. Ante tal situación, Maibelys Pares-Menéndez, residente de la zona, manifestó: “Yo sabía que allí había problemas, pero nunca pensé que fueran tan graves”.

La contaminación térmica se produce cuando son alteradas las temperaturas del mar, como resultado de modificaciones artificiales del curso natural del agua por represamiento, reducción de su flujo o por su empleo en sistemas de enfriamiento.

Por una conciencia pública

Nuestro Gobierno presta especial atención a la protección del medio ambiente en el contexto de una política de desarrollo iniciada en 1959, como expresión de la cual, el Artículo 27 de la Constitución de la República postula: “El Estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los órganos competentes aplicar esta política”. 

El profesor Maykel Armenteros afirma que “en nuestro país existe una fuerte legislación ambiental, pero no hay una implementación de las leyes. La implementación requiere cultura, recursos materiales, instrumentos para la realización de investigaciones y personas preparadas para la protección de la naturaleza”.

Desde 1994, el Acuario Nacional desarrolla un programa de educación ambiental. Refiriéndose al proyecto, la licenciada en Biología Rita Ortiz Estévez, especialista del Departamento de Educación Ambiental del centro, plantea: “Tratamos de abarcar todos los sectores de la sociedad, desde los niños, quienes están vinculados al programa Conozcamos el mar, hasta los adultos mayores; sin embargo, no hemos podido atraer a los padres porque trabajan y no tienen tiempo.

“La comunidad necesita tener conocimientos sobre las problemáticas medioambientales que la afectan, y debe interesarse por participar en programas de educación ambiental, donde se potencie el  interés por el cuidado del entorno, del pedacito de mar que los rodea”.

Recuadro:

Una suma que suma

Muchos productos sólidos de uso doméstico e industrial no son biodegradables a corto plazo.

-El algodón demora alrededor de cinco meses en descomponerse.
-La piel cerca de un año.
-Los envases de aluminio 500.
-Las botellas de vidrio y fibras de nylon 1 000.
-Algunos plásticos pueden tardar hasta 1 millón de años.

Ficha técnica:

Tema: Los perjuicios producidos por el cambio climático y la acción del hombre a los ecosistemas marinos cubanos.

Propósito: Demostrar que las actividades humanas son las principales causantes del deterioro o pérdida de los ecosistemas marinos cubanos.

Objetivos colaterales: Dar a conocer los principales perjuicios ocasionados por el cambio climático y la antropogénesis a los ecosistemas marinos cubanos. Destacar la importancia que tienen esos espacios vitales. Mostrar las principales acciones realizadas por el hombre que dañan a los ecosistemas marinos. Demostrar que aún existe en nuestra población una falta de cultura y de conciencia en torno a los problemas medioambientales que nos perjudican. Dar a conocer la posición de nuestro Gobierno frente a los temas medioambientales. 

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Constitución de la República de Cuba. Cuarta reimpresión. Ed. Política y Ed. Pueblo y Educación. La Habana. 2008.

Curso Universidad para todos Cambio Climático parte I (tabloide). Ed. Academia. La Habana. 2008.

Curso Universidad para todos El mar y sus recursos (tabloide). Ed. Academia. La Habana. 2007.

González Ferrer, Sergio. Corales pétreos. Jardines sumergidos de Cuba. Ed. Academia. La Habana. 2004.

http://www.ama.cu. Consultado: abril 13, 2009.

http://www.cemzc.uo.edu.cu. Consultado: abril 13, 2009.

http://www.cubaindustria.cu. Consultado: abril 15, 2009.

http://www.cubambiente.cu. Consultado: abril 15, 2009.

http://www.one.cu. Consultado: abril 15, 2009.

http://www.undp.org.cu. Consultado: abril 13, 2009.

Legislación Ambiental Cubana. En: http:// www.gacetaoficial.cu. Consultado: abril 23, 2009.

No documentales:

Carlos García Fernández, residente en Ciudad de La Habana.

MSc. Hansel Caballero Aragón, vice-director del Acuario Nacional de Cuba.

Lic. Maykel Armenteros, profesor adjunto al Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana.

Vendedora de la feria comercial de La Habana Vieja.

Adalberto “Abito” Brito Alemán, pescador submarino.

Javier “Guasa” Álvarez, pescador profesional.

Abel Acosta Socarrás, pescador.

Antonio “Tatá” Cordobés González, carbonero.

Maibelys Pares-Menéndez, residente en Mariel.

Lic. Lourdes Pastor Gutiérrez, investigadora auxiliar del Acuario Nacional de Cuba.

Lic. Rita Ortiz Estévez, especialista del Departamento de Educación Ambiental del Acuario Nacional de Cuba.

Soportes a emplear:

Hecho: El desconocimiento, por parte de la población cubana, de las problemáticas medioambientales que nos perjudican.

Contexto: Los perjuicios ocasionados por el cambio climático y la antropogénesis a los ecosistemas marinos cubanos. Los criterios de los especialistas en torno a las transformaciones experimentadas por los ecosistemas marinos y sus causas. La labor de educación ambiental desarrollada por el Acuario Nacional de Cuba.

Antecedentes: El incremento de las temperaturas registrado en años recientes. La repercusión de las colectas de corales con propósitos artesanales durante la década de 1990. Los daños producidos por el aumento de las temperaturas y la polución marina a los ecosistemas marinos cubanos.

Proyecciones: Incremento del deterioro o pérdida de los ecosistemas marinos. El reforzamiento del efecto invernadero y el cambio climático. La pérdida o disminución de especies. Los perjuicios que ocasionarán en la sociedad las transformaciones en los ecosistemas marinos.

Textos complementarios: Un recuadro.

Tipos de juicios:

Analíticos: En todo el reportaje. Se aprecia en el análisis del conflicto.

Sintéticos: Criterios de Hansel Caballero, vice-director del Acuario Nacional de Cuba, y del profesor Maykel Armenteros sobre las causas de los principales cambios experimentados por los ecosistemas marinos cubanos.

HipotétiEco: El investigador Hansel Caballero opinó sobre la importancia de los arrecifes y seibadales. Criterios sobre los cambios que se espera ocurran.

Disyuntivos: Diversidad de criterios entre los especialistas sobre la acción del hombre como la principal causa que produce variaciones en los ecosistemas marinos.

De valor: Opiniones ofrecidas por Carlos García Fernández, Maibelys Pares-Menéndez y la licenciada Rita Ortiz Estévez. También los criterios aportados por Abito y Guasa, pescadores de Playa Baracoa.

Tipo de título: de exclamativa.

Tipo de entrada: de resumen.

Tipo de cuerpo: de bloques temáticos.

Tipo de transiciones: Repetición de elementos claves y establecimiento de contrastes entre elementos que se desean vincular. El empleo de subtítulos para introducir y diferenciar un bloque temático de otro. El uso, pero en menor medida, de muletillas.

Tipo de cierre: de moraleja o instancia a la acción.

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