PREPARATIVOS PARA LOS JUEGOS CARIBE
Trabajadores y estudiantes del Estadio Universitario Juan Abrantes reparan áreas en desuso con vista al encuentro deportivo más importante de sus estudiantes.
YOBÁN PELAYO LEGRÁ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
A partir del próximo semestre concluirá el mantenimiento de las principales áreas deportivas del Estadio Universitario Juan Abrantes de la Universidad de La Habana, con motivo de la inauguración de los XLIII Juegos Caribe, el venidero año.
“Pensamos que en marzo estén reparadas para los juegos, al menos, las áreas de voleibol, tenis de campo y la piscina”, afirmó Jesús Alemán Insua, profesor de Judo e historiador del estadio quien, desde 1967, año del primer Caribe, integra el comité organizador del evento.
Los 14 espacios que funcionan hoy día en el centro, destinados a judo, fútbol sala, fútbol 11, baloncesto, voleibol, balonmano, gimnasia musical aerobia, laboratorio de Cultura Física, karate-do, taekwondo, béisbol, ajedrez, atletismo, entre otros, brindan servicio a más de 3 500 estudiantes. No obstante, cinco de ellos están inactivos, entre los que se encuentran el tabloncillo de baloncesto y el campo de tiro.
La iniciativa de rescatar dichas áreas contó con el apoyo de los estudiantes entre las distintas facultades de la Universidad quienes, con un trabajo voluntario el pasado fin de semana, dieron comienzo a la labor. Otras áreas como los salones de esgrima y gimnasia están destinadas a actividades docentes como impartir clases a alumnos extranjeros o biblioteca de la Facultad de Derecho, respectivamente.
De igual modo, el estadio también se prepara para la llegada de los Juegos Provinciales Giraldillo que serán entre los meses de abril y mayo del venidero año.
El estadio fue construido en marzo de 1922 y en noviembre de 1939 quedó inaugurado por el rector de entonces, Doctor Carlos de la Torre y Hueña. Aquí, el atleta Pepe Barrientos marcó récord en los 100 metros planos con un registro de 10.02 segundos, aunque la calificación no quedó avalada.
El 23 de septiembre de 1959, el comandante Juan Abrante, asiduo atleta del estadio, murió en un accidente de aviación. Por tal motivo el estadio recibió su nombre.
Sus muros guardan historias de las luchas clandestinas en la ciudad, entre ellos, los sucesos del 13 de marzo, cuando la policía batistiana acribilló a tiros al estudiante de medicina José Manuel Hernández.
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