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LA ENTREVISTA: MUCHO MÁS QUE PREGUNTAS

LA ENTREVISTA: MUCHO MÁS QUE PREGUNTAS

Tema: El periodista argentino Jorge Halperín define a la entrevista como una nota que trae la vibración de un personaje, su respiración, sus puntos de vistas y su naturaleza.

RAIZA ARANGO MEDINA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.


 
                            “El arte de la entrevista no tiene secretos:
                            es cuestión de estudio y práctica,
                            y sobre todo de documentación.”
                            JUAN GARGUREVICH

Acerca de la entrevista, Jorge Halperín define: “Se dice que es un medio que nos permite (gracias a la habilidad de cada quien), obtener del entrevistado toda la información que buscamos, lo voluntario e involuntario.”

Y continúa: “Donde se ubica la parte más difícil de la tarea, es en el inquietante cruce entre la dura intrusión y un encuentro lleno de calor personal”. Otros estudiosos, como la profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Miriam Rodríguez Betancourt,  y el español Juan Cantavella, concuerdan  en  que es la más pública de las conversaciones privadas.

La periodista de la revista Bohemia, Caridad Carrobello, explica que en la entrevista las ideas del entrevistador deben servir como herramientas para poner a prueba el discurso del entrevistado: “El diálogo periodístico es también la oportunidad de tener una fuente única a nuestra disposición, mejor dicho, a disposición de la habilidad que tengamos para construir un vínculo que nos permita obtener del sujeto toda la información que buscamos, además de retratar a ese personaje con sus características buenas y malas”.

Sin embargo, la periodista Ana Inés Larra Borges define a la entrevista desde otro punto de vista: “Su frecuente ejercicio le da un engañoso efecto de naturalidad, hace pasar inadvertidas todas sus convenciones y reglas y borra la evolución que ha sufrido a través del tiempo -en un pasado no muy lejano la alternancia de preguntas y respuestas casi no existía; el formato, dependiente de una memoria sin grabador y de la velocidad de la pluma, era otro”.

Más bien, Ana Inés Larra la cataloga como una ficción: “Dos individuos fingen un diálogo, porque aunque no haya un guión establecido hay otras maneras del fingimiento. Veamos. Todo diálogo supone una presencia y se vive en un presente, éste, sin embargo, está diseñado para el futuro. Está, como la poesía, cargado de futuro, sabe que su destino está en otra parte. Si la entrevista fuese un diálogo democrático, ya no sería una entrevista; sería una conversación.”

Por otra parte, la periodista Mirta Rodríguez Calderón explica que en este género se evidencia todo cuanto la persona es, lo bueno y malo, está fotografiado en el pensamiento del entrevistado: “El lenguaje es la envoltura del pensamiento. No conozco mejor modo de acercarse y conocer a otra persona que hablar con ella. No conozco mejor manera de multiplicar sus ideas, razones, justificaciones, sentimientos y miedos que ponerla a hablar para muchos.

“Como género, creo que la entrevista mide la capacidad de comunicación del propio comunicador y este se ve obligado a un doble ejercicio de alto profesionalismo: llegar a su fuente y hacer que su fuente llegue a sus lectores. Y aún más, desmantelar a esa fuente”.

“Hay hechos y acontecimientos, que pueden ser trasladados con más efectividad al lector a través de la entrevista. Depende del periodista detectar qué asuntos y personajes deben ser enfocados mediante este género. Empleo la entrevista cuando pienso que es la mejor manera de expresarme (aunque sea otro quien hable) y de encontrar las mejores  y peores características de mi entrevistados”, así la explica el Premio Nacional de Periodismo, Rolando Pérez Betancourt.

En el libro “Intimidades de la conversación publica” se argumenta que en dicho género se tiene la libertad para penetrar en la vida del entrevistado. “Estamos autorizados para cuestionarlo públicamente y a poner en duda sus declaraciones”, comenta el conjunto de autores que realizaron el libro.

“Técnicamente, la entrevista es una conversación en la que el entrevistador debe conducir inteligentemente al entrevistado hasta donde él quiere, por medio de preguntas que resulten importantes y atractivas para el lector”. Eso lo define la periodista y escritora Olga Fernández y precisa como una buena entrevista la que tenga interpretación de la realidad que circunda al entrevistado.

El periodista Orlando Castellanos, de Radio Habana Cuba expone que el entrevistador debe saber escuchar, dejar hablar, pensar siempre que el personaje es el entrevistado y no el entrevistador.

“Que no dé clases magistrales sobre el tema que trata su entrevistado. Que durante la entrevista, aunque sea a su hermano, aunque pueda tratarlo de tú, no le dé la impresión al oyente de que se las sabe todas sobre el personaje y que es su sombra, que lo acompaña a todas partes. Debe ser el transmisor del pensamiento o las ideas de otra persona y respetar sus ideas, aunque no las comparta.”

Por otra parte, el periodista y realizador de la Televisión Cubana, Vicente González Castro, explica que siempre ha considerado que la entrevista es el género periodístico más difícil, porque es como una corrida de toros, donde ni el toro ni el torero quieren perder su dignidad: “El periodista no puede dejarse arrebatar su protagonismo profesional, sin embargo, su maestría está en que nadie se dé cuenta de eso y que pueda aparecer que el protagonista es siempre su invitado.

“Es difícil porque requiere una gran preparación psicológica del periodista para saber qué esperar de su entrevistado, qué preguntar, cómo preguntar, cómo crear una atmósfera propicia, en qué momento debe preguntar y en qué momento desmantelarlo.

“Debe también conducir las respuestas hacia el final esperado, pero sin inducirlas. Debe saber “torear” al entrevistado para que no se escape por la tangente, y también preguntar lo mismo de mil maneras diferentes cuando se nos quiere escapar. Lo más importante es, sin duda, la necesaria preparación profesional y ética, para que sepamos usar los resultados sin traicionar al sujeto y sin manipularlo.”

A modo de conclusión, diríamos que el arte de la entrevista es difícil, pero atractivo. Requiere mucha práctica para adquirir soltura en su aplicación, y para no caer en una serie de preguntas y respuestas frías, propias de lo que en pedagogía se llama “método catequístico” (preguntón). Que la entrevista sea forma de descubrir todo lo que deseamos del entrevistador y desvestirlo de la manera más coloquial posible.

Bibliografía:

Arco, Manuel de: “Técnicas de Periodismo Impreso”, Ed. Oriente, 1995, pág. 53-54.
Entrevista realizada a la periodista Mirta Rodríguez Calderón.

Halperín, Jorge: “La entrevista periodística”, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1995, capítulo 1.

Rodríguez Betancourt, Miriam: “Acerca de la entrevista periodística”, Ed. Pablo de la Torriente, Cuba, 2002, págs. 15-19.

Tellería Toca, Evelio: “Diccionario periodístico”, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1986, pág. 113-114. 

Artículos: 

García Márquez, Gabriel: “El mejor oficio del mundo” en: www.periodismo.uchile.cl/talleres/radio/entrevistaperiodistica1.ppt, consultado el 16 de julio de 2009.

Larra Borges, Ana Inés: “La entrevista: un género que corta” en: http://www.lainsignia.org/2000/octubre/cul_041.htm  , consultado el 16 de julio de 2009.

Cantavella, Juan: “La entrevista periodística”, en: html.rincondelvago.com/entrevista-periodística, consultado el 16 de julio de 2009.

Fuentes activas:

Entrevista realizada a la periodista Caridad Carrobello, de la revista Bohemia.

 

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