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Isla al Sur

DE MANO CON LA HISTORIA

DE MANO CON LA HISTORIA

“Yo siempre me he sentido muy identificado con la Universidad. Hace 54 años que estoy aquí, primero como estudiante y  después impartiendo clases. Para mí es una suerte pertenecer a ella”, afirmó el doctor Alejandro García Álvarez.

ALEJANDRO RUIZ CHANG,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Foto: PAULA COMPANIONI REYES

Alejandro García Álvarez es graduado del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona desde 1967, y de la Universidad de La Habana en 1969. Se desarrolla como profesor de las disciplinas Historia de Cuba, Metodología de la Investigación Histórica y Patrimonio Histórico-Cultural en la Facultad de Filosofía e Historia. Doctor en Ciencias Históricas desde 1986 y reconocido Profesor de Mérito de la casa de altos estudios en el 2002.

Ha publicado varios libros basados en la historia socio-económica de Cuba y particularmente  la actividad empresarial, entre ellos, La United Fruit. Un caso del dominio imperialista en Cuba, Caminos para el azúcar y La gran burguesía comercial en Cuba.

También ha publicado varias decenas de artículos en revistas y obras colectivas dentro y fuera de Cuba. Recibió la Distinción Por la Cultura Cubana, es miembro del Tribunal Nacional de Grados Científicos y de las asociaciones de Historiadores del Caribe, de Cuba, de la América Latina y el Caribe y de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba. Fue integrante del Consejo Científico Superior de la Academia de Ciencias durante quince años.

-¿Cómo comenzó su vida en la

Universidad de La Habana?

Ingresé en la Escuela de Ciencias Comerciales de la Universidad de La Habana en 1953. Entonces no había examen de ingreso, así que una vez que terminé el nivel precedente, pude matricularme. Las clases de esa carrera eran nocturnas y las prácticas los sábados.

-¿Cuáles fueron las asignaturas que

comenzó a impartir como profesor?

La primera vez que impartí una asignatura fue en la escuela de cuadros sindicales del Sindicato de la Medicina. Se trataba de Economía Política. Mi experiencia en el nivel de preuniversitario también comenzó  con Economía Política e Historia Económica de Cuba. En la Universidad me inicié por Metodología de la Investigación Histórica al terminar la carrera de licenciatura en Historia.

-¿Cómo percibe la enseñanza universitaria actual

desde el punto de vista de su especialidad?
 

Creo que se cumplen los objetivos propuestos para la carrera, solo que hubo que hacer ajustes en el plan de estudios y sacrificar una parte de los ejercicios prácticos, sobre todo en tercero, cuarto y quinto años, como por ejemplo, trabajos de diploma.

Tuvimos que adecuarnos a una situación nueva, pues no disponíamos del número suficiente de profesores para enfrentar todos los trabajos y nuestro departamento en sus inicios sí se adecuaba mucho a la demanda de la Facultad, pero algunos de los docentes se han retirado, otros son mayores de edad o cumplen otras labores como profesores consultantes, por lo que se ha reducido el número de quienes poseen mayor experiencia y han aumentado los jóvenes egresados que imparten clases, pero no tienen el mismo aval. Creo que tal situación es producto del relevo generacional no atendido en el momento que debió hacerse y llegó hasta la crisis.

El resto del plan de estudios se mantiene, así que el único cambio importante fue reducir el tiempo y cambiar la forma de terminar el ejercicio final de la carrera, pues ahora es con menos requerimientos, sobre todo, pensando que como ya existen varias maestrías, los estudiantes cuando terminan el grado de licenciatura pueden acceder a ellas y hacer ejercicios de más rigor. 

-Después de tantos años impartiendo

clases en la  Universidad de La Habana,

¿qué siente al haber formado a

un sinnúmero profesionales?

Solo pienso en ello cuando recibo noticias de ellos o me encuentro con alguno de nuestros graduados, especialmente si éstos continúan trabajando de algún modo en el campo de la historia o la cultura. En tales ocasiones, me siento muy gratificado e inclinado a continuar apoyándoles profesionalmente si se presenta la ocasión.

-¿Entregó todo su conocimiento a los estudiantes?

No. Toda persona acumula durante las distintas etapas de su vida y en sus estudios un conocimiento imposible de medir. Aunque se pretenda trasmitirlo en su totalidad a los hijos, no se logra. Si se  propone hacerlo con los estudiantes, el tiempo disponible no alcanza para ello.

-¿Qué aportes ha hecho al

país con sus investigaciones?

Creo que, hasta el momento, las más importantes investigaciones fueron las realizadas mediante colectivos de profesores y estudiantes de Historia. Me refiero particularmente a las que dieron lugar a libros como La United Fruit en Cuba y Caminos para el azúcar. Las mismas fueron experiencias irrepetibles, tanto en el orden investigativo como en el pedagógico.

Ese mismo tipo de trabajo colectivo dio lugar a un texto docente titulado Metodología de la investigación histórica, el cual, a pesar de que ha envejecido, todavía algunos compañeros lo utilizan. También pienso que La gran burguesía comercial en Cuba resultó ser un texto  novedoso en su tiempo y abrió un camino donde otros colegas han profundizado posteriormente.

-Con sus libros, basados principalmente

en la historia socioeconómica de Cuba,

ha contribuidoa la actividad investigativa.

¿Por qué  escogió este campo del saber?

Es la esfera en la que inicialmente creí estar mejor preparado, sobre todo a causa de mis estudios de bachillerato en Comercio, los años cursados en la Escuela de Ciencias Comerciales y mi  experiencia laboral durante diez años. Por otra parte, siempre me he sentido inclinado a realizar lecturas sobre esos temas.

-¿Cuál es la trascendencia que tiene para usted

como cubano y como profesor que la Universidad

de La Habana arribe a sus 280 años?

Yo siempre me he sentido muy identificado con la Universidad, hace ya 54 años que estoy en ella, primero como estudiante y después impartiendo clases, estoy muy vinculado, sobre todo, con su historia, hasta su historia colonial; creo que es una Universidad que tiene un patrimonio cultural e histórico, es la universidad primada del país y realmente me he dedicado a ella, la docencia aquí ha sido parte de mi vida, la mitad prácticamente. Para mí es una suerte pertenecer a ella.

-Es un profesor muy querido por sus compañeros

de trabajo, ¿cómo los calificaría usted a ellos?

Mis compañeros de trabajo son muy fraternales y tolerantes con quienes hace tiempo hemos entrado en la llamada “tercera edad”.  Aprecio mucho en ellos su entrega y sentido de la responsabilidad, no solo entre los profesores, sino también en el personal administrativo y de servicios.  

-Usted fue educador de muchos de los profesores

que imparten clases hoy en su Facultad. ¿Cómo se

siente después de transcurrido tanto tiempo?

El hecho de estar constantemente cerca de ellos y poder apreciar sus éxitos como profesores, es reconfortante. Si, además, uno se atreve a pensar que participó de algún modo en la formación de ciertos compañeros del claustro, lo lógico es que  sienta satisfacción por el desempeño  de sus anteriores años de labor pedagógica.

-¿Qué papel desempeñó como miembro del

Consejo Científico Superior de la Academia de

Ciencias de Cuba durante quince años (1989-2005)?

Participé durante todos esos años en el Consejo Científico Superior de Ciencias Sociales en la Academia de Ciencias de Cuba. Creo que casi desde su fundación. Fue un trabajo interesante, de gran responsabilidad  y a veces muy intenso. Siempre he creído que la plantilla de dicho consejo debía rejuvenecerse, pero si en algún momento la Universidad de La Habana decide proponerme nuevamente a la Academia para formar parte de dicho equipo, no declinaría tal honor.  

-Realiza una importante labor en la

conformación del plan de estudio en el Colegio

Universitario San Jerónimo de La Habana…

Pienso que con la creación del Colegio Universitario San Jerónimo de La Habana, que se encuentra en el lugar físico donde radicó la antigua Universidad y aunque es para una sola carrera, la de Gestión y Preservación de Patrimonio, ha sido un acierto ubicarla en ese lugar para rescatar el patrimonio mismo de la Universidad; aquella es parte de esta, la parte más antigua, y me complace mucho vincularme al proyecto. Me desempeño como coordinador de una disciplina en la que se van a impartir nuevas asignatura, así contribuyo no solo a la universalización, sino al rescate de lo más antiguo de la Universidad. Yo veo a la Universidad como un todo, para mí es un orgullo haber sido parte de ella durante tantos años.

-Ha recibido varios reconocimientos,

entre ellos, la Distinción Por la Cultura Cubana

y el Premio Nacional de la Crítica, ¿qué sintió?

Los premios y distinciones casi nunca se esperan, aunque siempre son bienvenidos y deben agradecerse tales decisiones a quienes han tenido la gentileza de tomarlas. Para mí lo difícil siempre ha estado en el momento de recibirlos, a causa del protagonismo que se debe asumir, aunque sea por unos minutos.

-¿Cuál ha sido su colaboración en otros países?

Compartir conocimientos en otros países es siempre muy útil desde el punto de vista del trabajo que personalmente se realiza. Tanto la posibilidad de entrar en contacto con estudiantes de diversas universidades como con profesores e investigadores de experiencia, y a la vez, confrontar conocimientos específicos de la ciencia que se practica, constituyen fórmulas para el entrenamiento de cualquier profesional. Esta también es una manera de confrontar  el nivel científico-pedagógico externo con respecto a lo que hacemos internamente en nuestra educación superior.

-¿Cómo valora a los futuros profesionales

que egresan de su carrera? ¿Alguna

diferencia con los de décadas  anteriores?

Quizás pueda haber diferencias en el nivel de preparación de los graduados de cada época. Todo depende de lo que el tiempo y las circunstancias permitan hacer para su formación. Los actuales graduados reciben un  menor entrenamiento en  investigación y eso se aprecia en los proyectos o estudios de orientación que deben presentar al final de la carrera. Sin embargo, la existencia de maestrías permite a los graduados la erradicación de este problema a posteriori, solo que a costa de una nueva inversión de tiempo por parte de ellos y también de los profesores. 

-¿Qué piensa de las transformaciones educacionales

que están sucediendo en la  enseñanza universitaria?
 

Anteriormente hubo una diversificación, una ampliación de la Universidad mediante las facultades de Educación a Distancia, que existen todavía. Hoy se realizan otros cambios, recuerdo un verso de Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), en una oda que hizo al río Yumurí, un río ancho, pero de poca profundidad, y decía en uno de sus versos: “Mientras más tu cauce ensanchas, más cercana está tu muerte”. Ese ensanchamiento de la educación siempre tiene riesgos desde el punto de vista de la profundización, aunque esto no es compartido por muchos, es una realidad, pero pienso que es muy difícil lograr hacer ambas cosas a la vez y como todo lo nuevo tiene su riesgo también.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo Central: Profundizar en la labor profesional del entrevistado a lo largo de su carrera como profesor de la Universidad de La Habana.

Objetivos Colaterales: Conocer sus inicios como educador; Obtener su criterio respecto a las transformaciones realizadas en la Universidad actualmente; Su opinión respecto a los estudiantes que cursan estudios en la institución; Acercarnos a sus tareas recientes dentro del programa universitario; Indagar en sus proyectos y en la labor que realiza en la actualidad.

Tipo de Entrevista:

Por su forma: Clásica, de preguntas y respuestas.
Por su contenido: De personalidad
Por el canal: Encuentro directo

Tipo de Título: Genérico
Tipo de Entrada: Biográfica
Tipo de Cuerpo: De preguntas y respuestas
Tipo de Conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes consultadas:

Currículum del entrevistado. Fuente documental.

José Carlos Vázquez, decano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología. Fuente no documental. 

 

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