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¿DÓNDE ESTÁ LA NOTICIA?

¿DÓNDE ESTÁ LA NOTICIA?

Tema: La profesora y periodista argentina Stella Martini, puntualiza: “La selección y clasificación de los acontecimientos que serán noticia se apoya en los ejes información-sociedad, en términos de necesidades y expectativas, y de reconocimiento-realidad, en términos de verosímiles que constituyen la realidad cotidiana, y tiene que ver con los valores de noticiabilidad de los que se carga en cada situación y en cada medio en particular.” 

LÁZARO GONZÁLEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Noticia, como arte o verdad, es una

palabra breve y de múltiples significados.

En el sentido estricto, se trata de un

producto tan simple y directo como el 

jabón o los zapatos. En el sentido amplio,

su calidad es escurridiza, su variedad

infinita, y no tiene más límites que

los de la propia vida.” (Carl N. Warren)

Al preguntar sobre qué es noticia, más de un periodista titubea; pero todos, antes de escribir, determinan lo que será informado mediante un proceso de selección y jerarquización, de acuerdo con una serie de valores que dependen de su formación sociocultural, el momento histórico, la política del medio en el cual labore y a quién se dirija el mensaje.

En su libro Periodismo, noticia y noticiabilidad, Stella Martini,  profesora e investigadora en temas de medios masivos, comunicación y sociocultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, define la selección de lo que será noticia como uno de los momentos de la profesión periodística que más dolores de cabeza produce a los que la ejercen y que es tema de este trabajo.

“La selección y clasificación de los acontecimientos que serán noticia se apoya en los ejes información-sociedad, en términos de necesidades y expectativas, y de reconocimiento-realidad, en términos de verosímiles que constituyen la realidad cotidiana, y tiene que ver con los valores de noticiabilidad de los que se carga en cada situación y en cada medio en particular”, sostiene Martini.

El periodismo está concebido como constructor de una realidad social que permita conocer aquello que por diversos motivos no pueda ser conocido directamente por nosotros. Así, el periodista se convierte en un intermediario entre el hecho y el público, entre la información y la sociedad. A los medios de comunicación corresponde, entonces, la selección de los acontecimientos que serán noticia, el privilegio de escoger lo que debe o no ser publicado, de acercar una cultura y establecer un criterio sobre ella. Por eso, se exige una gran responsabilidad a la hora de seleccionar la noticia para que ésta sea, en primer lugar, verosímil; y en segundo, lo que el lector necesita de acuerdo con su contexto.

A este parecer se suma el periodista Miguel Fernández Martínez, de la Agencia de Información Nacional, al decir: " Es necesario que cada información procesada llegue al destino para el cual se produce, de ahí la importancia de poder establecer las coordenadas para decidir hacia dónde se dirigirá la noticia, quién será su receptor y cuál es el interés que busca."

Para construir la información todo periodista debe velar porque su subjetividad no tergiverse, ya sea de forma consciente o inconsciente, la circunstancia en que se produce el hecho y ser partícipe de esa realidad para poder dar una imagen menos parcial de lo que sucede, lo cual es bastante difícil dada la influencia de nuestros criterios personales en la elaboración  del mensaje.

De acuerdo con el reportero del semanario 26, de Las Tunas, Itsván Ojeda Bello, “el periodista reconstruye claves para interpretar los hechos que nuestra limitada competencia interpretativa no es capaz de alcanzar. La institución periodística selecciona entre todos los sucesos, los que estima pertinentes y relevantes, en función de criterios de interés social, que no siempre se explicitan.”

Es decir, los hechos que son noticia en un lugar no tienen por qué serlo en otro. He ahí la importancia de las circunstancias concretas, que pueden ser históricas o geográficas, para que un suceso pueda interesar a determinado sector social, aún cuando existen algunos que por su magnitud deben ser de interés para toda la humanidad como ataques terroristas, el sida, las pandemias, los efectos del empleo de armas nucleares en la población civil, las amenazas al medio ambiente, entre otros ejemplos. Estas cualidades relevantes de los acontecimientos son los valores noticia o requisitos que debe cumplir toda información para ser procesada por los mass media.

Dentro de los valores noticia también podemos destacar la jerarquía de las personas implicadas en el suceso, las consecuencias que pudiera tener este, la cantidad de gente que involucra,  la actualidad, y por supuesto, la veracidad, entre otros. Estos afectan, en definitiva, a los individuos comunes dentro de  la sociedad, quienes se van a sentir identificados con esa realidad mostrada por los medios, que les permita asociarla a su propia experiencia.

Lo que Stella Martini denomina eje información-sociedad no es más que la relación entre los periodistas y los sujetos que integran la realidad social. Para saber qué le gustará al público dice: “Hay que entender a qué llaman noticia y el interés que tienen por ella, el lugar que ocupa en su vida cotidiana; cómo la leen, y qué relación establecen entre la jerarquización que plantean los medios y la que ellos hacen de la realidad y, finalmente, la articulación entre los niveles de comprensión de la noticia, la propia experiencia y los imaginarios que sustentan.” El interés será mayor en la medida en que se reconozcan con esa circunstancia.

La construcción de la información, agrega Martini, “incluye un alto grado de interés y de curiosidad, etapas de do¬cumentación y de búsqueda y verificación de las fuentes, de selección y valorización del grado de noticiabilidad, y de interpretación del acontecimiento”. Es evidente que no podemos escoger la noticia sin  estar conscientes de  poder desarrollarla con eficiencia, según los conocimientos que poseamos, además de tener en cuenta los efectos que tendrá.

Y Javier Ibarrola, director editorial de la revista mexicana Impacto, opina que dada la pluralidad que hoy se observa en los diferentes medios de comunicación, una noticia no tendrá el mismo valor en uno que en otro. Para los diarios de gran tirada, la noticia importante es aquella que tiene valor universal, aunque todos los días vemos y escuchamos en los periódicos, el radio y la televisión que la noticia local o regional implica un mayor tratamiento que aquella que involucra a grandes conglomerados sociales.

Además de su valor informativo como reconocimiento de la realidad, la noticia exige otro requisito: ser un discurso verosímil. Y dicha verosimilitud, según Martini, depende de los significados de verdad en una cultura determinada, y de las reglas del género. Por su efecto, se produce la coincidencia de un texto particular con otro texto que se constituye en el cruce entre la opinión pública y las representaciones sociales. El sentido verosímil, que simula preocuparse por lo objetivo, se interesa por construir y mantener la relación con sus lectores a través de un discurso reconocido.

Para Javier Dueñas Oquendo, periodista del diario Juventud Rebelde: «Un evento puede ser raro, inimaginable casi. Todo depende de la comprensión de la realidad que tenga quien lo observa, y de ese proceso de acercamiento a los hechos puede resultar si algo nos parece interesante o no. Este asunto de los conocimientos es, por tanto, esencial para reconocer verosimilitud y que esta noción actúe en un sentido atrayente hacia el contenido de un producto periodístico. No basta con que el hecho en sí mismo exista; tiene que verse, comprenderse, y para ello habrá que cruzar cierto umbral.

«Llegar a ese punto depende de un esfuerzo mutuo, en el que no solo intervienen los juicios y conocimientos de los lectores acerca de un tema, sino la comprensión que el reportero tenga de este y, más allá, de lo que saben de él los públicos. Escribir, por ejemplo, sobre novedades científicas como las nanotecnologías y las partículas subatómicas es un desafío. Cabe esperar que solo un público reducido busque temas así y se mueva cómodamente entre los términos apropiados para describirlos. Pero el periodismo no puede renunciar a las novedades que en cuestión de información estos campos generan, así como tampoco los reporteros pueden renunciar a nuevos lectores.

«Luego, tenemos que ampliar ese público contribuyendo a formarlo e, incluso, formándonos a nosotros mismos. No hay dudas de que en el camino también llegamos a identificar áreas temáticas que pueden ser más atractivas para los neófitos, e insistimos más en ellas no porque definan al suceso sino porque hacen más eficaz el proceso de divulgarlo. Hay que tener presente, en todo caso, si ese anhelo de eficacia comunicativa no va en sentido opuesto al interés por dar a conocer la verdad.»

Como hemos podido percibir, la clasificación de los valores noticia no es fácil, pues depende de varios factores que no se pueden obviar, los cuales cambian de acuerdo al tiempo, el lugar y al emisor o  receptor de la información. No hay recetas fijas, todo depende de nuestro olfato periodístico, de la observación que seamos capaces de hacer y de la aceptación  de nuestros lectores.

BIBLIOGRAFÍA:

Calzadilla Rodríguez, Iraida. La Nota. Editorial Pablo de la Torriente Brau. La Habana, 2005.

Ibarrola, Javier. La noticia. 3ra edición. Editorial Gernika, S. A. México, 2001.

Martín, Stella. Periodismo, noticia y noticiabilidad. En:   www.librerianorma.com  Consultado: 7/12/09.                   

Ojeda Bello, Itsván. ¿Qué es noticia? Acercamiento a la noticiabilidad. En: www.monografías.com  Consultado: 7/12/2009.

Periodistas consultados:

Miguel Fernández Martínez, de la Agencia de Información Nacional.

Javier Dueñas Oquendo, periodista del diario Juventud Rebelde.

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