UNA SIMBIOSIS NECESARIA
Tema: El escritor y político francés André Malraux, autor de La condición humana, llamó a los periodistas “Historiadores del instante”.
LORENA SÁNCHEZ, GARCÍA,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
El periodismo es un oficio terrible y extraordinario. La historia es una categoría dialéctica avasallante, un toro que siempre embiste de improviso. Ambas son dos disciplinas independientes, pero con puntos de contacto. No son pocos los escritores deudores del periodismo, pues los ha dotado de las habilidades necesarias para hurgar en el pasado.
“La historia es un suicida que revive años después”, diría el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona en alusión a la vigencia de la misma. La labor periodística nos permite captarla en el instante mismo de su devenir y ser testigos directos de su impronta. Por ello, el escritor francés André Malraux aseguró que los periodistas somos “historiadores del instante”, capaces de interpretar la realidad para hacerla perdurable.
El periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Miguel Ernesto Gómez Masjuan, asegura que todo profesional de la información es un mediador social, por tanto, debe tener la suficiente capacidad para contextualizar un hecho, pues, a través de una simple nota, sobre el más trivial de los temas, contribuye a enriquecer la historia de su país.
En el buen ejercicio de nuestra profesión, además de la descripción de un acontecimiento, se detalla también por qué ha sucedido. El investigador y sociólogo Andrés Kozel asegura que “lo más importante para un periodista es hacer historia a partir de las interrogantes del presente”.
Asimismo, los roles de ambas profesiones constituyen una simbiosis necesaria para entender el entorno. Ambas se asocian para escudriñar un suceso. Según Luis Raúl Vázquez Muñoz, corresponsal del diario Juventud Rebelde en la provincia de Ciego de Ávila, “en el pasado pueden encontrarse hechos con la suficiente relevancia y una buena dosis de carga humana, con sus respectivos conflictos, capaces de movilizar por sí solos el interés de las audiencias”.
El buen reportero, reconoce el polaco Ryszard Kapuscinski, estudia la historia en el momento de su desarrollo. Tener sabiduría e intuición de historiador es una cualidad fundamental para todos los profesionales de los medios. En la práctica, ambos intentan cronicar una época.
“Los periodistas escriben día a día la historia presente”, asegura Mercedes Hernández, quien hace más de tres décadas se dedica al ejercicio de la profesión en la emisora Radio Taíno.
En la actualidad, a medida que se desarrolla la especialización y la fragmentación del conocimiento, también urge la trasdisciplinariedad del mismo. Para Eduardo Torres Cuevas, historiador y Premio Nacional de Ciencias Sociales en el año 2000, “un buen periodista debe poseer una visión histórica y no puede haber un buen historiador incapaz de asumir el legado de los profesionales de la información”.
Según el reportero villaclareño Luis Machado Ordetx, todos tenemos la vocación de mirar la historia a través del prisma del periodismo, pues, desde una perspectiva diferente y mediante herramientas propias del campo de la comunicación, somos profundos intérpretes del pasado con el objetivo de explicarles a los lectores el presente.
Pero el periodista “cronista del instante”, como asevera Gómez Masjuan, necesita mucha capacidad de análisis para no ser, apenas, un mero reproductor de datos, capaz de recitar hechos. Si no logra comprender mejor los procesos históricos, relacionarlos, entonces ese profesional no cumplirá cabalmente su rol como investigador social.
Para el reportero polaco Ryszard Kapuscinski, sólo la comprensión de la historia nos permite trascender sus contradicciones. Esto se consigue observando sus múltiples y diversas manifestaciones.
Somos quienes retratamos una época, una imagen, un sentimiento. Esa es nuestra responsabilidad. Trabajamos los acontecimientos, cuya dimensión estriba en el presente, en la inmediatez y la actualidad. Pero, ¿cómo tratar la historia desde el periodismo? ¿Dónde está la convergencia? Ambas tienen como propósito al hombre y a la sociedad en la cual se desarrolla.
“Todo periodista es un historiador”, decía Kapuscinski, pero no todo historiador puede ser considerado como periodista, pues, en ocasiones, no dispone de las habilidades necesarias para emitir un mensaje claro, sin ataduras convencionales ni esquematismos.
Sin embargo, el profesional de los medios escribe hoy la noticia que mañana puede convertirse en un documento infalible. Desde una perspectiva diferente, intentamos mostrar una historia más humana, aferrada a los conflictos de una sociedad, la cual necesita comprender el por qué de los mismos.
La historia no es un closet donde se guarda lo viejo e inamovible, aunque muchos intenten entenderla de esa forma. El periodismo retrospectivo es una manera de romper con los cánones a los cuales estamos acostumbrados, pues no solo se preocupa por los hechos ocurridos en el pasado, sino por aquellos más recientes.
El periodista, dice Vázquez Muñoz, no actúa con la misma variable de espera con la que debe trabajar el historiador: “Mientras a este se le recomienda esperar la sedimentación del impacto de los sucesos para realizar un análisis frío; el reportero no demora, pues no puede aguardar por esa dilación temporal y se acerca a momentos del pasado desde otra mirada”.
Como buen profesional de los medios, debemos conocer que la simple exposición de los hechos en orden cronológico dista de ser una interpretación satisfactoria. Tal vez, eso nos diferencia de los historiadores. Los procesos de cambio y los acontecimientos sociales son el resultado de múltiples intenciones de sujetos diferentes en condiciones complejas. Asimismo, los periodistas como mediadores sociales no debemos pasar por alto las motivaciones psicológicas de los actores de la historia.
A partir de las consideraciones de Machado Ordetx, en la investigación histórica al igual que en el periodismo, de la cuestión típica de unas u otras situaciones de la vida social, de ese carácter de expresar determinadas leyes que rigen los procesos en su devenir, depende el sentido de la escritura.
El ejercicio del reportero puede producir y divulgar conocimiento histórico. Él colabora con la conciencia de los sectores más amplios de la población, desde el hoy y para el mañana. La retrospección, al ser narrativa, trata de construir definiciones coherentes de los hechos, aparentemente desligados de nuestra realidad. En la medida que el periodismo se vuelve más interpretativo y busca responder al por qué de las cosas, la dimensión temporal de los mismos cobra mayor relevancia.
Cuántas veces no hemos encontrado libros históricos donde se referencia algún artículo periodístico de la época. Las hemerotecas constituyen un material indispensable para cualquier investigador. Cada palabra escrita por el periodista queda grabada en los anales de la historia y, al cabo de los años, son desempolvadas con el objetivo de convertir el pasado en presente.
Bibliografía:
Kapuscinski, Ryszard. Los cínicos no sirven para este oficio. Barcelona, editorial Anagrama.
Torres Cuevas, Eduardo. En entrevista de Isachi Fernández Fernández. Disponible en: http://www.cubarte.cult.cu/periodico/entrevistas/5705/5705.html.
Vázquez Muñoz, Luis Raúl. Periodismo Histórico: la criatura que quiere vestirse. Disponible en: http://www.periodismohistorico.net/articles/tribuna/145.htm.
Periodistas entrevistados:
Mercedes Hernández, periodista de Radio Taíno.
Miguel Ernesto Gómez Masjuan, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
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