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Isla al Sur

¿A DÓNDE VAMOS?

¿A DÓNDE VAMOS?

Muchos jóvenes cubanos opinan que no hay suficientes opciones culturales para distraerse y que las existentes no responden a todas las preferencias.

LAURENT GUEVARA SANTANA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

¡No hay dónde ir!, escuchamos decir a los jóvenes, al referirse a la escasa diversidad de espacios recreativos que están a su alcance. Pero, ¿en realidad son tan reducidas las ofertas? Existen muchos sitios destinados al esparcimiento de ese exigente sector de la sociedad. Sin embargo, el verdadero problema consiste en brindar opciones para todos los gustos.

Unos solo reconocen como posibilidades de diversión, bailar en centros nocturnos; mientras que otros, también asumen las visitas a teatros, museos y galerías, como lugares de entretenimiento. El mayor reto es cambiar el concepto de recreación y el empleo del tiempo libre de la juventud.

Los jóvenes escuchan distintos tipos de música y se reúnen según sus aficiones. Todos los grupos no “siguen” a los mismos cantantes ni quieren compartir iguales espacios, pero existe muy poca variedad en las actividades culturales y recreativas que se realizan.

María Carla Guevara, estudiante de la especialidad de Teatro en la Escuela de Instructores de Arte, comparte su opinión: “Muchos fines de semana, paso horas pensando dónde puedo ir. Me encanta el teatro, pero cuando veo todas las obras se reducen las posibilidades de salida. La mayoría de las opciones son parecidas porque las instituciones organizan programaciones culturales  muy limitadas, como si todos tuviéramos estándares de gustos establecidos.”

Karen Pérez, especialista de la Dirección de Programas Culturales del Ministerio de Cultura, expone que es uno de los objetivos priorizados de la política cultural de este ministerio el trabajo con niños y jóvenes, “el tratamiento más puntual a los grupos y la programación de estrategias son tareas esenciales. Con ese fin, los centros vinculados al patrimonio, las artes escénicas y la música trazan sus planes de acción para llegar a un público especial y exigente que abarca desde los 18 hasta los 35 años de edad.

“Con el objetivo de lograr mayor variedad y una promoción más atractiva, las instituciones realizan diagnósticos para conocer las preferencias culturales de los distintos grupos que existen dentro de la juventud”, agrega.

Ana Rosa García, otra especialista de la misma Dirección,  explica que actualmente trabajan sobre las estrategias para incidir en el tratamiento de niños y jóvenes: “En las encuestas efectuadas para conocer los deseos de ese sector y definir la gama de gustos y aficiones, se evidencia que la mayoría está interesada en las opciones brindadas por los centros que cobran sus servicios en CUC, como discotecas, clubes nocturnos, etcétera”.
Historias y opiniones

“La vida en el Vedado muere muy temprano. Si a las nueve de la noche todavía hay helado en Cooppelia, la cola es enorme. El Malecón se llena de gente, los parques están mal iluminados. La mejor opción es reunirnos en casa de alguien del grupo para compartir y disfrutar sin muchos gastos, jugar dominó, oír música, bailar y conversar”, declara María Carla Guevara.

Claudia Santana, estudiante de la escuela de música Amadeo Roldán, cuenta que ir al Parque Lenin, a Expocuba o a la Isla del Coco es muy costoso, pues “cada aparato de los que pueden disfrutar los adultos cuesta seis pesos en moneda nacional; luego, las colas son inmensas.”

Ana Núñez, ingeniera informática, expresa que los campismos están en mal estado, “en algunos casos, como el Mirador, las cabañas carecen de baños y el agua de la piscina está sucia y verde. Es preciso mantener las condiciones higiénicas, sobre todo, en la etapa del verano cuando se propagan tantas enfermedades”.

Amarilys Peña, gestora de venta comercial de la Oficina de Reservación de Campismos ubicada en Calzada y C, en el Vedado, informa que todos los campismos fueron liberados y las reservaciones están al alcance de los jóvenes cuando ellos gusten.

“Brindamos ofertas en bases de primera a quinta categoría y los precios del alquiler de las cabañas oscilan entre cinco y 36 pesos c.u.p por cada noche, en dependencia de la capacidad de los cuartos. En el mes de junio (2009) la empresa pasará al Ministerio del Turismo y pensamos que mejoren las condiciones, pues ya comenzaron las reparaciones”, comenta la gestora de reservaciones de campismos.

Marcos Pruna, estudiante de Ciencias de la Computación de la Universidad de La Habana, cree que “en realidad sí existen  espacios culturales para divertirnos, porque podemos ir al ballet, al teatro, a conciertos, pero las opciones no abarcan todos los gustos. Los muchachos de mi grupo y yo, preferimos recorrer la Isla.

“En las vacaciones preparamos excursiones para conocer el país. Lo hacemos prácticamente sin dinero y nos gusta, pero es difícil porque dormimos en el piso, pasamos trabajo con el transporte. Sería bueno que habilitaran hoteles modestos o casas de alquileres baratos para esta clase de expediciones”, cuenta.

Otras oopciones

Los Cafés Literarios constituyen una buena opción en moneda nacional. Son lugares interesantes, con decoraciones muy agradables, donde siempre se puede  encontrar algún conocido, pasar un rato placentero, escuchar música o descubrir un buen libro.

Odelquis Yero Pino, jefa del Departamento Ideológico del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), explica que el objeto social de la UJC es la atención a todos los jóvenes, sean militantes o no. En el último congreso de la UJC, Fidel habló sobre la importancia de fomentar el talento artístico, la recreación sana y la preocupación de saber en qué emplean los muchachos su tiempo libre.

“Existen proyectos encaminados a alcanzar esa meta como los Cafés Literarios, que están destinados a fomentar la cubanía. Llevan el color azul que identifica a la ciudad, están ambientados con música cubana y muestran la historia de esta infusión. En ellos es posible disfrutar de una lectura amena gracias al Club de Amigos del Libro”, agrega la dirigente.
Ofertas en moneda nacional

Los estudiantes universitarios tienen la oportunidad de pagar bajos precios por ir a discotecas como Le Select o El Duville, pero una vez dentro las bebidas son excesivamente caras. Las cervezas y los refrescos nacionales se encuentran por encima de su costo habitual y no están al alcance de la media de los alumnos.

Los especialistas del Centro de Estudios sobre la Juventud plantean que es necesario fortalecer y diversificar el concepto de recreación sana, el cual se encuentra restringido al baile y a la música. Por tanto, urge ampliar el abanico de posibilidades de entretenimiento. Así que, en colaboración con la Dirección Nacional de la UJC, se proponen diseñar proyectos recreativos más próximos a los gustos y preferencias de este sector de la sociedad.

“La ciudad ha creado una serie de espacios para los jóvenes. Algunas de estas ofertas son el Salón Rosado de la Tropical que funciona de martes a domingo con variedades de música y orquestas de primer nivel. El Maxin Rock es otra buena opción para quienes gustan de este género. Los Jardines de la Tropical, en coordinación con el Parque Metropolitano, brindan una propuesta de música fusión. Las galerías de arte exhiben todos los meses obras de artistas importantes”, declara Teresita Domínguez, subdirectora de la Dirección Provincial de Cultura de Ciudad de La Habana.

Por su parte, Ana piensa que las opciones son pocas y caras porque “en La Tropical, en Los Jardines y en los conciertos cobran  20 pesos c.u.p solo por tener acceso al lugar. Sin embargo, en el Balneario Universitario, situado en Primera y 42, cobran dos o cuatro pesos en moneda nacional por la entrada, pero las ofertas gastronómicas son equivalentes al importe en c.u.c.”

“Los precios de las entradas son altos porque responden a los impuestos por el costo de los grupos y en relación a las ofertas gastronómicas, los precios vienen establecidos así por el Ministerio de Comercio Interior”, explica la subdirectora de la Dirección Provincial de Cultura.

“Hay lugares buenos que no se conocen por falta de promoción.  Muchas veces me entero de la programación de las propuestas culturales por correo electrónico o gracias a los sueltos que reparten en la calle, pues en la televisión anuncian las carteleras muy tarde en la noche o el mismo día en que se realizan las actividades. Entonces, no da tiempo a ir”, aclara Ana.

Sobre este planteamiento, Teresita Domínguez explica que la divulgación es otro problema, no siempre los medios promueven la información que se les envía y resulta un proceso complicado por la cantidad de instituciones existentes en la capital y las prioridades del momento.

“El programa Donde va La Habana y el sitio web Kewelta Habana, pudieran ser televisados en canales de mayor audiencia o publicados en la prensa, respectivamente, porque son trabajos concebidos para difundir las carteleras culturales de la capital”,  propone la ingeniera informática. 

Comenta Ana Rosa, la especialista de la Dirección de Programas Culturales, que existen espacios de calidad con propuestas sólidas. En las salas de teatro Adolfo Llauradó, Bertolt Bretch y Mella se muestran obras en los horarios inhabituales de nueve a once de la noche.

“En cuanto a la música, a partir de las doce de la noche, en los cines Acapulco y Riviera se ofrecen conciertos con grupos de pequeño formato. También presentamos peñas de varios trovadores en  el jardín de la Pérgola. Estas actividades están dirigidas a un público heterogéneo, diverso y se planifican  de acuerdo con las expectativas de cada grupo”, precisa la especialista.

Viernes, sábado y domingo

“Renecito de la Cruz ideó este espacio para recitar, hacer cuentos y disfrutar de los trovadores porque los domingos a las siete de la noche, no hay muchos lugares a donde ir. En un tiempo tuvo calidad, pero ahora, asisten personas con quienes resulta difícil compartir, pues no están atraídas por esta clase de actividades. La organización del proyecto se nos ha ido de las manos y se ha convertido en un punto de encuentro para pasar un rato, sin ningún interés cultural”, cuenta Alina Molina, actriz de la compañía Mefistos Teatro y fundadora del proyecto de la Casona de Línea.

El Maxin Rock es una nueva propuesta para quienes gustan del Rock & Roll. La entrada es en cinco pesos moneda nacional. Los conciertos de grupos de moda y las comodidades del local son una excelente combinación para brindar a quienes disfrutan de este tipo de música.

“En el Maxin Rock se esmeraron. Es amplio, tiene buen audio, aire acondicionado, mezclan bien a los grupos tradicionales y de nueva creación, presentan distintas vertientes dentro del mismo género, han invitado a músicos uruguayos, españoles, mexicanos, pero carece de promoción. Allí también radica la Agencia Cubana de Rock, que debería hacer compilaciones en discos para darle publicidad en la radio”, considera Carlos Tejera, técnico medio en Telecomunicaciones.

La Sala Atril es un proyecto joven, donde se presentan en un espacio fijo a trovadores como Frank Delgado, Polito Ibañez, Raúl Paz, David Torrens y Kelvis Ochoa. 

“La entrada a la Atril cuesta 25 pesos en moneda nacional los jueves y viernes, pero dentro del local los precios son muy altos. El agua, el refresco y la cerveza valen 1.65 c.u.c, aunque otras discotecas tengan iguales precios, no significa que estén bien puestos”, analiza Josué Labaut, estudiante de 24 años de la carrera de Ciencias de la Computación, de la Universidad de La Habana.

Araceli Fernández, directora económica del teatro Karl Marx, explica: “Sabemos que el público está inconforme con los precios de las ofertas  gastronómicas, pero éstos son equivalentes a los de otros centros nocturnos. Además, actualmente no ganamos nada por la actuación de los artistas, solo recaudamos 800 pesos c.u.p por cada función. No es posible poner el cover en moneda nacional y, al mismo tiempo, bajar el costo de las bebidas. Debemos probar poco a poco, para encontrar soluciones viables porque el pago del equipamiento y de su mantenimiento es caro”.

¿Mirarlos con lupa?

Para ayudar a los jóvenes hay que comprenderlos. Es necesario saber  hacia dónde se mueven sus intereses personales, los problemas que enfrentan, qué piensan y a qué lugares prefieren ir. Los investigadores del Centro de Estudios sobre la Juventud realizan indagaciones para encontrar respuestas a estas interrogantes.

“Los estudios realizados en esta institución están encaminados a saber hacia dónde se mueven los jóvenes. Luego, son presentados a la Dirección Nacional de la UJC y analizados en programas de radio y televisión,  en espacios de debate juvenil o de intercambios científicos”, informa Natividad Guerrero, directora del Centro de Estudios sobre la Juventud.

Cuba tiene limitantes económicas, pero también existen  autolimitantes de las personas. Es importante educar los gustos e inclinaciones  de los niños, para que cuando maduren sean capaces de divertirse en disímiles ambientes y disfruten de toda clase de recreación.

Durante el transcurso del año se celebran variadas actividades culturales que cuentan con la aprobación del público, como los Festivales internacionales de Cine, la Bienal de La Habana, las Romerías de Mayo, los carnavales. Sin embargo, aún no se satisfacen todas las demandas. Los jóvenes reconocen que existen  espacios de diversión, solo piden ampliar la variedad y que las ofertas estén acordes a sus niveles adquisitivos, pero siempre será imprescindible conocerlos para complacerlos.

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