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LA INTERPRETACIÓN: PUNTO DE CERCANÍA CON LOS RECEPTORES

LA INTERPRETACIÓN: PUNTO DE CERCANÍA CON LOS RECEPTORES

Tema: El periodista cubano Mario Esquivel sostiene: “La calidad del producto periodístico es una de nuestras preocupaciones mayores, pues creemos que forma y contenido han de marchar juntos para que el mensaje tenga el alcance deseado, lo cual sería imposible si nuestro discurso no estuviera en sintonía con estructuras narrativas y códigos de creación e interpretación simbólicos, reconocibles por nuestros receptores.”

VERÓNICA ALONSO CORO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Larga y dinámica ha sido la historia del periodismo, conformada por diversas tendencias que han condicionado las maneras de decir, atendiendo a los objetivos e intencionalidad de los textos. Los estilos y géneros periodísticos surgen como parte lógica de una diferenciación, manifestada en los distintos contextos y necesidades históricas.

“Los géneros periodísticos serían como una red que el colectivo profesional de los periodistas lanza sobre eso que llamamos ´el mundo´ para racionalizarlo y explicarlo”, explica la periodista y teórica española Mar de Fontcuberta en su libro La noticia, pistas para recibir el mundo. Justamente el último elemento de este concepto –la explicación- será el centro de análisis del presente trabajo, que no pretende más que poner a juicio del lector la efectividad de ella dentro del periodismo.

Hoy día, diversos estilos confluyen en los medios, unos y  otros ganan el protagonismo. Pero, en esta escalada por alcanzar un espacio en la agenda, por una posibilidad de enfocar las situaciones de maneras determinadas, no siempre se logra que la labor social del periodista se adecue a la realidad contextual.

“La calidad del producto periodístico es una de nuestras preocupaciones mayores, pues creemos que forma y contenido han de marchar juntos para que el mensaje tenga el alcance deseado, lo cual sería imposible si nuestro discurso no estuviera en sintonía con estructuras narrativas y códigos de creación e interpretación simbólicos, reconocibles por nuestros receptores”, afirma el periodista de Prensa Latina, el cubano Mario Esquivel.

Para lograr una mayor cercanía con los hechos y abordarlos en su contexto, surge en Francia después de la Segunda Guerra Mundial el estilo explicativo. Tras un tiempo se traslada con mayor fuerza a Norteamérica y adquiere la dimensión de interpretación. Su punto de partida fue intentar “buscar detrás de la noticia”. Ya el objetivo no era solo informar sobre el suceso más reciente o llamativo, o emitir la opinión del propio periodista sobre el asunto en cuestión, sino analizar profundamente los conflictos, desde distintos enfoques, con las declaraciones de las fuentes como base.

José Luis Martínez Albertos plantea que el periodismo de explicación “aparece como una consecuencia lógica de la evolución interna del periodismo informativo y como una necesidad competitiva de la Prensa escrita frente al periodismo radiofónico y televisado”, y Mar de Fontcuberta lo define como un estilo que “aborda los hechos a profundidad y utiliza equilibradamente (…) relato y comentario, situándolos en una nueva perspectiva”.

Algunos autores como Raúl Peñaranda ubican a la interpretación en un punto intermedio entre la noticia y la opinión y no como un estilo con autonomía propia. La escuela cubana de periodismo la considera independiente y la desarrolla en dos géneros fundamentales: la nota interpretativa y el reportaje.

Sobre este último, género más familiar para la mayor parte del público, Eduardo Ulibarri expresa en su libro Idea y vida del reportaje: “El reportaje engloba y cobija a las demás formas periodísticas. Tiene algo de noticia cuando produce revelaciones; de crónica cuando emprende el relato de un fenómeno; de entrevista cuando transcribe con amplitud opiniones de las fuentes. Se hermana con el análisis en sus afanes de interpretar los hechos y coquetea con el editorial, el artículo y la crítica cuando el autor sucumbe a la tentación  de dar sus juicios sobre aquello que cuenta o explica”.

Respecto a la nota interpretativa, menos empleada en el periodismo actual cubano y que, sin embargo, pudiera dar un giro positivo a la comprensión de los mensajes escritos dada la profundidad que alcanza, la profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Iraida Calzadilla, sostiene que en ellas y en los análisis necesarios que estarán conformándola, habrá una vocación interna del periodista por aprender a pensar –él y sus receptores- desde el conocimiento, y a evitar rutinas instrumentales consagradas por el uso.

La Doctora agrega en el artículo El análisis y la interpretación para entender el mundo que “si la información es poder, entonces hoy –muy en especial en la prensa impresa y sin desestimar lo puramente noticioso que siempre tendrá espacio en los diarios- es forzoso estimarla en su verdadera dimensión, con todos sus datos, con todas sus fuentes, con todos los soportes de hechos, antecedentes, contextos, fuentes, que la hagan ser el registro de una realidad que se propone explicar y proyectar”.

En la interpretación, mediante un diálogo de fuentes, que debe ser ameno, pero equilibrado en opiniones, un estilo más libre de escritura y organización de la información y la expresión implícita o explícita de comentarios propios, el periodista puede lograr un producto más ameno y abarcador que la rígida noticia en pirámide invertida.

“Es imprescindible para la correcta elaboración de este tipo de trabajos, tener diversidad en las fuentes, variedad de criterios. Las personas no tienen siempre una opinión completamente negativa o positiva de un tema y eso es lo que hay que buscar, los pro y contras de una situación determinada”, considera Bárbara Avendaño, periodista de la revista Bohemia, publicación con gran tradición en los géneros interpretativos.

Respecto a la forma del reportaje o la nota interpretativa, considera que “es muy importante que el trabajo tenga título y entrada atractivos, para lograr que, aunque el lector no esté interesado especialmente en el tema que se trata, quiera comenzar a leer, se motive a enterarse de toda la información que se brinda”.

Así como la entrada, el cierre de un trabajo interpretativo es determinante en la impresión que este deja en el lector. Al no trabajar con la estructura de pirámide invertida utilizada en la información, el periodista obtiene mayor libertad para organizar el contenido, pero es ahí donde entra a jugar el oficio. “Se debe lograr balance informativo en el trabajo y un buen cierre es muy importante para no decepcionar al lector al final”, amplió Avendaño.

Las agencias de noticias, a pesar de responder a una fuerte dinámica noticiosa, que obliga al estilo directo y sintético en las informaciones, también dedican un espacio a la interpretación como manera de completar y dar un verdadero seguimiento a los conflictos y hacerlos llegar a los receptores. Ulises Canales, editor y periodista de Prensa Latina, manifiesta: “Después de reportar un hecho noticioso, el periodista se dedica a buscar las explicaciones o interpretaciones para que se comprenda el conflicto a cabalidad”.

Para conservar la objetividad, que para Rafael Yanes Mesa consiste en la expresión sincera y no interesada de lo que se considera cierto o verdadero, Canales considera que “es imprescindible el diálogo de fuentes, entrevistar a dos o más personas con criterios o enfoques distintos sobre el asunto en cuestión. El periodista es el responsable de ordenar esos juicios y múltiples aristas del problema mientras ´teje´ el texto”.

En cuanto a los temas, de una nota interpretativa o reportaje, estos requieren tener interés general y vigencia. “Se necesita una problemática que, polémica o no, permita el debate y se pueda desmembrar, desgajar como un árbol. Asuntos con alto nivel de complejidad pueden ser perfectamente llevados a un público amplio, mientras concierna al receptor o llame su atención de alguna manera”, agregó Avendaño. 

Con grandes posibilidades de combinar contenido y forma en provecho del lector, los géneros interpretativos pueden llegar a ser un reflejo muy cercano a lo objetivo de la realidad. En un mundo lleno de problemáticas y conflictos, el abordar los temas de forma tal que toquen más de cerca al receptor, este tipo de trabajos dentro del periodismo debe fomentarse, para lograr la tan necesaria retroalimentación con el público.

Bibliografía:

Calzadilla Rodríguez, Iraida. El análisis y la interpretación para entender el mundo. En: http://mesadetrabajo.blogia.com/

2011/122608-el-analisis-y-la-interpretacion-para-entender-el-mundo.php. Consultado: 20 de junio de 2013.

Calzadilla Rodríguez, Iraida. Notas de clases de Periodismo Impreso II. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana. Curso 2012-2013.

Del Rey, Javier. En: Foncuberta, Mar de. La noticia, pistas para recibir el mundo. Ediciones Paidós Ibérica S.A, Barcelona, 1993.

El periodismo interpretativo, un género malinterpretado. En: http://lacolumnaquinta.wordpress.com/

2012/01/21/el-periodismo-interpretativo-un-genero-malinterpretado/. Consultado: 3 de junio de 2012.

Fontcuberta, Mar de. La noticia, pistas para percibir el mundo. Ediciones Paidós Ibérica S.A, Barcelona, 1993.

Martínez Albertos, José Luis. Curso general de redacción periodística. Editorial Pananinfo. España, 1998.

Ulibarri, Eduardo. Idea y vida del Reportaje. Editorial Pablo de la Torriente. La Habana, 1994.

Yanes Mesa, Rafael. El reportaje, texto informativo aglutinador de distintos géneros periodísticos. Biblioteca Virtual Universal.

Periodistas consultados:

Bárbara Avendaño, reportera de la revista Bohemia.

Ulises Canales, editor y periodista de la Agencia Prensa Latina.

 

 

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