AGUA POTABLE, ¿QUÉ PASÓ?
El sistema de suministro hidráulico habanero presente dificultades y ha perturbado a casi la mitad de la capital.
LINH NGUYEN HOAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
A partir de los primeros días del año 2014, muchas personas de municipios como La Lisa, Marianao y Playa han denunciado la situación del agua en estos lugares. Además, existen múltiples quejas sobre el servicio de la empresa que tiene la responsabilidad de suministrar este elemento: Aguas de La Habana.
Según el documento de abasto de la Oficina de Aguas de La Habana, a un hogar se le bombean seis metros cúbicos de agua cada día, mientras que a los edificios, en dependencia de la cantidad de apartamentos. El horario está dentro de 3 y 5 de la mañana. A los lugares lejanos del centro de abastecimiento, se les proporciona el líquido vital cada dos días, con suma doble. Pero el servicio hídrico todavía no satisface a los habitantes hasta este momento.
“Tenemos vacíos los tanques debido, al parecer, a una reducción de la presión con que debe llegar el agua. Decimos así porque aún ignoramos las causas, a pesar de que hacemos reportes constantemente”, dijo Berta Candet, una de las vecinas de la calle 72, del municipio capitalino Playa.
Los problemas son…
Por una encuesta realizada a más de 50 familias en Marianao y La Lisa, se supo que ellas casi siempre padecen de una precaria situación con el agua. Durante tres meses sufrieron la ausencia de este elemento vital para la vida humana.
“Mi familia y yo vivimos desde hace años con la escasez. ¿Qué ha hecho Aguas de La Habana en todos estos años?”, relató Yosvany García, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
También contó Ronelo Sosa, quien vive en Ayestarán, del municipio Cerro: “Para mí, la lucha con el agua ha sido el pan de cada día. Cubos, cubetas y tanques son nuestra única forma de guardar el preciado líquido que a veces en tres días no aparece, a ello se suman los apagones constantes”.
Como consecuencia de esta limitación, han aparecido los aguateros en diferentes partes de la ciudad. Mairelis Álvarez, ama de casa, afirmó: “Si esta situación sucede con frecuencia no puedo aguantar, porque un pomo de vente litros cuesta dos CUC o tres CUC. ¿Cómo continuamos las actividades diarias con sólo un pomo?”
Responde Ana Remis Castro, jefa del Departamento de Atención a Clientes de Aguas de La Habana, que las quejas de los habitantes habían sido recibidas y atendidas en la medida de las posibilidades, aunque muchas veces los denunciantes no se satisfacen.
Además, los horarios de bombear no parecen ser razonables. Daniel González, chofer de taxi, relató: “Entiendo que eviten bombear en el horario pico para manejar el consumo eléctrico, pero eso le machuca la corbata a quien no tiene cisterna ni presión de agua suficiente para llenar tanques elevados”.
Aunque no es la situación común, hay agua sin tratamiento o peor, “agua negra”, que llega a las casas. Se queda con muchísimos sedimentos blancos de calcio y olor sospechoso. De hecho, algunas personas están hospitalizadas por beberla sin cuidado.
El doctor del hospital general Calixto García, Sergio Frías, explica que en varias ocasiones ha tenido que atender pacientes con problemas estomacales por beber agua contaminada de la que reciben en sus casas de la calle y sin hervir.
El vicedirector de Aguas de La Habana, Carlos Méndez, plantea que no es responsabilidad de la empresa este tipo de accidentes, ya que cada persona debe ser consciente de la importancia de cuidar su salud y clorar o hervir el agua.
Aparte de la escasez y la hora de suministro, el sistema de tubería también presente dificultades graves. No sólo está viejo por el tiempo, sino tiene problema de distribución. Muchos conductos que debe llevar agua a un lugar fijo no corresponden y la conduce a otras partes frecuentemente. Además, hay roturas y grietas que causan la tardanza de la llegada del elemento vital.
“La tubería por donde se supone que debe llegarnos el preciado líquido no corresponde, ya que se va por otra. Sucede que vivimos todo el tiempo cargando el agua de donde se pueda”, aclaró David Manuel Herrera, trabajador de Copextel.
Además, debido también a la longevidad en el sector de la red de transporte, existen roturas y grietas que causan la tardanza de la llegada. Rosa Caballero, anciana de 80 años, dijo: “Una vez tuve que esperar cuatro días para que me abastecieran el agua porque llegaba con poca fuerza. Demoré tres horas para llenar mi tanque”.
Según las cifras calculadas por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), cada año se pierde el 16 por ciento del agua bombeada en las conductoras, 20 en las redes y 22 en las de empresas. Son cifras demasiado altas. Se puede considerar que la razón principal de la escasez hídrica es las redes que están yendo cuesta abajo.
Por otro lado, varios vecinos expresaron sus inconformidades sobre el servicio y la falta de responsabilidad de algunos directores de municipios. Rolibel Frades Puentes, quien vive en Playa, contó: “Hablé con el Director de Aguas de La Habana en mi municipio, quien visitó mi zona, pero no dejó dicho nada, ni volvió a aparecer. Solo señaló que el problema podría deberse a que creció la demanda de agua en ese lugar”.
En respuesta a esta situación, el vicedirector general de Aguas de La Habana, Carlos Menéndez, comentó que no estaba al tanto de esa respuesta no satisfactoria por parte del compañero que atiende la empresa en el municipio Playa.
Del suministro
Menéndez, nuevamente aseguró en respuesta a nuevas interrogantes: “El líquido de que disponemos en el manto es de muy buena calidad y abundante la cantidad de fuentes. El problema está en su distribución por la mala calidad de la red y hacia eso están enfocadas nuestras principales inversiones, o sea, para rehabilitar la red y sustituir las tuberías viejas”.
Existen quejas sobre el servicio, por ello la empresa envió ingenieros para comprobar la causa de la escasez en algunos municipios. Así han ganado el reconocimiento de los habitantes en el municipio de Cerro.
“Una visita muy profesional. Hicieron mediciones de gastos y presiones y determinaron que, además del problema que está afectando a los vecinos mencionados, en mi caso es necesario ejecutar una nueva acometida para la vivienda, pues la existente está compartida con parte del servicio a una base de transporte vecina. Y eso pudiera afectar el abasto también, aunque no es la causa fundamental”, expresó Vivian Sosa, en nombre de las personas del Cerro.
De los objetivos generales en el suministro de agua potable, la jefa Ana Remis Castro afirmó: “Mantener un abasto continuo, asegurar la calidad del agua de acuerdo con la normativa legal vigente, facturar correctamente y en las fechas previstas, dar servicio a los nuevos peticionarios y conservar un servicio de atención al cliente de calidad, son nuestras intenciones más importantes. Aunque tenemos algunas dificultades, pero las podemos resolver”.
También declaró: “Siempre escuchamos a los clientes. Los servicios como consultoría, ingeniería y ejecución de infraestructura se hacen en casi todos los municipios en que aparece la escasez”.
“Paulatinamente Aguas de La Habana revierte la compleja situación con el preciado líquido. Garantiza a sus clientes una mejora continua en la gestión y fomento de los servicios de Acueducto, Alcantarillado, Saneamiento y Drenaje Pluvial, en el centro y oeste de la Ciudad, elevando sus indicadores de eficiencia y eficacia hasta hacerlos comparables con los más significativos a nivel mundial”, comenta la ingeniera Tania Durán Yanes.
¿La solución mejor?
Hoy en día, Aguas de La Habana está trabajando con énfasis en el progreso de los indicadores que evalúan la calidad del servicio de abasto de agua. Muchos métodos son propuestos por los especialistas e investigadores.
Según Carlos Méndez, vicedirector general de la empresa, la infraestructura es de unos 1 800 kilómetros; se ha estimado que se deben restaurar unos 1 500 y ya se han rehabilitado 150 que es apenas el 10 por ciento de lo que hay que hacer. Sin embargo, esas inversiones han estado bien optimizadas y se priorizan los lugares con más dificultades y donde el rendimiento fuera más alto.
Mario Santiago Simón, uno de los ingenieros de Aguas de La Habana, después de varias veces fue a comprobar la causa de la falta del líquido en todas las partes de La Habana; concluyó que era necesario cambiar unas válvulas afectadas en la intersección de varias calles, entre ellas, Ayestarán.
En la población falta el equilibrio de abasto, así que los hogares con superfluidad tienen que ahorrar. Este desperdicio es la otra causa de la escasez. El IRNH debe fomentar la cultura del uso y reuso entre los habitantes.
Mejorar las condiciones de vida del pueblo con el servicio diario, implementar el programa de herrajes hidrosanitarios a precios asequibles, incrementar los progresos de la cobertura de alcantarillado, etc., sólo son remedios temporales.
Hasta ahora, muchos habaneros aún se quejan sobre los inconvenientes del sistema de abasto de agua en la capital. Los trabajadores de Aguas de La Habana no le han descubierto una salida fija. ¿Cuándo podremos vivir con suficiente agua potable?
Ficha técnica:
Tipo de reportaje: Interpretativo.
Objetivo del reportaje: Mostrar las quejas de los habitantes sobre la falta de agua en los municipios de Playa, Marianao, La Lisa y Cerro. Demostrar qué responsabilidad tiene la empresa Aguas de La Habana sobre este fenómeno. Dar a conocer cómo solucionar el problema.
Tipo de título: Llamativo.
Tipo de entrada: Descriptiva.
Tipo de cuerpo: Bloques temáticos.
Planos temáticos:
Pasado: Hace casi tres meses los vecinos de algunos municipios de La Habana han vivido sin agua y la empresa Aguas de La Habana parece no prestar mucha atención al problema.
Presente: Los problemas siguen y todavía no se solucionan.
Futuro: Aguas de La Habana hace un compromiso de resolver los problemas y mejorar su servicio.
Estrategias de fuentes:
Directas:
Personas de los municipios como La Lisa, Marinao y Playa.
Berta Candet, una de las vecinas de calle 72, Playa.
Varias familias en Marianao y La Lisa.
Yosvany García, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
Ronelo Sosa, quien vive en Ayestarán, municipio Cerro.
Mairelis Álvarez, ama de casa.
Daniel González, chofer de taxi.
David Manuel Herrera, trabajador de Copextel.
Rosa Caballero, anciana de 80 años.
Rolibel Frades Puentes, quien vive en el municipio Playa.
Vivian Sosa, en nombre de las personas de Cerro.
De Aguas de La Habana:
Mario Santiago Simón, uno de los ingenieros de Aguas de La Habana.
Documento de abasto de la Oficina de Aguas de La Habana.
Ana Remis Castro, jefa del Departamento de Atención a Clientes de Aguas de La Habana.
Cifras calculadas por el Instituto de Nacional de Recursos Hidráulicos.
Carlos Menéndez, vicedirector general de Aguas de La Habana.
0 comentarios