TEMPLO SAN FRANCISCO: ¿VERDAD O MITO?
MARÍA ELENA CORTÉS GONZALEZ,
estudiante de cuarto semestre de Comunicación Social,
Universidad Cooperativa de Colombia, Sede Bogotá.
“El Cristo que le crece el cabello”, como popularmente se le conoce, se encuentra en el templo de San Francisco desde hace 23 años y es milagroso, aseguran los fieles.
Es decir, en la ciudad de Bogotá existe una figura de un Cristo de yeso que se llama el Señor de la Agonía y le crece cabello real y misteriosamente; es una imagen pequeña y su pelo es despeinado, largo y tiene una apariencia áspera: solo se lo cortan cada 15 años.
Esta historia de fe ha sido afirmada por creyentes y franciscanos, pero en realidad no hay nada científico que acepte un hecho sobrenatural, aunque mucha gente afirma que sí es cierto y no solo que le crece el cabello hasta la cintura sino que hace muchos milagros a los devotos.
El Cristo está expuesto en la iglesia de San Francisco, ubicada en la Avenida Carrera 7. Ese templo fue declarado Monumento Nacional desde agosto de 1975, y se empezó a construir en Santa Fe de Bogotá por parte de la Orden Franciscana en 1573 y cuenta con una peculiar, pero espléndida estructura.
La historia cuenta que es el Señor de la Agonía y fue obsequiado hace 30 años por un Padre cuyo nombre aún constituye un misterio y no hay quien afirme dicha historia.
La feligresa Sandra Morales, declaró que siempre ha visitado el templo y cuando recurre al Cristo tiene el mismo largo de pelo; y otra devota, Fernanda Vásquez, aseguró que sí ha visto como le crece el cabello, y concuerdan que es un Cristo milagroso a su manera.
Es curioso ver que el Señor de la Agonía es una imagen muy pequeña, tal vez la más chica del templo, y se encuentra en una esquina recluida por unas rejas y muy lejos de que algún visitante la pueda tocar. Está ubicada al lado del altar donde se realiza la misa, al lado derecho y fácilmente identificable.
Aun así, los curiosos, creyentes y escépticos visitan la imagen atraídos por esta verdad o mito que se dice del Cristo. “Día a día se acercan más de 100 personas a visitarlo, a esa imagen nunca le falta quien le rece”, aseguró Daniel Idal, celador del templo, y agregó que en Semana Santa es cuando más recurren los fieles y curiosos.
La iglesia Católica acepta este tipo de historias porque son las que aprueban y afirman que hay una fe, puesto que ¿si no se puede ver a Dios por qué no creer en las manifestaciones que el da a los fieles? Pero la pregunta que queda por hacer es si en realidad es cierto o solo es algo que los fieles creen por su ciega, pero sincera fe.
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