LUGAR MÍSTICO DE BOGOTÁ: EL CHORRO DE QUEVEDO
La expresión cultural se ampara en el Centro Histórico de la ciudad.
ANYELLY JOHANNA PINZÓN ACOSTA,
estudiante de cuarto semestre de Comunicación Social,
Universidad Cooperativa de Colombia, Sede Bogotá.
“No hay otro lugar en Bogotá que se acople al arte, a la música, a la multiculturalidad, al encuentro consigo mismo como lo hace el Chorro de Quevedo”, afirmó Nicolás González, historiador y docente de la Universidad Nacional de Colombia.
El Chorro de Quevedo fue fundado por Gonzalo Jiménez de Quesada el 27 de abril de 1538. Se conoce esta fecha como el establecimiento total del lugar que empezó con la construcción de un caserío al que Quesada llamó como “Nuestra Señora de la Esperanza”, fue en ese sitio donde se edificaron 12 chozas para el resguardo de los indígenas muiscas.
En 1832, el padre Agustino Quevedo tomó adquisición del lugar, lo cual siguió vigente hasta 1896. El cura Quevedo fue famoso por haber localizado la fuente para que todos los indígenas pudieran acceder al agua, por lo que los habitantes, agradecidos por la construcción del surtidor, decidieron nombrarlo como el “Chorro de Quevedo”, de ahí viene el curioso nombre que alberga este sitio, hoy turístico.
La plazoleta ha sido protagonista de hechos históricos que conforman la biodiversidad de las culturas aborígenes y la construcción de la infraestructura colonial, sin embargo, asegura Buitrago que el lugar sufrió leves modificaciones a causa del derrumbe de un muro donde actualmente mora el Gato Gris, que terminó con una parte de la zona.
A la entrada se observa la Calle del Embudo, un callejón empedrado que conduce a la plazoleta del Chorro de Quevedo que acoge bares de reggae, hip hop, rock clásico, salones de postres, entre otros que contienen una esencia cultural capitalina al contribuir con la identidad histórica de la ciudad de Bogotá.
Hoy el Chorro está rodeado por gran cantidad de escenarios culturales y populares entre los que destacan: el restaurante Gato Gris, un espacio vigoroso y juvenil reconocido por la recurrencia de los recitales poéticos y en el que, además, el visitante podrá disfrutar la sonoridad del Jazz, la monumental tienda Café color Café, “es el mejor lugar donde está el exquisito sabor del café colombiano”, afirma Alejando Pizarro, turista venezolano, fascinado por el caliente líquido.
Hay otras tiendas que destacan la comida típica colombiana, sin dejar atrás las famosas empanadas de carne y papa, la chicha de colores y las arepas rellenas de queso; otras áreas ofrecen artesanías chibchombianas como el sombrero volteado que es un símbolo nacional, ruanas y mochilas hechas a mano.
El Chorro de Quevedo es un lugar de esparcimiento cultural, de memoria histórica popular y de expresión artística. Es altamente concurrido por universitarios, familias y turistas que se reúnen con un fin común: deleitarse con todos los escenarios multiculturales que éste ofrece en cada esquina.