¿CUIDAR O EDUCAR?
La apertura del trabajo por cuentapropia propició el surgimiento de cuidadoras infantiles para suplir la carencia de capacidades en los círculos infantiles, pero ¿son estas capaces de ofrecer al niño la formación adecuada?
DINELLA TERESITA GARCÍA ACOSTA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Toboganes, casas inflables, salones climatizados, gel de baño, toallitas húmedas, servicio de uniforme y “todo importado” son los anuncios de las más modernas guarderías de infantes por cuentapropia que surgen en municipios habaneros de mayor poder adquisitivo, como Plaza de la Revolución y Playa.
Este fenómeno, el cual comenzó con la apertura del cuentapropismo en 2010, es consecuencia del déficit y las condiciones, en ocasiones inaceptables, de los círculos infantiles. Sin embargo, ¿pueden estas instituciones no estatales además de cuidar, ofrecer a los niños la educación adecuada?
“Las casas cuidadoras, ya lo dice su nombre, son casas para cuidar. Allí puede que se imparta a los niños una cuota de los 14 programas educativos, casi siempre por profesoras nuestras que optan por irse a esas opciones de trabajo no estatal, pero no hay una obligación”, expresó Cristina Menéndez, metodóloga nacional de los años preescolares del Ministerio de Educación.
Agregó que en esas casas los niños están agrupados en un mismo salón y no hay atención diferenciada, ni planificación para trabajar las diferentes edades. Respecto a esta situación, Rosa María Obregón, psicóloga del Centro de Orientación y Atención a la Población (COAP), en el Vedado, afirmó que para los infantes es vital socializar con otros de su misma edad, por eso deben dividirse por aulas.
Sin embargo, en algunas casas, como la de Elizabeth González, licenciada en Educación y hace dos años con permiso para ejercer como trabajadora por cuentapropia en asistencia infantil en el municipio capitalino Cerro, se cuida a todos los niños en un mismo lugar, pero otras, como la guardería de Yaquelín Cárdenas, ubicada en el Vedado, dispone de un aula para cada año de vida. Prestaciones como transporte y uniforme vienen incluidas en el precio, el cual oscila entre 60 y 100 CUC.
“La rutina empieza con la gimnasia, después les enseño la lengua materna, los colores, animales, vocales y los números. Todo el programa que sigo es el que estudié en mi carrera y el empleado en los círculos infantiles”, comentó González.
En tanto, Cárdenas tiene el título en Educación Especial y todas las personas que trabajan con ella son licenciadas, “no admito a nadie sin nivel. El programa educativo es igual al de las instituciones estatales y conjuntamente ofrecemos clases de inglés”.
Por su parte, Yadira Illas, educadora del círculo infantil “Patico Lindo”, en Plaza de la Revolución, señaló: “Nada de lo que ofrecen las cuidadoras puede sustituir el tiempo que dedicamos al desarrollo físico y mental de los niños, y a la creación de costumbres y hábitos para la vida, dado que nosotras hemos recibido la preparación académica necesaria”.
Mientras, en las instituciones estatales…
Bárbara Fulleda, directora del círculo infantil “Guillermo Pieck”, del municipio Cerro, tiene las 120 capacidades de ingreso llenas y de 18 auxiliares requeridas, cuenta solamente con 11. “Ahora se deben graduar tres y entonces pueden entrar más niños”, espera.
Menéndez, la metodóloga nacional, explicó que La Habana tiene una situación muy diferenciada del resto de las provincias porque existe un gran déficit de docentes, pues hay personas que prefieren trabajar en una institución no estatal por la estimulación económica. Por ello, cada tres meses comienza el curso de formación de auxiliares pedagógicas en los territorios donde faltan educadoras.
Lisbeth Pérez tiene una hija de tres años y la lleva a una guardería particular, porque “en los círculos ya el trabajo educativo no es el de sus inicios. Hace poco pasé por el “Blancas Margaritas”, en Centro Habana, y la seño enseñaba a sus infantes un reguetón de moda”.
Diego y Verónica, los niños de Patricia Fernández, asistieron a diferentes centros estatales en el municipio capitalino Lawton. Ella comentó: “Con suerte tendrás una seño agradable y que no esté desestimulada, cansada de pasar trabajo por un salario bajo. En ocasiones una sola debe atender a más niños de lo adecuado y muchas veces el día transcurre con la maestra sentada en una silla mirando a los niños que juegan solos”.
Por su parte, Menéndez manifestó que desdichadamente cuentan con algunos trabajadores sin las condiciones apropiadas, pues a veces en la rapidez de los cursos de formación se prepara personal sin la motivación requerida y que está ahí solo porque necesita el dinero.
Obregón, psicóloga del COAP, señaló que en la etapa de uno a cinco años es donde el niño adquiere todas las habilidades y se forma la personalidad. Por ello, requiere de la mediación de un adulto preparado. Las profesoras deben emplear una metodología apropiada, pero, lamentablemente, muchas veces, tanto en los estatales como en las casas cuidadoras, trabajan personas sin vocación.
En cambio, Luisa Casanova, educadora de quinto año de vida de “Patico Lindo”, lleva ejerciendo la profesión 30 años y los niños la adoran. Algunos, como Iris de la Cruz, todavía recuerdan la amabilidad y la delicadeza de la profesora. Casanova explicó: “Aquí les damos las habilidades y la formación humana. El niño que pasa por un círculo infantil no lo olvida nunca”.
Sobre su experiencia, comentó Alicia Osorio que su hija era poco sociable y cuando comenzó el círculo "Retoños de Baraguá", en Santa Clara, notó el cambio: “Se volvió extrovertida. De ser una niña inapetente pasó a comer toda la comida. También tuve que quitarle piojos y curarle el catarro, pero cuando empezó primer grado, percibí la diferencia entre los niños de los centros estatales y los que no habían contado con esa oportunidad”.
Josefa Araujo, profesora de primer grado de la escuela primaria “Roberto Casals”, en el municipio capitalino 10 de Octubre, apuntó que las desigualdades entre los niños siempre existen. Los que no fueron al círculo no tienen los hábitos, mientras que los que sí, están más educados en cuanto a la escuela y vienen con ventaja.
“La diferencia es notable porque, entre otros aspectos, en los centros estatales existe un plan de superación y preparación metodológica sistemática, visitas de control por parte del Ministerio y evaluación consecuente de cada niño, que eso en las casas cuidadoras no lo hay”, apuntó la metodóloga nacional.
Una de las madres, Mayte González, planteó que las plazas en los círculos infantiles no alcanzan, “y esto coloca en una situación muy difícil a los padres cuyos ingresos no son suficientes para pagar una guardería”.
¿Por qué elegir al particular?
“Algunos padres eligen al particular porque tienen posibilidades económicas. Otros, debido a que no hay suficientes círculos infantiles. El número de solicitudes está por encima de las capacidades existentes, por ejemplo, en La Habana la demanda insatisfecha de madres trabajadoras asciende a 9 874 y no es posible construir nuevas instalaciones por las dificultades económicas que enfrenta el país. También existen algunas instituciones cerradas por problemas constructivos, las cuales se repararán paulatinamente”, afirmó Menéndez.
Del mismo modo, Irene Rivero, viceministra de Educación, expresó en la séptima legislatura de la Asamblea Nacional, celebrada en diciembre pasado (2014), que en Cuba existen poco más de 7 000 capacidades sin aprovechar por problemas constructivos y el 59 por ciento es en La Habana, lo que representa 4 130 posibilidades inutilizadas.
Rivero también informó al Parlamento que 401 instalaciones fueron reconstruidas en el país durante 2014 y la prioridad es que todos los años sean objeto de arreglos y mantenimiento 200 instalaciones. Según el Anuario 2013 de la Oficina Nacional de Estadística e Información de la República de Cuba (ONEI), en la Isla existen 1 082 círculos infantiles con una matrícula total de 139 878 niños, lo cual equivale al 18 por ciento de la población en esas edades.
El resto de los niños son criados por sus familias o por las “1 678 personas que al cierre de febrero de 2015 habían solicitado licencias para cuidar infantes a nivel nacional”, puntualizó vía correo electrónico, Yadira Salas, funcionaria del Departamento de Comunicación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Como explicó Cristina Menéndez, todas las madres trabajadoras tienen posibilidad de solicitar la plaza del círculo, pero a causa del déficit, mediante las Resoluciones 12 y 13 de 2013, se priorizan aquellas que trabajan en Educación y Salud, por la connotación social y las necesidades de estas profesiones en el país.
No obstante, la abuela Mayra García comentó: “Los círculos son insuficientes y una de las razones porque las mujeres no quieran parir es esa.Yo tengo que pagar para que cuiden a mi nieta, pues a mi hija nunca le llegó la plaza, aun cuando trabaja en un sector priorizado”.
“Pero ahí está la minoría y siempre va a estar la minoría, porque no todo el mundo tiene el dinero. Nosotros vamos a continuar luchando para que nuestras instituciones docentes funcionen bien. El Ministerio de Educación no va a ayudar a las casas cuidadoras, pues respondemos a una educación emancipada, integrada y gratuita, así que no podemos privatizarla, al trabajador de un sistema privado no podemos prepararlo”, destacó Menéndez.
A su vez, la cuentapropista González planteó que es cuidadora infantil particular, pues el círculo donde trabajaba cerró por problemas constructivos y decidió darle a su familia mejores posibilidades económicas: “Trato de ofrecer a los niños una excelente educación porque para eso estudié licenciatura en educación preescolar”.
Mientras continúe la insatisfacción con los círculos infantiles, seguirán proliferando las casas cuidadoras a precios insostenibles que no corresponden con los ingresos de las familias cubanas. ¿Qué harán entonces las madres trabajadoras? ¿Será el poder adquisitivo el encargado de decidir la calidad de la educación de sus hijos o tendrán razón los que dicen que “la formación que se la den en la casa”? La solución de este problema recae en manos del Estado y en el éxito de las transformaciones del modelo económico cubano.
Pie de foto: El 18 por ciento de la población en edad de uno a cinco años asiste al círculo infantil, el resto es criado por las familias o cuidado durante varias horas en casas por cuentapropia.
Ficha técnica:
Tipo de título: Llamativo.
Tipo entrada: De presentación del tema.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Subtítulos: se emplean dos subtítulos para dividir el reportaje en igual cantidad de subtemas. Otros elementos conectivos: algunas muletillas, por ejemplo: sin embargo, en tanto, a su vez. Contrastes destacados entre los elementos a vincular.
Tipo de cierre: De conclusión.
Tema: Las diferencias entre la educación en los círculos infantiles y los cuidadores por cuenta propia.
Situación problémica: Las casas cuidadoras cuentapropistas no siempre tienen educadoras con la educación requerida para formar a los niños, pero no existen suficientes círculos y en algunos las condiciones son malas.
Objetivos colaterales: Analizar cuántas guarderías particulares existen en el país y sus precios. Investigar cuál es la educación ideal que debe recibir un niño en edad de uno a cinco años. Conocer en un aula de primer grado si existe alguna diferencia entre los niños formados en un círculo o con un particular. Investigar si existe algún sector priorizado para ofrecer las plazas del círculo. Referir que la falta de círculos y los altos precios de las guarderías provocan que las mujeres no quieran tener hijos.
Estrategia de fuentes:
Documentales:
Anuario Estadístico 2013. Oficina Nacional de Estadística e Información de la República de Cuba (ONEI). 2015. www.onei.cu.
Declaración de Irene Rivero, viceministra de Educación, en Séptima legislatura de la Asamblea Nacional. Cuba. Diciembre 2014.
Directas:
Cristina Menéndez, metodóloga nacional de los años preescolares del Ministerio de Educación. Tipo de fuente: especialista, oficial. Tipo de juicio que emite: analítico, valorativo, disyuntivo.
Rosa María Obregón, psicóloga del Centro de Orientación y Atención a la Población (COAP). Tipo de fuente: especialista. Tipo de juicio que emite: analítico, valorativo.
Elizabeth González, licenciada en Educación, con permiso para ejercer como trabajadora por cuentapropia en asistencia infantil. Tipo de fuente: implicada, testigo. Tipo de juicio que emite: valorativo, disyuntivo, analítico.
Yaquelín Cárdenas, licenciada en Educación Especial, con permiso para ejercer como trabajadora por cuentapropia en asistencia infantil. Tipo de fuente: implicada, testigo. Tipo de juicio que emite: valorativo, disyuntivo, analítico.
Yadira Illas, educadora del círculo infantil “Patico Lindo”, en Plaza de la Revolución. Tipo de fuente: implicada, testigo. Tipo de juicio que emite: valorativo, disyuntivo, analítico.
Bárbara Fulleda, directora del círculo infantil “Guillermo Pieck”, del municipio Cerro. Tipo de fuente: implicada, especialista. Tipo de juicio que emite: analítico.
Las madres Lisbeth Pérez, Patricia Fernández, Mayte González, Mayra García. Tipo de fuentes: implicada, testigo. Tipo de juicios que emiten: disyuntivos, valorativos, analíticos.
La madre Alicia Osorio. Tipo de fuente: implicada, testigo. Tipo de juicio que emite: analítico.
Luisa Casanova, educadora de quinto año de vida del círculo infantil “Patico Lindo”. Tipo de fuente: implicada, testigo. Tipo de juicio que emite: valorativo, analítico.
Josefa Araujo, profesora de primer grado de la escuela primaria “Roberto Casals”. Tipo de fuente: testigo. Tipo de juicio que emite: valorativo, analítico.
Yadira Salas, funcionaria del Departamento de Comunicación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Tipo de fuente: oficial. Tipo de juicio que emite: analítico.
Soportes:
Hecho: Los niños que son educados en guarderías privadas, en ocasiones, no reciben la misma educación que los formados en círculos infantiles, pero estos últimos son insuficientes.
Antecedentes: La apertura del trabajo cuentapropista en 2010 y las malas condiciones y poca cantidad de los círculos infantiles.
Contexto: La situación económica del país afecta la calidad y cantidad de los círculos infantiles, y los ingresos de las familias cubanas no corresponden con los altos precios de las guarderías particulares.
Situaciones colaterales que también pudieran incidir: Los bajos salarios en educación provocan que existan educadoras que se vayan a trabajar al sector no estatal y aumenta el déficit de educadoras en los círculos.
Proyecciones: El Estado Cubano debe encargarse de la construcción y el mantenimiento de círculos infantiles que cubran la demanda insatisfecha de madres trabajadoras.
Tipos de juicios:
Analíticos: Están presentes en todas las declaraciones.
Disyuntivos: Presentes en la declaración de la metodóloga nacional, Cristina Menéndez; las cuentapropistas en asistencia infantil, Elizabeth González y Yaquelín Cárdenas; la educadora de círculo, Yadira Illas; y las madres Lisbeth Pérez, Patricia Fernández, Mayte González y la abuela Mayra García.
De valor: Presentes en la declaración de la metodóloga nacional, Cristina Menéndez; la cuentapropista en asistencia infantil, Elizabeth González; la educadora de círculo, Yadira Illas; la profesora de primer grado, Josefa Araujo; y Rosa María Obregón, psicóloga del Centro de Orientación y Atención a la Población (COAP).
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