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Isla al Sur

EN BUSCA DE LA CALIDAD PERDIDA

EN BUSCA DE LA CALIDAD PERDIDA

El director de la Empresa Cárnica Habana, Reinaldo Baez, opina sobre la calidad de los productos de la canasta básica y la merienda escolar, alimentos que su entidad produce para las provincias La Habana y Artemisa.
 
Texto y fotos:
DINELLA TERESITA GARCÍA ACOSTA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Mientras me encontraba en la parada de la guagua, la siguiente conversación que mantenían dos mujeres frente a mí, me hizo pensar:

-Amiga, me voy, que tengo que cocinar y no sé ni qué voy a hacer hoy.

-Ay, hija, te entiendo, ni sé qué le voy a dar de comer al niño cuando venga de la escuela, a ver qué le dieron de almuerzo, si fue perrito me salvé, pero como haya sido cualquier otro invento de esos, viene como una fiera.

-Ni me cuentes, que este mes ni los perros se comen el picadillo. Estaremos a mortadella hasta el 31, que al menos, este mes, sí está buena.

¿Qué sucede con los cárnicos de la canasta básica y la merienda escolar? ¿La culpa recae sobre las materias primas, la empresa productora o las entidades que los comercializan? Con el propósito de responder estas interrogantes, llegué a la esquina de Requena y Carlos III, no para ir a la famosa tienda donde, por cierto, hay productos riquísimos, tan ricos que con solo mirarlos ya alimentan, o al menos, por el precio eso deberían hacer, en fin, me acerqué a esta zona, donde radica la Empresa Cárnica Habana, con el fin de conversar con su director, Reinaldo Baez Fondón, licenciado en Economía.

Esta entidad es la encargada de producir el picadillo para niños, el de soya y la mortadella de la canasta básica, así como las croquetas que se venden en las carnicerías. Se responsabiliza también de la merienda escolar y del suministro a hospitales y organismos del Estado de las provincias La Habana y Artemisa.

-¿Cuáles son las materias primas que se emplean en los productos?

La carne de res y el cerdo, que obtenemos de la agricultura desde Occidente hasta Camagüey y el MDM (carne mecánicamente deshuesada), que lo adquirimos de la importación. Pero hasta ahora la carne de res no es suficiente y muchas veces tenemos que cambiar la formulación de los productos por MDM.

-Partiendo de esta situación, hay muchos estudiantes a quienes no les gusta la merienda escolar, ¿qué hace la empresa al respecto?

A inicios del pasado curso escolar se hizo una reformulación de la merienda,  donde se mejoró la calidad variando el sabor, teniendo en cuenta que estos tienen que ser muy “nobles”, ya que a los muchachos no les gustan los productos altamente condimentados.

-A pesar de estos cambios, ¿por qué cree que continúen sin aceptarla?

No la aceptan no porque tenga mala calidad, sino porque es repetitiva. Además, porque sale del lugar donde se elabora, se lleva a un centro de preparación y cuando llega al muchacho ha pasado un periodo muy largo, puede estar fría e incluso haber perdido las condiciones con que salió de la fábrica.

-En la población tienen poca aceptación el picadillo de soya y la mortadella, ¿la Empresa Cárnica Habana está haciendo algo para mejorar su calidad?

No, fundamentalmente eso es un problema que se debe a la llegada del producto y la manipulación. Por ejemplo, cuando en la mortadella se rompe la cadena de frío, ya sea por problemas de transportación o porque los lugares donde se vende carecen de neveras para guardarla, ya no sabe igual. Creo que es por eso que el producto es poco aceptado, porque no existen las condiciones adecuadas para su comercialización.

-¿A qué se debe que un mes el picadillo de soya que viene en la canasta básica se encuentre bueno y al siguiente esté malo?

Son varios aspectos, no se puede decir que todo es la comercialización, también depende de la fábrica, donde a veces no hay todas las condiciones y los administrativos no exigen que la producción se haga como está requerida; y en muchas ocasiones no es por eso, es porque en los lugares a los que llegan se adulteran las producciones.

Se ha demostrado que cuando se han comercializado libremente, las personas lo han aceptado. También hay que decir que lo que se da por la libreta la gente lo ve como una imposición, si estuviera tal vez liberado le otorgarían más aceptación, porque el producto tiene un alto contenido proteico.

-¿En su opinión, entonces estos productos deberían quitarse de la libreta?

Fundamentalmente el picadillo y la mortadella deberían ser liberados, con precios asequibles a la población, porque hay personas que no los adquieren o que los adquieren y no les dan el uso para el que están concebidos y el Estado está perdiendo dinero. Así, tanto productores como comercializadores, tomarían todas las medidas para que el producto no pierda calidad, porque como es liberado, si está malo las personas no lo van a comprar.

-Abordando un tema de mucha actualidad, ¿qué oportunidades se abren para la empresa con la apertura de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel?

Trae una cartera de negocios en los que tenemos la realización de una fábrica de carnes en conserva, en este caso de salchichas y de productos conformados como hamburguesas y albóndigas. Ya están vistas las áreas de localización y todo se encuentra en manos de la empresa CORAXA que es la mediadora del Ministerio de la Industria Alimentaria para estas negociaciones.

Terminada la entrevista con el director de la empresa, me pregunto: si la calidad se adultera debido a una indebida manipulación, ¿por qué no crear ahora las condiciones adecuadas en los locales de venta? ¿Cambiarán las cosas cuando la libreta ya no esté ¿Será entonces cuando realmente podremos ponerle sabor a la cocina, sin depender de los productos tan inasequibles de la shopping? ¿O será que el hecho de que estos productos sean "impuestos" nos provoca rechazarlos? 

Desde que quitaron los jabones por la libreta existe una mayor aceptación en la población e incluso he presenciado grandes filas para comprarlos, donde los comentarios halagadores llenan el ambiente.

¿Se verían el picadillo de soya y la mortadella en la misma situación?

Pie de foto: La Empresa Cárnica Habana se ocupa de la merienda escolar y la canasta básica de La Habana y Artemisa.


 

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