UNA CANTERA DE GRANDES PERIODISTAS
La primera institución cubana para la preparación de técnicos y periodistas, la Manuel Márquez Sterling, representa un eslabón trascendental en la historia de la prensa de Cuba y Latinoamérica porque sirvió de ejemplo para escuelas en países como Perú y Chile y formó gran número de los reporteros prestigiosos de la nación.
RITA MARÍA CAMBARA CASTILLO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Un eslabón importante en la memoria de los periodistas cubanos es la primera Escuela Profesional de Periodismo surgida en la nación, donde estudiaron disimiles personalidades de la prensa y la intelectualidad cubana de nuestros tiempos. Entre sus más agradecidos alumnos está la Premio Nacional de Periodismo Marta Rojas, quien categoriza al centro como el más íntegro, profesional y de calidad excelente.
La escuela toma el nombre del fallecido Manuel Márquez Sterling, considerado por el escritor Ciro Bianchi como “uno de los periodistas cubanos más grandes de todos los tiempos”. La obra de Márquez siempre estuvo caracterizada por la crítica a la República y al perfeccionamiento de la sociedad neocolonial. Una de sus etapas de trabajo más sobresaliente es durante la presidencia de Tomás Estrada Palma, a quien denuncia y coloca en tela juicio desde su columna en el diario habanero La Nación.
En la memoria histórica
Con la oscilante situación laboral de los trabajadores de la prensa cubana durante la etapa neocolonial, el presidente de la República de Cuba, Fulgencio Batista, en su primer mandato de 1940 a 1944, aprueba oportunistamente un decreto que permite la apertura de instituciones que marcarían el devenir periodístico.
Así es como en 1943 abre las puertas la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, primera de su tipo en la Isla y cuarta en América Latina, para profesionalizar este oficio, entonces, con más de un siglo de práctica en nuestro país
La idea inicial de la escuela data de la celebración de Primer Congreso Nacional de Periodistas en 1941, donde, además, se decretó la creación del Colegio Nacional de Periodismo y los provinciales y la Asociación de Repórters.
Ubicada desde sus inicios en la calle G, No. 258, del capitalino hoy municipio Plaza de la Revolución, la institución solo fue antecedida en Latinoamérica por las de México, Brasil y Argentina. Mas no fue la única existente en el país, entre 1950 y 1960, pues funcionan también las de Santiago de Cuba, Las Villas y Matanzas.
“Las escuelas de enseñanza periodística en el continente presenciaron un crecimiento gradual y uniforme. Esto se debe a las crisis que sufrió el sector y la necesidad de preparar profesionales capacitados e instruidos”, apunta Raymon Nixon, pedagogo y Profesor Benemérito de la Universidad de Minnesota en el artículo Educación periodística en América Latina (1970).
Particularizando en la Sterling, destaca que alcanza un alto prestigio a nivel continental y la Universidad Católica del Perú se inspira en ella para fundar una semejante en la nación andina.
Nixon en su texto deja constancia de que el primer director de la escuela, Víctor Bilbao, es invitado en 1947 por la Asociación Venezolana de Periodistas para asesorar la creación de una academia, cuestión ocurrida posteriormente en Chile y Uruguay.
La escuela desde adentro
Aquel centro tan poco recordado hoy por sus aportes en el gremio, estaba adscrito al Ministerio de Educación, era gratuito y solo se pagaba como matrícula cinco pesos. Para su ingreso los estudiantes pasaban un proceso de pruebas de suficiencia y debían entregar una recomendación de personalidades influyentes de la época.
Marta Rojas, periodista del diario Granma, con una expresión de añoranza y agradecimiento por todos los recursos que la escuela brindaban, comenta que el programa de estudios de la Márquez Sterling tomaba como modelo el de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, de Nueva York, una de las primeras en surgir en el continente y de las mejores a nivel mundial, pero con adaptaciones a la cultura y educación nacional.
Orgullosa de sus profesores, menciona algunos periodistas vinculados a los más prestigiosos diarios del país, de quienes bebió conocimientos y numerosas lecciones de cultura, entre ellos, Francisco Ichaso, Ramón Vasconcelos, Juan Luis Martín, Raúl Maestri, Andrés Núñez Olano, Sergio Carbó y José Zacarías Tallet.
En Memorias de una escuela extraordinaria (2013), publicada en la revista Palabra Nueva, el periodista Waldo Fernández expuso que a Bilbao le siguieron en la dirección del centro y en orden cronológico, Miguel Ángel Tamayo, Octavio de la Suareé, David Aizcorbe y Euclides Vázquez Candela.
“Una de las mejores épocas de aquella insigne escuela sería bajo la dirección del notable periodista matancero Octavio de la Suareé, designado secretario en 1944 y quien llegaría a ocupar el cargo de director de la institución entre 1949 y 1952, puesto desde el que creó premios de estímulos para los estudiantes y una pinacoteca”, destacó Fernández.
Además, entre tantos méritos de la escuela estuvo su selección para realizar la cancelación del primer sello de inspiración periodística de Cuba, con la imagen de Manuel Márquez Sterling y emitido en 1946 con más de dos millones de copias; de esta manera se hacía realidad la propuesta impulsada por Suareé desde las páginas del periódico Avance.
“Enseñaban a ser periodista…”
Un consenso entre los antiguos estudiantes entrevistados es que la escuela daba todas las herramientas para ser periodistas íntegros. Marta Rojas, graduada en 1952, indica que “el noventa y nueve por ciento” de los profesores eran periodistas y colaboradores de medios nacionales y profesionales de diversas ramas como la economía, el derecho y la geografía.
“Las asignaturas y las condiciones existentes dotaban de una preparación integral y envidiable. Con laboratorios gráficos, máquinas de impresión, y materias como taquigrafía, mecanografía y la tipografía que daba las señas de cómo hacer un periódico. Contaba también con cátedras de Psicología, Francés, Inglés y las propias técnicas de la carrera”, abunda la periodista.
También resalta Rojas que las prácticas laborales eran a partir de tercer año en cualquier medio de la época como el diario Tarde, Revolución, La Marina, la radio, CMQ televisión y revistas.
Apoyándose en los recuerdos del curso 19541958, María Elena Llana, periodista retirada de Prensa Latina y escritora cubana, comenta que la escuela Márquez Sterling era de una formación eminentemente técnica con métodos de total modernidad y actualidad.
Los entrevistados mencionan que la asignatura de Organización y práctica periodística centraba el rol de cada puesto laboral dentro de un medio y lo mismo se aprendía en ella a ser jefe de redacción, editor, director, técnico, entre otros.
“Sin embargo, no supe apreciar tal materia hasta luego de casi cuarenta años, durante una estancia de trabajo en México en uno de los periódicos más importantes de allá, donde los jefes existían, pero no tomaban su función en serio”, acotó Llana.
La escritora afirma, además, que allí “enseñaban a ser periodista” porque la escuela, al estar adscrita a la Universidad de La Habana, muchos profesores que impartían clases no provenían de la prensa y a pesar de no enseñar los gajes del oficio y la “maldad y la táctica” que debe tener un periodista, dotaban de mucha cultura general.
Etapa de cambios
A diferencia de la Universidad de La Habana, la Márquez Sterling nunca detiene sus clases durante la convulsa década del cincuenta; en ella coexisten diferentes tendencias políticas dentro del alumnado, pero afortunadamente la docencia no se ve afectada por la crisis política que vivía el país.
Con la irrupción del proceso revolucionario de 1959, sinnúmero de profesores de la escuela abandonan el país, lo que, unido al cierre de varios periódicos en 1960, conduce a que el nuevo Ministerio de Educación decidiera cerrar las escuelas de Periodismo de provincias y dejar abierta solamente la de la capital del país.
No todos están tan satisfechos de su paso por la institución, e incluso, clasifican su estancia de “por equivocación”. Este es el caso de Ricardo Alarcón, miembro del Consejo de Estado, quien ingresa en 1956 y no vacila en referir que la escuela era un antro batistiano. Sin embargo, precisa: “Habían otras de altos valores, como la grandiosa Graziella Pogollotti, y también profesores de la talla del honorable Sacaría Tallet, confluyendo con otros pertenecientes a la acamada de Batista”.
-¿Qué importancia tiene para la
prensa cubana actual el legado
Gustavo Robreño, asesor de la Oficina del Programa Martiano, dijo: No se puede hablar de la Márquez Sterling si no contextualizamos su surgimiento. Los periodistas anteriores a los años cuarenta carecían de seguridad social, protección e inmunidad, tenían muy bajos salarios, por ello, fueron aprobadas tres decisiones para agrupar, preparar y respaldar a los profesionales del gremio: la Ley de Retiro, el Colegio Nacional de Periodistas y la Escuela Profesional. Y en sí las tres fusionadas fueron de suma importancia, lo que representa un legado para los periodistas de hoy.
Enrique Román, profesor de Historia de la Prensa, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, expresó: “En ella estudiaron y fueron profesores varios de los más importantes periodistas cubanos, que fueron luego maestros de las siguientes generaciones y dirigentes de órganos de prensa como Guillermo Jiménez (director del periódico Combate), y Juan Marrero (periodista).
La escuela, a pesar del tiempo, vive en la memoria de cada estudiante que en ella aprendió a redactar una noticia o a diseñar un periódico. De sus aulas florecieron muchos de los grandes de la prensa cubana de la segunda mitad del siglo XX. La Márquez Sterling, como dice María Elena Llana, siempre va a ser su escuela porque allí tuvo momentos inolvidables que la hicieron amar al Periodismo y la que preparó a excelentes técnicos, por eso, es y será siempre un baluarte y ejemplo para futuras generaciones de reporteros.
Pie de foto: Uno de los espacios preferidos por los estudiantes en la escuela Manuel Márquez Sterling era la biblioteca, con numerosos ejemplares actualizados y meticulosamente custodiados por la poetisa cubana María Villar Buceta.
Ficha técnica:
Tipo de título: Genérico.
Tipo entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Subtítulos.
Tipo de cierre: De conclusión o resumen.
Tipo de reportaje: Interpretativo-retrospectivo.
Tema: La importancia y legado de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling para las nuevas generaciones de periodistas.
Situación problémica: El poco reconocimiento que tiene la escuela en las nuevas generaciones y lo que representa para la prensa.
Objetivos colaterales: Dar a conocer la existencia de la antigua escuela de Periodismo y reflejar su importancia a través de las experiencias de algunos alumnos y brindar la visión de estudiosos de la prensa cubana.
Estrategia de fuentes:
Documentales:
Raymon Nixon (1970).“Educación periodística en América Latina”.
Waldo Fernández(2013). “Memorias de una escuela extraordinaria”. Palabra Nueva.
No documentales:
Marta Rojas, Premio Nacional de Periodismo, periodista del diario Granma y otrora estudiante de la Márquez Sterling. Tipo de juicio: Sintéticos. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.
María Elena Llana, periodista y escritora, otrora estudiante de la Márquez Sterling. Tipo de juicio: Sintético. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.
Ricardo Alarcón, miembro del Consejo de Estado y antes estudiante de la Márquez Sterling. Tipo de juicio: Sintético. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.
Gustavo Robreño, asesor de la Oficina del Programa Martiano, antiguo director de Prensa Latina y ex-subdirector de Granma. Tipo de juicio: Analítico. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.
Enrique Román, profesor de Historia de la Prensa en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Tipo de juicio: Sintético. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.
Soportes:
Hecho: Importancia de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling para las nuevas generaciones de periodistas, a través de la experiencia de grandes periodistas.
Antecedentes: Repercusión de la escuela y la formación de importantes intelectuales y periodistas cubanos.
Contexto: Desconocimiento actual y poco reconocimiento a la primera escuela de Periodismo en Cuba.
Proyecciones: Tener en cuenta el legado de la escuela para la preparación de los nuevos profesionales de la prensa.
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