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Isla al Sur

“PODEROSO, AUTOSUFICIENTE Y EXISTENCIALISTA”

“PODEROSO, AUTOSUFICIENTE Y EXISTENCIALISTA”

La revista El Caimán Barbudo realiza en la peña del patio de la EGREM, un homenaje al periodista Bladimir Zamora por su muerte.

DARIEL PRADAS VARGAS,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

“Les digo a los trovadores que no se dejen vencer por las limitaciones del país. Depende de la voluntad de ellos que esa música trascienda el siglo XXI, y que transmitan ese santo y seña que es el ser de cada cubano”, alertó El Blado desde la pantalla del televisor, como si aun después de la muerte quisiera decir unas últimas palabras.

Aquellos músicos, así como periodistas de El Caimán Barbudo convocados por su director, Fidel Díaz Castro, Fidelito, organizaron el miércoles 11 de mayo (2016) un homenaje en el Patio del Areíto –también conocido como “el patio de la EGREM”– a su colega, el bayamés redactor, poeta y crítico de música Bladimir Zamora Céspedes, “El Blado”, fallecido el 5 de mayo a causa de una cirrosis hepática, a los 64 años de edad.

Su amplia influencia en el mundo trovadoresco –evidenciada en sus numerosos y significativos artículos sobre ese tema publicados en El Caimán…, y su autoría de los cancioneros Una guitarra, un buen amor (2007) y Trovadores de la herejía (2012), bajo el sello de la Casa Editora Abril– atrajo a este evento a artistas como los cantantes Polito Ibáñez, Frank Delgado, Luis Alberto Barbería, el actor Enrique Molina y muchos otros.

El Blado, melómano al fin, fue el creador de esta peña, rememoró Díaz Castro. Aquí nos hemos reunido cada semana para disfrutar de esa música que tanto amaba: la trova. Por eso, aquí mismo, decidimos hoy brindar en su nombre.

Empezaba a sonar desde las bocinas la canción Cuando un amigo se va, de Alberto Cortés, cuando el interior del local, tenuemente iluminado su escenario, se iba atestando tanto de ancianos como de jóvenes melenudos.

Darío Alejandro Escobar, periodista en ciernes de El Caimán Barbudo, recordó que Bladimir les dio oportunidad a muchos noveles juglares para tocar en la peña y que sus obras fueran divulgadas en la prensa; también apoyó a otros de su profesión, como a él mismo.

Contó Escobar que Zamora era uno de los mejores críticos de música cubana, y de poesía. Hizo grandes compilaciones como el libro Poesía cubana: la Isla Entera (1995), y escribió sus propios versos, que integraron antologías como Poetas de la Colina (1977) e Imágenes de la mujer (1980). Luego agregó: “Se iba hacia la Sierra Maestra a recitarles poesía a sus habitantes; él se apartaba de la fama, solo le gustaba alardear: Yo soy de El Caimán…”.

El público reposaba en los asientos, el tema de Cortés ya había acabado y unos videos sobre Zamora acapararon la atención de los espectadores. Fidelito subió al pequeñísimo proscenio, agradeció a la Asociación Hermanos Saíz por prestar su sede en la provincia de Granma para el velatorio de los restos de El Blado, narró una anécdota de juergas en Caracas con su exánime amigo y cantó dos “silveadas”, canciones del trovador mayor.

Luego se sumaron otros: Yosvany Bernal, el argentino Lucas Segovia, el guantanamero Josué Oliva. También Barbería, Silvio Alejandro Rodríguez, Frank Delgado, con nuevas historias de licores; el joven Junier Pérez, quien agradeció a Bladimir por creer en él cuando era completamente desconocido; Ray Fernández, que declamó su décima Epitafio, y cantó El cínico, ambos inspirados en Zamora. Fidelito volvió finalmente y leyó un poema del homenajeado: Blues de Bukowski.

La fiesta seguía: El Blado era la fiesta. Las personas, entre felices, y nostálgicas, pasaron la tarde que se convirtió en noche, y encarnaron todos juntos lo que hubiera sido una peña más, junto a su colega y amigo desaparecido. Y por si quedaran dudas de quien fue Bladimir Zamora, Frank Delgado lo citó, describiéndose a sí mismo: “Soy poderoso, autosuficiente y existencialista”.

Pie de fotos: 1-Bladimir Zamora ejerció la crítica cultural desde las páginas de El Caimán Barbudo; 2-Cantautores y periodistas rindieron homenaje a El Blado en la peña trovadoresca que él mismo creara hace siete años.

 

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