LA SANTA Y LOS SACRIFICIOS FORZOSOS
Esta cueva-cementerio, ubicada en Alamar, fue el asentamiento de los primeros grupos preagroalfareros establecidos en la costa este de La Habana, y presenta sepulcros violentos únicos en todo su litoral.
INDIRA HERNÁNDEZ ALONSO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Fotos: PASTOR TORRES VALDEZ y MANUEL RIVERO DE LA CALLE.
La Santa, cueva de 2000 años de antigüedad localizada en Colinas de Villa Real, Alamar, es la primera del municipio Habana del Este en la que emergen restos de oleadas aborígenes tempranas, y la única en el litoral este de la capital donde aparecen entierros forzosos masivos.
“Dentro de la región, la gruta posee rasgos distintivos: el modo brusco de la sepultura y la ausencia de concentraciones tardías de indígenas, cerámicas, pictografías y objetos que evidencian actividad ritual. No fue empleada antes con fines fúnebres, ni era habitacional,” aseveró Roberto Castillo Alcia, investigador de arqueología terrestre y submarina del Museo Municipal de Habana del Este.
“El análisis paleontólogo de los cráneos demostró que los fallecidos no mostraban deformación cefálica, como los taínos, por lo cual desarrollaron una de las llamadas culturas más primitivas de Cuba. Estos sujetos nómadas provenían de la Florida y estaban asentados en El Conchal, actual costa de la Academia Militar Máximo Gómez”, añadió Castillo Alcia.
La exhumación de los 34 cadáveres (26 de niños y ocho adultos) evidenció la presencia de lesiones craneales –no causantes de la muerte en algunos de ellos– producidas por un objeto contundente esgrimido por otra persona. Varios esqueletos tenían fracturas en costillas y piernas, curadas antes de la inhumación.
Se presume que grupos superiores establecidos en áreas cercanas, como el de la cuenca de Bacuranao, asesinaron en forma de sacrificio a los individuos, refiere el trabajo Una propuesta para la conservación de nuestro pasado precolombino, escrito por Castillo Alcia y disponible en el museo.
En la Academia de Ciencias permanecen los restos, pues la gruta está en peligro de derrumbe, y por el riesgo de contraer infecciones en su interior. Hoy se tramita para trasladar un cuerpo expuesto en el Museo Municipal de Marianao a la entidad homóloga en Guanabo.
Los investigadores Antonio Núñez Jiménez, Pastor Torres Valdez y Manuel Rivero de la Calle, exploraron por primera vez la caverna en diciembre de 1942, pero fue en agosto de 1965 –como miembros del equipo espeleológico Pedro A. Borras– cuando efectuaron su estudio geomorfológico, considerado la pesquisa científica más importante del país en ese entonces.
“La Santa constituye un sitio de gran significación local, símbolo de un legado natural y cultural por miles de años, pero las leyes no la protegen. Los vecinos, sobre todo los jóvenes, rallan sus paredes, y las zonas aledañas son objetos de construcciones y prácticas militares”, afirmó Isabel Llargués Pérez, especialista en Patrimonio Inmaterial e historiadora del Museo Municipal de Habana del Este.
Abundó que el nombre de la gruta fue consecuencia de un “milagro”: la aparición de una niña perdida, hallada en un precipicio del interior de la cueva adyacente La Virgen. Allí, la madre de la pequeña hizo una promesa a la Virgen de la Caridad e instaló una capilla. “Como los esclavos tenían prohibido visitarla, bautizaron la cavidad subterránea colindante como La Santa, para rendir culto al suceso divino”, concluyó Llargués Pérez.
Pie de foto: El equipo espeleológico Pedro A. Borras en 1965 realizó el estudio de la gruta La Santa, en conjunto con la Academia de Ciencias y la Universidad de La Habana.
Ficha técnica:
Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario Qué.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.
Tipo de fuentes: Documental y Directa.
Primer valor-noticia: Singularidad.
Otros dos valores-noticia: Interés colectivo. Proximidad.
0 comentarios