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Isla al Sur

PERIODISTA, NO MÚSICO

PERIODISTA, NO MÚSICO

Me gusta lo que hago y trato de hacerlo bien. Al periodismo llegué por casualidad. Para ejercer esta profesión hay que ser consecuente éticamente con uno mismo. Arsenio Rodríguez: un entrevistador entrevistado.

EDUARDO F. FIALLO LORENZO

Para cualquier cubano oír hablar de Arsenio Rodríguez hace pensar en ese gran músico, y recordar composiciones tales como Nacer y Morir, El reloj de Pastora y otras que lo hicieron merecedor de gran prestigio; sin embargo, tenemos en el periodismo y las comunicaciones otro cubano con igual nombre. El también editor y comentarista internacional dejó de ser entrevistador para convertirse en entrevistado.

-¿Quién es Arsenio Rodríguez, cuáles sus orígenes y cómo se interesó por esta profesión?

Soy un cubano nacido en La Habana, padre de dos hijas y abuelo de tres nietos. Desde pequeño tuve que trabajar, en múltiples cosas, aunque recuerdo que siendo casi un niño laboré en una tienda de ropas, haciendo de todo, desde barrer, hasta tratar de que las personas entraran y se interesaran por las mercancías.

Al periodismo llegué de casualidad. No te voy a engañar, ni remotamente pensé ser periodista. Recuerda que nací en otra sociedad, donde esta profesión la ejercían, salvo excepciones, personas de la burguesía. Quizás hubiera sido comerciante, que era lo que practicaba, pero la vida tiene sus caprichos.

La madre de mis hijos ya era colaboradora de un periódico nacional en aquellos tiempos. Le acompañé varias veces en su trabajo y “el bichito” del periodismo se apropió de mi mente. Recién había salido de las Fuerzas Armadas, tenía nivel medio y ante un inicio de clases en la Universidad de La Habana logré entrar en la Escuela de Periodismo, que así se llamaba en la década de los sesenta.

-¿Dónde y cuándo comienza su vida profesional?

Para mí en la propia Universidad, como colaborador de la revista Alma Mater. Ya en la zafra del 70 todos los estudiantes fuimos movilizados como periodistas de diarios y emisoras, porque en aquel entonces aún no existía la televisión en provincia.

Una muy buena escuela fueron esos casi cinco meses en provincia. A mi me tocó Las Villas, hoy Villa Clara, en el periódico Vanguardia. Fui reportero, jefe de sección, hasta jefe de información. En fin, un periodismo diario requerido de muchas iniciativas profesionales para llevarlo a cabo. Fue una etapa definitoria para cada uno de los alumnos. Algunos cambiaron de carrera, otros nos dimos cuenta que esto era lo que nos interesaba hacer.

-¿En cuáles medios ha trabajado?

En todos, aunque el mayor tiempo fue en la prensa impresa. Comencé en Juventud Rebelde, recién graduado. Fui enviado a Panamá como su corresponsal, estando casi seis meses y donde también escribí para Prensa Latina.

Por primera vez salía del país, aunque estar en Panamá era como estar en Cuba, por su geografía y la idiosincrasia de su gente. La experiencia fue tremenda, lo mismo de Las Villas, pero a nivel internacional. Cubrí eventos, entrevisté a personalidades, redacté comentarios, reportajes y logré más de una página entera en el diario de la juventud.

Donde mayor tiempo me desempeñé como comentarista fue en el diario Granma. Una rica experiencia, dada la intensidad del trabajo.

Luego, la vida me llevó a la televisión, como comentaristas de algunos espacios sobre política internacional y unos diez años como panelista de la Mesa Redonda. Incursioné en la radio como contratado, concretamente en Radio Taíno, ya como redactor de mesa.

-¿Cuál es la temática de su preferencia?

Siendo estudiante me interesé por la política internacional. El hecho de haber estado desvinculado del periodismo durante unos quince años, en labores políticas en Cuba y en el exterior, me permitieron profundizar en esta especialidad, lo que finalmente fue incrementado con la presencia en Finlandia, durante cinco años, como secretario de Cuba en el Consejo Mundial por la paz.

No obstante, por necesidad, he sido reportero de temas nacionales. He incursionado muy poco en la temática cultural, con algunas entrevistas a personalidades del medio y nunca en asuntos de ciencia o deportes.

-¿Si no fuera periodista, a qué se dedicaría?

La respuesta, aunque pienses que sea un lugar común, es que me gustaría ser periodista, aunque aclarando que con una mejor base cultural y con dominio de idiomas. Esta profesión apasiona.

-¿En la actualidad qué está haciendo?

Bueno, supuestamente estoy jubilado, hace ya ocho años. Sin embargo, trabajo en más de un lugar, la profesión lo permite. Soy el editor de la revista Cuba Internacional y conduzco, con otro colega, una revista informativa radial, El mundo que vivimos, que trasmite cada semana Habana Radio.

Incluso, en algún momento llegué a tener otras dos publicaciones a mi cargo: Habanera, del ICAP, y Estudios Europeos, del desaparecido Centro de Estudios Europeos. A esto súmale, alrededor de cuatro comentarios mensuales para la página Web de Habana Radio y, esporádicamente, en publicaciones nacionales.

-¿Usted ha viajado a más de 20 países y en algunos ha estado en varias ocasiones? ¿Qué experiencias le ha aportado esto, y en su criterio, cómo somos vistos desde el exterior?

Sobre todo, en lo personal, a querer más lo propio, a pesar de las imperfecciones o problemas que puedan existir. No todo lo que brilla es oro. Pasas del tercer mundo al primero en cuestión de horas y descubres que sí, hay maravillas materiales, pero cuestan y mucho. No hay nada más triste que ver la vidriera llena de las cosas que necesitas y no tener dinero para comprarlas.

He podido conocer a los amigos de la solidaridad y a los enemigos de Cuba. Los primeros son abnegados luchadores y fieles amigos, demostrado en muchas ocasiones. Los segundos manifiestan de inmediato sus malos sentimientos y el odio que tienen a todo lo que venga de nuestro país.

-¿Qué otro país le gustaría conocer?                                                  

Por conocer, pienso que Japón y Estados Unidos. Recientemente tuve la posibilidad de lograr dos aspiraciones, ya que viajé a la República Popular China y a Suiza. Dos interesantísimas experiencias, en lo personal y profesional. Sin exagerar, me interesarían todos los que aún no conozco, porque en cada uno se aprende.

-¿Le interesaría hacer un libro con sus memorias?

Creo haber escrito ese libro muchas veces, a través de trabajos periodísticos, tanto en la prensa impresa como en comentarios y valoraciones hechas ante las cámaras y los micrófonos. Espero que hayan sido de interés para todo aquel que los haya leído.

-¿Qué consejo le daría a los jóvenes que quieren ser periodistas?

Ante todo, respetarse a sí mismo. Mantener una ética profesional intachable. Tener siempre presente que el rumor no es noticias, es decir, confirmar con las fuentes más confiables la veracidad de lo que se dice.

Creo firmemente en la especialización. Si usted escribe de deportes, trate de especializarse, para dar una mejor valoración sobre lo que trata. El periodista comienza joven y el tiempo nos lleva, sin darnos cuenta, a la jubilación. Es ahí donde el dominio de un tema le permite a uno seguir siendo útil.

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