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Isla al Sur

PARA NO AGUAR LA FIESTA…

PARA NO AGUAR LA FIESTA…

La Editorial Letras Cubanas reeditó en 2015 el volumen La noche del aguafiestas, en homenaje al cumpleaños 80 de su autor, el poeta, narrador y dramaturgo  Antón Arrufat.

Texto y foto:

DARIAN BÁRCENA DÍAZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

“Pues esa noche, de paseo por La Habana, estuvo muy locuaz. Cualquier cosa le servía de asunto, se le convertía en tema. Sus amigos lo escuchaban exaltados y se detenían en las esquinas, no para cuidarlo y cuidarse del tránsito, a esas horas casi convertido en palabra, sino para rodearlo, acuciarlo con preguntas, contradecirlo un poco y espolear su imaginación de contrincante (…)”.

Así comienza el primer capítulo de la novela La noche del aguafiestas, del poeta, narrador y dramaturgo cubano Antón Arrufat Marat, reeditado por la Editorial Letras Cubanas en el año 2015 por tercera vez, en conmemoración al aniversario 80 de su natalicio. Esta obra mereció el premio Alejo Carpentier en el año 2000.

Son cinco amigos los encargados de dar vida a las páginas de este libro, quienes se reúnen, cuando la vorágine de la urbe capitalina reposa en la mansa quietud de la madrugada, para conversar y filosofar sobre los más diversos temas. Actité, Jenofonte, Licino,  Filonús y Aristarco Valdés, el Aguafiestas, asisten de manera regular al malecón, testigo y participante a la vez de sus conversaciones que casi siempre versan sobre cualquier aspecto de la sociedad cubana contemporánea.

Arrufat, autor de otros volúmenes como: La caja está cerrada (1984), Ejercicios para hacer de la esterilidad virtud (1998), Vías de extinción, Los siete contra Tebas y Virgilio Piñera entre él y yo, nos presenta con esta novela, el retrato de una noche habanera.

Es una novela singular, donde confluyen estilos como el ensayo y ciertos matices poéticos, así como el empleo de un narrador heterodiegético, lo que favorece un mayor nivel de cercanía con el lector.

Sus 283 páginas entrañan una especie de homenaje al diálogo, al uso de la palabra como medio de aprendizaje y fuente inagotable de conocimientos a partir de analizar las diferentes aristas de cualquier aspecto de la realidad y, además, la obra rinde honores a varios escritores como los franceses Émile Faguet y Marcel Proust, y los cubanos Cirilo Villaverde y Virgilio Piñera.

El Aguafiestas es un sujeto sin edad ni domicilio fijo, contradictorio, enigmático, resumen de los conocimientos de todos sus acompañantes y quizás por eso el más crítico, quien todo lo sabe y siempre dice la última palabra. En ocasiones, se ausenta de manera inexplicable y los otros adquieren cierto protagonismo, pero también lo extrañan, echan en falta ese antagonismo y la crítica que hace avanzar la tertulia.

Arrufat logra una simbiosis perfecta que trasluce en una propuesta diferente a las anteriores y que no deja margen al aburrimiento. Utiliza un lenguaje entendible, ni excesivamente rebuscado ni burdamente coloquial, permitiendo que la narración fluya como una conversación espontánea, sin estructuras rígidas, con manera flexible.

Finalmente, La noche del Aguafiesta nos atrapa y se convierte en nuestra noche, situándonos en el malecón para dialogar y filosofar con los cinco amigos en una especie de extraña, pero provechosa complicidad.

Pie de foto: La noche del aguafiestas obtuvo el premio Alejo Carpentier como mejor novela en el año 2000.

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