ENCARNAR A MARTÍ: LA ODISEA DE LA ACTUACION
Caracterizar al Héroe Nacional ha sido una de las experiencias más gratas en la vida del actor mayabequense Roberto Albellar Hernández, en quien se funde talento, pasión y deseo de transmitir la obra martiana.
LISSET CHAVEZ BERGUES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de comunicación,
Universidad de La Habana.
Cuba lo conoce por su interpretación del Héroe Nacional, José Martí, en la serie Duaba: La odisea del honor, del realizador cubano Roly Peña, por lo que ha ganado la admiración del público y los especialistas en el mundo de la actuación.
El actor Roberto Albellar Hernández, con la emoción a flor de piel, cuenta que comenzó a interpretar al más universal de los cubanos, con el grupo Andar Teatro, específicamente con la obra Café con el maestro y en la producción de la serie televisiva.
“Interpretar a Martí requiere más esfuerzo y estudio del habitual, debido a la complejidad de su vida, pensamiento y acción. Tuvimos la asesoría de un grupo compuesto por historiadores y psicólogos, quienes contribuyeron al éxito rotundo de la propuesta, primero en el teatro y luego en la televisión”.
Confiesa que el propósito principal de su actuación fue revelar detalles de la obra martiana poco conocidos, así como pasajes de historia de Cuba tratados de manera sutil o sencillamente olvidados. Además, no le preocupaba demasiado la cuestión del parecido físico –que existe, más allá del maquillaje- sino el mensaje de la serie y que el pensamiento del Apóstol llegara a los televidentes.
¨Cada personaje implica un estudio profundo de su psiquis, de sus características, para ofrecer un proyecto atractivo, pero sobre todo con la calidad requerida para los espectadores¨, explica.
En el IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) hizo gala de su histrionismo y del amor que entrega a la actuación. Evoca los aplausos prolongados de los asistentes y con gran convencimiento advierte que no estaban aclamando a Roberto, el actor, sino al personaje.
“El teatro es copia y consecuencia del pueblo. Un pueblo que quiera ser nuevo, necesita producir un teatro original”, esta es una frase del Apóstol que intento seguir diariamente, comenta mientras se levanta del sillón de la sala de su casa y desconecta el teléfono porque no quiere interrupciones cuando evoca la pasión por algunos de sus personajes más queridos.
Roberto Albellar admite disfrutar de la vigencia martiana y asevera que para nada ha perdido su identidad personal, por el contrario, caracterizar a este prócer, lo ha hecho ser más él mismo, una persona tan común como cualquiera, dedicado a su familia y a la actuación, pues son las esencias de la vida. Y devela una preferencia última que no sabe hasta dónde lo lleve: se ha convertido en un hacedor de esculturas, porque, como cantara Silvio Rodríguez: “solo el amor convierte en milagro el barro”.
Pie de foto: Roberto Albellar Hernández, actor y ceramista de San José de las Lajas, Mayabeque.
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