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Isla al Sur

Medio Ambiente

LA HABANA ES BELLA, PERO...

LA HABANA ES BELLA, PERO...

CAMILO VILLA JUICA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Siempre creí a mi ciudad, Santiago de Chile, una urbe sucia y descuidada. Lo sigo pensando, pero después de conocer La Habana, la mala imagen que tenía del apodado “Santiasco” entre sus inquilinos, mejoró notoriamente.

Me gusta La Habana, su mística, vida y arquitectura, pero su peste a basura podrida, sus calles cubiertas de latas de refresco y sus no pocos habitantes acostumbrados a ensuciarla, me impiden ver a esta ciudad como “la capital más bella de América Latina”.

Pese a la propaganda televisiva, al cada vez más valorado reciclaje, y al no poco esfuerzo de las autoridades, gran parte de los habaneros parecen ser sordos, ciegos, y mudos, ante una ciudad que reclama a gritos que la cuiden, no quiero más, querido huésped, ¿cuesta mucho?

Hace tres meses, en todo el sector de Vedado, instalaron cestos de basura para clarificar la postal de la zona, pero poco han servido: las cajitas de “ron planchao” siguen acusando la carencia cultural de muchos capitalinos cuando se muestran burlonas a los pies del recipiente emplazado justamente para albergarla.

Pero al habanero parece no incomodarle la imagen turbia de su ciudad, al menos, eso demuestra. Común es ver dentro de las guaguas a desadaptados que sin escrúpulo alguno arrojan sus inmundicias a la calle. Lo peor es que el resto de los pasajeros parecen no inmutarse ante semejante atentado al medio ambiente: nadie dice nada, nadie pone mala cara. Es tan habitual la imagen, que no se escapa de la rutina diaria.

¡Ay, Habana!, tan descuidada que estas. Y para qué hablar de tus almendrones, tan lindos, tan turísticos, pero tan contaminantes. Tu cielo azul cuesta verlo cuando el humo negro de esos carros del cincuenta se entrometen entre nosotros. ¡Ay, Habana!

Por suerte, y para bien del país, la única urbe víctima de la basura a mansalva es la capital. El resto de las ciudades cubanas parecen ser bien correspondidas por sus habitantes.

Pero la esperanza es lo último que se pierde. La Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas (UERMP), cada vez obtiene mejores resultados. En todo el país, y en La Habana en especial, han ido inculcando de a poco la cultura recicladora, sobre todo en los niños, mediante sus programas en escuelas, concretados por el movimiento pioneril “Recuperadores del Futuro”.

“Lo que buscamos es una formación de una cultura de recuperación desde tempranas edades... ¿Qué hacen estos niños?, periódicamente juntan materiales reciclables generados en los hogares y escuelas. Se promueve esa recuperación cíclica y periódica”, explica Julio Sardiña, director de comunicación empresarial de la UERMP.

Esperemos que estas medidas, así como muchas otras, pongan de una vez por todas punto final a la excesiva contaminación de la ciudad, para que La Habana sea realmente, “la capital más bella de América Latina”.

FALTA CONCIENCIA EN EL DEBER COMÚN

FALTA CONCIENCIA EN EL DEBER COMÚN

ANH NGUYEN HAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Actualmente hay una verdad lamentable: la calidad de algunos paisajes famosos está desclasificando por las basuras. Por muchas razones, pero según mi opinión, la conciencia del ser humano es la causa principal que provoca esa la realidad en casi todos los países en el mundo.      

El tema no es nuevo, pero la solución de él todavía es una pregunta grande hacia toda la sociedad: ¿Hasta cuándo las personas pueden estar inconsciente del deber?

En el voto de Las Siete Maravillas Naturales del mundo en 2011, la Bahía de Ha Long, de Vietnam, quedó en segundo lugar en la lista oficial. Sin embargo, para lograr el éxito el gobierno vietnamita gastó mucho tiempo y dinero en resolver los problemas ocasionados por la basura.

Antes de este voto, los turistas podían observar los deshechos en todos lados: la calle, la playa, e incluso en el mar. Allí, hay cantidad de pescadores que viven en los barquitos y puede decirse que ellos son una de las causas contaminantes del paisaje.

En algunos fórums, conferencias de los jóvenes, ellos debaten mucho acerca de la protección al medio ambiente, los paisajes naturales, etc. Sin embargo, sus hechos reales casi no existen.

Hay que ejemplificar con la actividad de proteger el Malecón por parte de los estudiantes de la Universidad de La Habana, Cuba (Malecón no es un paisaje, pero es un destino interesante para los extranjeros cuando lleguen a Cuba). En este programa, los organizadores establecen planes muy detallados, atractivos, pero en realidad la cantidad de personas que asisten es escasa y hay una baja calidad e la eficiencia del trabajo. De ahí, me parece que en cualquier grupo de edad, la conciencia todavía está en pequeño grado.             

De otro lado, las autoridades locales no tienen la preocupación pertinente en el trabajo de mantener el medio ambiente. Solo cuando la realidad es reflejada en los medios de comunicación, las personas que poseen la responsabilidad ejecutan medidas temporales para enfrentar la crítica del público.       

La mayoría de los turistas observa que en los destinos famosos hay pocas cestas de basura, o sus tamaños son tan pequeños en relación con las necesidades, que no pueden guardar una adecuada cantidad de deshechos, especialmente en los lugares que hay numerosos visitantes en cada año.

Para resolver el problema todo el tiempo, lo primero es limpiar “la basura de conciencia” en la mente de cada persona. El ser humano debe aprender claramente que los paisajes naturales son valiosos y el trabajo de protegerlos es también su deber y responsabilidad personal. Además, para lograr el éxito en esta tarea, exige el respaldo de las autoridades locales con sanciones severas en cada caso.  

Si cada país no quiere perder ingresos grandes generados del turismo, dicho deber es necesario y urgente. Tal vez, las personas suponen que sea difícil y tarde para llevar a cabo este empeño porque ahora se bota muchos residuos, además la conciencia es baja y solo hay preocupación por mantener la casa de cada quien limpia, no se tiene la preocupación en la higiene pública; sin embargo, pienso que nunca es tarde, el hombre tiene la inteligencia que puede crear muchas cosas modernas para servir en la calidad de la vida. Entonces, no es imposible gastar un poquito en cuidar el entorno.             

PARA QUE LA ESCASEZ NO NOS SORPRENDA

PARA QUE LA ESCASEZ  NO NOS SORPRENDA

DAVID GALLO SÁNCHEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El hecho de que nuestro país sea una isla le permite, por una parte, disfrutar de hermosas playas, pero le imposibilita compartir grandes lagos o ríos con otras naciones, por lo que su única fuente de recursos hídricos potables son las inestables precipitaciones que tienen comportamientos variados según la zona geográfica.

Lo acumulado con las lluvias hace que el índice de disponibilidad de agua sea de 3 mil 400 metros cúbicos por habitante al año, cifra que parece suficiente, pero si nos descuidamos pudiera reducirse hasta niveles poco agradables para todos.

La inmensidad de los mares que rodean el archipiélago cubano, da la falsa imagen de que el agua es lo que más abunda en nuestro país, cuando realmente ocupa una pequeña parte de su superficie.

Esto, seguido de actitudes poco ahorrativas, hace que cada año se pierdan 1 011 millones de metros cúbicos de agua, cantidad similar a la capacidad de almacenamiento de la presa Zaza, la mayor de la Isla, teniendo parte de la población  responsabilidad en esto.

Sucede que nuestros descuidos, olvidos a la hora de controlar el gasto del líquido y roturas en las redes de las casas, hacen que, desafortunadamente, el 60 por ciento de los 1 744 millones de metros cúbicos bombeados al año, se derrochen en el interior de viviendas.

No obstante, los únicos mal gastadores del líquido de la vida no están en las viviendas: su empleo irracional en la siembra y riego de los campos, el mal estado técnico de las pipas, las calles con sus salideros y la existencia de canales y embalses en mal estado debido a los años de uso sin reparación, son otras de las situaciones más comunes en la actualidad y que se han convertido en un continuo desafío.

Para que todos tengamos agua a nuestro alcance, tanto en zonas rurales como en las ciudades, el gobierno continúa la búsqueda de alternativas, que nos permitan disponer del agua necesitada para las más disímiles actividades, pero también de forma racional y eficiente.

En aras de lograr dichos propósitos se destinan cerca de 400 millones de peso cubanos. Con este monto se solucionan  averías u obstrucciones en las redes de abasto de todo el país, se eliminan salideros, se construyen trasvases, se reparan presas, junto a otras labores. Pero resulta imposible avanzar sin no toman medidas  todos los que nos beneficiamos de tales inversiones.

El agua está presente en  el cuerpo humano y en el de todos los seres vivos. Es imprescindible en la ganadería para criar los animales, en los campos para que crezcan los alimentos, en las más modernas industrias, en los centros recreativos para que permanezcan limpios y en el motor de cualquier auto. Incluso, hábitos tan comunes como cepillarse los dientes, lavarse las manos, bañarse y cocinar no podrían realizarse si dejara de existir el agua.

Este líquido es un recurso natural renovable, pero no infinito y aún así es despilfarrado continuamente. Si tomamos en cuenta que únicamente el tres por ciento del agua que existe en nuestro planeta es considerada dulce y solo el uno por ciento de ella sirve para tomar, la necesidad de ahorrarla se vuelve más preocupante.

Las actuales circunstancias de deterioro de las fuentes de agua bebible y el cambio climático que hace cada vez menos recurrentes las precipitaciones, no solo en Cuba, sino en todo el mundo, vuelven necesario dedicar unos minutos para meditar y pensar sobre cómo aprovechar mejor cada gota desde cualquier lugar.

La total dependencia que tenemos del agua conlleva a  que su ausencia provoque disímiles malestares en todos y sin excepción, por lo que las razones para su correcta utilización son sobradas y urgentes.

Por la costumbre del derroche existente, la ausencia del vital líquido se manifiesta en gran parte del país, pero lo que no puede suceder es que se pierda sin ningún uso, o que algunos malgasten mientras otros la  necesitan. Sería mucho más conveniente actuar con responsabilidad y teniendo en cuenta las dificultades de los más necesitados, porque hoy son ellos, pero mañana puede ser usted.

Hacerlo, por insignificante que parezca, desde el estrecho círculo del hogar, constituye una significativa garantía para que la escasez de este preciado líquido no nos sorprenda, y continuar entonces disfrutando del placer de tener agua al alcance de nuestras manos.

CAMBIA LA CARA DE TRAGEDIA DE NUESTRO “AMAZONAS”

CAMBIA LA CARA DE TRAGEDIA DE NUESTRO “AMAZONAS”

BEATRIZ LOBAINA VALDÉS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

10, 9, 8, 7... No quisiera pensarlo, pero en más de una ocasión he sentido que solo segundos de vida le quedan a la cuenca del río Almendares, presionada por un enemigo constante, en ocasiones manifiesto daga en mano; en otras, sutil, acumulando fuerzas, en su afán de que cada vez sea más complejo trocar lo sucio en oro. Contaminación, una palabra aguda, su simple pronunciación inspira temor, y no es para menos, porque desde hace 17 años sus huellas han sido imperdonables.

En la década del 90, la corriente superficial más importante de la capital, en especial sus últimos diez kilómetros encuadrados en el territorio que ocupa el Gran Parque Metropolitano de La Habana (GPMH), mostraba una pésima imagen, pues los índices de oxígeno estaban bajos, la flora y fauna de sus riberas no tenían vida, sobre la superficie flotaba una espesa capa de bacterias provenientes de residuos domésticos (coliformes fecales) y se registraban elevados índices de amonio, nitrito, plomo, hierro, cadmio, níquel y cobalto.

Según testimonios de los vecinos más antiguos de la zona, vivir cerca de esta red fluvial era insoportable tanto por los hedores, como por las indisciplinas y las carencias materiales del país. Problemática crítica al decir del sabio naturalista cubano Antonio Núñez Jiménez, cuando expresó en aquel entonces: “(…) hoy grandes trechos de su curso son verdaderas cloacas, sucias, pestilentes (...)”.

A las claras, la carga microbiana experimentó un ascenso insospechado en las estadísticas. Precisamente este panorama fue uno de los detonantes para que en 1996 se creara el GPMH y en consonancia, el Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana (GTE-BH), instituciones que, junto al CITMA provincial, atienden de forma sistemática todo lo referente al río.

Con solo destacar algunas particularidades del Almendares se puede comprender la necesidad de su descontaminación. La red acuífera, según el periodista de Granma, Orfilio Peláez, constituye una de las diez principales cuencas hidrográficas de nuestro país, alrededor del 47 por ciento del agua potable que consume la población citadina emana de sus fuentes subterráneas y cerca de toda su área -402 kilómetros cuadrados- viven  más de 500 mil personas.

Actualmente la cara de la “tragedia” va cambiando a ritmo lento, pero con resultados apreciables. En sus aguas se pueden observar biajacas, tilapias, cangrejos, carpas, jicoteas; más de 12 especies de animales. Diagnósticos recientes revelaron una concentración de 4,8 miligramos (mg) por litro de dioxígeno disuelto, a partir de 4 mg existe vida, y en la zona del Puente de 23 se ha registrado 5,5 mg.

Datos de la Oficina Nacional de Estadística corroboran el ligero progreso: la carga contaminante disminuyó a un 0,8 por ciento, menor cifra que el 1,4 inicial en el lustro 2007 -2011.

Al reducirse los índices de infestación ha mejorado la calidad del agua, la reforestación de la faja hidrorreguladora y la cultura ambiental. Este último éxito, gracias, entre otras acciones, a los talleres juveniles promovidos por el parque “Terracota” y “Voces de la Naturaleza”. 

Por supuesto, cifras que reflejan esfuerzos. El GPMH ideó aparatos de tratamiento local para higienizar remanentes domésticos. De esta manera, la basura pasa por dos estanques con una vegetación interna encargada de degradar sustancias contaminadas. Las empresas aledañas Planta de Gas Manufacturado Mario Fortuny y la cervecera La Polar y La Tropical, también fuentes contaminantes, trasladaron sus instalaciones generadoras de desechos e invirtieron recursos en tecnologías más limpias. Otras, como la papelera La Cubana, que hoy es una farmacia, fueron reubicadas.

Descontaminar del todo la cuenca del Almendares es una idea difícil y que todavía está bien distante de lograrse.

Resta conciencia y trabajo de tiempo para que el Casiguaguas, nombre dado por los aborígenes, vuelva a tener sus aguas puras y cristalinas como describió el doctor Núñez Jiménez.
 
No obstante, amén de la situación económica que tiene el país y de la indolencia social, lo inmediato es concientizar que no debemos arrojar todo tipo de desechos en este ecosistema natural, que para bien de todos constituye el pulmón verde capitalino, nuestro Amazonas más cercano. 
  

MUCHA TIERRA Y POCA GENTE

MUCHA TIERRA Y POCA GENTE

LUAR LÓPEZ DE LA OSA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Poner una semilla en el suelo, regar un poco de agua sobre ella y esperar unos días de sol son los pasos que enseñan a los niños cuando quieren saber cómo crecen las plantas. ¡Qué sencillo!, diría un pequeño al saber este rito. Pero, al crecer este muchacho, su interés por la agricultura disminuye, no quiere ir al campo a sembrar.

La mayoría de los jóvenes cubanos no poseen una conciencia sobre la importancia de la agricultura para el desarrollo de cada país. Cuando se aborda la temática, la expresión más común es: “¿En el campo?, ¡ni muerto!”; y los adolescentes piensan que una profundización en el fenómeno es un “teque” para ir a labrar la tierra.

Cuando en el duodécimo grado se inicia el proceso de otorgamiento de carreras, nadie opta por las relacionadas con la agronomía: lejos de la tierra cultivable, la juventud se siente mejor. La desaparición de las escuelas en el campo es uno de los factores que han alejado a los adolescentes del trabajo agrícola. El hecho fue un milagro para muchos estudiantes que, incluso, no valoraban el beneficio de esta labor para los comedores de sus escuelas.

Lograr un cultivo satisfactorio en una parcela de tierra requiere de sacrificio e inteligencia. Actualmente el trabajo agrícola demanda de campesinos y técnicos agropecuarios con una mayor especialización debido al cambio climático y sus consecuencias en el suelo. 

En Cuba, la siembra de cultivos es fundamental en el desarrollo de la economía o, más bien, en su estabilización. La tierra constituye un recurso que se debe explotar. Un país subdesarrollado industrialmente debe promover la relación de sus habitantes con la agricultura.   

Con la amplitud de oportunidades de superación que ha brindado la Revolución, ha ido desapareciendo el anhelo por poseer una parcela para cultivarla. Incluso, los hijos de campesinos estudian con el objetivo de “salir adelante” o, mejor dicho, de salir de la finca. En nuestros días, vivir en el campo no es un privilegio, sino una desventaja.

Las causas de este fenómeno pueden ser muchas, pero resalta el propio descontento de la población campesina debido a la burocrática política agrícola, la disyuntiva de los precios en el mercado y la falta de modernización y tecnificación en busca de una producción intensiva.

Cuando no viene la papa o escasean los productos en los agros, las quejas y discusiones con los dependientes son recurrentes. Se necesitan alimentos, pero también un análisis a la hora de buscar las raíces de estas deficiencias.

Con la implementación de la Ley 300, que suma 975 000l hectáreas para el incremento de la producción agropecuaria, no se resolverán los problemas de demanda en la población cubana si no hay quien trabaje esa tierra. Se necesitan pagos más rápidos que estimulen la labor de los campesinos y labores de acopio más organizadas.

Antes había una generación que luchó por el derecho a la propiedad de la tierra, por su Reforma Agraria. Ahora se necesita de otra que preserve y explote esta conquista de la Revolución. 

 

¡BONIATO OTRA VEZ!

¡BONIATO OTRA VEZ!

LESLIE ALONSO FIGUEROA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Proteger el medio ambiente ha sido una consigna tan trillada, que de solo imaginar de qué va este trabajo algunos recordarán el popular cuento del ratón que se suicida por encontrar... ¡boniato otra vez!

A pesar de que las campañas del CITMA nos remitan a las mismas moralejas, los niños en las escuelas cada curso escolar realicen un trabajo respecto a la conservación del entorno y la prensa esté llena de artículos en fechas como el 5 de junio: los basureros son elementos urbanísticos de las ciudades y la gente derrama desechos al piso con una tranquilidad que incomoda.

Pero..., por desgracia, el deterioro ambiental no se queda en los ejemplos citados, los cuales, quizás, pudieran llegarse a erradicar conscientemente, sino en conflictos que ponen en riesgos zonas tan conservadas como el polo turístico de Varadero.

La tardía demolición de instalaciones hoteleras, viviendas y otras edificaciones es una realidad que afronta la Península de Hicacos y pone en peligro la posteridad de este destino de sol y playa.

Hacer alusión al desarrollo turístico de Varadero sin mencionar el Hotel Internacional es inaceptable. Este sitio forma parte de la más emblemática historia de Punta Hicacos, los trabajadores vinculados al servicio son los mismos desde su fundación y por el Cabaret Continental, centro nocturno insignia de la península, han pasado las más reconocidas figuras de nuestra escena como la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo.

Para los que hemos crecido y convivido toda la vida en un mismo hogar, es problemático aceptar que por una cuestión medioambiental debemos abandonar nuestro sitio, y para los varaderenses en esta situación, ha sido un conflicto grande. Las personas han heredado unas de otras sus casas y la cercanía a la playa forma parte de su disfrute personal y su sustento económico, pues la mayoría vive del arrendamiento.

Los spots televisivos sobre los metros de playa perdidos en los últimos treinta años no son vacías consignas. He puesto sobre el tapete la realidad de estos ejemplos, pero va más allá de un "¡Todos a la plaza!". No consiste en una guerra de criterios entre el patrimonio cultural y planificación física; ni entre el CITMA y los descendientes de los primeros pobladores de Varadero.

La complicación está en que de la liberación de este espacio depende la amplitud de la zona costera y la franja de sol y la desaparición del afloramiento de rocas. Más que una arbitrariedad, es un hecho que si no se revierte prefiero omitir en este comentario sus consecuencias.

Por no contar con el apoyo de dirigentes, como dijera alguien alguna vez, este trabajo solo se vale de mis frustradas indagaciones, pero creo haber logrado demostrar que no fue ¡boniato otra vez!

UN MAR DE CAPITALINOS

UN MAR DE CAPITALINOS

SANDRA MADIEDO RUÍZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana. 

En la década del noventa ella era una de las bahías más contaminadas del mundo. La cristalización del agua se tornasolaba con los hidrocarburos y aceites. La situación medioambiental era extrema: los peces emigraban y las aves no visitaban al Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro. Sentarse antes en el gran sofá de La Habana, el Malecón, era un castigo producto de olores desagradables provenientes de una de las radas más hermosas del orbe.  

Hoy, en la primera década y tres menos de la segunda del nuevo milenio, la bolsa capitalina refleja el cielo y numerosos peces ayudan a los obreros del mar, los pescadores, a llevar el fruto de su trabajo a la cena. Si preguntaran cómo y cuándo se transformó, la respuesta será sencilla: la creación en el año 1998 del GTE-Bahía de La Habana (Grupo de Trabajo Estatal para el desarrollo, cuidado y preservación de la Bahía de La Habana), el cual ha laborado arduamente con el propósito de identificar todas las fuentes contaminantes que a ella vierten y buscar las soluciones.

Los ríos Luyanó y Martín Pérez, el arroyo Tadeo, la refinería Ñico López y el alcantarillado de las zonas aledañas a la rada son las causantes de la todavía desfavorable situación que se aprecia. Sin embargo, desde el año 1998 se ha reducido la contaminación en un 70,9 por ciento, dato que demuestra el afán por reducir a cero el problema.

Para erradicar los males, el GTE diseñó el Departamento de Educación Ambiental Empresarial, el cual ha capacitado desde el 2005 a un total de 775 personas, tanto directivos como obreros de empresas, fábricas y refinerías. Además, 80 escuelas y alrededor de 1 000 estudiantes han participado en los dos festivales “Amigos de la Bahía” que ha realizado el grupo con el propósito de concientizar y alertar a las masas de los problemas presentes en la bahía, pues la Educación Ambiental es otra rama presente en el programa del equipo.

No obstante, la voluntad de los especialistas y el empeño del gobierno no hacen que la rada esté descontaminada, pues de todas las fuentes que impactan es el río Luyanó el que muestra los índices de contaminación más elevados y una prueba es la negación de la vida en sus aguas. Respecto a esta arista, se trabaja en la construcción de una planta de tratamiento para el 2014–2015 y la compra de tres más, lo cual contribuirá “a sanear al río y recuperar el ecosistema para bien del medio ambiente y de la bahía”.

A pesar de los embates de la economía, en el 2012 se redujo la contaminación en un 30,13 por ciento y ello se evidencia en los comentarios de los habaneros, quienes notan el cambio de la novia que espera paciente al buque que entre en su puerto. Sin embargo, aún hay muchísimo que hacer y la disposición no es problema, pero la Bahía de La Habana para su recuperación dependerá del saneamiento de las fuentes que la contaminan, de las soluciones eficaces que se hallen y ejecuten y de la dedicación no solo de un pequeño grupo sino de un mar de capitalinos.

MEDIO AMBIENTE: UNA ESPECIALIDAD EN LA QUE EL PERIODISTA DEVIENE INVESTIGADOR

MEDIO AMBIENTE: UNA ESPECIALIDAD EN LA QUE EL PERIODISTA DEVIENE INVESTIGADOR

 

Tema: En el Perfil del periodista ambiental se acota: “El periodista ambiental, para considerarse tal, debe ir más allá del hecho y la noticia del momento; debe buscar brindar al lector aquellos elementos que le permitan entender cuál es la historia, cuál es el origen y la evolución del fenómeno que está considerando. Para ello es necesario identificar a los diferentes factores y protagonistas que intervienen en el suceso, cuál ha sido y cuál es su influencia actual”.

THU TRAN LE ANH,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

En el ámbito del periodismo existen varias vertientes para que los periodistas se especialicen y puedan tener más conocimientos sobre los temas. El periodismo ambiental se puede incluir dentro de estas áreas de especialización, pues es uno de los trabajos necesarios en momentos cuando los problemas del medio ambiente afectan directamente  a la sociedad.

Periodismo ambiental es una tarea profesional que coloca las informaciones relacionadas con el entorno, investiga los hechos, las causas, orígenes y las consecuencias; en ocasiones el profesional es capaz hasta de dar las soluciones posibles. También el periodismo ambiental se reconoce como una nueva área del periodismo científico.

Miguel Montaño, periodista español, considera que “se puede establecer como periodismo ambiental aquél que se ocupa de la información de actualidad que contextualice, analice los procesos y enumere los efectos de aquellas intervenciones relacionadas con la naturaleza y el medio ambiente y en especial de aquellos aspectos que tienen que ver con su degradación".

Hay que destacar que los movimientos de todo tipo, es decir sociales, políticos, etc., que luchan por las mejoras del medio ambiente son cada día muchos más, ya que los problemas asociados al entorno se hacen complicados y el planeta puede sufrir muchos daños.

El periodista es un profesional que está comprometido con su sociedad, tiene el deber de servir a ella y no a otros intereses, por ejemplo, económicos. Entonces, el periodista dedicado a temas medioambientales  tiene un extra en su trabajo porque se trata de la salud del mundo en que vivimos.

Así, el periodista ambiental debe ser una persona comprometida que quiera con su trabajo cambiar -si es posible- la forma como suceden las cosas. Por eso creo sobre el periodista ambiental existen dos tipos: aquellos que solo se dedican a dar información sobre los hechos y que no se preocupan por soluciones y los que además de periodistas, por su voluntad, casi son activistas que luchan por la salud del medio ambiente.

El doctor Arturo Larena Larena, periodista del diario español El Mundo y Premio Nacional Periodismo Ambiental en 2005, considera que el periodista ambiental tiene una función especial dentro de su campo, pues “los medios de comunicación son el único instrumento que puede educar a la escala necesaria y en el tiempo disponible, a gran parte de la sociedad, así que  estos profesionales ofertan algo que podría denominarse beneficio colateral”.

Las características de esta especialidad periodística son muchas y diversas, todavía todos los autores no se ponen de acuerdo sobre su definición exacta y tratamiento. Lo que sí queda claro es que debe ser un periodismo que busque cambios y por eso la preparación de los profesionales debe ser tan buena como si fueran especialistas en cultura, política o deporte, acotan los que estudian este campo. Hay que saber justificar todas las causas y convertirlas en algo imprescindible para la personas que leen, así se pueden interesar.

“Es preciso contextualizar el fenómeno que estamos tratando, es decir, darle al lector los antecedentes, la historia, las soluciones que se han buscado y quiénes lo han investigado. Solo así se puede entender mejor el hecho noticioso y sobre todo, sensibilizar al lector, que en mi opinión es el fin primero del periodismo que aborda la temática medioambiental”, expresó Aliuska Brizuela Vega, periodista cubana del Telecentro Telecubanacán.

La capacidad que pueda tener el periodista para redactar la información influye mucho para que el público sea consciente del tema medioambiental, por eso para trabajar en esta especialidad se necesitan más conocimientos especiales.

En el ensayo El periodismo ambiental, nuevamente Angulo Pratolongo  comenta que “los temas ambientales buscan impactar en el comportamiento humano, muchas veces sugiriendo cambios radicales en la forma de actuar de las personas. Pero la forma de entender un tema específico por el ciudadano común y corriente, es diferente a la manera como la entiende el experto. Esto origina que no baste la prueba científica proporcionada por el artículo periodístico para que las personas actúen de la forma como se les sugiere, sino que debe haber un convencimiento y una motivación”.

Su influencia actual existe en la forma que conoce como “cultura ambiental”, que tiene una influencia a los gobiernos para mejorar el sistema de ley ambiental.

Por esta causa se creó la Unión de Periodistas Ambientales de Latinoamérica (UPA-Latinoamérica) en Cartagena, Colombia en 2007 y que está bajo la ayuda de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.

Hay que ver también que se puede ejercer esta labor sin tener que convertirse en un integrante de un grupo de ecologistas, pues el periodista medioambiental tiene la capacidad de investigar y entre sus misiones está educar sobre este problema.

“Es muy necesario dedicar un espacio a este tipo de noticias en los medios porque la realidad medioambiental es cada vez más preocupante. La contaminación, la elevación de la temperatura promedio, el efecto de invernadero y otros indicadores del cambio climático, por ejemplo, provocarían la elevación del nivel del mar, hecho que afectará a los estados insulares, como Cuba, y también a los peninsulares como  Viet Nam. Es importante que la población asuma un carácter más activo con respecto al medio ambiente”, comentó Yimel Díaz Malmierca, periodista del semanario Trabajadores.

En estos momentos hay que decir que la especialidad del periodismo se ha hecho más habitual porque por el aumento de la explotación de los recursos naturales y numeroso consumo, la contaminación ha crecido demasiado, es por eso que en los años 1970-1980 cuando empezó a tratarse el periodismo ambiental, los productos venían cargados de informaciones y datos.

En la actualidad se necesitan más soluciones, que las personas comprendan y por eso la influencia del periodista, por ser como un puente entre la información y el público, es más grande. Según la labor del comunicador, las personas podrán identificarse con esa causa y querer ayudar.

Marielys del Toro Padrón y Tamara Roselló Reina (2006) en el artículo ¿Se hace hoy periodismo ecológico?, ven que una de las críticas más comunes que recibe el periodismo ambiental está relacionada con “la tendencia a acusar, detectar el problema, pero no la propuesta de solución. Se considera que en ocasiones las noticias resultan muy abstractas y distantes de la gente que las recepciona. Los temas son complejos, y no siempre se contrastan suficientes fuentes o estas no son todo lo confiable que el público espera. El seguimiento noticioso no es muy amplio. Solo clasifican como titulares de las publicaciones cuando tienen la connotación de escándalo, emergencia, o accidente que implica consecuencias muy graves. Por ejemplo, un derrame de petróleo o de productos químicos tóxicos, pueden ser cubiertos por los medios con uno o dos reportajes de primera plana, sin brindar luego nuevas informaciones como parte del seguimiento noticioso”.

La influencia que puedan ejercer los periodistas medioambientales depende de varios factores como son el correcto nivel de especialización que puedan tener en el tema para hacer que el público entienda mejor la información, el tipo de fuentes que escogen, pues a veces se toman solo las fuentes oficiales, la colaboración del medio para el cual trabajan.

Los receptores que en ocasiones no están interesados en este tipo de temas, pero esto tiene que ver con “el carácter de información dura y negativa sobre contaminación, residuos, sequía, energía nuclear y el hecho de que este tipo de información juega problemáticas como son la disminución de la capa de ozono o del cambio climático, que en consecuencia no interesan demasiado porque no se conciben como algo próximo” (Fernández Parrat, 2006).

Es por eso es que a veces los periodistas medioambientales no tienen ninguna influencia sobre las personas, pues a estas no les interesa mucho el tema porque consideran que no les va a afectar de manera rápida, pero deben pensar que se trata de la vida del planeta y de sus futuras familias.
 

Bibliografía:

Del Toro Padrón, Marielys y Roselló Reina, Tamara. ¿Se hace hoy periodismo ecológico? Futuros: revista latinoamericana y caribeña de desarrollo sustentable. No 13. 2006.

Fernández  Parrat,  Sonia. La información ambiental en los medios de comunicación. Dificultades y retos. Revista Telos.  No 68. 2006.

Larena, Arturo. Diez años después de Río. Respuesta desde los medios de comunicación (ponencia presentada en el XVI Club de Debate de la Fundación Entorno XVI), Madrid, 5 de marzo de 2002.

Montaño, Miguel. Periodismo ambiental en Canal Sur Televisión. Revista Latina de Comunicación Social. España. 1999.

Montaño, Miguel. Medio ambiente, empresa y periodismo ambiental. El caso de Canal Natura y las noticias sobre medio ambiente en Andalucía. Revista Latina de Comunicación Social, No 32. 2000.

Peláez, Orfilio: Periodista cubano representante en Red de Comunicación Ambiental.En: http://old.cubahora.cu/

index.php?tpl=buscar/

ver-not_buscar.tpl.html&newsid_obj_id=1008048.

URL: http://old.cubahora.cu/. Consultado: 22-12-2011.

 

Periodistas cubanos consultados:

Yimel Díaz Malmierca, periodista del Semanario Trabajadores.

Aliuska Brizuela Vega, periodista del Telecentro Telecubanacán.