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Isla al Sur

Periodismo Retrospectivo-Trabajos docentes

26 RAZONES PARA CANTAR

26 RAZONES PARA CANTAR

Gilberto Aldaná Gutiérrez fue uno de los cantantes que participó en la primera grabación del Himno del 26 de Julio, en 1957, y de ese momento histórico cuenta sus impresiones.   

Texto y foto:

KARINA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Muchos no los recuerdan, la década del 50 ya se vuelve una imagen demasiado lejana sobre todo para los más jóvenes. Ellos quedaron en el olvido, a pesar de que complementaron la programación musical de la naciente pantalla chica, actuaron en los más estelares programas de la televisión de la época y fueron durante todo el año 1956 los artistas protagónicos de las actuaciones en el cabaret Tropicana. Los Faxas son una suerte de patrimonio no recatado. 

Gilberto Aldaná Gutiérrez es uno de los integrantes de ese cuarteto masculino. Hoy, a la vuelta de casi 60 años, puede mostrar con satisfacción ser hijo ilustre de Habana del Este, poseedor de La Giraldilla de la Habana y de la Réplica del Machete de Máximo Gómez, entre otros reconocimientos. Disfruta de la jubilación en su peña que pronto cumplirá 30 años.

Para él, los numerosos premios no tienen ninguna valía comparados con el gran honor de encontrarse entre los artistas que realizaron la primera grabación del Himno del 26 de Julio.

La oportunidad de brindar su voz para la marcha revolucionaria llegó a su vida de manera insospechada. Cómo iba a imaginar que Faustino Pérez, entonces al frente del Movimiento 26 de Julio en la capital, pensaría en Carlos Faxas, director del cuarteto, y en él, para organizar ese importante momento de la historia patria.

“Faustino me preguntó en una ocasión en que visité su casa, si era el artista de televisión y el cantante del cuarteto Faxas. El improvisado interrogatorio continuó, quería saber cómo pensaban los artistas, si estaban en contra de Batista y otras cosas del medio. ¡Cómo le daban importancia al sector de la cultura!

“A los pocos días de aquella entrevista viene a verme Miguel Merillo, también del M-26-7 y pidió que le preguntara a Faxas, colega y amigo, qué íbamos a hacer los artistas por el causa. Faxas y yo fuimos los primeros en saber la intenciones del movimiento de grabar el himno”.

-¿Cuán complicado resultó encontrar un lugar para grabar la melodía?

En una dictadura no era fácil hacer nada de este tipo. Al ser atrapado ni siquiera el nombre preguntan, ametralladora que conoces, te llevan para la necrópolis y dejan que te pudras ahí. Había que hacerlo tan cuidadosamente que después del triunfo del revolucionario fue cuando mi familia se enteró de que yo participé en la grabación.

No se podía hacer en cualquier parte, fue un proceso de 15 largos y complicados días, buscando el lugar apropiado. Amaury Pérez, padre, reconocido productor, fue de los primeros en ofrecerse brindando un local, pero la CMQ no era un lugar seguro porque había programas de Batista y muchas personas a todas horas. Encontramos una estación pequeña, Radio Cadena Habana, en Centro Habana, la cual era más segura.

-¿Qué composición tenía el grupo?

El comando era reducido, contábamos con dos técnicos y el operario de la planta, cuatro cantantes, un trombón, un bombo, un piano y dos trompetas. Resultaba imposible llevar un grupo muy grande, pues tenía que ser del conocimiento de muchas personas y eso era peligroso. Nos pusimos de acuerdo para llegar a diferentes horas con el objetivo de no llamar la atención, la situación era muy complicada.

Los que alguna vez han escuchado la grabación original y no conocen la historia, piensan que era una banda enorme. No se imaginan que solo eran cuatro gatos los que le pusimos todo el corazón.

-¿Cómo llegó ese día a la emisora?

Yo tenía un carro y bien tempranito me dirigí hacia la estación para asegurar un lugar esa noche en el parqueo que se encontraba enfrente. En ese momento que estaba negociando con el encargado de cuidar los autos, veo a los esbirros de la tiranía golpear salvajemente a un hombre. La primera idea que cruzó por mi mente fue que la acción había fracasado y el hombre apaleado era Carlos.

-¿Cuál fue su reacción en ese momento?

Me monté en el carro y, sin mentir, en cinco minutos estaba en la Virgen del Camino, imaginándome que de seguro ya me estaban persiguiendo. El miedo recorrió mi cuerpo desde la punta del dedo gordo del pie hasta el último pelo de la cabeza. Detuve el auto por un momento y miré para todos lados, nadie me seguía. Entonces decidí volver para ver si habían asesinado al resto de los compañeros. Mi sorpresa fue grande, casi quedé de piedra cuando uno de los integrantes del plan me hizo señas para que entrara rápido, en aquel momento entendí que no habíamos sido delatados.

-¿Entonces, pudieron grabar el día señalado?

Sí, pero no fue tan fácil, los contratiempos estaban a la orden del día. Al llegar al estudio, encontré al dueño de la planta, quien se había presentado porque como el cuarteto era muy famoso y habíamos pedido, supuestamente, la estación para grabar nuevas canciones.

Él quiso oír las melodías de la agrupación, pues nos habíamos comprometido a dejarle una copia para que la rodara en la emisora. Carlos, Lázaro y yo conocíamos del plan, pero el otro integrante no, por eso no asistió. Cantamos mil cosas para entretenerlo, pero la intención del dueño era escuchar a los Faxas de forma íntegra, eso era una gran locura, tanta música tocamos que se aburrió y se fue

Intentamos comenzar a grabar, pero percibimos que en los altos de la estación de radio había un mitin político de la mujer de Batista. Podíamos escuchar perfectamente todos los discursos que allí se daban; por lo tanto, corríamos el riego de que ellos también consiguieran oírnos. Esa era la razón por la cual el hombre que yo vi por la mañana había sido golpeado brutalmente.

Solamente nos quedaban dos opciones: dejar la acción para otro día o esperar a que la primera dama concluyera su mitin. Todos pensábamos que la primera no era ni siquiera una posibilidad, ese día había que cumplir con la misión encomendada. La grabación se desarrolló de manera brillante, al amor que le imprimimos era único y verdadero.

-¿Qué ocurrió con los discos que grabaron en placas de acetato?

Muchos se vendieron a cinco pesos para recaudar dinero para la causa revolucionaria, pero cuando estábamos en la vorágine de comerciar los discos, Carlos fue detenido y exiliado a los Estados Unidos.

La tiranía en esos momentos desató una brutal ola represiva. El pánico se apoderó de la población. Quienes poseían discos con la grabación del himno lo destruyeron, pero yo me quedé con mis dos ejemplares, si irrumpían en mi casa y los encontraba me iban a matar, pero con ellos debajo del brazo. 

En Cuba resultaba imposible hacer algo con ellos, por medio de una amiga se lo mando a Carlos para Miami, pensando que él les podría dar un mejor uso. Las placas de acetato son enviadas a Venezuela y de allí hacia la Sierra Maestra.

La mayor suerte fue que cuando llegaron los discos ya existía Radio Rebelde, estación clandestina, que en sus inicios el tema de la planta era el Himno Invasor. Ernesto Che Guevara al oír la melodía decidió poner en la emisora la nueva marcha. Entonces Cuba y todo el mundo empezó a conocer el Himno del 26 de Julio.

-¿En esos momentos volvió a temer por su vida?

Los peligros fueron mayores cuando se empezó a escuchar por la radio. Al salir a la calle las personas decían: “Anoche te oí”, “¡Qué calladito te lo tenías!”. Realmente pensé que no iba a ver el triunfo de la Revolución. El doctor Héctor Aces, comandante del ejército invasor, coincidió conmigo en una ocasión después de 1959 y me dijo muy sorprendido: “¡Aldaná, pero tú estas vivo, yo pensé que no llegabas, como tú siempre estabas metido en todo!”

Pie de foto: Gilberto Aldaná, Hijo Ilustre de Habana de Este y antiguo integrante del cuarteto Faxas.

Ficha técnica:

Objetivo central: Conocer la historia de la grabación de la música del Himno del 26 de Julio.

Objetivos colaterales: Ahondar en anécdotas relacionadas con las circunstancias del hecho, el riesgo que significó y cómo se dio a conocer al pueblo cubano.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: De preguntas y respuestas.

Por su contenido: Retrospectiva de opinión.

Por el canal que se obtuvo: Cara a cara.

Tipo de título: Genérico.

Tipo de entrada: Presentación del entrevistado.

Tipo de cuerpo: De preguntas y respuestas.

Tipo de preguntas declaradas:

1-¿Cuán complicado resultó encontrar un lugar para grabar la melodía? (Abierta y de Información).

2-¿Qué composición tenía el grupo? (Abierta y de Información).

3-¿Cómo llegó ese día a la emisora? (De Información).

4-¿Cuál fue su reacción en ese momento? (Abierta).

5-¿Entonces, pudieron grabar el día señalado? (Cerrada).

6¿Qué ocurrió con los discos que grabaron en placas de acetato? (Abierta).

7-¿En esos momentos volvió a temer por su vida? (Cerrada)

Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Tipo de fuentes: El entrevistado (directa).

FRAY CANDIL EN EL OLVIDO

FRAY CANDIL EN EL OLVIDO

A 95 años de la muerte de Emilio Bobadilla, su obra podría ser rescatada por quienes se forman en la carrera de Periodismo.

MILENE MEDINA MARTÍNEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Emilio Bobadilla Lunar, se cambió el nombre por el de Fray Candil. Sus trabajos periodísticos dejaron huellas en las letras hispánicas por ser tan irreverente polemista. A 95 años de su muerte en Francia, el primero de enero de 1921, la figura y obra de esta personalidad, no irradian luz en los estudiantes de Periodismo de la Facultad de Comunicación habanera.

Mario Cremata, periodista y profesor de Historia de la Prensa, afirmó que “es un personaje apasionante, tanto por su pluma afilada como por su legendaria y azarosa vida. A los efectos del programa vigente, me limito a explicarlo como colaborador de La Habana Elegante y El Fígaro, entre otras publicaciones de valía finiseculares”.

Agregó que la paradoja que siempre ha imperado en la Facultad es la de pretender concentrar tanto contenido en un solo semestre, y esto hace que se vea obligado a jerarquizar información y figuras. Por tanto, pretende que al menos lo estudiantes conozcan someramente a personalidades como esta, a  las cuales, por razones de tiempo, no se les presenta con detalles.

El Premio Nacional de Periodismo y profesor de la Facultad de Comunicación (FCOM), Luis Sexto, señaló: “Por lo que he leído sobre Bobadilla, pienso que puede distinguirse del resto de los periodistas y escritores de la época por su lenguaje claro, temperamento desenfadado y estilo muy personal, patente en cada creación suya”.

Añadió que aunque fue polémico, pues varias veces se batió a duelo literario con el también novelista Leopoldo Alas (Clarín) y en otras ocasiones criticó la obra de personalidades como Aniceto Valdivia, Enrique José Varona y Julio Sanguily, es necesario trasmitirle a los que ejercerán la profesión del Periodismo, un mínimo de la labor periodística de Bobadilla.

Los primeros trabajos de este periodista, hijo del municipio matancero de Cárdenas, vieron la luz en la revista Habana Cómica, en 1882. Luego, viajó a Europa donde publicó sus artículos en varios diarios españoles e hispanoamericanos, lo que dio paso a que se convirtiera en uno de los periodistas más influyentes de finales del siglo XIX y principios del XX.

Rosa Encina Hurtado, estudiante de quinto año de Periodismo, manifestó que los saberes que posee sobre Fray Candil se los debe a su preparación para las pruebas de aptitud de la carrera. A partir de ahí, pudo conocer que dirigió los semanarios, El Epigrama y El Carnaval, y colaboró en Revista Habanera, La Lucha, entre otros: “ Su labor periodística se recoge en algunos libros de viajes, crónicas y artículos publicados en disímiles periódicos”.

La ausencia de este y otros ejemplos de excelentes periodistas preocupa a los estudiantes, en tanto quedan huérfanos de asiento histórico que dan continuidad a la profesión. Darianna Reinoso Rodríguez, alumna de cuarto año, consideró que “la obra de Bobadilla debería incluirse en el plan de estudio de la carrera, porque siempre resulta necesario salvar la historia de quienes contribuyeron a enriquecer el panorama cultural de la nación cubana”.

En torno a este problema, José Luis Marrero, profesor de Historia de Arte Cubano de FCOM, destacó, por vía electrónica que “bbibliografías sobre Fray Candil existen, pero los estudiantes no se acercan a ellas, porque no se les habla de su obra. Muy pocos por sus medios van a investigarlo, solo si se le asigna por la propia Facultad. Sin embargo, su labor es abarcadora y prestigiosa, algo  compleja y enriquecedora. Bobadilla debería aparecer en mi asignatura y en todas las relacionadas con personalidades de la cultura de la nación”.

Un muestreo entre estudiantes de Periodismo de la Facultad demostró el desconocimiento que existe en torno a esta personalidad, al vincularlo más a labores literarias y no periodísticas. Osmery Ramos Méndez, estudiante de cuarto año de la carrera, reconoció su ignorancia sobre el tema y agregó la importancia de incorporar al programa tal figura, pues ni siquiera en Historia de la Prensa se aborda a Fray Candil.

En el prólogo de la novela de su autoría “A fuego lento” -su obra maestra en narrativa-, Salvador Bueno en 1982 plantea que “Fray Candil no sólo comentaba de la vida literaria, sino también de los acontecimientos más importantes de carácter cultural o político y los hechos curiosos o pintorescos ocurridos en Europa y otras partes del mundo”.

Más adelante, manifiesta que la obra de Emilio Bobadilla, a pesar de haber desatado famosas polémicas literarias debido a sus artículos y críticas, es poco conocida, y aún los textos de historia literaria estiman méritos en muy escasa medida a su creación.

“Rescatar a Fray Candil es una obligación, como en su momento hicieron Aureliano Sánchez Arango, ministro de Educación del presidente Prío, y su director de Cultura, Raúl Roa, con una colección titulada "Grandes Periodistas Cubanos", donde compilaron trabajos suyos y de otros imprescindibles como Justo de Lara. Estudiarlo aportaría a los periodistas la lengua afilada, que tanto nos falta, elegancia discursiva, ironía y prosa reflexiva”, recalcó Mario Cremata.

Pie de foto: Emilio Bobadilla, periodista y crítico literario de  finales del siglo XIX y principios del XX.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota: Interpretativa Explicativa.
Tipo de fuentes: Documentales y directas.

Tema: La figura de Emilio Bobadilla, más conocido por Fray Candil.

Situación problémica: El desconocimiento de esta personalidad entre los estudiantes de la carrera de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Objetivos colaterales: Rescatar la figura de Emilio Bobadilla Lunar. Acercar a los estudiantes a la obra de esta personalidad. Colaborar para la inclusión de Fray Candil en el programa de la carrera de Periodismo.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Página web Biografías (www.mcnbiografias.com)

Prólogo de “A fuego lento”, realizado por Salvador Bueno. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1982.

Directas:

Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo y profesor de la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana. Fuente especializada. Emite un juicio analítico.

Jorge Luis Marrero Bobadilla, profesor de la Facultad de Comunicación y de la de Artes y Letras, de la asignatura de Historia de Arte Moderno.Fuente especializada. Emite un juicio de valor.

Mario Cremata, periodista y profesor de Historia  de la Prensa en Cuba, de la Facultad de Comunicación.Fuente implicada y especializada. Emite un juicio analítico.

Rosa Encina Hurtado, estudiante de quinto año de Periodismo. Fuente implicada. Emite un juicio de valor.

Darianna Reinoso Rodríguez, estudiante de cuarto año de la carrera. Fuente implicada. Emite un juicio de valor.

Osmerys Ramos Méndez, estudiante de cuarto año de Periodismo. Fuente implicada. Emite un juicio de valor.

Soportes:

Hecho: La ausencia de esta personalidad en el plan de la carrera de Periodismo.

Contexto: El aniversario 95 de la muerte de Emilio Bobadilla en 2016.

Antecedentes: Al ser diseñado el programa de la carrera, no se tuvo en cuenta a la figura de Emilio Bobadilla Lunar.

EN EL RESCATE DE IDENTIDAD Y CULTURA

EN EL RESCATE DE IDENTIDAD Y CULTURA

A 80 años de la fundación del Mensuario de Avance Proa, solo se han localizado seis números, cuyos contenidos resultan desconocidos para los artemiseños.

Texto y fotos: 
YAIMA MALAGÒN FRANCHI-ALFARO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La provincia de Artemisa es pródiga en medios de comunicación, pues posee el periódico El Artemiseño, una emisora y el canal televisivo ARTV. Sin embargo, pocos conocen que hace 80 años comenzó en el territorio la pasión por divulgar los acontecimientos culturales más relevantes.

En tal empeño, el joven periodista Fernando G. Campoamor fundó el Mensuario de Avance Proa, que aunque de corta duración, desde noviembre de 1935 hasta el año 1936, tuvo trascendencia en la época, pues en sus páginas colaboraron escritores y periodistas de la talla de Alfonso Hernández Catá, Juan Marinello y Ángel Augier.

Mayra Carbajal, museóloga de la provincia, precisó que se han localizado seis números, el último de los cuales correspondió a noviembre de 1936 y que hoy los guarda, celosamente, Carmen María González, sobrina de Campoamor.

Así, Daniel Suárez Rodríguez, presidente de la filial de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC) en la provincia, destacó que de acuerdo con estudios tipográficos, la portada de  la publicación fue invariable en todos los números, salvo el color de la impresión: un velero cuya proa llevaba grabada la palabra América, y que “hería con su quilla desafiante las olas bravías”.

No obstante, pese a la reconocida labor divulgativa de la cultura artemiseña que tuvo, Suárez Rodríguez subrayó: “Actualmente solo dos tesis de Diploma y una pequeña síntesis en el Diccionario de Literatura Cubana, hacen referencia a la revista, de ahí que deviene escaso el material para su estudio”.

Joel Mayor Loràn, periodista del semanario El Artemiseño, relató que para realizar su tesis de Diploma en el año 1994, comenzó con la referencia sobre Proa del Diccionario de Literatura Cubana, ya que no había fuentes bibliográficas que ahondaran en el tema, pero lo que más aportó a su investigación fue el haber conocido y conversado personalmente con Campoamor.

Por otra parte, Zoila García, miembro de la UNHIC provincial, en su tesis de Diploma expuso que, inevitablemente, la revista desapareció por motivos económicos; sin embargo, contribuyó a promover las ideas avanzadas que predicaban sus páginas.

Afianzando el interés que suscitó la publicación, Jorge Ibarra Guitart, investigador del Instituto Nacional de Historia de Cuba, comentó: “Tuvo la iniciativa de crear el grupo Amigos de Proa que reunía a intelectuales. Con esta alternativa se pretendía recaudar una cuota voluntaria de cinco centavos, abonados por los integrantes de este colectivo, con el propósito de financiar la revista”.

En el año en que transcurre un aniversario cerrado de la fundación del Mensuario de Avance (2015), de 49 periodistas en la provincia, solo seis recordaron la existencia de Proa, estadística que revela un 88 por ciento de desconocimiento de la misma, mientras la periodista Yarima Córdoba, del canal ARTV, dijo conocer el nombre de algunos colaboradores de la publicación.

Como órgano del Grupo Proa en Artemisa, la revista fue portavoz de las inquietudes de varios escritores del municipio, quienes aunaron sus esfuerzos para dar vida a esta publicación y a otras empresas culturales, todas encaminadas a fortalecer el movimiento intelectual y artístico en el interior del país.

Según datos recogidos en el Diccionario de Literatura Cubana, tenía como lema “Hoy: realidad, contacto. Ayer: anhelo y esperanza”, y mantuvo tres secciones fijas: “Motivos y puntos”, dedicada al comentario de noticias culturales de índole nacional; “Libros”, que reseñaba los últimos ejemplares divulgados; y “Revistas”, la cual mencionaba  a las publicaciones periódicas recibidas.

En otra instancia, Rafael Báez Marchante, profesor de Historia de la Universidad de Artemisa, expresó que a pesar de sus 32 años de experiencia impartiendo la asignatura, no sabía de la publicación; mientras, Elaine Puerta y Yasiel Chico, estudiantes del preuniversitario Eduardo García Lavandero, tampoco conocían de ella y destacaron la importancia de estudiar los acontecimientos que marcaron hitos en el territorio.

Para Carmen María González, sobrina de Campoamor, resultó triste que no se conozca, principalmente en las nuevas generaciones, pues comentó que en el municipio y en toda Cuba, descartando a la Biblioteca Nacional, solo existe la compilación que su tío le dejó: “Es imprescindible rescatarla”.

Fernando G. Campoamor recibió el Premio Periodístico de la Comisión Nacional del Centenario de José Martí, fue asiduo colaborar de Bohemia y trajo a suelo artemiseño personalidades como Pablo Neruda, Ernest Hemingway y Gabriela Mistral.

“Pienso que todos los artemiseños deberíamos de tomar partido en la divulgación de los datos conservados de Proa, para alcanzar esa postura que manifestó el poeta Ángel Augier al expresar: ‘Créeme que la siento como una cosa mía. Late en ella el pulso vital de nuestra generación, todo angustia y entusiasmo: angustia rebelde de presente y entusiasmo fecundo del futuro’”, concluyó Suárez Rodríguez, historiador de Artemisa.

Pie de foto: Única compilación de revistas Proa, en Artemisa, desde su fundación en 1935, hasta la desaparición en 1936.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Comentado con mezcla de Contraste.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: El aniversario 80 años de la fundación de la revista artemiseña Proa, por el periodista y escritor Fernando G. Campoamor y su desconocimiento.

Situación problémica: Desconocimiento de la revista Proa en el municipio de Artemisa, en el cual fue fundada.

Objetivos colaterales: Demostrar cómo influyó en la historia local, a pesar de su efímera existencia. Dotar de sentido de pertenencia al municipio de Artemisa por esta publicación y que sea más investigada.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Diccionario de Literatura Cubana, Tomo II, 1984, p.832.

Tesis de Diploma Fernando G. Campoamor: la época de un hombre proa. Autora: Zoila C. García Quesada (2011).

Directas:

Daniel Suárez Rodríguez, presidente de la filial de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC) en Artemisa. Especializada y oficial. Juicio de valor.

Jorge Ibarra Guitart, investigador del Instituto Nacional de Historia de Cuba. Especializada y oficial. Juicio de valor.

Mayra Carbajal Torres, museóloga de la provincia. Especializada y oficial. Juicio analítico.

Joel Mayor Loràn, periodista del semanario El Artemiseño. Implicada. Juicio analítico y de valor.

Carmen María González, sobrina de Fernando G. Campoamor. Implicada. Juicio de valor.

Rafael Báez Marchante, profesor de Historia de la Universidad de Artemisa. Secundaria. Juicio  de valor.

Elaine Puerta y Yasiel Chico, estudiantes del preuniversitario artemiseño Eduardo García Lavandero. No implicadas. Juicio de valor.

Soportes:

Hecho: Desconocimiento de la revista Proa en el municipio de Artemisa.

Contexto: La celebración del aniversario 80 de la fundación de Proa, por el periodista y escritor Fernando G. Campoamor.

Antecedentes: La revista logró conquistar un lugar en las letras cubanas, al ser reconocida como una publicación en la que dejaron su impronta excelentes escritores. Su proyección latinoamericanista y su compromiso sociopolítico la ratificaron como una revista de vanguardia.

Situaciones colaterales que pudieran influir: La escasa divulgación de temas relacionados con la historia local.

Tipos de juicios: De valor y analíticos.

BAJO EL NOMBRE DE NOEL

BAJO EL NOMBRE DE NOEL

A 90 años del nacimiento de Eliseo Camaño Álvarez, integrante del Movimiento 26 de Julio y mártir del municipio artemiseño de San Cristóbal, se evidencia el desconocimiento de su figura en una encuesta a estudiantes del preuniversitario de la localidad.

LÁZARA THALÍA FUENTES PUEBLA, 
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El pasado 27 de febrero (2015) Eliseo Camaño Álvarez hubiera cumplido 90 años, sin embargo, la fecha que pudo contribuir al rescate de la figura de quien fue uno de los 11 patriotas integrantes del Movimiento 26 de Julio: pasó inadvertida en la localidad artemiseña de San Cristóbal.

El cuerpo de Noel (nombre de guerra) fue hallado junto al de varios de sus compañeros en un cañaveral, propiedad del campesino Tata Gastel: “Había sido asesinado como represalia a una acción del movimiento revolucionario en el pueblo sancristobalence, que causó la baja de un  esbirro de la tiranía”, comentó Miriam Santos, historiadora del municipio.

Respecto a las actividades revolucionarias de Camaño,  datos del archivo histórico del Museo de San Cristóbal señalaron  que  desde temprana edad se inició en la lucha clandestina en la ciudad de  La Habana.  Allí trabajó para la destilería “La Cubana”,  donde perteneció al Movimiento Sindical.

El artículo Héroes Eternos de la Patria, escrito por un colectivo de autores sancristobalences, refiere que Eliseo fue amigo y compañero de lucha del destacado líder clandestino Marcelo Salado. Además, participó en los preparativos y desarrollo de la huelga del 9 de abril de 1958 en la provincia de Matanzas, donde fue delatado. Para salvar la vida se trasladó a  Pinar del Río, ocupando el puesto de coordinador del Frente Obrero Nacional (FON).

A pesar de su contribución con la causa revolucionaria, un muestreo aplicado entre 170 estudiantes del preuniversitario José Licourt Domínguez, de una matrícula de 410, comprobó que el 74 por ciento de los alumnos desconocía sobre la vida de esta figura.

Por su parte, Anisley Mezquía Martínez, profesora de Historia del  propio preuniversitario, refirió que en el programa de estudio de la asignatura Encuentro con la Historia de mi Patria, de décimo grado, se abordan los hechos más significativos de la localidad, pero las figuras de los patriotas insignes no se tratan a profundidad, ni existen referencias en los principales libros de dicha materia.

“Las tradiciones patrióticas de San Cristóbal son amplias, y muchas figuras son  preponderantes  en el legado del municipio y debido  al tiempo no se pueden tratar todas con profundidad. La vida de José Reyes Trujillo sí es abordada en la asignatura, ya que es el patriota insigne de la localidad, así como héroes de relevancia nacional”, acotó Mezquía.

En este sentido, Arturo Gallardo Hernández, estudiante del preuniversitario, comentó que en este curso escolar fue mínima la referencia a la figura de Camaño en la asignatura Encuentro con la historia de mi patria: “Quisiera saber por qué las clases se centran solamente en figuras de relevancia nacional”.

En el lugar donde fue asesinado, sita en la Calle Florencio Morejón, existe una tarja  que se encuentra deteriorada y pocos conocen de su existencia. Al decir de Ernesto Villa Fernández, directivo de la Oficina de Cuidado y Conservación del Patrimonio en el municipio, la entidad  no cuenta con el presupuesto necesario para la remodelación de la tarja y existe despreocupación por parte de los vecinos respecto al cuidado de dicho espacio.

Odalis Esquivel Alfonso, vecina de la comunidad del mismo nombre que el patriota, afirmó su desconocimiento sobre la existencia de la tarja y el papel que desempeñó Noel, en la lucha antibatistiana  de la zona.

El museo municipal, donde existe una pequeña muestra sobre la vida de Camaño, realiza intentos para que la trascendencia y labor de los mártires sancristobalences no queden en el olvido, organizando encuentros mensuales donde se habla al público de estas personalidades.

Felina González Hernández, especialista en Historia y directora del Museo, al  referirse a la necesidad del estudio de esta personalidad, comentó que si no se indaga sobre el pasado de cada lugar, no podrá componerse la identidad nacional en su totalidad y cada héroe, por pequeño que parezca, ha contribuido en la consolidación de la historia.

A diferencia del preuniversitario José Licourt Domínguez, la escuela primaria del mismo nombre que el patriota reconoce la figura de Camaño y potencia actividades entre los alumnos para salvar su historia dentro de la comunidad. Un ejemplo de estas iniciativas es la distribución de la biografía del mártir y otros patriotas en los demás centros del municipio y la creación de un círculo de interés, en función del rescate de la personalidad de Noel.

Esperemos que el próximo 20 de noviembre (2015), cuando se cumpla el aniversario 57 de la muerte de Eliseo Camaño Álvarez, uno de los patriotas sancristobalences más importantes del siglo XX, existan intentos, aunque aislados, por salvar el legado de su personalidad para que no pase por alto la fecha.

Pie de foto: El único retrato que existe de Noel Camaño se encuentra en el Museo Municipal de San Cristóbal.
 
Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: Olvido de Eliseo Camaño Álvarez, patriota insigne del municipio artemiseño de San Cristóbal.

Situación problemática: Desconocimiento de los sancristobalences sobre la vida y contribución con la causa revolucionaria de Eliseo Camaño Álvarez.

Objetivos colaterales: Demostrar que influyó en nuestra historia de la localidad y que se realizan intentos por rescatar su legado.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Artículo Héroes Eternos de la Patria, escrito por un colectivo de autores de San Cristóbal, 2007.

Datos del archivo histórico del Museo de San Cristóbal.

Directas:

Miriam Santos, historiadora del municipio (oficial, especialista, juicios de valor).

Anisley Mezquía Martínez, profesora de Historia del preuniversitario José Licourt Domínguez (especialista, implicada, juicio de valor).

Arturo Gallardo Hernández, estudiante del preuniversitario José Licourt Domínguez (secundaria, juicio de valor).

Ernesto Villa Fernández, directivo de la Oficina de Cuidado y Conservación del Patrimonio en el municipio (oficial, implicada, juicio de valor).

Odalis Esquivel Alfonso, vecina de la Comunidad Noel (testigo, juicio de valor).

Felina González Hernández, especialista en Historia y directora del Museo (oficial, especializada, juicio de valor y analítico).

Soportes:

Hecho: Conmemoración del aniversario 90 del natalicio de Eliseo Camaño Álvarez, mártir del municipio artemiseño de San Cristóbal.

Antecedente: Eliseo Camaño Álvarez fue miembro del Movimiento 26 de Julio y asesinado por la tiranía, convirtiéndose en un líder para el pueblo sancristobalence.

Contexto: El plan de estudios de la asignatura Encuentro con la historia de mi patria, que aborda temas relacionados con la comunidad, no trabaja la personalidad de Camaño. Deterioro de la de la tarja que conmemora su caída en combate y pocas instituciones tienen su nombre.

 

GONZALO DE QUESADA, MÁS QUE ALBACEA TESTAMENTARIA

GONZALO DE QUESADA, MÁS QUE ALBACEA TESTAMENTARIA

Amigo y discípulo de José Martí, desempeñó un rol importante en la divulgación de las obras del Maestro tras su fallecimiento.

IRIS DE LA CRUZ SABORIT,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

A cien años de la muerte de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, el 9 de enero de 1915, en Berlín, el importante rol que este hombre desempeñó en la divulgación de las obras del Maestro tras su fallecimiento, desaparece en la memoria y el tiempo.

“A Quesada se debe la organización y la primera recopilación de los papeles martianos, y la primera edición de las Obras Completas en 1900. Veneró su memoria, en la teoría y en la práctica, aunque hay muchos documentos con los que no contaba como la carta inconclusa a Manuel Mercado”, precisó el Doctor Antonio Álvarez Pitaluga, vicedecano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología, de la Universidad de La Habana (UH).

El docente expresó que Gonzalo de Quesada fue martiano hasta el final de sus días, “tanto en público como en privado reverenció la figura de Martí”.

Para tener idea de la magnitud de su compromiso, entre 1900 y 1919 aparecieron 15 volúmenes de Obras de Martí, aunque no en el orden que pidió el Maestro, de quien siempre se consideró su discípulo después de conocerse el 10 de octubre de 1889 en Nueva York, ocasión en que lo llamaron Apóstol por primera vez.

Los dos primeros tomos están dedicados a Cuba, y no a “Los Estados Unidos” y “Caracteres norteamericanos” como el Apóstol señala, pero no es arbitraria la selección, pues corre el año de 1900, época de la primera intervención norteamericana, y con los textos dedicados a Cuba se pone una nota de patriotismo en un entorno adverso, acotó la periodista de Juventud Rebelde, Lourdes Ocampo, en el artículo ¿Testamento literario de José Martí?, publicado el 22 de mayo de 2010.

“Martí propuso una compilación temática que comenzara por los retratos de norteamericanos, hispanoamericanos, escenas norteamericanas, libros sobre América, letras, educación y pintura, versos, artículos sobre arte europeo y literatura, y señala para el final lo referido a Cuba, porque «ni una página me parece digno de ella: solo lo que vamos a hacer me parece digno»”, manifestó Paula Ortiz, Profesora Titular de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la UH.

Cinco años después de la muerte del Apóstol apareció el primer volumen con el título Obras de Martí, en el cual Gonzalo de Quesada explicó que «se publican estas páginas -a manera de guía para posteriores y más perdurables ediciones- como primera piedra al monumento que le ha de levantar mi admiración y mi gratitud».

La estudiante de segundo año de Sociología, Jennifer Portelles, manifestó su desconocimiento sobre el trabajo de Gonzalo de Quesada como albacea testamentaria de nuestro Héroe Nacional, y añadió que sería importante que los jóvenes conozcan sobre la persona encargada de divulgar, en sus inicios, la obra martiana.

Por otra parte, Amarilis Ávila, museóloga del Memorial José Martí, dijo que la figura de Gonzalo de Quesada es de referencia obligatoria para todos los martianos, aunque consideró que su persona ha sido relegada por su papel contradictorio a partir de 1900.

Iván Pérez Carrión, investigador del Centro de Estudios Martianos (CEM), en su artículo  Las obras completas de José Martí en Cuba, desde 1900, publicado en el anuario número 20 de la institución, aclaró que no todos los tomos mantienen una línea uniforme, pues, además de la nota de presentación, o prólogo de Quesada, se incorporan discursos conmemorativos, reseñas sobre el autor o su obra, recuerdos, semblanzas, comentarios y poemas de personalidades cubanas y extranjeras que lo conocieron.

Estas incorporaciones con el propósito expreso del editor de destacar la personalidad del Maestro en la voz de sus contemporáneos, lejos de enriquecer la edición, resultan excesivas en ocasiones y enturbian un tanto el contenido de los tomos por no resultar siempre pertinentes, concluyó el historiador del CEM.

“Gonzalo de Quesada incluyó en la publicación mucho más de lo señalado por Martí, lo que implica alteraciones en cuanto a orden y temas a tratar. Además, Quesada no lo publicó todo y parte de la papelería nunca antes dada a conocer la están revisando los investigadores del Centro de Estudios Martianos, para incluir estos nuevos materiales en la Edición Crítica”, dijo la profesora Ortiz.

También comentó que “Gonzalo de Quesada y Aróstegui tiene el mérito de haber conservado toda esa papelería, luego pasada a su hijo Gonzalo de Quesada y Miranda, quien la entregó a Fidel antes de morir, en la década del 70, cuando aún era un proyecto la fundación del Centro de Estudios Martianos; pero hasta ahí llega su mérito”.

Paula Ortiz concluyó que la figura de Gonzalo de Quesada es recordada con gratitud entre los martianos y que todos los que estudien las Obras Completas deben remitirse a aquellas primeras publicadas por el discípulo querido del Apóstol, no obstante, reconoció que en los medios no se menciona con frecuencia la labor magistral de este hombre que hasta su muerte veneró al Maestro.

Recuadro

LOS DOS APORTES DE QUESADA

Pedro Pablo Rodríguez, investigador titular del Centro de Estudios Martianos y Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, ofreció sus valoraciones sobre Gonzalo de Quesada y Aróstegui, albacea testamentaria del Héroe Nacional de Cuba.

“Un albacea es una figura jurídica, y aunque no se oficializó en una notaría, los estudiosos de la vida de Martí determinan la carta que este le envió a Gonzalo de Quesada desde Montecristi, el 1ro de abril de 1895, como su testamento literario, en la cual él plantea el supuesto orden en que debían publicarse sus obras posteriormente.

“Se puede decir que Quesada respetó bastante el orden de Martí, aunque no le dio la amplitud correspondiente a los temas referidos a Cuba, ya que eran muchos y a la hora de editarlo le dio prioridad a los que trataban la situación política-ideológica de la época.

“Quesada hizo dos grandes aportes, por los que los martianos lo reconocen. El primero es que logró compilar alrededor del 60 por ciento de los escritos que hoy conforman las obras completas. Este proceso lo hizo sin el apoyo del Estado, el cual no le dio importancia a su labor. El discípulo del Maestro pagó con su propio dinero los viajes a los distintos países donde trabajó Martí. El segundo gran aporte es que costeó la primera edición de los 15 volúmenes originales, los cuales sirvieron de base a las posteriores ediciones”.

“Es cierto que tanto Gonzalo de Quesada y su hijo, Gonzalo de Quesada y Miranda, modificaron algunas palabras, sin embargo, hay que destacar del primero la capacidad de entender la caligrafía del Apóstol, quien con tanta prisa escribía de manera ininteligible y muchas veces empleaba abreviaturas que dentro de un mismo texto utilizó de forma diferente, y a él se debe el organizar cada temática.

“Gonzalo preparó a su hijo para que continuara su labor, prueba de ello es la edición de los 27 volúmenes de Obras Completas, en las que no solo se incluyeron los textos originales sino fragmentos, corpus y traducciones que fueron apareciendo de mano de personas que intercambiaron con el Maestro. Martí no pensaba que toda su obra fuera publicable, ejemplo sus poemas, que al final fueron incluidos aunque muchos no fueron terminados, ni publicados en orden cronológico, pues algunos de ellos no tenían pie de fecha, ni lugar.

“En la década del 70, Quesada y Miranda le entregó al Comandante en Jefe toda la papelería del Apóstol que había heredado de su padre, para que se conservara en forma de archivo y contribuyera al patrimonio histórico de la nación. Dicha papelería se halla en la Oficina de Asuntos Históricos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba”.

Pie de fotos: 1-Gonzalo de Quesada dio a conocer documentos de nuestro Héroe Nacional que hoy forman parte de las Obras Completas. Además, trabajó como diplomático en la embajada cubana en Berlín; 2-Martí, Quesada y su esposa Angelina.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Cuándo con elementos de Comentado.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: Aniversario 100 de la muerte de Gonzalo de Quesada.

Situación problémica: La figura de Quesada desaparece en la memoria de las personas.

Objetivos colaterales: Contribuir a que no solo los estudiosos de la vida de Martí conozcan a su albacea testamentaria, sino que todos sepan más sobre este hombre que hasta el final veneró a nuestro Héroe Nacional.

Fuentes documentales:

¿Testamento literario de José Martí?, de Lourdes Ocampo, publicado el 22 de mayo de 2010, en digital@juventudrebelde.cu . Consultado el 25 de mayo de 2015.

Anuario número 20 del Centro de Estudios Martianos, 1997, Las obras completas de José Martí en Cuba, desde 1900, de Iván Pérez Carrión.

Fuentes Directas:

Doctor Antonio Álvarez Pitaluga, vicedecano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la UH. Fuente experta y emite juicio valorativo.

Doctora Paula Ortiz, Profesora Titular de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la UH. Fuente experta y emite juicio de valor.

Amarilis Ávila, museóloga del Memorial José Martí. Fuente especializada y emite juicio analítico.

Jennifer Portelles, estudiante de segundo año de Sociología de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología. Fuente secundaria y emite juicio analítico.

Soportes:

Hecho: Aniversario 100 de la muerte de Gonzalo de Quesada y poca mención a su labor como albacea testamentaria de José Martí en los últimos tiempos.

Antecedentes: Reconocido por los estudiosos de Martí como un hombre importante en la divulgación de la obra martiana.

Contexto: Quesada no solo fue albacea testamentaria de Martí, gestionó el tratado Hay-Quesada que le otorgaba a Cuba la soberanía sobre la actual Isla de la Juventud.

UNA PLUMA AL SERVICIO DE LA PATRIA

UNA PLUMA AL SERVICIO DE LA PATRIA

Rubén Martínez Villena es principalmente conocido por su legado revolucionario y poético, mientras sus aportes como periodista han transitado por la historia sin suficiente gloria.

YAIMA MALAGÒN FRANCHI-ALFARO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Fotos: Cortesía del Museo Casa Natal Rubén Martínez Villena, de Alquízar.

La voz no lo acompaña, pero su pluma en vilo, ataca y permanece. Lo agota la tuberculosis, atormentado y débil: “Físicamente, tú me ves, soy un despojo humano; pero mi espíritu, fuerte y valeroso como siempre”, anuncia.

Desplomado, no habla con el dolor de sentir que la vida se le va, sino con la elocuente convicción de quien sabe que el hombre pasa y las situaciones cambian... Ya se siente la madrugada fría en el sanatorio de las afueras de La Habana. Es 16 de enero de 1934. Sus ojos se cierran definitivamente.

Rubén Martínez Villena, poeta y revolucionario hasta el último día, entregado al servicio de las causas más justas es, históricamente, apartado por una fina línea de su irrupción en el periodismo por la prominencia de su personalidad en las labores patrióticas de la época.

El resultado de encuestar a una seleccionada muestra de estudiantes universitarios y profesionales de distintos medios de comunicación, revela el desconocimiento acerca del joven intelectual como periodista.

Un resultado desde el aula

Mario Cremata Ferrán, profesor de Historia de la Prensa de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana, sostiene que, desafortunadamente, Villena trasciende hoy, más como ícono revolucionario —y en el mejor de los casos, como poeta—, que como periodista.

“Yo trato en clases de ofrecer una noción, sin extenderme demasiado, porque en 12 ó 13 semanas solo me es posible sistematizar contenidos y, por supuesto, me veo obligado a jerarquizar información y figuras”, explica.

Hacia esa dirección apunta Thais Álvarez Plasencia, estudiante de cuarto año de Periodismo. “Quisiera que la asignatura Historia de la Prensa abordara un poco más sobre los aportes periodísticos de Villena y no que se trate solo superficialmente”, acota.

De una muestra de 50 estudiantes de cuarto año de Periodismo, solo uno por cada cinco jóvenes posee una mínima referencia sobre el tema.

Más que una profesión, una vocación

“Villena, joven en ascenso de vocaciones, pasó de un eslabón a otro, sin rupturas en su personalidad. Del poeta al prosista y de este al revolucionario”, destaca Cremata Ferrán.

“Sus primeros escritos en prosa vieron la luz en las revistas Chic, El Fígaro, y en el periódico El Heraldo de Cuba, donde debutó como redactor, mientras en El Heraldo laboró como responsable de la página literaria del lunes y editorialista”, confirma vía correo electrónico desde Venezuela, José Antonio Cabrera Rodríguez, profesor de Historia de la Universidad Central Pedagógica Rubén Martínez Villena, de Alquízar.

El libro Esencia y presencia de Rubén. Vida y obra, de Juan Marinello, recoge que el joven comienza el oficio periodístico en El Heraldo, el 13 de octubre de 1924 y aprovecha sus colaboraciones para exponer sus ideas revolucionarias. Además, refleja artículos que demuestran la preocupación del “reciente estrenado periodista” por los asuntos internos de la nación y por la situación internacional.

Su desvelo queda evidenciado, fundamentalmente, en el escrito  Guerra a esos salvajes, donde escribió: “A medida que nos alejamos de la colonia, nos asemejamos más a ella. El gobernante inmoral, el aduanero defraudador, el juez que vende justicia y el maestro que golpea al discípulo, cuatro símbolos del pasado abominable, han tomado también posesión del presente. Superficialmente habremos progresado, pero en lo fundamental nos parecemos más al ayer”.

Otras de las publicaciones de este tipo, del destacado protagonista en la Protesta de los Trece son: El ciclón, La catástrofe de Vueltabajo, La Séptima Conferencia Sanitaria, La caída del McDonald, que ejemplifican el tono del redactor en El Heraldo, nacional y universal.

Pedro Antonio García, historiador y periodista de la revista Bohemia, refiere que al autor de La pupila insomne le interesaba todo, tanto el bochorno de la república ante el desdén de sus gobernantes, el ciclón que arrasa a la provincia de Pinar del Río, como la insalubridad de La Habana. “Y así, en su prosa cuidada e irónica, viril y denunciadora, fue creciendo en lo interno, la conciencia de un deber que cumplir”, agrega.

El trabajo Una semilla  en un surco de fuego, escrito por Raúl Roa, precisa que la aparición del prosista Rubén, simultánea a su plenitud lírica, constituye un verdadero suceso. “No se trataba de un prosista más, ni siquiera de un buen prosista. Era la revelación de un escritor como pocos han frutecido en el medio aldeano: no solo dueño de un instrumento personalísimo, sino parejamente apto para apresar todos los matices y cultivar con acierto ostensible, todos los géneros”, señala.

En efecto, el poeta que organizaba huelgas de tal magnitud como la del 12 de agosto de 1933, derrocadora del machadato, fue un excelente prosista, dueño de un estilo vigoroso y brillante, dominador del idioma; original y meticuloso.

El investigador del Instituto de Literatura y Lingüística, Ricardo Luis Hernández Otero, comenta la fuerte personalidad que imprimía como sello a los escritos, a través de los cuales podía encontrarse siempre al hombre en su talla más completa.

Muestra de este comentario deviene en el siguiente fragmento, tomado del texto de Villena  Un hombre y otras prosas: “¿Quién dijo de la lucha  del artista y el idioma? El buen artista habrá de examinar las palabras como insectos. Ha de hallar precisamente la que necesita para su colección”.

La huella periodística la dejó, además, en los disímiles trabajos publicados en medios obreros y de ideología marxista como Venezuela Libre, América Libre, de las cuales fue director, Mundo Obrero y El Trabajador, aparte de su colaboración en Carteles y Social, revistas de tipo literario.

¿Poesía o Periodismo?

“Rubén Martínez Villena fue, durante el transcurso de su vida, no solo el guía de los humildes y creador de versos, sino también escritor valiosísimo, periodista lúcido y capaz”, referencia Melvis Noda Castillo, directora del museo Casa Natal del joven intelectual, en Alquízar, provincia de Artemisa.

La ariguanabense Ana Núñez Machín, biógrafa de la vida y obra del intelectual, plantea en su trabajo Rubén Martínez Villena, ejemplo de periodista, que si otros rumbos más vitales no hubiesen hecho de él la desvelada llama que fue, tendríamos además del poeta de “La pupila insomne”, a un hombre de crónica y artículo, integrado en la labor determinada y determinante de las rotativas.

“Si en una época de su vida la poesía constituyó el objetivo vivificante, a partir de la toma de conciencia como integrante de una sociedad en pugna e imbuido por la doctrina marxista-leninista, lo rechazó y se entregó, definitivo y único a la causa donde dejara los pulmones deshechos. Y es en esta lucha donde el líder deviene en periodista: manifiestos, proclamas, artículos, ensayos, salieron de su pluma bajo la fragua ardiente del luchador”, puntualiza Núñez Machín. 

Coincidentemente, Ricardo Luis Hernández Otero sostiene que Martínez Villena comenzó muy joven su labor en la prensa, sin embargo, no fue su intención ser periodista en el sentido cabal de la palabra, como no lo fue ser poeta, aunque ambas cosas fuese y en las dos demostrara calidad y talento, a las cuales llegó por vocación.

Desde la Academia y otras instancias…

Darianna Reinoso Rodríguez, estudiante de cuarto año de Periodismo en la Universidad de La Habana, manifiesta que en esta carrera, por lo menos se debe de aprender sobre la mayor cantidad posible de personas que incursionaron en ella y, por supuesto,  los aportes de Villena a la misma, forman parte de la larga lista.

Pero la realidad es otra. Una encuesta aplicada a profesionales de diversos medios de comunicación (prensa impresa, radio y televisión), con muestra de 40 personas por cada uno, indica que el 70 por ciento no conoce elementos sobre la labor periodística de quien estigmatizó a Gerardo Machado con el epíteto flagelante de Asno con garras, mientras solo el 30 por ciento afirma tener una vaga idea de su producción como periodista.

Yelanys Hernández Fusté, reportera de Juventud Rebelde, sugiere que en determinadas conmemoraciones se debería abordar, desde otras miradas, a aquellos jóvenes que marcaron pauta en la historia de Cuba, como es el caso de Martínez Villena, ya que el medio donde ella labora constituye el diario de la juventud cubana.

Una posible explicación a la situación pudiera ser: “Al tomar en cuenta las investigaciones literarias sobre su producción, estas  ubican en el análisis de su poesía, de las etapas, los contenidos, mas al final, todas caen en la ‘trampa’ de recrear la vida política. No creo que alguien hable de él como un poeta o periodista puro”, afirma Mariana Fernández Campos, responsable del Departamento de Estudios Lingüísticos y Literarios de la Facultad de Artes y Letras, de la Universidad de La Habana.

Sin embargo, aun cuando Villena no desarrolló el periodismo en la misma magnitud de su poesía y labor revolucionaria, no significa que la Academia y los medios de comunicación dejen empolvar la obra de una personalidad como esta, en lugar de levantarla para revertir el efecto de su temprana muerte, porque los precursores suelen morir a medias, como invitando a las nuevas generaciones a completar lo que ha quedado sin hacer.

Pie de fotos: 1-Rubén Martínez Villena tributó varios artículos periodísticos para la revista Venezuela Libre, de la cual fue uno de sus directores; 2-Villena fue uno de los grandes intelectuales de los años 30.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Descriptiva.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Repetir en la oración o párrafo que sigue una palabra o frase clave utilizada antes. Empleo de subtítulos y de las muletillas sin embargo y en efecto.
Tipo de cierre: Mixto (De conclusión y de instancia a la acción)
Tipo de reportaje: Interpretativo Explicativo.

Tema: Aportes de Rubén Martínez Villena como periodista.

Situación problémica: El desconocimiento de los aportes de Rubén Martínez Villena como periodista.

Objetivos colaterales: Abordar aspectos sobre la labor periodística de Villena; Ofrecer algunas pinceladas de su obra poética e intelectual; Exponer los resultados de un muestreo aplicado a estudiantes de cuarto año de Periodismo y en varios medios de comunicación.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Esencia y presencia de Rubén. Vida y obra, de Juan Marinello, La Habana, 1989.

Una semilla  en un surco de fuego,  de Raúl Roa, prólogo a la tercera edición de La pupila insomne, 1960.

Rubén Martínez Villena, ejemplo de periodista, de Ana Núñez Machín, revista Bohemia, 1970.

Directas:

Mario Cremata Ferrán, profesor de Historia de la Prensa de la Facultad de Comunicación. Fuente implicada. Juicio de valor.

Thais Álvarez Plasencia, estudiante de cuarto año de Periodismo. Fuente implicada. Juicio analítico.

José Antonio Cabrera Rodríguez, profesor de Historia de la Universidad Central Pedagógica Rubén Martínez Villena, de Alquízar. Fuente especialista e implicada. Juicio analítico.

Pedro Antonio García, historiador y periodista de la revista Bohemia. Fuente especialista e implicada. Juicio analítico.

Ricardo Luis Hernández Otero, investigador del Instituto de Literatura y Lingüística. Fuente especializada y oficial. Juicio analítico y de valor.

Melvis Noda Castillo, directora del Museo Casa Natal Rubén Martínez Villena de Alquízar. Fuente especializada y oficial. Juicio de valor.

Darianna Reinoso Rodríguez, estudiante de cuarto año de Periodismo. Fuente implicada. Juicio de valor.

Yelanys Hernández Fusté, periodista de Juventud Rebelde. Fuente  implicada. Juicio de valor.

Mariana Fernández Campos, responsable del Departamento de Estudios Lingüísticos y Literarios de la Facultad de Artes y Letras. Fuente especializada y oficial. Juicio analítico y de valor.

Soportes:

Hecho: Desconocimiento de la obra periodística de Rubén Martínez Villena.

Antecedentes: Su dedicación a la gesta revolucionaria como líder  intelectual y el estudio de su personalidad generalizada basado en este aspecto y, en ocasiones, desde la poesía.

Contexto: Aunque incursionó de forma satisfactoria en el periodismo, Rubén Martínez Villena es más estudiado y conocido por su faceta revolucionaria.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: La superficialidad con que se trata la personalidad de Villena en el plan de estudios, en este caso especialmente en el cuarto año de la carrera de Periodismo y el poco tratamiento que se le brinda desde los medios de comunicación.

Tipos de juicios: Analíticos y de valor.

 

JULIÁN DEL CASAL: FUGAZ DOMADOR DE LEONES

JULIÁN DEL CASAL: FUGAZ DOMADOR DE LEONES

Cronista de su época, el poeta se convirtió en fuerte crítico de la sociedad colonial cubana.

ALEJANDRO BENÍTEZ GUERRA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“El verso, hijo de la emoción, ha de ser fino y profundo, como una nota de arpa. Y ese verso era el que trabajaba Julián del Casal”, así expresó José Martí en el periódico Patria del 31 de octubre de 1893, al referirse a aquel poeta, al que calificó de “versos tristes y joyantes”.

A quien solo ha estudiado la melancolía de su poesía, le extrañará saber que el escritor también ejerció el periodismo, donde, a decir de Ángel Augier, en su artículo El periodista Julián del Casal, aparecido en el Álbum del Cincuentenario de la Asociación de Repórters de La Habana, “se ve la nota patriótica ausente en su lírica”.

Sobre la profesión, y la relación del periodista con el público, el propio Casal escribió en 1890 a su amigo Rafael Domínguez: “La tarea es difícil. Aseméjase algo a la del domador que se ve obligado a echar todos los días, en la jaula de sus leones, los pedazos más frescos de carne, para tenerlos satisfechos e impedir que lo devoren”.

Durante sus escasos treinta años de vida, el escritor colaboró con varias publicaciones, tanto como poeta como redactor. Emilio de Armas, en el libro Casal, manifestó que “sería a través del periodismo, no de la poesía, como Casal habría de revelarse crítico lúcido e implacable de la sociedad en que vivía”.

El estudio

La primera aproximación del joven escritor al periodismo data de 1877, a la temprana edad de catorce años. Al respecto escribió Arturo Mora, amigo del poeta, en su crónica Internato, publicada el 21 de diciembre de 1890 en la revista La Habana Elegante: “Casal y yo éramos alumnos en el Real Colegio de Belén. Formábamos con nuestros compañeros el grupo llamado por nuestros profesores, de masones y libres pensadores, calificativos que en más de una ocasión justificó las penas severas que se nos imponían.”

En una clase de religión, el padre jesuita leyó a los estudiantes varios artículos publicados en La Voz de Cuba –periódico español vocero del Cuerpo de Voluntarios- en contra de los masones y la de Revista Económica, dirigida entonces por Francisco Cepeda.

Según narra Mora en su crónica Internato, al preguntarle a los estudiantes, todos estuvieron de acuerdo con lo que planteaba el periódico reaccionario, “a excepción de Casal, que en voz alta, acusó de parcial al profesor, por no leer los artículos de la Revista. Apoyé a Casal y ambos sufrimos un riguroso castigo.”

Como venganza, y por iniciativa del poeta, fundaron El Estudio, periódico clandestino y manuscrito del que solo salieron dos números, los cuales fueron confiscados por los padres jesuitas. En él, Casal publicó sus primeros versos y algunas críticas.

La Habana Elegante

En 1885 murió el padre, Don Julián. Para ese momento la fortuna familiar, en merma desde años atrás, había desaparecido casi por completo. El hijo del laborioso inmigrante vasco era por entonces un incipiente escritor empleado en la Intendencia de Hacienda.

Por necesidades económicas se unió al cuerpo de redactores de la revista La Habana Elegante, “un periódico para mujeres, dirigido al bello sexo”, explicó Juan Marrero, historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y Premio Nacional de Periodismo.

Emilio de Armas, en el libro Casal, expresó que “tras un tono de aparente frivolidad, la revista ocultaba el desdén de sus redactores hacia el carcomido mundo colonial”. La publicación contó con colaboradores representativos de los más novedosos movimientos artísticos de la época, como Rubén Darío, y más tarde José Martí.

En su libro El periodismo en Cuba. La Colonia –publicado digitalmente en el sitio www.cubaperiodistas.cu-, Juan Marrero afirmó que el semanario, junto su rival El Fígaro, se convirtió en uno de los más prestigiosos de finales del siglo XIX, y que desde su llegada, Casal se convirtió en “el alma de la revista”.

El alma de la revista

La lectura de la escritora francesa Juliette Lambert, autora de varios volúmenes sobre las urbes europeas, motivó al joven escritor a concebir un proyecto similar, al que llamó La sociedad de La Habana, y subtituló “Ecos mundanos recogidos y publicados por el Conde de Camors”. Fue esta una colección de crónicas salidas en La Habana Elegante, que nunca llegó a recoger en un libro.

Estos trabajos debían ocuparse de los más importantes personajes habaneros. El primero de ellos vio la luz el 25 de marzo de 1888 y fue dedicado al Capitán General Sabas Marín y su familia, obra en la que el autor critica y satiriza fuertemente al representante de la Corona.

En la crónica, el periodista emitió fuertes juicios contra el político, al calificarlo de “arbitrario, de una arbitrariedad de monarca absoluto, según lo prueban sus disposiciones”. Luego agrega que “los que lo rodean temen sus primeros arranques. Parece que firma sus decretos, no con pluma de acero, sino con la punta de la espada”.

Tras esta pintura de hombre fiero e irascible, lo ridiculizó al expresar: “dícese que en mejor tiempo, ha combatido en los campos de Venus, asegúrase también que los médicos le han recomendado la estricta observancia de las siete virtudes capitales”.

Palabras que los demás callaban por conveniencia o temor, fueron plasmadas en el papel por el cronista: “el general se ha hecho antipático a sus propios subordinados (…) Todos comentan desfavorablemente sus actos gubernamentales”.

Por orden del gobierno, el número de la revista fue incautado y el autor del escrito llevado a juicio. Aunque Casal no sufrió cárcel, sí fue destituido de su empleo en la Intendencia de Hacienda. No se le volvió a ver en la redacción de la publicación, aunque los capítulos de La sociedad de La Habana –dieciséis en total- siguieron apareciendo en sus páginas.

De igual forma que criticaba a los representantes del poder colonial, exaltaba a todo aquel a quien identificara como símbolo de lo nacional. De esta forma se refirió a Salvador Cisneros Betancourt en una de las crónicas dirigidas a “la antigua nobleza”, publicada en abril de ese año: “El Marqués de Santa Lucía es el más demócrata de los aristócratas y el más aristócrata de los demócratas. Se ocupa de todo, menos de su título. Sacrificando su bienestar se lanzó a la defensa de la Patria y logró remplazar a Carlos Manuel de Céspedes, en el puesto de presidente de la República Cubana.” 

El Premio Nacional de Literatura Ángel Augier, en el libro Julián del Casal. Páginas de vida, poesía y prosa, opinó que “el cronista hace alarde una vez más de sus dotes de pintor y de su poder descriptivo, en una prosa salpicada de gracia e ironía criolla, donde no disimula su hostilidad contra las jerarquías de la casta colonial ni su simpatía a los cubanos de título nobiliario”.

Hernani, Alceste

Paralelamente a su trabajo en La Habana Elegante, desde 1986 Casal comenzó a colaborar con su rival El Fígaro, que por entonces también contaba con célebres firmas al pie de sus artículos, como la de Fray Candil (seudónimo de Emilio Bobadilla).

Tras pasar un tiempo dedicado a su poesía y a esporádicas colaboraciones con estos medios, la necesidad económica lo llevó a vincularse en 1890 al periódico La Discusión, donde casi a diario, y firmando como Hernani –personaje de Víctor Hugo- publicó comentarios sobre la actualidad artística, artículos de interés administrativo para la publicación, y crónicas sobre acontecimientos de diversa índole.

Ángel Augier, en el libro Julián del Casal. Páginas de vida, poesía y prosa, consideró que “quizás no resistiera el poeta ese rigor del periodismo cotidiano”. En octubre de ese año el escritor aceptó la oferta de Ricardo del Monte, a la sazón director del diario El País –un diario liberal- de atender el Folletín semanal del rotativo.

Bajo el seudónimo de Alceste –personaje de Moliére-, el poeta publicó comentarios sobre la actualidad social y artística, crónicas sociales y trabajos sobre temas frívolos y ligeros. La sección se denominó “Crónica semanal” hasta diciembre de 1890, y “Conversaciones dominicales” hasta febrero de 1891, cuando cesó de redactarla.

En el libro Casal, Emilio de Armas explicó que, desde las páginas del Folletín, Julián del Casal continuó sus críticas hacia la mediocridad cultural y social imperante en la Isla, “lo cual demostraba que no era él la persona indicada para redactar aquellas crónicas (…) donde la sociedad habanera deseaba verse reflejada en todo su esplendor”.

En una carta enviada a su amigo Esteban Borrero el 19 de marzo de 1891, el poeta le comentó que “no se extrañe de que en lo sucesivo no aparezca mi firma al pie de los folletines de El País. He renunciado al puesto porque los suscriptores se quejaban de que nunca me ocupaba de fiestas, salones, teatros y cosas propias del folletín”.

Juicios críticos

El historiador Miguel Alonso, miembro del Instituto de Historia, opinó que entonces no era raro que un literato practicara el periodismo, ya que en aquella época había muy pocos profesionales en ese campo, por lo que la mayoría de las publicaciones buscaban poetas y escritores como colaboradores.

Julián del Casal recurrió a la profesión como vía para solucionar sus problemas económicos. La filóloga Gabriela Roque, profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, expresó que la constante exposición al público que debe tener el periodista, contrasta con la personalidad enclaustrada del poeta, que amaba la soledad y melancolía que le imprimía a sus versos.

En la carta a Esteban Barroso fechada el 19 de marzo de 1891, Casal planteó, refiriéndose a las razones por las que abandonaba el diario El País: “Si no fueran todavía poderosos esos motivos, tenía para dejar el folletín el de que no me gusta estar a la vista de todo el mundo, como allí lo estaba, porque mi ideal consiste hoy en vivir obscurecido, solo, arrinconado e invisible para todos”.

Ángel Augier, en su artículo El periodista Julián del Casal, declaró que, “con  todo, vale la pena tener en cuenta, en la nómina de periodistas cubanos, a Julián del Casal”.

Pie de foto: Como periodista, Julián del Casal criticó la mediocridad imperante en la sociedad cubana de su época.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de entrada: De cita directa.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Por subtítulos.
Tipo de cierre: De conclusión o resumen, dado por la opinión de una fuente.

Tema: El periodismo de Julián del Casal.

Propósito: Dar a conocer la labor periodística de Casal, quien pasó a la historia por su labor poética, no periodística.

Objetivos colaterales: Demostrar la existencia de ideales patrióticos en el pensamiento de Julián del Casal, los cuales demostró en su obra periodística, no así en sus versos.

Estrategia de fuentes: Bibliografías y compilaciones de Julián del Casal. Publicaciones de la época como Patria y La Habana Elegante. Especialistas en Historia y Literatura.

Fuentes documentales:

Artículo Julián de Casal, publicado por José Martí en el periódico Patria.

Artículo El periodista Julián de Casal, de Ángel Augier, aparecido en el Álbum del Cincuentenario de la Asociación de Repórters de La Habana.

Libro Casal, de Emilio de Armas.

Crónica Internato, de Arturo Mora, publicada el 21 de diciembre de 1890 en la revista La Habana Elegante.

Libro digital El periodismo en Cuba. La Colonia, de Juan Marrero.

Libro Julián de Casal. Páginas de vida, poesía y prosa, de Ángel Augier.

Fuentes directas:

Juan Marrero, historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), y Premio Nacional de Periodismo.

Miguel Alonso, miembro del Instituto de Historia.

Gabriela Roque, profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.

Todas son fuentes especializadas que emiten juicios de valor.

Soportes a emplear:

Hecho: Desconocimiento de la labor periodística de Julián de Casal.

Contexto: La labor periodística de Julián de Casal es una gran fuente de estudio de la sociedad cubana de su época.

Antecedentes: El patriotismo en el periodismo de Julián de Casal.

Proyección: Señalar la importancia del periodismo de Casal como cronista de su época.

 

UNA CANTERA DE GRANDES PERIODISTAS

UNA CANTERA DE GRANDES PERIODISTAS

La primera institución cubana para la preparación de técnicos y periodistas, la Manuel Márquez Sterling, representa un eslabón trascendental en la historia de la prensa de Cuba y Latinoamérica porque sirvió de ejemplo para escuelas en países como Perú y Chile y formó gran número de los reporteros prestigiosos de la nación.

RITA MARÍA CAMBARA CASTILLO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Un eslabón importante en la memoria de los periodistas cubanos es la primera Escuela Profesional de Periodismo surgida en la nación, donde estudiaron disimiles personalidades de la prensa y la intelectualidad cubana de nuestros tiempos. Entre sus más agradecidos alumnos está la Premio Nacional de Periodismo Marta Rojas, quien categoriza al centro como el más íntegro, profesional y de calidad excelente.

La escuela toma el nombre del fallecido Manuel Márquez Sterling, considerado por el escritor Ciro Bianchi como “uno de los periodistas cubanos más grandes de todos los tiempos”. La obra de Márquez siempre estuvo caracterizada por la crítica a la República y al perfeccionamiento de la sociedad neocolonial. Una de sus etapas de trabajo más sobresaliente es durante la presidencia de Tomás Estrada Palma, a quien denuncia y coloca en tela juicio desde su columna en el diario habanero La Nación.

En la memoria histórica

Con la oscilante situación laboral de los trabajadores de la prensa cubana durante la etapa neocolonial, el presidente de la República de Cuba, Fulgencio Batista, en su primer mandato de 1940 a 1944,  aprueba oportunistamente un decreto que permite la apertura de instituciones que marcarían el devenir periodístico.

Así es como en 1943 abre las puertas la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, primera de su tipo en la Isla y cuarta en América Latina, para profesionalizar este oficio, entonces, con más de un siglo de práctica en nuestro país

La idea inicial de la escuela data de la celebración de Primer Congreso Nacional de Periodistas en 1941, donde, además, se decretó la creación del Colegio Nacional de Periodismo y los provinciales y la Asociación de Repórters.
Ubicada desde sus inicios en la calle G, No. 258, del capitalino hoy municipio Plaza de la Revolución, la institución solo fue antecedida en Latinoamérica por las de México, Brasil y Argentina. Mas no fue la única existente en el país, entre 1950 y 1960, pues funcionan también las de Santiago de Cuba, Las Villas y Matanzas.

“Las escuelas de enseñanza periodística en el continente presenciaron un crecimiento gradual y uniforme. Esto se debe a las crisis que sufrió el sector y la necesidad de preparar profesionales capacitados e instruidos”, apunta Raymon Nixon, pedagogo y Profesor Benemérito de la Universidad de Minnesota en el artículo Educación periodística en América Latina (1970).

Particularizando en la  Sterling, destaca que alcanza un alto prestigio a nivel continental y la Universidad Católica del Perú se inspira en ella para fundar una semejante en la nación andina.

Nixon en su texto deja constancia de que el primer director de la escuela, Víctor Bilbao, es invitado en 1947 por la Asociación Venezolana de Periodistas para asesorar la creación de una academia, cuestión ocurrida posteriormente en Chile y Uruguay.

La escuela desde adentro

Aquel centro tan poco recordado hoy por sus aportes en el gremio, estaba adscrito al Ministerio de Educación, era gratuito y solo se pagaba como matrícula cinco pesos. Para su ingreso los estudiantes pasaban un proceso de pruebas de suficiencia y debían entregar una recomendación de personalidades influyentes de la época.

Marta Rojas, periodista del diario Granma, con una expresión de añoranza y agradecimiento por todos los recursos que la escuela brindaban, comenta que el programa de estudios de la Márquez Sterling tomaba como modelo el de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, de Nueva York, una de las primeras en surgir en el continente y de las mejores a nivel mundial, pero con adaptaciones a la cultura y educación nacional.

Orgullosa de sus profesores, menciona algunos periodistas vinculados a los más prestigiosos diarios del país, de quienes bebió conocimientos y numerosas lecciones de cultura, entre ellos, Francisco Ichaso, Ramón Vasconcelos, Juan Luis Martín, Raúl Maestri, Andrés Núñez Olano, Sergio Carbó y José Zacarías Tallet.

En Memorias de una escuela extraordinaria (2013), publicada en la revista Palabra Nueva, el periodista Waldo Fernández expuso que a Bilbao le siguieron en la dirección del centro y en orden cronológico, Miguel Ángel Tamayo, Octavio de la Suareé, David Aizcorbe y Euclides Vázquez Candela.

“Una de las mejores épocas de aquella insigne escuela sería bajo la dirección del notable periodista matancero Octavio de la Suareé, designado secretario en 1944 y quien llegaría a ocupar el cargo de director de la institución entre 1949 y 1952, puesto desde el que creó premios de estímulos para los estudiantes y una pinacoteca”, destacó Fernández.

Además, entre tantos méritos de la escuela estuvo su selección para realizar la cancelación del primer sello de inspiración periodística de Cuba, con la imagen de Manuel Márquez Sterling y emitido en 1946 con más de dos millones de copias; de esta manera se hacía realidad la propuesta impulsada por Suareé desde las páginas del periódico Avance.

“Enseñaban a ser periodista…”

Un consenso entre los antiguos estudiantes entrevistados es que la escuela daba todas las herramientas para ser periodistas íntegros. Marta Rojas,  graduada en 1952, indica que “el noventa y nueve por ciento” de los profesores eran periodistas y colaboradores de medios nacionales y profesionales de diversas ramas como la economía, el derecho y la geografía.

“Las asignaturas y las condiciones existentes dotaban de una preparación integral y envidiable. Con laboratorios gráficos, máquinas de impresión, y materias como taquigrafía, mecanografía y la tipografía que daba las señas de cómo hacer un periódico. Contaba también con cátedras de Psicología, Francés, Inglés y las propias técnicas de la carrera”, abunda la periodista.

También resalta Rojas que las prácticas laborales eran a partir de tercer año en cualquier medio de la época como el diario Tarde, Revolución, La Marina, la radio, CMQ televisión y revistas.

Apoyándose en los recuerdos del curso 19541958, María Elena Llana, periodista retirada de Prensa Latina y escritora cubana, comenta que la escuela Márquez Sterling era de una formación eminentemente técnica con métodos de total modernidad y actualidad.

Los entrevistados mencionan que la asignatura de Organización y práctica periodística centraba el rol de cada puesto laboral dentro de un medio y lo mismo se aprendía en ella a ser jefe de redacción, editor, director, técnico, entre otros.

“Sin embargo, no supe apreciar tal materia hasta luego de casi cuarenta años, durante una estancia de trabajo en México en uno de los periódicos más importantes de allá, donde los jefes existían, pero no tomaban su función en serio”, acotó Llana.

La escritora afirma, además, que allí “enseñaban a ser periodista” porque la escuela, al estar adscrita a la Universidad de La Habana, muchos profesores que impartían clases no provenían de la prensa y a pesar de no enseñar los gajes del oficio y la “maldad y la táctica” que debe tener un periodista, dotaban de mucha cultura general.

Etapa de cambios

A diferencia de la Universidad de La Habana, la Márquez Sterling nunca detiene sus clases durante la convulsa década del cincuenta; en ella coexisten diferentes tendencias políticas dentro del alumnado, pero afortunadamente la docencia no se ve afectada por la crisis política que vivía el país.

Con la irrupción del proceso revolucionario de 1959, sinnúmero de profesores de la escuela abandonan el país, lo que, unido al cierre de varios periódicos en 1960, conduce a que el nuevo Ministerio de Educación decidiera cerrar las escuelas de Periodismo de provincias y dejar abierta solamente la de la capital del país.

No todos están tan satisfechos de su paso por la institución, e incluso, clasifican su estancia de “por equivocación”. Este es el caso de Ricardo Alarcón, miembro del Consejo de Estado, quien ingresa en 1956 y no vacila en referir que la escuela era un antro batistiano. Sin embargo, precisa: “Habían otras de altos valores, como la grandiosa Graziella Pogollotti, y también profesores de la talla del honorable Sacaría Tallet, confluyendo con otros pertenecientes a la acamada de Batista”.

-¿Qué importancia tiene para la

prensa cubana actual el legado

de la Márquez Sterling?

Gustavo Robreño, asesor de la Oficina del Programa Martiano, dijo: No se puede hablar de la Márquez Sterling si no contextualizamos su surgimiento. Los periodistas anteriores a los años cuarenta carecían de seguridad social, protección e inmunidad, tenían muy bajos salarios, por ello, fueron aprobadas tres decisiones para agrupar, preparar y respaldar a los profesionales del gremio: la Ley de Retiro, el Colegio Nacional de Periodistas y la Escuela Profesional. Y en sí las tres fusionadas fueron de suma importancia, lo que representa un legado para los periodistas de hoy.

Enrique Román, profesor de Historia de la Prensa, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, expresó: “En ella estudiaron y fueron profesores varios de los más importantes periodistas cubanos, que fueron luego maestros de las siguientes  generaciones y dirigentes de órganos de prensa como Guillermo Jiménez (director del periódico Combate), y Juan Marrero (periodista).

La escuela, a pesar del tiempo, vive en la memoria de cada estudiante que en ella aprendió a redactar una noticia o a diseñar un periódico. De sus aulas florecieron muchos de los grandes de la prensa cubana de la segunda mitad del siglo XX. La Márquez Sterling, como dice María Elena Llana, siempre va a ser su escuela porque allí tuvo momentos inolvidables que la hicieron amar al Periodismo y la que preparó a excelentes técnicos, por eso, es y será siempre un baluarte y ejemplo para futuras generaciones de reporteros.

Pie de foto: Uno de los espacios preferidos por los estudiantes en la escuela Manuel Márquez Sterling era la biblioteca, con numerosos ejemplares actualizados y meticulosamente custodiados por la poetisa cubana María Villar Buceta.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Subtítulos.
Tipo de cierre: De conclusión o resumen.
Tipo de reportaje: Interpretativo-retrospectivo.

Tema: La importancia y legado de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling para las nuevas generaciones de periodistas.

Situación problémica: El poco reconocimiento que tiene la escuela en las nuevas generaciones y lo que representa para la prensa.

Objetivos colaterales: Dar a conocer la existencia de la antigua escuela de Periodismo y reflejar su importancia a través de las experiencias de algunos alumnos y brindar la visión de estudiosos de la prensa cubana.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Raymon Nixon (1970).“Educación periodística en América Latina”.

Waldo Fernández(2013). “Memorias de una escuela extraordinaria”. Palabra Nueva.

No documentales:

Marta Rojas, Premio Nacional de Periodismo, periodista del diario Granma y otrora estudiante de la Márquez Sterling. Tipo de juicio: Sintéticos. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.

María Elena Llana, periodista y escritora, otrora estudiante de la Márquez Sterling. Tipo de juicio: Sintético. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.

Ricardo Alarcón, miembro del Consejo de Estado y antes estudiante de la Márquez Sterling. Tipo de juicio: Sintético. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.

Gustavo Robreño, asesor de la Oficina del Programa Martiano, antiguo director de Prensa Latina y ex-subdirector de Granma. Tipo de juicio: Analítico. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.

Enrique Román, profesor de Historia de la Prensa en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Tipo de juicio: Sintético. Tipo de fuente: directa, implicada, primaria, tradicional, no oficial.

Soportes:

Hecho: Importancia de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling para las nuevas generaciones de periodistas, a través de la experiencia de grandes periodistas.

Antecedentes: Repercusión de la escuela y la formación de importantes intelectuales y periodistas cubanos.

Contexto: Desconocimiento actual y poco reconocimiento a la primera escuela de Periodismo en Cuba.

Proyecciones: Tener en cuenta el legado de la escuela para la preparación de los nuevos profesionales de la prensa.