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Periodismo Retrospectivo-Trabajos docentes

LA DESCONOCIDA LABOR DEL CONOCIDO VARONA

LA DESCONOCIDA LABOR DEL CONOCIDO VARONA

Recordado como uno de los intelectuales más influyentes del siglo XIX cubano, Enrique José Varona es poco recordado por su faceta como redactor en el periódicoPatria.

DANIELA OLIVA VALDÉS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Doctor en Filosofía y Letras, maestro de notable influencia en la educación cubana del período neocolonial, famoso por sus Conferencias Filosóficas sobre Lógica, Psicología y Moral. El Instituto Superior Pedagógico de La Habana lleva su nombre. Enrique José Varona, “el sapiente filósofo”, como lo definen los investigadores, trasciende en la historia como educador e intelectual, pero ¿es recordado actualmente como periodista?

Este año 2015, se cumple el aniversario 120 del nombramiento de Varona como director de Patria, donde trabajó durante tres años y 35 días. Sin embargo, su labor como periodista es de las menos conocidas en nuestros días. Su luz de maestro oculta la impronta que dejó en la prensa cubana.

Su huella en Patria

Los inicios más evidentes de Varona en el periodismo datan de 1885, cuando comenzó a colaborar con diversas publicaciones cubanas como El Libre Pensamiento, La Semana, La Habana Elegante, La Ilustración Cubana, Diario de la Marina y Revista Cubana, de la cual fue fundador y director.

Una de las etapas más significativas del periodismo de Varona la desarrolló en el periódico Patria, fundado por José Martí el 14 de marzo de 1892, para el que escribió ocasionalmente desde su creación. Tras la muerte del Apóstol, la publicación estuvo cinco meses a cargo de sus principales redactores, Gonzalo de Quesada y Tomás Estrada Palma.

El 23 de octubre de 1895, Varona fue nombrado director de dicho periódico, aunque no es hasta el siguiente número que se aclara la transición con un artículo que sin estar firmado, Elías Entralgo, uno de los más acuciosos investigadores del pedagogo, aseguró que por la precisión estilística y los adjetivos ceñidos, él es el autor.

El artículo “Patria a sus lectores” declara: “El programa de este periódico está contenido en las bases del Partido Revolucionario Cubano. Su espíritu es, y no puede ser otro, el de su inmortal fundador. Los que hemos recogido alguna parte de la inmensa carga que sostuvo en sus robustos hombros, hemos de hacer cuanto alcancen nuestras fuerzas para que su obra no desmerezca en nuestras manos (…)”.

En el libro Clásicos del Periodismo Cubano, Ana Núñez Machín certificó que Varona escribía sus trabajos en las publicaciones anteriores a Patria con los seudónimos Filógenes, Luis del Valle, Un cervantista jubilado, y El estudiante curioso.  Según una compilación de los ejemplares de dicho periódico, realizada en 2006 por el Centro de Estudios Martianos (CEM), en ese medio, con su nombre y firma solo hay dos artículos de su etapa como colaborador, el resto son anónimos y se incluyen antes y durante su período de director.

Estos trabajos rubricados fueron Cirilo Villaverde y Cuba, crítica literaria de Cecilia Valdés, en el número 137 del 17 de noviembre de 1894; y un comentario del discurso de Fermín Valdés Domínguez, publicado en la columna Opinión de Cuba, el 2 de marzo del mismo año.

Ese último texto expresa: “ El señor don Fermín Valdés Domínguez, al referir, en toda su trágica sencillez, el drama abominable de que fué teatro la Habana el 27 de noviembre de 1871, no sólo ha servido á los intereses de la historia –que son de orden puramente abstracto – sino que ha servido á las más alta de las causas, á la de la justicia social, reavivando en el corazón de los cubanos la memoria de uno de los episodios más sangrientos del terrible período de sangre y abominaciones  que componen la década revolucionaria, y designando á su execración eterna á los verdugos de sus hermanos y á sus cómplices cobardes”.

Jorge Lozano, investigador de la oficina del Programa Martiano, comentó que seguramente Varona no firmaba sus artículos para seguir la tradición de Martí, quien también publicaba sus textos anónimos porque “no quería dar una visión personalista de la autoridad política”, pues para él, Patria era la opinión del Partido y no la suya. El también historiador añadió que identificaron sus artículos por el especial estilo del filósofo.

El estilo “varonense”

“Habla el cubano Varona una admirable lengua, no como otras, acicalada y lechuguina, sino de aquella robustez que nace de la lozanía y salud del pensamiento”, expresó el Apóstol al referirse a su lenguaje.

Elías Entralgo, en el libro Algunas facetas de Varona, expresa que poseía una prosa diáfana, concisa, acostumbrada al período de puntuación corta, a la frase terminante y a la síntesis afirmativa. En su otro texto La Genuina Labor Periodística de Enrique José Varona, da cuenta de que en Patria, había entrado en una fase de erudición culta, la cual le permitía hacerse breve, oportuno y certero, alejado del estilo de la digresión, y su lenguaje ejercía la “atracción de un vulgo no moldeado en la gramática ni cincelado en la literatura”.

En las publicaciones anteriores a Patria, Varona escribía principalmente notas bibliográficas y editoriales de trabajos con carácter científico o literario. Luego, cuando se convirtió en el director, sus artículos se acomodaron al dinamismo de un periódico.

Allí comenzó una etapa de periodismo político cotidiano, donde argumentó a favor de la independencia, informó y comentó noticias de la guerra y analizó la situación del país y del Partido Revolucionario Cubano (PRC), expuso el Doctor Pedro Pablo Rodríguez, Premio Nacional de Historia e investigador del CEM, en el artículo “El periodista Enrique José Varona”, publicado en la revista Bohemia, el 18 de mayo de 1979, con motivo de su 130 natalicio.

Reemplazo como director
 
La última vez que Varona apareció como director fue el 21 de agosto de 1897, ya en el siguiente número de Patria se informó su sustitución y el editor Eduardo Yero Buduén asumió la responsabilidad, aunque el maestro permaneció en esa redacción hasta 1898.

En varias bibliografías consultadas se declara la misma explicación: “Un artículo de Varona, aparecido en 1897, que se interpretó como su opinión personal y no la del Partido Revolucionario Cubano, causó inquietudes entre algunos emigrados cubanos en Estados Unidos, y determinó su reemplazo como director de Patria”, pero no se aclara lo sucedido, ni se hace referencia a este“misterioso” artículo.

Sobre la problemática, el profesor Lozano explicó que no se trata de un artículo en específico la causa de su reemplazo, sino debido a un proceso que comenzó cuando quedó nombrado director. Varona estaba recién salido de la corriente autonomista al iniciar la Guerra del 95, y esto se reflejó en su manera de escribir, no tan radical como el independentismo martiano. Este cambio causó contradicciones con los emigrados cubanos, quienes percibieron que el periódico, de cierto modo, se “aristocratizó”.

Entre los emigrados estaba Rafael Serra, fiel discípulo de Martí, quien no veía expresado en su totalidad el ideario del Apóstol en ese período de Patria, por lo que fundó en 1896 el periódico llamado “La doctrina de Martí”, con mayor acogida entre los revolucionarios, motivo por el que Varona es destituido en 1897.

Lozano agregó que quizás el motivo por el que no se esclarece la verdadera sustitución de Varona sea para no empañar su figura:“ Fue un hombre que alcanzó la máxima expresión independentista y madurez política en etapas posteriores de su vida”.

Periodista en la penumbra

Como afirmó la historiadora y reportera Marta Denis Valle en el artículo “El periodismo de Enrique José Varona”, su labor periodística no es recordada actualmente, solo en fechas señaladas aparecen ejemplares de conferencias y otros textos recogidos por Entralgo.

En la enciclopedia libre Ecured, tan socorrida entre los estudiantes cubanos, se nombran las revistas y periódicos en los que colaboró, pero solo se hace hincapié en su labor como profesor y filósofo. Asimismo, los libros de Historia de Cuba de noveno, décimo, onceno y duodécimo grado mencionan a Varona como maestro, y cuando se refieren a Patria, el protagonista absoluto es Martí.

“No sabía que Enrique José Varona fue periodista, y mucho menos que trabajó en Patria. En las clases de Historia de Cuba lo estudiamos como pedagogo nada más”, manifestó Liliana Milián, estudiante de duodécimo grado del capitalino preuniversitario Saúl Delgado.

Ni aún en las aulas universitarias de Periodismo, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, se ahonda en esta figura, pese a su ejercicio en Patria como colaborador y posteriormente como director, que ya de por sí lo catapultaría a ser, al menos, referenciado brevemente. El profesor Mario Cremata, de la asignatura Historia de la Prensa en Cuba, asignatura que se imparte en cuarto año de la carrera, confirmó que Varona no es objeto de estudio, pues hay personalidades mucho más relevantes y son priorizadas en el currículo.

Luis López, de quinto año de esa especialidad en la capital, difiere de este punto de vista. Opinó que sería interesante conocer el  período como periodista del maestro, pues aunque es innegable su impronta en la pedagogía cubana, “el Varona periodista también hizo una gran contribución a la historia de la prensa de nuestro país”.

Pie de foto: Varona como periodista escribía con cuatro seudónimos, sin embargo, en Patria no empleó ninguno. La mayoría de sus artículos en este medio eran anónimos.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo entrada: De presentación del entrevistado.
Tipo de cuerpo: Por bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Por subtítulos.
Tipo de cierre: Llamado a la acción.

Tema: El desconocimiento de la labor periodística de Enrique José Varona a 120 años de su nombramiento como director del periódico Patria.

Situación problémica: Varona es recordado como figura relevante en la Pedagogía Cubana, pero ha sido olvidado como periodista.

Objetivos colaterales: Desempolvar la etapa de periodista de Varona en Patria, recordar los elementos significativos de su periodismo y esclarecer los motivos de su sustitución como director de dicho periódico.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Artículo: “El periodismo de Enrique José Varona”, de Marta Denis Valle. Publicado el 14 de octubre de 2013, en el sitio de la UPEC: www.cubaperiodistas.cu .

Ejemplares del periódico Patria de 1896 y 1897 de la Colección Cubana del siglo XIX de la Biblioteca Nacional José Martí.

Ejemplares del periódico Patria de 1893 a 1895 de la recopilación digital del CEM.

Artículo “El periodista Enrique José Varona”, del Doctor Pedro Pablo Rodríguez, publicado en la revista Bohemia, el 18 de mayo de 1879. (Archivo de Bohemia).

Libro: “Clásicos del Periodismo Cubano”, de Ana Núñez Machín, (Biblioteca de FCOM).

Libro: “Algunas facetas de Varona”, de Elías Entralgo. Publicado en 1965 por la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO (Biblioteca Nacional).

Texto: “La Genuina Labor Periodística de Enrique José Varona”, de Elías Entralgo. Conferencia del 28 de octubre de 1949 en conmemoración del centenario de Varona (Biblioteca Nacional).

Libro: “Historia de Cuba 1492-1898: formación y liberación de la nación”, de Eduardo Torres Cuevas y Oscas Loyola Vega. (Libro de Historia de Cuba para 10mo, 11no y 12mo grados).

Libro: “Dos Siglos de Periodismo en Cuba”, de Juan Marrero. (Biblioteca de FCOM).

Directas:

Jorge Lozano, investigador de la oficina del Programa Martiano. (Juicios de valor, analítico e hipotético) No documental, primaria, especializada y testigo.

Liliana Milián, estudiante de duodécimo grado del preuniversitario Saúl Delgado, en el Vedado. (Juicio de valor) No documental, primaria, testigo, no especializada.

Mario Cremata, profesor de Historia de la Prensa en Cuba, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. (Juicio analítico y de valor) No documental, especializada, primaria, protagonista e involucrada.

Luis López, estudiante de quinto año de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. (Juicio de Valor) No documental, no especializada, primaria, testigo e involucrada.

Soportes:

Hecho: La invisibilización de Enrique José Varona como periodista del periódico Patria en el 120 aniversario de su nombramiento como director.

Antecedentes: Su significativa labor como pedagogo y filósofo que opacan al periodista.

Contexto: En la actualidad, Varona es conocido y estudiado como maestro y filósofo solamente, su labor periodística permanece en reserva.

PLUMA DE ORO, DE BUENA PUNTA

PLUMA DE ORO, DE BUENA PUNTA

El tiempo, el implacable, pasa por Rafael María Merchán, personalidad cumbre en la literatura hispanoamericana del siglo XIX, de quien apenas se conoce su obra a 115 años de su muerte.

DANIELA HERNÁNDEZ GARI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Periodista con más de 8 000 artículos publicados, uno de los mejores escritores hispanoamericanos del siglo XIX y crítico literario admirado por José Martí fue Rafael María Merchán. Sin embargo, a 115 años de su muerte (2015), la obra de este intelectual es desconocida.

La periodista e historiadora de Prensa Latina, Marta Denis Valle, en su artículo "Rafael María Merchán bajo la pupila martiana”, lo reconoce como uno de los redactores más cultos de su época y, posiblemente, menos conocido en la nuestra. "Fue periodista, filósofo, escritor, editor, relevante crítico literario y considerado junto a los colombianos Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo, entre los mejores gramáticos del Nuevo Mundo", agregó.

José Martí escribió acerca de un ejemplar de los Estudios Críticos de Merchán durante su colaboración con el periódico El Economista Americano, de Nueva York, en 1887: “Están allí tratados interesantísimos asuntos, y todos con moderación y maestría (…) su estudio sobre el tierno Zenea demuestra ingenio sutil y erudición literaria que raya en sabiduría (…). Es todo de oro, y nutrido de ciencia difícil (…)”.

En las páginas del Diccionario Biográfico de Autores Cubanos, escrito por el doctor Fermín Peraza Sarausa, queda reflejada la importancia del artículo "Laboremus”, de Rafael Merchán, publicado el 15 de noviembre de 1868 en el diario El País, 46 días después de la declaración de independencia en La Demajagua, momento a partir del cual se le llamó "laborantes" a los patriotas cubanos.

El artículo antes mencionado circuló pronto por toda la Isla dejando a su paso un rastro de pólvora que no pudo barrer jamás España de nuestro suelo, según valoraciones de Manuel Márquez Sterling, fundador de la primera Escuela Profesional de Periodismo en Cuba.

Carmen Rochel, licenciada en Historia y profesora del preuniversitario Onelio Dampiel, ubicado en el municipio Regla, afirmó que "Laboremus" es un escrito poco apreciado en la enseñanza cubana actual. No se toman en cuenta la censura española de la época y el significado que tuvo como incentivador del independentismo.

El Vicepresidente de los Bibliotecarios de París en el año 1900, Domingo Figarola-Caneda, autor del libro Bibliografía de Rafael María Merchán, destaca la labor de este periodista como defensor de la causa cubana mediante las publicaciones La Revolución, órgano oficial de la Junta Cubana, y el Diario Cubano, ambas realizadas en Estados Unidos, La Liberté (Argentina), La Reforma (Colombia) y La Estrella (Panamá).

Una Master en Lingüística Hispánica, quien ha preferido mantener el anonimato, aseguró desconocer la labor literaria de Merchán y sospecha que su prosa no aparece en los libros de redacción porque generalmente los autores del siglo XIX tienen un estilo que no resulta muy comprensible para los estudiantes.

En El mal ejemplo en la literatura, Merchán refiere que su crítica no sólo es valorativa, sino en ocasiones implacablemente dura contra lo que considera debilidad o pobreza. Escribió sobre griegos, latinos, romanticismo, autores del Siglo de Oro; hizo hincapié en poetas norteamericanos e ingleses y tradujo al español, por primera vez, Evangelina, de Henry Longfellow.

"No es sólo Rafael María Merchán, cientos de figuras han desaparecido en los planes de estudio. La Universidad de La Habana tiene que reconsiderar todos los programas docentes e incluir a los pensadores, científicos y literatos cubanos. ¿Cómo puedes ejercer el periodismo en tu país si sabes tan poco de él?", emitió Alicia Conde, jefa de Proyectos e Investigaciones del Instituto de Historia Cubana y profesora de la Universidad de La Habana.

Sin embargo, Enma Fernández Arner, profesora de Comunicación y Sociedad e Historia del Periodismo, sostiene que tal nivel de cultura no era inusual en la minoría letrada cubana del siglo XIX, quienes marcaron el pensamiento de los criollos durante su formación inicial.

Félix Manuel González, quien cursa el quinto año de Periodismo, no recuerda haber estudiado a este patriota durante su paso por la Facultad de Comunicación y desconoce la labor que desarrolló como periodista o literato.
"Recuerdo su mención en algunas clases de Historia de la Prensa, pero nunca se le dedicó una sesión completa ni mucho menos", declaró Luis López González, estudiante de Periodismo próximo a graduarse.

El Héroe Nacional de Cuba hizo referencia nuevamente a este crítico literario el 7 de noviembre de 1892 en el periódico Patria, cuando afirma: “Pluma de oro tiene nuestro Merchán, y de muy buena punta”.

Pie de foto: El patriota cubano Rafael María Merchán fue uno de los periodistas más cultos del siglo XIX.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Especial de Relieve-Contraste.
Tipo de nota interpretativa: Retrospectiva-Explicativa.

Tema: La obra literaria y periodística de Rafael María Merchán es desconocida en nuestros tiempos.

Situación problémica: En la actualidad la labor literaria y patriótica de Rafael María Merchán, a pesar de su valía, es prescindida.

Objetivos colaterales: Dar a conocer la vida y obra de Rafael María Merchán. Establecer la necesidad de la aparición en el programa docente cubano de figuras históricas excluidas en el mismo.

Estrategia de fuentes:

Tipo de fuentes: Documentales y no documentales, tradicionales, transitorias, primarias, directas e indirectas.

Documentales:

Denis Valle, Marta.“Rafael María Merchán bajo la pupila martiana”. En URL: http://www.cubaperiodistas.cu/marti_periodista/58.htm. Publicado el lunes 29 de noviembre del 2010. Consultado el 9 de marzo del 2015.

Martí Pérez, José Julián. Estudios críticos por Rafael María Merchán. Obras Completas. Tomo 5. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1975.

Peraza Sarausa, Fermín. Diccionario Biográfico de Autores Cubanos. Anuario Bibliográfico Cubano. Tomo III.La Habana. 1953. (La valoración de Manuel Márquez Sterling aparece en este libro).

Figarola-Caneda, Domingo. Bibliografía de Rafael María Merchán. Editorial La Universal. La Habana.1950.

Merchán, Rafael María. Mal ejemplo en literatura. Segunda Edición. Publicado por la Biblioteca Familiar "Presidencia de la República". Bogotá. 20 de mayo del 2004.

Martí Pérez, José Julián. Pluma de oro. Periódico Patria. Nueva York. 7 de noviembre de 1892.

Activas:

Carmen Delgado, licenciada en Historia y profesora del preuniversitario Onelio Dampiel, ubicado en el municipio Regla. Tipo de fuente: Especialista.

Master en Lingüística Hispánica. Tipo de fuente: No oficial y especialista.

Alicia Conde, jefa de Proyectos e Investigaciones del Instituto de Historia Cubana y profesora de la Universidad de La Habana.Tipo de fuente: especialista.

Enma Fernández Arner, profesora de Comunicación y Sociedad e Historia del Periodismo. Tipo de fuente: especialista.

Félix Manuel González, estudiante de quinto año de Periodismo en la Facultad de Comunicación de La Universidad de la Habana. Tipo de fuente: secundaria, testigo.

Luis López González, estudiante de quinto año de Periodismo en la Facultad de Comunicación de La Universidad de la Habana. Tipo de fuente: secundaria, testigo.

Soportes:

Hecho: Aniversario 115 de la muerte de Rafael María Merchán.

Antecedentes: Debido a la restructuración en los planes educacionales cubanos, muchas figuras históricas como Rafael María Merchán han sido excluidas y a través del tiempo, sus datos van desapareciendo.

Contexto: Falta de conocimiento, tanto en los estudiantes como en los maestros, acerca de personalidades que apoyaron la causa independentista cubana.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: Omisión y falta de investigación en personalidades históricas cubanas.

Tipos de juicios:

Carmen Delgado, licenciada en Historia y profesora del preuniversitario Onelio Dampiel, emite un juicio analítico y de valor, pues no sólo contextualiza la situación existente cuando fue publicado el artículo "Laboremus", sino que también brinda su opinión acerca de la omisión en la enseñanza cubana.

Máster en Lingüística hispánica y profesora, emite un juicio analítico, al expresar la razón por la cual Merchán no se encuentra en los libros de texto.

Alicia Conde, jefa de Proyectos e Investigaciones del Instituto de Historia Cubana, expresa un juicio de valor y disyuntivo, ya que en su cargo tiene la misión de recuperar la información acerca de las diversas figuras históricas y puede afirmar la desaparición progresiva de algunas. También adopta una posición determinante en cuanto a la restructuración del plan de estudio.

Enma Fernández Arner, profesora de Comunicación y Sociedad e Historia del Periodismo, expresa un juicio de valor y analítico, ya que contextualiza la época donde vivía Merchán y da a conocer una posible causa de su omisión en la historia.

Félix Manuel González, estudiante de quinto año de Periodismo, expresa un juicio de valor, ya que demuestra la exclusión de esta figura en el ámbito educacional.

Luis López Gónzalez, estudiante de quinto año de Periodismo, expresa un juicio de valor, ya que demuestra la exclusión de esta figura en el ámbito educacional.

EN LA DESMEMORIA DEL PUEBLO

EN LA DESMEMORIA DEL PUEBLO

La figura del revolucionario Celestino Pacheco Medina, destacado protagonista de las acciones del 13 de Marzo, no trasciende en el devenir de los jóvenes vueltabajeros a 80 años de su natalicio.

LAURA MERCEDES GIRALDEZ COLLERA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Foto: Cortesía del Museo 13 de Marzo.

El aniversario 80 del natalicio de Celestino Pacheco Medina pasó en Pinar del Río sin penas ni glorias. El joven de 21 años que muriera en las acciones del 13 de marzo de 1957, es apenas recordado por los nuevas generaciones que debieran rendirle tributo. 

Ronald Hidalgo Rivera, secretario general de la Unión de Jóvenes Comunistas en la provincia, reconoció el descuido a la figura de este mártir y aseguró que es “hora de rescatar su legado para concientizar a la juventud de asumir responsabilidades desde temprana edad”.

Una breve síntesis biográfica del joven revolucionario la ofreció  Yarián Corvea Collazo, especialista del Museo Provincial de Historia, quien resaltó que el luchador clandestino, nació el 19 de mayo de 1935, en el municipio de San Juan, Pinar del Río. Allí impartió a sus compañeros clases de defensa personal y cómo desarmar a un guardia, basado en conocimientos de judo y boxeo.

Además, precisó que fue un gran crítico de Prío, combatiente contra Batista y comenzó su trabajo organizativo con otros revolucionarios como Pedro Zaidén, Gerardo Medina y Pedro Téllez.

En torno al olvido en el que permanece esta figura de la historia nacional y local, Alfredo Collera Pacheco, primo del mártir, señaló: “Al inicio de la Revolución se llevaron a cabo numerosas acciones para mantener en la memoria del pueblo a aquellos que se enfrentaron a la tiranía, sin embargo, este héroe no corrió con tal suerte”.

Entre los pocos libros en los que aparece el accionar de Pachequito, como cariñosamente le llamaban, está Golpear Arriba, donde Luis Alberto Figueroa y Reynaldo López Medina resaltan la noche en la que revolucionarios de la cuidad intentaron dar fuego a los carros de transporte del tren en el patio del ferrocarril, pero tuvieron que dejarlo por la delación de un sereno, mientras trataban de entrar.

Respecto a su actividad,el historiador de la cuidad vueltabajera, Juan Carlos Rodríguez, destacó que Celestino fue miembro del Movimiento 26 de Julio, “un gran dirigente y compañero. Sus palabras y hechos dan fe del patriotismo y de la enseñanza martiana ya que él planteaba la necesidad de derrocar a la tiranía para llevar a la práctica el pensamiento de Martí de que todo gobierno tiene el deber de educar al pueblo”.

A través de Gerardo Median, miembro del Directorio Revolucionario, al cual pertenecía, Pachequito estableció vínculos con el grupo de pinareños que participó en la acción del Asalto al Palacio Presidencial, junto a Ormani Arenado, Menelao Mora y Pedro Zaidén.

En primera plana del periódico provincial Heraldo Pinareño, del 21 del propio mes, se informaron “los pinareños muertos en los sucesos ocurridos el miércoles día 13 en el Palacio Presidencial”, entre ellos, el joven Celestino Pacheco.

Actualmente, la calle del consejo popular donde vivió, el primer círculo infantil pinareño, una cooperativa pesquera y otras estructuras de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) llevan su nombre;  sin embargo, en la provincia no existen tarjas ni monumentos que recuerden a este mártir, solo en el Museo 13 de Marzo se encuentran algunas de las pertenencias que usó en el asalto, además, la juventud desconoce que fue uno de los 16 vueltabajeros que participó en la acción dirigida por José Antonio Echeverría contra Batista.

Ejemplo de cómo nuestros mártires locales van desapareciendo en la memoria, es el estudiante de décimo grado del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Federico Engels, Daniel Jiménez, quien manifestó que la asignatura Encuentro con la Historia de mi Patria no profundiza en los acontecimientos y las figuras del territorio, lo cual deja al interés personal el conocer sobre hechos particulares de la provincia, como es el caso de la vida de Pacheco.

Al respecto, Pelayo Joel Pita, profesor de esa asignatura en la Vocacional, aclaró que la materia va dirigida a hacer un recorrido por los sucesos más relevantes de la historia nacional, por lo que depende del educador ahondar en temas provinciales.

A la pregunta de quién fue Celestino Pacheco, Yordanys Acosta, estudiante de Medicina y miembro del CDR que lleva el nombre del mártir, afirmó conocerlo porque desde pequeño participó en las actividades  de la zona y “allí le rendían siempre homenaje”, en tanto, Amada Álvarez, joven trabajadora de la cafetería no estatal El Garaje, y Antonio Aguilar, carpintero de 22 años, admitieron no tener referencias de este hombre.

Ante tal situación que puede considerarse como “botón de muestra”, pero que no es en absoluto referente mínimo, Wiliam Enríquez, presidente de la organización de masas en la zona, explicó que es necesario rescatar la figura de Pachequito desde todos los escenarios posibles, no solo en la escuela sino también en actividades de contenido patriótico.

José María Sánchez, miembro de la Comisión de Asuntos Históricos del Partido, en Pinar del Río, subrayó: “A través del proyecto Por la identidad de mi barrio, los combatientes de la Revolución trabajan en las escuelas para vincular los hechos nacionales y locales y así rescatar a figuras que se han perdido con el transcurso de los años, pues solo son recordadas las más relevantes a nivel nacional”.

Pie de foto: Celestino Pacheco Medina, joven pinareño caído en las acciones del 13 de marzo de 1957.

Ficha Técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Qué.
Tipo de nota interpretativa: Retrospectiva-Explicativa.

Tema: El joven participante en las acciones del 13 de marzo de 1957, Celestino Pacheco, pasa inadvertido entre los jóvenes de su provincia natal.

Situación problémica: Poco conocimiento por parte de los jóvenes pinareños acerca de las actividades revolucionarias de Celestino Pacheco.

Objetivos colaterales: Demostrar el desconocimiento de la vida revolucionaria de Celestino Pacheco y profundizar en las principales actividades en las que participó.

Estrategia de fuentes.

Documentales:

Luis Alberto Figueroa y Reynaldo López Medina: Golpear arriba. Pinar del Río, 2004.

Heraldo Pinareño. Pinar del Río, 21 de marzo de1957.

Directas:

Juan Carlos Rodríguez, historiador de la cuidad de Pinar del Río. Fuente especializada, juicio de valor.

Ronald Hidalgo Rivera, secretario general de la Unión de Jóvenes Comunistas en la provincia. Fuente implicada, juicio analítico.

José María Sánchez, miembro del Comité de Asuntos Históricos del Partido en la provincia. Fuente implicada, juicio disyuntivo.

Alfredo Collera Pacheco, primo del mártir. Fuente implicada, juicio analítico.

Daniel Jiménez Rodríguez, estudiante de décimo grado del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Federico Engels. Fuente secundaria, juicio analítico.

Pelayo Joel Pita, profesor de la asignatura Encuentro con la historia de mi Patria, del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Ernesto Guevara. Fuente implicada, juicio de valor.

Yordanys Acosta, estudiante de Medicina y miembro del CDR número 2 que lleva el nombre de Celestino Pacheco. Fuente secundaria, juicio analítico.

Amanda Álvarez, joven trabajadora de la cafetería no estatal El Garaje. Fuente secundaria, juicio analítico.

Antonio Aguilar, joven carpintero.  Fuente secundaria, juicio analítico.

Soportes:

Hecho: Desconocimiento por parte de los jóvenes de la actividad revolucionaria de Celestino Pacheco Medina.

Contexto: No existe la biografía necesaria para que los estudiantes conozcan acerca de este luchador clandestino, ni se realizan actividades en su homenaje.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: En la asignatura Historia de mi Patria, algunos profesores consideran que abordar aspectos de la historia local y provincial es ir más allá del programa previsto.


 

FÉLIX VARELA, MÁS QUE SACERDOTE

FÉLIX VARELA, MÁS QUE SACERDOTE

Quien nos enseñó primero en pensar no solo se destacó por su labor pedagógica en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en La Habana, y su lucha por la causa independentista, sino también por hacer un periodismo dedicado a la causa de su nación.

IRIS DE LA CRUZ SABORIT,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El aniversario 191 de la publicación en Filadelfia del periódico El Habanero se cumplirá este diciembre (2015); sin embargo, poco conocen los estudiantes de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (UH) acerca de la labor periodística de Félix Varela, su fundador, quien fuera sacerdote, maestro, filósofo y escritor, forjador de la conciencia nacional.

Mario Cremata, profesor de Historia de la Prensa en la Facultad, aclaró mediante correo electrónico, que “un solo semestre es poco tiempo para que los estudiantes conozcan a todas las grandes personalidades y sus publicaciones, por lo que está obligado a jerarquizar información y figuras”.

Sobre el Padre Varela, argumentó que se ofrecen las coordenadas clave para entender su vida eclesial y el tránsito reformismo-independentismo, con especial hincapié en el periódico El Habanero, como discurso en favor de la independencia.

Claudia Alemañy, estudiante de cuarto año de Periodismo, coincidió en que la mayor influencia de Varela que recibe desde la asignatura radica en su ética y no en el estilo periodístico. Manifestó que los textos varelianos estructuralmente no dejan marcas en los alumnos, pero sí lo que en ellos planteaba por su valor de denuncia contra la Metrópoli.

De El Habanero, fundado en Filadelfia en 1824, sólo salieron a la luz siete números, de los cuales tres tienen pie de imprenta en Nueva York. Todo el trabajo desarrollado por Varela en esta publicación es de carácter político y social, expresó en su libro Clásicos del Periodismo Cubano, la investigadora Ana Núñez Machín.

En 1823, el Padre Félix Varela fue elegido Diputado a Cortes españolas, allí defendió los derechos comunes de las provincias de ultramar, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y redactó un proyecto de ley para abolir la esclavitud.

“Debido a la invasión francesa en España, Varela vota en contra del Rey Fernando VII por entregar el poder a las fuerzas extranjeras. Como consecuencia, fue condenado a muerte, por lo que vivió exiliado en Estados Unidos y allí desplegó toda su labor periodística”, comentó Fabio Fernández, profesor de Historia de Cuba en la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la UH.

En El Habanero es donde mejor se palpa su proyección revolucionaria. Desde esas páginas, el Padre condenó las posiciones conformistas y anexionistas de los ricos terratenientes, señaló que la patria es obligación de todos y que “desearía ver a Cuba tan isla en lo político como lo es en la naturaleza, (…) Cuba no debe esperar ya nada de España (…) ni de nadie, debe liberarse por sí sola (…)”.

René García, alumno de cuarto año de Periodismo, planteó que la figura de Varela la estudian en asignaturas como Ética periodística e Historia de la Prensa, y en ambos casos lo principal es el contenido de sus escritos y no la manera en que hacía periodismo.

“Podemos decir que Varela inició la tradición de que en cada una de nuestras gestas libertarias haya existido el periódico como vehículo para transmitir la ética de la nación cubana”, argumentó Armando Franco, también de cuarto año.

Con José Antonio Saco, fundó en 1828 El Mensajero Semanal, que junto a El Habanero fueron prohibidos en Cuba, en las colonias e islas adyacentes. Publicó en New York, además, el periódico The Protestant Abridger and Annotator (1830) –donde defendía la fe católica frente a los ataques de los protestantes- y The Catholic Exporter and Literary Magazine (1841-1843); colaboró con la Revista de La Habana, Diario del Gobierno y El Universal, de Madrid. Fue también redactor de El Observador Habanero (1820-1822) y de la Revista Bimestre Cubana.

A su vez, Eduardo Torres-Cuevas escribió en Historia de Cuba (1492-1898): formación y liberación de la nación, que Félix Varela cambió radicalmente las concepciones e interpretaciones de la sociedad, del pensamiento y de las ciencias: “Su filosofía fue la del deber ser de la sociedad cubana en negación con lo que era, colonial y esclavista. Varela le inoculaba al sentimiento indefinido del criollo la racionalidad que explicase, desde la ciencia y la política, con una base ética, nuestra verdadera naturaleza”.

Evidente es entonces que las labores política y periodística de Varela estaban imbricadas en un solo cuerpo, pero el profesor Fabio Fernández expone que a Varela se estudia más como referente moral y no por su proyección política.

Luis Sexto, periodista y profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, se refirió al presbítero como uno de nuestros primeros grandes periodistas y dijo que “haber leído parte de los textos periodísticos de El Habanero me trasmitió una idea central: un artículo de periódico tiene que estar colmado de ideas. Ninguna palabra debe sonar vacía. Así practicó el periodismo Varela, en una forma que despierta la necesidad de continuar leyéndolo”.

Pie de foto: José de la Luz y Caballero definió a Varela como “nuestro verdadero civilizador”, y quien “nos enseñó primero en pensar”. José Martí lo llamó “patriota entero”.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa: Retrospectiva-Explicativa.

Tema: Aniversario 191 de la fundación del periódico El Habanero.

Situación problémica: Se estudia con poca profundidad la labor periodística de Varela, pues solo se menciona al periódico El Habanero en su referente moral.

Objetivos colaterales: Contribuir al conocimiento de quien nos enseñó primero en pensar más allá de su estudio como figura del independentismo cubano en la primera mitad del siglo XIX y dar a conocer otros periódicos con los que él colaboró desde el exilio, así como la causa del mismo.

Fuentes documentales:

Historia de Cuba (1492-1898): formación y liberación de la nación, de Torre-Cuevas, Eduardo y Loyola Vega, Oscar. La Habana. Editorial Pueblo y Educación, 2002, pp. 135-137.

Clásicos del Periodismo Cubano, Núñez Machín, Ana. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales, 1978, pp. 5-13.

No hay Patria sin virtud, Gallego, Emilia. La Habana, Ediciones Unión 1997.

Fuentes directas:

Fabio Fernández. Profesor Asistente de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana. Es fuente especialista y emite juicio analítico.

Mario Cremata, Profesor de Historia de la Prensa de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana. Emite juicio de valor y es fuente especialista.

Luis Sexto, Periodista y profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Emite juicio de valor y es fuente técnica.

René Camilo García, Armando Franco y Claudia Alemañy, estudiantes de cuarto año de Periodismo de FCOM. Fuentes implicadas, emiten juicio de valor.

Soportes:

Hecho: Aniversario 191 de la fundación del periódico El Habanero y rescate e la figura de Varela como periodista.

Antecedentes: Reconocido por su trabajo como pedagogo y presbítero en Cuba y en el exilio, exactamente en Estados Unidos.

Contexto: A pesar de que la figura de Varela es estudiada como líder del independentismo de la primera mitad del siglo XIX, en ocasiones se olvida su trabajo como periodista vinculado estrechamente a la política. Los programas de estudio, tanto del preuniversitario como de la Universidad, por falta de tiempo para abordarlo en profundidad, no incluyen la labor periodística del Padre, y solo se habla de El Habanero.

“AQUEL TALENTO EXTRAORDINARIO”

“AQUEL TALENTO EXTRAORDINARIO”

Julio Antonio Mella, el paradigmático líder estudiantil universitario cubano de los años 20, es conocido por su labor revolucionaria, lo que ha opacado su faceta periodística en importantes publicaciones de Cuba y México.

LIZ ARMAS PEDRAZA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Si eres estudiante es posible que no comprendas tu profesión. Habrás visto que todas las teorías jurídicas son nada ante el interior de la clase dominante. Habrás visto que de nada valen tampoco las conquistas de la moderna industrialización si la enorme mayoría de la población vive aún las condiciones del abuelo de las cavernas. Entonces, querido camarada, si ninguna de las profesiones anteriores que se cursan en las universidades burguesas te llama, hazte revolucionario. ¡Ve a las cárceles a buscar el doctorado!”

Este texto, publicado en el periódico El Machete en 1927, es una muestra del patriotismo, humanismo y sensibilidad política que puede reunir una persona, y más, un líder. El autor del artículo “Por la creación de revolucionarios profesionales”, es Julio Antonio Mella, “aquel talento extraordinario”, como lo calificó Fidel Castro Ruz, en un discurso pronunciado en 1975.

En el transcurso de su corta vida demostró esta vocación, su facilidad para la literatura y, muy especialmente, como periodista y crítico. Sus documentos y artículos son importantes testimonios de la lucidez política, cultural y humana que alcanzó Mella.

Sin embargo, su papel imprescindible en la Revolución de la década del 20, donde se incluye su participación en la creación del primer Partido Comunista de Cuba (PCC), y que este año se conmemora el aniversario 90, ha opacado la labor periodística del joven revolucionario.

Alma Mater, el inicio

En 1922 fue fundada la revista Alma Mater. Julio Antonio Mella apareció desde el primer número como administrador y colaboró redactando el editorial Nuestro credo.

Entonces estudiante de la Facultad de Derecho y ya revolucionario, definió los objetivos de la publicación: “Por medio de este órgano los estudiantes cubanos se comunicarán espiritualmente con todos sus compañeros que hablan el idioma de Cervantes en ambos hemisferios, y divulgaremos así la cultura, el valer de la juventud intelectual cubana.”

En esta publicación, Mella comenzó a descollar como periodista combatiente, con un lenguaje claro, ameno y coloquial. Desarrollaba la crítica de forma directa con citas que denotan la cultura de un buen lector.

“La revista Alma Mater recordará siempre el objetivo con que fue creada en 1922 por Mella, y la impronta del joven como periodista está presente en cada número. En la actualidad, la publicación está viviendo un momento de reformas, pero nunca olvidará la esencia de que los jóvenes universitarios se identifiquen con ella,” declaró Mayra García, directora de la revista.

Como dato curioso, José Bell Lara, investigador e historiador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), aportó que a pesar de asumir el nombre de Julio Antonio Mella, el joven firmaba como Lord Mac Partland. Así apareció, desde el mes de noviembre, en las crónicas que publicaba en Alma Mater, tituladas En el feudo de Bustamante.

Juventud y El Machete: Cuba y México

En octubre de 1923 Mella fundó Juventud, revista de los estudiantes renovadores de la Universidad de La Habana. “Juventud es hoy una revista como deben tenerla los estudiantes cubanos, junto al humorismo propio de los jóvenes y de las noticias deportivas y universitarias, la ciencia, el supremo anhelo de los estudiantes, llena las principales páginas de esta publicación”, declaró en la revista.

Leonardo Fernández Sánchez, amigo de Mella, escribió en  Bohemia el 16 de agosto de 1970 que “en Juventud presentó dos artículos de visión profética: El pueblo se ha dado un nuevo amo en su democracia de carnaval y Machado: Mussolini Tropical. Con estos artículos Mella demostró que fue y será siempre un arquetipo de la juventud: el más completo líder en cualidades potenciales que ha producido Cuba republicana.”

Luego, Mella va exiliado a México. Allí fundó el periódico El Machete en 1927. “La mejor respuesta a las calumnias de la prensa imperialista, a las vacilaciones y confusiones de los periódicos nacionales reaccionarios, es crear una potente prensa proletaria independiente, que pueda decir toda la verdad, sin importarle los resultados, puesto que sus fondos provienen de los obreros y no de los capitalistas”, expresó el joven.

Esta publicación salía cada 15 días y su circulación fue prohibida por los gobiernos de Centroamérica, de Cuba y de algunas naciones de Suramérica. Mella planteaba la necesidad de publicarlo diariamente como un deber y una conquista de los revolucionarios.

Para Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo 2003 e historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), El Machete era el mejor instrumento de unidad revolucionaria de todos los oprimidos por el imperialismo en la zona de la América, y un buen instrumento de la lucha teórica contra la opresión del capitalismo yanqui, dentro y fuera de las fronteras de Estados Unidos.

Entre libros y folletos

La obra escrita no solo está recogida en revistas, sino también en libros y folletos. En agosto de 1924, publicó: “Cuba: un pueblo que jamás ha sido libre”, contra la elección de Gerardo Machado como presidente del país.

Más tarde, en agosto de 1926, escribió Glosas del pensamiento de José Martí, donde esbozaba la necesidad de valorar, acorde con los nuevos tiempos, el pensamiento revolucionario del Héroe Nacional.

“En las glosas, Mella analiza y explica las tendencias que, en su opinión, existían para valorar los acontecimientos históricos y estructuró el libro pensado, sus partes y sus objetivos con un enfoque marxista sobre la existencia de la vida y obra de Martí”, expusieron Addys Cupull y Froilán González, en el libro Hasta que llegue el tiempo.

En el propio año, trabajó seriamente en el texto ¿Hacia dónde va Cuba? Quedó inconcluso, faltaban dos capítulos cuando el líder estudiantil universitario fue asesinado el 10 de enero de 1929.

Y sin embargo…

Un muestreo realizado entre 50 estudiantes de segundo, tercero y cuarto años de Periodismo, de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana, demostró que el 63 por ciento no conocía la faceta de periodista de Mella, mientras que el otro 34 por ciento, coincidió que solo recordaban su actividad en la revista universitaria Alma Mater.

Ailén Padrón, estudiante de cuarto año de Periodismo, manifestó que “Alma Mater la he comprado muy poco porque no me siento identificada. Por otra parte, habla muy poco de Mella, que fue el fundador de la revista, y no veo mejor lugar para rescatar la faceta periodística de él que en esa publicación.”

Enrique Román, profesor de Historia de la Prensa en esta institución, precisó que “no es posible estudiar a todos los periodistas de Cuba en un semestre, incluso en dos. En el caso de  Mella, se estudia, pero muy superficial, damos algunos escritos y mencionamos las publicaciones, pero a decir verdad, no se le brinda la atención necesaria.”

En tanto, Silvia Oramas, también de cuarto año, confesó que “lo único que he leído de Mella es Glosas del pensamiento de José Martí, y porque era obligatorio. Yo creo que la ignorancia de los jóvenes hacia esta parte de su vida está dada por dos cuestiones muy relacionadas: una es que no se le da importancia al tema en ninguna enseñanza, es completamente obviado; y dos, que producto de esto, nosotros no investigamos nada, no tenemos motivación.”

Este desconocimiento está dado también porque en ninguna bibliografía de enseñanzas precedentes se menciona a Mella como periodista. Solo en el libro Historia de Cuba, de 12 grado, se trata vagamente su labor en la revista universitaria.

Más cerca de Mella

Nicanor McPartland Diez era su nombre cuando nació el 25 de marzo de 1903. En 1910, su madre Cecilia, lo abandonó y pasó a ser custodiado por Nicanor (padre). La esposa de Nicanor lo llamó Antonio; de adolescente, acogió Mella, el apellido de su padre, y más tarde se autonombró Julio debido a su admiración por Cayo Julio César. De ahí surge Julio Antonio Mella.

En 1921 ingresó a la Universidad de La Habana, donde además de su actividad revolucionaria, en contra del fraude y la corrupción, se destacó por su participación en los Juegos Caribe, como parte del equipo de remo. En este deporte obtuvo importantes resultados, entre los que se incluyen dos medallas de  oro.

Luego, en 1923 inició una relación con Olivia Zaldívar. En julio de 1924 contrajeron matrimonio, y el 19 de agosto de 1926 nació su hija Natacha Mella Zaldívar. Sin embargo, cuando Mella fue exiliado a México el amor de los jóvenes se deterioró y en agosto de 1926, él rompió la relación.

Pero Mella no duró mucho tiempo solo. En enero de 1928 conoció, en la redacción de El Machete, a Tina Modotti, fotógrafa italiana. Con rapidez se desarrolló un romance entre ambos. Mella calificaba el amor como lleno de arrebato y hondura, y en una ocasión escribió a Tina: “¿explícame qué amor es este que me lleva a la desesperación?”

En 1929, Mella fue asesinado y Tina lo presenció. Entonces, pronunció: “En Mella asesinaron no solo al enemigo del dictador cubano, sino al enemigo de todas las dictaduras. Machado ha cometido un nuevo crimen, pero hay muertos que hacen temblar a sus asesinos, y cuya muerte representa, para aquellos, el mismo peligro como su vida de combatientes. Esta noche, un mes después del cobarde asesinato, honramos la memoria de Mella, prometiendo seguir su camino, hasta lograr la victoria de todos los explotados de la tierra. De esta manera lo recordamos como él lo hubiera preferido: no llorando sino luchando…”

Pie de fotos: 1-Julio Antonio Mella trabajó en relevantes periódicos de Cuba y México, como Alma Mater, Juventud y El Machete; 2-El 12 de enero el periódico mexicano El Machete dedicó una página a la muerte de Mella. La foto del cadáver fue tomada por Tina Modotti.

Ficha técnica:

Tipo de título: De alusión a frase.
Tipo de entrada: De Cita Directa.
Tipo de cuerpo: De bloque.
Tipo de transiciones: Por subtítulos.
Tipo de cierre: De cita.

Tema: La labor revolucionaria de Julio Antonio Mella ha opacado su faceta periodística.

Situación problémica: Desconocimiento por parte de la juventud de la labor periodística de Mella.

Objetivos colaterales: Rescatar en la actualidad la impronta de Mella como periodista.

Estrategias de fuentes:

Documentales:

Por la creación de revolucionarios profesionales: El Machete, segunda quincena de agosto de1927.

Nuestro Credo: editorial de la Revista Alma Mater en 1922.

Revista Juventud: octubre de 1923. Editorial escrito por Julio Antonio Mella.

Revista Bohemia: 16 de agosto de 1970. Artículo “Julio Antonio Mella”, por Leonardo Fernández Sánchez.

El Machete: marzo 1927. Editorial escrito por Julio Antonio Mella.

Hasta que llegue el tiempo: Addys Cupull y Froilán González, publicado en 1999.

Palabras de Tina Modotti: Tomado del libro Mella, 100 años (Vol. 2), una recopilación de Ana Cairo, publicado en 2003. Editorial Oriente Cuba.

Discurso de Fidel: Pronunciado en 1975, en la velada solemne por el cincuentenario del primer Partido Comunista de Cuba en el teatro de la CTC.

Activas:

Muestreo realizado a 50 estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Mayra García: Directora de la Revista Alma Mater. Fuente especialista, juicio valorativo.

José Bell Lara: investigador e historiador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Fuente especialista. Juicio de valor.

Juan Marrero: Premio Nacional de Periodismo en 2003 e historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Fuente especialista. Juicio de valor y analítico.

Ailén Padrón: estudiante de cuarto año de Periodismo, de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana. Fuente secundaria. Juicio disyuntivo, de valor y analítico.

Enrique Román: profesor de Historia de la Prensa  de la Facultad de Comunicación (FCOM). Fuente especialista. Juicio valorativo y analítico.

Silvia Oramas: estudiante de cuarto año de Periodismo, de la Facultad de Comunicación (FCOM). Fuente secundaria. Juicio disyuntivo, de valor y analítico.

Soportes:

Hecho: Desconocimiento de la faceta periodística de Mella.

Antecedentes: Su participación como líder estudiantil universitario de la década del 20 ha enmascarado su obra periodística.

Contexto: En 2015 se cumple el aniversario 90 de la fundación del PCC por Julio Antonio Mella, quien como parte de su activa labor  revolucionaria, desempeñó una dinámica labor periodística.

LOLÓ DE LA TORRIENTE

LOLÓ DE LA TORRIENTE

A 30 años del fallecimiento de una de las periodistas que más trabajó el rescate de la historia, poco se le conoce entre los estudiantes y profesionales del periodismo.

RAÚL ABREU MARTÍN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Loló fue una periodista honesta y agresiva, de ágil pluma, redacción directa, interesada por los temas políticos e históricos, y alcanzó a hacer un muy destacado periodismo cultural, de reseñas de libros y obras de arte, que la consumaron como una de las críticas de arte más importante de su tiempo”, recuerda el intelectual cubano Virgilio López Lemus, estudioso de la familia Torriente.

Y agrega que hay que preguntarse si los cubanos somos un pueblo de fuerte sentido de memoria histórica, si solo nos interesa a veces recordar los hitos, mientras desdibujamos a muchos de sus participantes: “Que hoy Loló sea «desconocida» será en verdad un baldón para quienes la desconozcan.”

A 30 años de su fallecimiento (2015), un muestreo entre estudiantes de cuarto año de Periodismo de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana y profesionales de diferentes medios de comunicación cubanos, evidencia que de 49 encuestados, solo 18 conocen sobre a esta periodista, crítica de arte y escritora, quien captó la atención de los lectores con un lenguaje sencillo, pero que reflejaba su vasto nivel cultural, desde las páginas de las revistas Bohemia y Carteles, el diario El Mundo y su suplemento dominical.

Mujer multifacética

“Como fue multifacética se ha quedado en el medio de todas las especialidades y existen diferencias sobre qué faceta se debe estudiar. Creo que entre todos, debemos rescatar a una de las mujeres más influyentes en diferentes ámbitos de la sociedad cubana”, declara la periodista de Verde Olivo y profesora de FCOM, Sonia Pérez Sosa, quien realizó su tesis de Licenciatura sobre el lenguaje periodístico de Loló de la Torriente.

Acerca de su inclusión en el plan de estudios de la carrera de Periodismo, la Doctora Miriam Rodríguez Betancourt, Premio Nacional de Periodismo José Martí y una de las gestoras del currículo docente, señala que debe dedicarse más tiempo y énfasis a la cultura profesional de nuestros estudiantes: “Hace unos años estamos intentando cubrir esas ausencias con la asignatura Grandes figuras del Periodismo, pero todavía no es suficiente.”

En el plan de estudios de la carrera existe la asignatura optativa que intenta un acercamiento al lenguaje periodístico de Loló de la Torriente. Maribel Acosta, jefa del Departamento de Periodismo de la FCOM, declara que “no se imparte todos los años debido al poco tiempo disponible. Siempre hemos tenido profesores que, para bien de los estudiantes, intentan rescatar estas personalidades.”

Otra de las causas de su “olvido” puede ser que la mayoría de los medios para los cuales la destacada periodista escribió, no existen, solo la revista Bohemia. En “Esta es la Historia”, sección que mantenía en la popular publicación, Loló utilizaba el seudónimo de María Luz de Nora, otra posible razón de su poco reconocimiento. Al respecto, Pérez Sosa opina que “era para esconderse de su nombre, o diversificar la cantidad de trabajos en una publicación.”

Lenguaje periodístico

En la investigación referida, Pérez Sosa precisa que “sencillez, claridad, e incentivo, creemos que son los primeros rasgos que definen el periodismo de Loló de la Torriente. Proyección esta de su propia personalidad y del género periodístico que cultiva en cada momento y medio.”

Al respecto, esta profesora que justamente imparte la optativa sobre la destacada intelectual, agrega que tenía un lenguaje sencillo, escribía para que todos la entendieran, sin dejar de reflejar su vasto nivel cultural: “El rescate de figuras y hechos históricos lo hacía de manera bien fundamentada. No le gustaba dejar cabos sueltos, y cuando los dejaba declaraba que se continuaría ampliando.”

Loló dominaba principios técnicos clave de la escritura periodística: la presentación directa, desde el primer párrafo, del hecho o asunto; la precisión del dato y del detalle reveladores, y el acudir a criterios de expertos y testigos de lo expuesto. Era un estilo muy ameno, de interacción con el lector. Se afirma que sus investigaciones periodísticas, principalmente para Bohemia, surgían de algún dato dado por quienes la leían.

Rescatarla, ¿para qué?

Loló de la Torriente colaboró con una de las páginas de opinión más prestigiosas en Cuba, la del diario El Mundo. En ese medio también tributaban grandes figuras de la intelectualidad de la época en la Isla como Raúl Roa, José Zacarías Tallet, Alejo Carpentier, Marcelo Pogolotti, Ángel Augier, Hortensia Pichardo y Fernando Ortiz.

¿Cuán significativo es para los estudiantes y profesionales de Periodismo conocer la obra de los maestros del oficio? ¿Cómo construir un estilo propio si no se leen las obras de grandes como Jorge Mañach, Oriana Fallaci, Gabriel García Márquez o la misma Loló de la Torriente?

En opinión de Miriam Rodríguez Betancourt, rescatar estos pilares es importantísimo para conocer y valorar el Periodismo como profesión, y el rol que este ha cumplido en diversos momentos de la historia: “Para saber si lo que hoy hacemos es continuación o ruptura de verdad, para saber si estamos cerca o muy lejos de ellos, para saber cómo y por qué ellos marcaron la diferencia en su tiempo.”

¿Puede un pueblo vivir de espaldas a sus tradiciones? ¿Puede un profesional desconocer a los que le antecedieron e hicieron aportes cimeros en su profesión? Si un estudiante no se prepara para ser un profesional legítimo, se enfrenta a la mediocridad peor: la que no se mueve ni deja mover, sentenció López Lemus.

Más allá de la periodista, la persona

Muy pequeña vino a La Habana, donde ya en su juventud se vinculó con el periodismo. Durante el bachillerato escribió en “Instituto”, revista del Instituto de La Habana, ejercicio que sería decisivo en su trayectoria pública. Fue José Antonio Fernández de Castro, destacado periodista cubano, quien se convirtió para ella en un paradigma, y guió sus primeros pasos en la profesión.

El fuerte desequilibrio social y político tras el machadato, que ella combatió activamente, y el matrimonio con un directivo expulsado del Partido Comunista de Cuba, condujo a Loló de la Torriente al México de Lázaro Cárdenas, donde tanto su esposo como ella, y sus dos hijas, iban a tener todas las garantías.

Con su don de gentes, consiguió atraer a colegas y amigos, comenzó a dialogar con un grupo de intelectuales, escritores y periodistas mexicanos que le fueron abriendo espacio y la posibilidad de trabajar en periódicos importantes. Durante los 15 años que vivió allí, desarrolló una labor gigantesca, en ese tiempo se convirtió en una periodista de enorme calidad, declaró Enrique Saínz de la Torriente, sobrino de Loló.

Para él, la periodista se convirtió en un gran apoyo. “Yo acababa de perder a mis padres y decidí vivir en su casa. Sabía que me acogería con mucho cariño y preocupación, sentía gran aprecio por mi madre, su hermana. Gozábamos de muy buena relación. Me recibió como si hubiera sido el hijo varón que nunca tuvo, sin discriminación, yo era un hermano más para sus hijas”, recuerda.

En el lugar que merece

La profesora Rodríguez Betancourt, en conferencia ofrecida en la Fundación Alejo Carpentier, hablaba que “de esa obra y de esa vida, los estudiantes, los jóvenes graduados y los profesionales del Periodismo también, podemos derivar lecciones perdurables: la dedicación a la profesión, la aproximación a la gente y el cultivo permanente de la lectura.”

Agregó que “la militancia como pasión, el compromiso con la verdad, la valentía, la curiosidad intelectual, el conocimiento de la historia y la cultura del país, la práctica constante de la observación de hechos y personas, el entender la objetividad como valor moral y la inconformidad con la propia obra”, son el legado de Loló de la Torriente.

Su ímpetu, entusiasmo y constancia estuvieron presentes en todas las facetas de su vida, sus conocimientos la hacen merecedora de un lugar en la cultura cubana. En la historia hay grandes figuras que merecen ser estudiadas y no dudo que Loló esté en ese grupo, sostiene Saínz.

«Loló de la Torriente es una voz, entre muchas otras, que está a la sombra de la luz, pero debe ser recordada como la intelectual capaz que fue, la revolucionaria amiga de Julio Antonio Mella, cuya muerte le causó un doloroso impacto,  como la de Pablo de la Torriente, caído en Majadahonda, cuando ella guardaba prisión en la cárcel de mujeres por defender a su patria de los desmanes del gobierno», aparece en “Loló de la Torriente en persona”, escrito por Cira Romero para Cubaliteraria (www.cubaliteraria.cu).

En ese artículo se precisa que fue “mujer culta, su fino espíritu artístico no hizo de ella una mujer de élite, sino una mujer  atravesada por el afán de decir, por el deseo de comunicar y con el fervor de ayudar a los otros a ver, no con sus ojos, sino con sus apreciaciones, siempre atinadas y precisas.”

La obra de Dolores (Loló) de la Torriente debe ser conocida por estudiantes y profesionales del Periodismo por su agudeza, versatilidad y valentía, y porque constituye un referente para los que aspiran a ejercer el oficio.

Pie de foto: Periodista, abogada y escritora, Loló de la Torriente es desconocida por gran parte de los estudiantes y profesionales del Periodismo.

Ficha técnica:

Tipo de título: De referencia al tema.
Tipo de entrada: De citas.
Tipo de cuerpo: Estructura por bloques temáticos.
Tipo de transiciones: Repetición de palabras clave para evidenciar que se habla del mismo tema. Los subtítulos también constituyen un tipo de transiciones.
Tipo de cierre: De conclusión o resumen.
Tipo de reportaje: Retrospectivo explicativo.

Tema: En 2015 se cumplen 30 años del fallecimiento de Loló de la Torriente, destacada periodista cubana colaboradora de grandes medios como Bohemia y El Mundo.

Situación problémica: El desconocimiento que existe, por parte de los profesionales y estudiantes de Periodismo, sobre la figura de Loló.

Objetivos colaterales: Explicar el por qué de su olvido, la necesidad de rescatar su figura, investigar las características de su lenguaje periodístico y explorar la faceta familiar de una de las periodistas más leídas del siglo XX.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

“Los mundos de la memoria. Acercamiento al lenguaje periodístico de Dolores (Loló) de la Torriente (1959-1968)”, tesis de Licenciatura en Periodismo de Sonia Pérez Sosa (2009).

“Loló de la Torriente: Sus lecciones periodísticas”, conferencia brindada por la Premio Nacional de Periodismo y profesora Miriam Rodríguez Betancourt en la Fundación Alejo Carpentier.

“Loló de la Torriente en persona”, escrito por Cira Romero para Cubaliteraria (www.cubaliteraria.cu).

Directas:

Sonia Pérez Sosa, periodista de la revista Verde Olivo y profesora de FCOM, quien realizó su tesis de Licenciatura en Periodismo sobre el lenguaje periodístico de Loló de la Torriente. Fuente especialista, implicada. Juicio analítico y valorativo.

Miriam Rodríguez Betancourt, Premio Nacional de Periodismo, profesora y gestora del currículo docente de la FCOM. Fuente especialista, implicada. Juicio analítico y valorativo.

Maribel Acosta, jefa del Departamento de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Fuente implicada. Juicio analítico.

Virgilio López Lemus, estudioso de la familia Torriente e investigador del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba. Fuente especialista. Juicio analítico y de valor.

Enrique Saínz de la Torriente, sobrino de Loló de la Torriente. Fuente implicada. Juicio analítico.

Soportes:

Hecho: El desconocimiento que existe sobre la figura de Loló de la Torriente.

Antecedentes: Datos de la vida y obra de la periodista cubana.

Contexto: La escasa divulgación que existe sobre la vida y obra de la escritora, quizás producto de que la mayoría de los medios con los que colaboró, no existen.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: La figura es poco mencionada en los medios de comunicación de nuestro país, y la asignatura optativa que abordaba la obra periodística de Loló de la Torriente, forma parte del plan de estudios de la carrera de Periodismo, pero no se imparte todos los años.

Proyecciones: Vale rescatar la trayectoria de la periodista y escritora Loló de la Torriente para las actuales y futuras generaciones de periodistas.

Tipos de juicios: Analíticos, de valor.

EL ESLABÓN PERDIDO DE UN GALARDÓN

EL ESLABÓN PERDIDO DE UN GALARDÓN

El Premio Juan Gualberto Gómez ha transitado por diferentes etapas en el devenir político-social del país, pero hoy su origen se asume después de 1959.

AILÉN RIVERO HERNÁNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La primera etapa del Premio Anual de Periodismo Juan Gualberto Gómez transita por su aniversario 70; sin embargo, poco se conoce de los inicios en 1945 y solo se le vincula al período revolucionario cuando comenzó a otorgarse en 1989.

Al preguntar por el galardón, en un muestreo realizado entre 50 estudiantes de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y 50 profesionales de medios de prensa cubanos, con más de 10 años en ejercicio, en Radio Reloj (8), Radio Enciclopedia (7), el Sistema Informativo de la Televisión Cubana (5) y los periódicos Granma (10), Trabajadores (10), Juventud Rebelde (10), ninguno identifica esa primera etapa, antes de 1959.

Prácticamente no existe bibliografía sobre el tema y suele asociarse al periodismo contra la revolución, por haber sido otorgado por el Colegio de Periodistas de Cuba, cuyos miembros, en su mayoría, emigraron del país luego del triunfo de enero.

El Archivo de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) resguarda los documentos que dan fe de la constitución del Juan Gualberto Gómez en 1945 por el Colegio de Periodistas de Cuba como el más alto galardón periodístico en el país. Las Bases del Premio expresan que su único estimulo es “el supremo honor y dignidad que conlleva”.

Este reconocía el trabajo periodístico anual en las categorías de reportaje vivo, reportaje de archivo, artículo o crónica, ilustraciones, información grafica (fotografía) y reportaje cinematográfico, según sus Bases.

El jurado estaba constituido por periodistas e intelectuales de todo el país que se reunían una vez por año para reconocer a lo mejor de la prensa cubana, explica Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo José Martí e historiador de la UPEC.

Ernesto Vera, también Premio Nacional de Periodismo y Presidente de Honor de la organización gremial, declara que la institución encargada de entregar el reconocimiento contaba con el apoyo de Batista, miembro emérito del Colegio: “La relación con el presidentele resta prestigio entre los intelectuales revolucionarios de la época e influye en el olvido del Premio como una expresión de sus intereses”.

Pero, la prensa de la época también posee calidad y valor literario, cómo se constata en los escritos de periódicos como El País o Diario de la Marina, que se conservan en el Archivo Literario del Instituto de Literatura y Lingüística.

Por ejemplo, el periodista hispano-cubano Rafael Suárez Solís, galardonado con el Juan Gualberto Gómez en la categoría de artículo en 1950, es “uno de los más altos exponentes de nuestro periodismo cultural”, según afirma el texto Rafael Suárez Solís, Periodismo y Cultura, de Jorge Domingo Cuadriello.

Al triunfar la Revolución en 1959 se otorga por última vez el reconocimiento; ese año pasa a llamarse Concurso Nacional Periodístico Juan Gualberto Gómez y es celebrado por la Milicia Periodística Félix Varela, asevera Juan Marrero.

Agrega que la proyección del mismo cambia en ese último concurso. La Milicia Periodística Félix Varela, establece que “se escogerían los trabajos publicados de más alto contenido revolucionario y que mejor destacaran los principios e ideología de la Revolución Cubana”.

El mayor reconocimiento anual al periodismo cubano desaparece luego de su única entrega revolucionaria en 1959 por la Milicia Periodística. En 1965 se funda la UPEC, pero solo 24 años después es que se establece nuevamente la entrega del galardón, recuerda Ernesto Vera.

Desde 1989 a la fecha, la Unión de Periodistas de Cuba otorga el Premio Anual Juan Gualberto Gómez. El reconocimiento distingue el trabajo excepcional de un año en la prensa impresa, el periodismo radial, televisivo, cinematográfico y gráfico (fotografía, diseño, camarógrafos, ilustradores, dibujantes humorísticos), precisa Belkys Pérez Cruz, vicepresidenta de la organización.

El jurado está integrado por quince periodistas de mérito, más el Presidente de la UPEC. Es elegido por el Congreso de la organización o el Pleno del Comité Nacional y cada dos años y medio se renueva, como establecen las Bases del Premio. La entrega se efectúa en acto solemne que conmemora el nacimiento de Juan Gualberto Gómez, el 5 de marzo, como parte de las celebraciones por el Día de la Prensa Cubana.

Para Ismael Francisco González, fotógrafo de Cubadebate y merecedor este año (2015) del Premio en la categoría de Periodismo Gráfico, “es un honor recibir el reconocimiento y un incentivo a seguir trabajando”. El profesional afirma que “es bueno que se reconozca la labor anual de la prensa cubana porque eso propicia que cada día tratemos de entregar trabajos con mayor calidad”.

Pie de foto: Actualmente, el galardón se entrega en el aniversario del natalicio de Juan Gualberto Gómez, el 5 de marzo.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.

Tipo de lead: Clásico de Qué.

Tipo de nota interpretativa: Explicativa-Retrospectiva.

Tema: Invisibilidad del Premio Juan Gualberto Gómez, otorgado antes de 1959. Posibles puentes con el Juan Gualberto Gómez en la actualidad.

Situación problemática: Por qué se desconoce el Premio Juan Gualberto Gómez y el periodismo de antes de 1959.

Objetivos colaterales: Rescatar del olvido un periodo del periodismo en Cuba.

Estrategias de fuentes:

Documentales:

El periodismo y la lucha ideológica, Ernesto Vera y Elio Constantin, Editorial Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 1985.

Rafael Suárez Solís. Periodismo y Cultura, Jorge Domingo Cuadriello, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2012.

Premios de Periodismo, recopilación, Archivo de la UPEC.

Página web de la Unión de Periodistas de Cuba. En:www.cubaperiodistas.cuURL:

http://www.cubaperiodistas.cu/

upec/funcionamiento.html Consultado: 27-2-2015

Resolución del 2009 de la UPEC

Activas:

Ernesto Vera, Premio Nacional  de Periodismo y Presidente de Honor de la UPEC, juicio sintético y de valor, fuente directa, especialista.

Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo José Martí e historiador de la UPEC, juicio sintético y de valor, fuente directa, especialista.

Belkys Pérez Cruz, periodista y vicepresidenta de la UPEC, juicio de valor, fuente directa, oficial.

Ismael Francisco González, fotógrafo de Cubadebate, merecedor este año del Premio en la categoría de Periodismo Gráfico, juicio de valor, fuente implicada, directa.

Soportes:

Hecho: Invisibilidad del Premio Juan Gualberto Gómez otorgado antes del 1959, nexos del Premio con la actualidad.

Antecedentes: Entrega del Premio antes del 1959 por el Colegio de Periodistas de Cuba.

Contexto: 70 años de la creación del Premio.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: Triunfo de la Revolución, cambio en la situación política del país. Desintegración del Colegio de Periodistas de Cuba y creación de la UPEC.

Tipos de juicios: Analíticos, de valor, sintético.

LA DESCONOCIDA PRIMERA LEY DE RETIRO PERIODÍSTICO

LA DESCONOCIDA PRIMERA LEY DE RETIRO PERIODÍSTICO

En 1935, los profesionales de la prensa obtuvieron por primera vez una garantía legal para su jubilación.

ARIEL PAZOS ORTIZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

En agosto de este año (2015) se cumplirán 80 años de ser aprobada la primera Ley de Retiro Periodístico en Cuba, sin embargo, esta medida no conformó del todo a quienes desempeñaban el oficio y, a pesar de la trascendencia del hecho hasta nuestros días, en la actualidad es un tema desconocido en el gremio.

Desde hacía  años  los periodistas, por medio de la Asociación de Prensa de Cuba (APC) y la Asociación de Reporters de La Habana (ARH), aspiraban a que se estableciera una caja de retiro para amparar su ancianidad o inutilización para el trabajo, así como, en caso de muerte, el futuro de sus familiares.

En 1957 el periodista Enrique Moreno refirió en el anuario “El Periodismo en Cuba” que Pastor del Río propuso a la Cámara de Representantes un proyecto. Este fue aprobado más de un año después, en junio de 1927, y se acordó enviarlo al Senado para su ratificación, lo cual no ocurrió. Rafael Angulo, subdirector del Diario de la Marina, hizo otra propuesta en 1934 que, aprobada por el Consejo de Estado, no llegó al de Secretarios. Después del extravío del original, se trató el asunto con una copia mimemográfica.

Según Eduardo Labrada, periodista de Adelante, en Camagüey,  Mendieta fue el presidente que más hizo por reivindicar al sector durante la seudorrepública, pues firmó un decreto sobre salarios mínimos a periodistas y suscribió el Decreto-Ley 172, el cual establecía el retiro de estos profesionales.

“Es extraño que Mendieta, con tantas cosas por hacer, tuviera tiempo de preocuparse por los periodistas”, expresó Enrique Román, profesor de Historia de la Prensa Cubana, de la Universidad de La Habana. Sin embargo, Moreno reseñó que el 23 de agosto del 1935, cuando los miembros del Consejo sancionaron el proyecto, dijeron a los periodistas que su retiro se aprobó sin leerse, por el empeño que Mendieta tenía en otorgarles esa ley.

El Decreto-Ley, publicado en la Gaceta Oficial del 27 de agosto de ese año, contenía las disposiciones del Consejo de Secretarios de establecer una institución pública, bajo la denominación de “Retiro de Periodistas”, que amparara a quienes trabajaban como directores, redactores, reporteros, colaboradores, correctores y corresponsales.

Por otra parte, Moreno señaló que “al leerlo en la Gaceta se advirtió, por quienes conocían el primitivo proyecto enviado por el Consejo de Estado, que se había cercenado a su estipulado el precepto que cedía los frutos de un sorteo anual de la Lotería”. Ante la situación, la APC y la ARH plantearon en sendas asambleas dirigirse al poder ejecutivo para rechazarlo. Finalmente, ambas acordaron aceptarlo y actuar para que se dictara una nueva ley con medios de carácter económico más seguros para la institución.

El citado número de “El Periodismo en Cuba” recoge que en la mañana del 9 de septiembre del 1935 en uno de los salones del Capitolio, quedó constituido el primer Directorio de Retiro de Periodistas, con  Rafael Angulo como presidente. También formaban parte del ejecutivo Mariano de Acevedo, Amado Díaz y el ya citado Enrique  Moreno.

No obstante, el primer Congreso Nacional de Periodistas, celebrado en La Habana entre los días 3 y 6 de diciembre de 1941, acordó, según recoge en el acta final, pronunciarse por la reforma de esa legislación  por estimar que para mayor eficacia de los derechos era indispensable su modificación, especialmente respecto a la consolidación económica de la caja, el derecho de los periodistas de medios en localidades pequeñas y la reorganización del Directorio para dar representación a jubilados y pensionados.

Años después, el 27 de octubre de 1953, fue promulgado el Decreto-Ley 1151. Entre otros aspectos declaraba que el de 1935 resultaba “anacrónico y deficiente como medida legislativa de previsión social” y que la profesión de periodista “es reconocida oficialmente por el estado”.

“Después de 1959, los trabajadores tuvieron el derecho universal del seguro de retiro, por eso no es una preocupación específica para los periodistas de hoy, lo cual puede causar que el tema no sea tratado”, expresó Frank González, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

“El pasado interesa en la medida que pueda influir en el presente. Me parece útil traer ese momento decisivo del periodismo en Cuba: quizás el conocimiento del primer retiro nos impulse a defender y mejorar el de hoy, ya que nos retiramos a la misma edad que cualquier trabajador, con las mismas reglas, pero nadie se percata del desgaste con que llegamos a edad de retiro y no se consideran  los riesgos que afrontamos en el trabajo, pero  terminamos nuestra carrera con un magro retiro: ¿qué tuvieron en cuenta ayer que no se ha tenido en cuenta hoy?, precisó Luis Sexto, también periodista y profesor en la Universidad de La Habana.

Pie  de foto: Expediente del proceso de solicitud de seguridad social de la viuda de un periodista fallecido.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Cuándo.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: Primera Ley de Retiro Periodístico.

Situación problémica: El desconocimiento en el gremio de la primera Ley de Retiro Periodístico en Cuba. 

Propósito: Demostrar la necesidad de difundir este hito en el Periodismo cubano.

Objetivos colaterales: Consultar opiniones especializadas que aborden el impacto que tuvo esta ley dentro del gremio. Explicar, a través de las fuentes. Valorar la vigencia que pudiera tener esta ley en la actualidad para provocar acciones al respecto. 


Fuentes:

Directas:


Frank González, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación.

Eduardo Labrada, periodista de Adelante, en Camagüey. 

Luis Sexto, periodista y profesor de FCOM.

Documentales:


Periodismo en Cuba, Revista anual de Directorio de retiro periodístico.

Gaceta Oficial de Cuba.

Soportes:
 
Hecho: El desconocimiento de la primera ley de retiro periodístico.

Antecedentes: Existencia de una ley que ampara el retiro de todos los trabajadores. Anterior a 1935 la Asociación de Prensa de Cuba (APC) y la Asociación de Reporters de La Habana (ARH), aspiraban a que se estableciera una caja de retiro para amparar su ancianidad o inutilización para el trabajo, así como, en caso de muerte, el futuro de sus familiares.


Contexto: El desconocimiento del primer retiro, según Luis Sexto,  nos impulsará  a defender y mejorar el de hoy.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: El no estudio de este aspecto desde la Academia.