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Periodismo Retrospectivo-Trabajos docentes

LA GENERALÍSIMA

LA GENERALÍSIMA

Bernarda Toro Pelegrín acumuló méritos para sobresalir por sí sola en su trayectoria revolucionaria; sin embargo, la historiografía la opaca por la prominencia de su esposo, Máximo Gómez.

DINELLA TERESITA GARCÍA ACOSTA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El próximo 4 de julio (2015) se cumplen 145 años de que oficializaran su matrimonio en la manigua oriental Bernarda Toro Pelegrín y el General Máximo Gómez. Aunque esta cubana acumuló méritos suficientes como revolucionaria, en la historiografía cubana prevalece su imagen como figura acompañante del Generalísimo.

Poco se ha escrito para reivindicar en su totalidad a Manana, como todos la recuerdan. En pesquisas realizadas en el Centro de Estudios de la Mujer, perteneciente a la Federación de Mujeres Cubanas  (FMC), fue encontrada solo una ponencia de 1986, titulada Manana, heroína de nuestras guerras de independencia, realizada por la delegación número cinco del municipio Boyeros.

El informe explica que Bernarda fue la cubana más perseguida en la manigua rebelde, ya que el enemigo intentaba vengarse de las derrotas infligidas por su esposo. Uno de los pasajes más conmovedores es cuando ella huye de los españoles, durante tres días, con su hija Clemencia de solo un mes de nacida.

Además, en ese centro de estudios desde 1989 no se realiza ninguna investigación acerca de la patriota y lo disponible hasta esa fecha es el expediente número 115, con la mencionada ponencia, recortes de revistas y biografías que no refieren su origen.

Margarita León, directora del Centro de Documentación e Información de la FMC, señaló que son muchas las mujeres a estudiar en la etapa de las luchas independentistas en Cuba y la falta de tiempo les ha impedido profundizar más en algunas de ellas.

Sin embargo, el tiempo no constituyó un impedimento para Bernarda, cuando fundó en República Dominicana un club revolucionario femenino bajo el nombre de su hijo Panchito, caído en combate junto a Antonio Maceo en 1897. Tampoco lo fue cuando integró la Junta Patriótica de La Habana desde 1907, para impedir que convirtieran a Cuba en un protectorado de Estados Unidos, durante la segunda intervención militar norteamericana.

También curaba enfermos como parte de sus tareas en la Guerra de los Diez Años. Estando herido, el escritor cubano Ramón Roa expresó: “En Camagüey se reunieron en la misma morada, Manana y María Cabrales. No había medicinas, pero allí no se sentía mal el más inválido, las atenciones maternales eran las benditas panaceas que nos consolaban y encendían nuestro patriotismo”.

Certero en sus apreciaciones es el vicedecano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana, Doctor Antonio Álvarez Pitaluga: “Algunos piensan que no cumple con todos los requisitos necesarios para exaltarla desde el presente, y hoy es más conocida Mariana Grajales, pero cuando analizas los méritos de guerra, no sería lícito hacer una lista para ver quién es mejor. Ambas estuvieron allí y asumieron un papel a la altura de la mujer cubana”.

Álvarez Pitaluga, quien la llamó digna generala del Generalísimo, explicó que ella es conocida meramente por ser la esposa de Gómez, debido a los cánones del siglo XIX, donde la función social de la mujer era básicamente reproductiva: “Manana fue una persona fuerte que resistió la pérdida de sus hijas en la manigua, donde ella misma combatió y comió yuca seca, cuando estando embarazada huía de los españoles”.

Según el libro Máximo Gómez… Revolución, Cuba y hogar, escrito por el hijo de ambos, Bernardo Gómez y Toro, ella conoció al Generalísimo cuando junto a su madre y hermanos se incorporó a la Guerra de los Diez Años, donde comenzó llevando noticias de las actividades españolas a su cuartel, en la Sierra Maestra.

Manana conquistó el respeto de representantes de la gesta independentista, como deja constancia el profesor Álvarez Pitaluga en su libro La familia de Máximo Gómez: “Desde principios de 1875 se carteaba con Antonio Luaces, Julio Sanguily y Henry Reeve, y el 17 de abril este último le obsequió un rifle con 25 cápsulas, como muestra de su estimación por ella”.

En su olvido también inciden los medios de comunicación. Una revista especializada como Mujeres, en los últimos cuarenta años solo ha publicado un artículo donde es mencionada Bernarda, Mujeres en las guerras de independencia, tomado de Juventud Rebelde en agosto de 2009. Al respecto, Iraida Campos, subdirectora de la Editorial de la Mujer, reconoció que es un error no tratar esta figura desde la publicación femenina.

Otros órganos de prensa han escrito, en mayor o menor medida, si bien no lo suficiente en casi 60 años de Revolución. Vale entonces reivindicar por sus propios méritos a esa cubana, de quien José Martí dijo, cuando visitó al Generalísimo durante la preparación de la Guerra del 95, en Santo Domingo: “Y por usted, aunque no fuera por él, miraré siempre al compañero de su vida”.

Pie de foto: Manana conoció al Generalísimo cuando llevaba noticias de las actividades españolas a su cuartel, en la Sierra Maestra.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: Bernarda Toro Pelegrín fue uno de las mujeres más destacadas de las luchas independentistas cubanas.

Situación problémica: Su figura está opacada por la prominencia de su esposo, el Generalísimo Máximo Gómez.

Objetivos colaterales: Demostrar mediante la opinión de especialistas, historiadores y estudiosos de la mujer cubana, las causas de este olvido, así como resaltar sus hazañas como patriota.

Estrategia de fuentes: 

Documentales:

Ponencia Manana, heroína de nuestras guerras de independencia, realizada por la delegación número cinco del municipio Boyeros, del Centro de Estudios de la Mujer, perteneciente a la Federación de Mujeres Cubanas  (FMC). La Habana, 1986.

Revoluciones…Cuba y Hogar. Bernardo Gómez y Toro. Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y Ca. La Habana, 1927.

La familia de Máximo Gómez. Antonio Álvarez Pitaluga. Editora Política. La Habana, 2008.

Directas:

Antonio Álvarez Pitaluga, Doctor y vicedecano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana (Juicio de valor) (Fuente especializada, oficial).

Margarita León, directora del Centro de Documentación e Información de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). (Juicio analítico) (Fuente especializada).

Iraida Campos, subdirectora de la Editorial de la Mujer. (Juicio analítico, disyuntivo) (Fuente especialista).

Soportes:

Hecho: Conmemoración del aniversario 145e oficializar su matrimonio Bernarda Toro Pelegrín y el General Máximo Gómez.

Antecedentes: Bernarda Toro Pelegrín comenzó su labor revolucionaria mucho antes de conocer a Gómez, curando heridos y llevando mensajes del enemigo, desempeñó un importante papel como revolucionaria, y aún después de la muerte de Gómez continuó la lucha para impedir que Cuba se convirtiera en un protectorado de los Estados Unidos.

Contexto: Su figura es tratada en la historiografía cubana solo como la esposa de Máximo Gómez, donde se opacan sus méritos personales como revolucionaria. Además, la prensa y la FMC tampoco le han dado un tratamiento independiente para enaltecerla.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: El hecho de que algunos piensan que no cumple con todos los requisitos necesarios para exaltarla desde el presente, y hoy sean más conocidas otras mujeres de la gesta independentista como Mariana Grajales.

PREMIO JUSTO DE LARA

PREMIO JUSTO DE LARA

Otorgado entre 1934 y 1957, constituye uno de los antecedentes más importante en certámenes periodísticos cubanos; sin embargo, hoy es casi desconocido en el gremio.

NÁYARE MENOYO FLORIÁN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Raúl Roa fue el único periodista que obtuvo dos veces el Premio Justo de Lara, y también el último, cuando el concurso expiró en 1957. Sin embargo, pocos conocen uno de los certámenes más importante de la prensa antes del triunfo de la Revolución.

Conferido entre 1934 y 1957 por la firma comercial El Encanto al mejor artículo o crónica presentado durante el año fue, además, el premio de más larga vida antes de 1959. Roa lo obtuvo en1955 con el artículo 12 de octubre, y en 1957 por ¿Adónde va Cuba?, dos textos de profundo comprometimiento con el país.

Para Pedro García, historiador y periodista de la revista Bohemia, el mérito mayor del certamen consistió en premiar los mejores trabajos del año sin tener en cuenta la filiación política. De esta manera, transitó desde Mirta Aguirre, de posición comunista, hasta Raúl Maestri, conocido reaccionario del Diario de La Marina.

El jurado estaba integrado por el director del Instituto Nacional de Cultura, presidente del jurado, así como un representante de la Sociedad Económica Amigos del País, la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, el Colegio Nacional de Periodistas y el decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana.

Entre los mismos no figuró ningún periodista profesional, a excepción del que el año anterior hubiera recibido el premio. Esto trajo disímiles críticas, sin embargo, todos los fallos del jurado (excepto en 1935) fueron por unanimidad y tuvieron gran acogida de la prensa.

En el Álbum del Cincuentenario de la Asociación de Reporteros de La Habana 1902-1952, Octavio de la Suarce, en su comentario Los premios periodísticos, criticó que en el Justo de Lara los periodistas no podían ser miembros del jurado, lo cual catalogó como barbaridad.

Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo y ex vicepresidente de la  Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), acotó que el premio, en su momento, fue muy importante. “En aquel entonces, la televisión no existía, la radio tenía menor realce, por lo que la prensa escrita poseía la supremacía informativa. Concurrían diversos diarios y revistas de diferentes corte y se realizaban trabajos de larga extensión”.

Actualmente, la prensa cubana promueve concursos como es el caso del 26 de Julio. Este premia  los géneros periodísticos en todos los soportes mediáticos; además contempla un premio único en periodismo digital y uno especial de fotografía, otorgado en tres modalidades: foto informativa, fotorreportaje y foto para entrevista, aseguró Belkis Pérez Cruz, vicepresidenta de la UPEC.

Pérez Cruz piensa que este certamen es cualitativa y cuantitativamente superior al Justo de Lara. Sin embargo, no deja de reconocer la importancia del lauro en su contexto. “Considero vital que se conozca en el medio la existencia del Justo de Lara, porque es un antecedente valioso en la historia de la prensa, además de la calidad de los artículos y la prominencia de los premiados”, precisó.

Para Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo, casi ningún periodista conocía el concurso hasta que Germán Amado Blanco y Yasef Ananda Calderón escribieron el libro Periodismo y Nación, partiendo del reconocimiento que la prensa hace al padre de Amado, quien también fue galardonado.

Un muestro realizado entre 40 estudiantes de cuarto año de Periodismo de la Universidad de La Habana reveló que todos conocen sobre la labor periodística de Justo de Lara, pero un 75 por ciento ignora que existió en la república un galardón con su nombre. El resto sabe del premio con vagas referencias adquiridas en preparación personal.

Mario Cremata, profesor de Historia de la Prensa en la Facultad de Comunicación de la UH, declara que es difícil impartir la asignatura en un semestre de clases, por eso la materia se concentra en las referencias más trascendentales. “Pero la preparación del periodista no debe limitarse al aula, por tanto, no concibo que no se conozca del premio en el gremio”, puntualizó.
Justo de Lara era el seudónimo del periodista José de Armas y Cárdenas. El libro Periodismo y Nación,  expone que se escogió este nombre para el certamen por sugerencia de Rafael Solís, quien había sido compañero de mesa de redacción del periodista y, además, estaba casado con la intelectual cubana René Méndez Capote, quien debió influir en la decisión.

La entrega del premio tenía sentido patriótico, puesto que se hacía cada 24 de febrero, en homenaje al reinicio de nuestra gesta libertaria. El estímulo consistía en 1 000 pesos y la publicación de  los trabajos en diversos diarios del país.

Pie de foto: El periodista  Amado Blanco (segundo de izquierda  a derecha) en ocasión de recibir el premio Justo de Lara en 1950.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de  Contraste.
Tipo de nota: Interpretativa-retrospectiva-explicativa.

Tema: Significación del Premio Justo de Lara, otorgado anualmente a solo un periodista. Se optaba por crónica o artículo.

Situación problémica: El Premio Justo de Lara, el más importante concurso  periodístico antes de 1959, es poco conocido en el gremio.

Objetivos colaterales: Demostrar la importancia del Premio Justo de Lara para la prensa cubana.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Diccionario de la literatura cubana, Tomo I, apéndice Concursos.

Álbum del Cincuentenario de la Asociación de Reporteros de La Habana 1902-1952.

Periodismo y Nación. Premio Justo de Lara de Germán Amado- Blanco y Yasef Ananda Calderón. Editorial José Martí. La Habana, 2013.

Directas:

Fuente secundaria, directa: Luis Sexto. Periodista. Profesor de la Facultad de Comunicación de La Universidad de La Habana. Premio Nacional de Periodismo. Juicio de valor.

Fuente primaria, directa: Juan Marrero: Periodista. Historiador y exvicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Premio Nacional de Periodismo. Juicio de valor.

Fuente oficial, directa, primaria: Belkis Pérez Cruz: Periodista. Vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Juicio de valor y juicio sintético.

Fuente directa, secundaria: Pedro García: Historiador. Periodista de la revista Bohemia. Juicio de valor.

Fuente primaria, directa, implicada: Mario Cremata. Profesor de Historia de la Prensa en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Juicio de valor y juicio sintético.

Fuente implicada, testigo: Muestreo estudiantil: Estudiantes de Periodismo. Juicio de valor y juicio disyuntivo.

Soportes:

Hecho: Otorgamiento del Premio Justo de Lara de 1934 a 1957.

Antecedentes: República neocolonial, años en que la televisión no ha surgido aún y la radio no tiene del todo la supremacía informativa, favoreciendo a la prensa escrita en el liderazgo de opinión. Como resultado, la prensa escrita tenía un gran espacio, había diferentes revistas y periódicos de perfiles distintos, por tanto, los trabajos largos, de opinión como artículos y crónicas eran comunes en la prensa.

Contexto del Premio: La tienda por departamentos El encanto destinó un departamento a promover la cultura nacional, de ahí, entre otras actividades surgió la idea del premio. Además, Rafael Solís, principal artífice de la instauración y entrega del galardón, fue compañero de mesa de redacción de José de armas y Cárdenas: Justo de Lara.

Contexto actual: Desconocimiento en la prensa del Premio Justo de Lara. No inclusión en el programa de estudios de la carrera. Poca divulgación entre el gremio periodístico.

Tipos de juicio: De valor, sintético y disyuntivo.

 

EXCEPCIÓN Y TRASCENDENCIA DE UNA ÉPOCA

EXCEPCIÓN Y TRASCENDENCIA DE UNA ÉPOCA

A 140 años del natalicio de Avelina Correa de Malvhey, la primera mujer que profesionalmente ejerció el periodismo en Cuba, su vida y obra permanecen invisibilizadas en los estudios del gremio y de género.

KRYSTEL ASPILLAGA ROJO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Militares del ejército filipino bajaron los cuerpos de la pareja de enamorados hacia la fosa donde permanecerían sepultados para siempre. Cuando sobre ellos comenzó a caer la tierra, de repente, la muchacha recobró el sentido y descubrió a su esposo muerto. Solo ella continuó viviendo y pudo criar a la única hija del matrimonio.

Era el 11 de mayo de 1898. Poco antes, con apenas 23 años,  Avelina Correa de Malvhey junto a su amado Alfonso Caos, quien había sido regidor español, quedaron heridos en un combate entre independentistas de ese archipiélago asiático y representantes de la Corona española.

El destino le brindaba una segunda oportunidad y Avelina decidió  aprovecharla para recomenzar la escritura. Sin proponérselo, la historia la consigna como la primera mujer en ejercer profesionalmente el periodismo en Cuba…, pero su vida y obra han permanecido solapadas en el pasado, en un gremio que no la conoce y ni siquiera hay acercamientos desde la visión de género.

Enrique Román, profesor de la asignatura de Historia de la Prensa en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, manifiesta que la no inclusión de su figura dentro del programa de estudio de la carrera de Periodismo es una de las causas que inciden en el desconocimiento de esta personalidad.

A su vez, Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí, considera: «Es atinado pensar en el estudio de Avelina Correa puesto que fue la primera mujer en la plantilla de la redacción del  periódico El Mundo y también en recibir un salario por ello.  Avelina, además, colaboró con la revista Bohemia desde su fundación, pero no conocemos qué y cómo escribía. Necesitamos constatar si en verdad merece estar entre los periodistas relevantes por su obra y no solo por la preeminencia femenina con sueldo en un diario. Su estudio, pues, se justificaría entonces».

La vocación crece

El 15 de marzo de 1875 nació la bayamesa Avelina Correa de Malvhey. A 140 años, solo la periodista Ana Núñez Machín, en su libro Mujeres en el periodismo cubano (1989), ha recopilado datos biográficos sobre esta  mujer y algunos de sus trabajos más importantes.

Comenzó a colaborar en la prensa escrita a los 14 años con el artículo Esperanza, en el semanario La Habana Elegante, dirigido por Enrique Hernández Miyares. Ya en 1892 fue redactora de El Álbum y a partir de 1894 empezó a escribir en El Pinareño, donde publicó crónicas sociales, versos y artículos literarios y en cuya imprenta ese mismo año editó su única novela: La perla hereditaria.

Avelina salió a España en 1895 debido a la crítica situación económica motivada por el estallido en Cuba de la Guerra Necesaria.  Pero,  la vocación por las letras nunca se apagó, incluso allí colaboró en los periódicos El Imparcial y el Álbum Iberoamericano, así como en El Nuevo Mundo.

Luego, en Filipinas, relató sus vivencias cotidianas mediante crónicas periodísticas. Algunas de ellas aparecieron en los diarios El Comercio y La Ofrenda de Oro y después todas fueron compiladas en su primer libro, titulado Impresiones en Filipinas.

En este es posible detallar su visión de lo foráneo. Avelina expresa con ojo crítico las condiciones de la ciudad en la que vivió, cuando dice: «La sociedad está construida falsa y artificiosamente; se vive de apariencias; gozando en hacer jirones la honra ajena, como si por censurar la conducta de los demás,  ahogasen la severa voz de sus propias conciencias, […]. La verdadera  bondad del corazón no existe; cada cual obedece a la imperativa voz del interés personal y el Universo es una gran casa de comercio, donde cada uno va a su negocio».

También subrayó en la primera crónica de ese volumen su opinión respecto al ejercicio de  la profesión, mediante una frase que parece destinada a la actual hornada de periodistas, quienes no vacilarían en seguirla al pie de la letra: «Para poder escribir para el público no basta la teoría, es necesaria la práctica; esto es, ver, experimentar, estudiar sobre el terreno, formarse un criterio propio, y después, escribir».

Con esta misión a cuestas, partió del archipiélago filipino hacia La Habana en 1899 y al arribar, el 31 de diciembre de ese año, manifestó su sentir patriótico cuando percibió que Cuba era dominada por Estados Unidos. «Que desencanto sufrimos los cubanos que veníamos a bordo, al divisar desde alta mar en El Morro, la sustitución de una bandera extranjera por otra bandera también extranjera». Dicha frase aparece en la última crónica del volumen mencionado y marca el reinicio de una carrera periodística en la Isla.

Profesión atrevida para tiempos difíciles

Al establecerse en La Habana comenzó a formar parte de El Mundo en 1901, cuando la publicación se encontraba en Zulueta, número 28. Luego se trasladó con toda la redacción hacia la calle Águila y entre publicidad a marcas de cigarros, relojes, bombillos, accesorios de radio de La Casa Ramirez y otros artículos que posibilitaban la subsistencia del medio, dedicó 10 años a ese diario como cronista de moda.

Allí, según explica el reconocido profesional de la prensa e historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Juan Marrero, fue la única mujer que trabajó los primeros años junto a un equipo integrado por Alfredo Martín Morales, jefe de redacción, y los colegas Manuel Márquez Sterling, Álvaro de la Iglesia, Miguel González y otros dirigidos por José Manuel Govín y Antonio Herrera.

El hoy jubilado Freddy Moros, uno de los más destacados periodistas de Prensa Latina y del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, expresa que «sentarse en aquellos años en cualquier redacción, no era nada cómodo para una mujer. La intolerancia de la época, la subestimación hacia su talento y conocimientos, e incluso su presencia entre tantos hombres, fue un  acto de valentía por parte de Avelina Correa, y aún más si tenemos en cuenta que el periodismo, desde sus inicios, fue un oficio de hombres».

Y añade Moros: «Avelina Correa rompió con las barreras porque a lo largo del siglo XIX varias cubanas incursionaron en el periodismo, aunque de forma esporádica y casi siempre sin cobrar salario por su labor. Eran algunas “precursoras”, como el caso de Domitila García, la primera mujer en practicar el oficio de manera no profesional».

Precisamente, Avelina Correa de Malvhey siguió el legado de Domitila García, quien fue su principal maestra y a la que pudo homenajear cuando, el primero de octubre de 1906, publicó en El Mundo el artículo titulado La mujer periodista.

En este realzó el papel y la capacidad de las féminas para enfrentar el oficio; también argumentó, mediante datos documentales, que las mujeres podían crear diarios e incluso trabajar en la imprenta. Por ejemplo, menciona a Isabel Malet, periodista británica quien en 1721 estableció un órgano de prensa en Londres para, según contó la europea, «ahorrar al público la mitad de la impertinencia que contiene el diario ordinario».

Otras, tanto en América como en el viejo continente, dedicaron sus publicaciones a causas revolucionarias. Existió el caso de la señora H. Boyle, dueña del periódico La Colonia, donde se anunció, por primera vez, el Acta de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica. 

Encontrar escritos de Avelina Correa en El Mundo ha sido difícil, pues gran parte de los ejemplares desaparecieron cuando ocurrió un gran incendio en el edificio de la habanera calle Virtudes, durante la noche del 19 de febrero de 1969. No obstante, el Instituto de Literatura y Lingüística conserva unos pocos que se hallan en muy mal estado.  

Digna de recordar

Los lectores de Bohemia solo pudieron disfrutar los escritos de esta mujer esporádicamente porque ella nunca tuvo una sección fija en la revista, sino que por petición del semanario, dirigido por Miguel Ángel Quevedo, hizo varios artículos hasta 1918.

Uno de ellos vio la luz el 27 de enero de ese año, bajo el título de Los grandes progresos de la Ciencia. En él destacó la labor del  famoso cirujano Oscar Ledón Uribe y la calidad del servicio brindado en la clínica de ese doctor cubano. Califica el lugar como «el mejor y más moderno que se conoce en útiles de Cirugía». Además, entrelaza diversos géneros periodísticos: crónica, crítica, comentario y entrevista; es decir, el texto pudiera considerarse un reportaje donde utiliza varias y buenas imágenes.

Avelina Correa falleció a los 52 años, el 2 de marzo de 1927. Con motivo del aniversario 26 de su muerte, el periodista Rafael Soto Paz, le dedicó en Bohemia un pequeño homenaje, publicado el 8 de marzo de 1953, que consistía en una síntesis biográfica nombrada La primer periodista profesional. 

La actualidad demuestra que hombres y mujeres poseen la misma capacidad a la hora de enfrentar el periodismo. A pesar de esto, Isabel Moya, directora de la Editorial de La Mujer, considera que salvo excepciones, la presencia femenina es escasa en los puestos donde se toman las decisiones más importantes, sobre todo en la prensa impresa.

Sin embargo, destaca que el periodismo está siendo conquistado, cada vez más, por mujeres en espacios “duros” como la economía, la política internacional y el deporte. Asimismo, cree en la necesidad de estudiar con profundidad la obra de las primeras féminas periodistas, como Avelina Correa, porque «fueron trascendentales para su época, pero eran excepciones y parafraseando a la escritora Camila Henríquez Ureña: la igualdad de la mujer solo llegará cuando las excepciones dejen de serlo.

Pie de foto: Avelina Correa de Malvhey es considerada la primera mujer que trabajó en la redacción del periódico El Mundo y recibió un salario por ello. Esta foto aparece en la revista Bohemia, Año 45, número 10, el 8 de marzo de 1953.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Narrativa-Retrospectiva.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.
Tipo de transiciones: 1-Empleo de los subtítulos: Su vocación crece,  Profesión atrevida para tiempos difíciles y  Digna de recordar. Ello con el propósito de engarzar cronológicamente la biografía de Avelina Correa de Malvhey, así como las opiniones de las fuentes consultadas. 2-Los párrafos que cierran un bloque funcionan como introducción al bloque que le sigue. 3-Destacar contraste entre los elementos vinculados
Tipo de cierre: De conclusión o resumen por medio de la declaración de una fuente (cita textual), en este caso, de Isabel Moya, directora de la Editorial de La Mujer.
Tipo de reportaje: Retrospectivo interpretativo-explicativo.

Tema: Vida y obra de Avelina Correa de Malvhey. 

Situación problémica: El desconocimiento de Avelina Correa de Malvhey, a pesar de que es considerada la primera mujer que profesionalmente ejerció el periodismo en Cuba.

Propósito: Demostrar la necesidad de rescatar a figuras olvidadas dentro de la prensa, como es el caso de Avelina Correa de Malvhey, cuya vida y obra no se estudia en la carrera de Periodismo. 

Objetivos colaterales: Consultar opiniones especializadas que den sus consideraciones sobre Avelina Correa de Malvhey para determinar si han estudiado o no la vida y obra de esta mujer. Explicar, por medio de las fuentes, las causas que pueden incidir en el desconocimiento de esta figura del periodismo, así como, las condiciones de la época en la que se desenvolvió. Argumentar, por medio de las fuentes y del trabajo, si es o no necesario su estudio.

Fuentes, en orden de aparición:

Documentales:

Libro: Mujeres en el periodismo cubano, por  Ana Núñez Machín, Editorial Oriente, (1989).

Impresiones en Filipinas, por Avelina Correa de Malvhey, La Habana, (1908).

Artículo: La mujer periodista, por Avelina Correa de Malvhey,   Periódico: El Mundo, 1ro. de octubre de 1906.

Sitio cubano: Ecured, Periódico El Mundo.

Artículo: Los grandes progresos de la Ciencia, por Avelina Correa de Malvhey. Revista: Bohemia, 27 de enero de 1918. 

Escrito: La primer periodista profesional, en la sección: El ayer que vive aún, a cargo de Rafael Soto Paz, Revista: Bohemia, Año 45, número 10, el 8 de marzo de 1953.

Directas:

Enrique Román, profesor de la asignatura de Historia de la Prensa para cuarto año de Periodismo, en la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana. Fuente especializada, emite un juicio hipotético.

Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí. Fuente especializada, emite un juicio hipotético y valorativo.

Juan Marrero, periodista e historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Fuente especializada, emite un juicio sintético.

Freddy Moros, periodista jubilado de Prensa Latina y del Sistema Informativo de la Televisión Cubana. Fuente especializada, emite un juicio hipotético, sintético y valorativo.

Isabel Moya, periodista y directora de la Editorial de La Mujer. Fuente especializada, emite un juicio hipotético y valorativo.

Tipos de juicios:

El juicio hipotético está presente en la declaración de Enrique Román, profesor de la asignatura de Historia de la Prensa, cuando plantea que una de las posibles causas del desconocimiento de Avelina Correa sea la no inclusión de su vida y obra dentro del programa de estudio de la carrera de Periodismo.

Asimismo, Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí emite la hipótesis y valoración al expresar: «necesitamos constatar si en verdad merece estar entre los periodistas relevantes por su obra y no solo por la preeminencia femenina con sueldo en un diario. Su estudio, pues, se justificaría entonces».

También,  Freddy Moros, jubilado periodista de Prensa Latina y del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, valora las condiciones de la época para el trabajo de Avelina en El Mundo, «sentarse en aquellos años en una redacción, no era nada cómodo para una mujer. La intolerancia de la época, la subestimación hacia su talento y conocimientos e incluso su presencia entre tantos hombres, fue un  acto de valentía».

Por último, Isabel Moya, periodista y directora de la Editorial de La Mujer, brinda una valoración sobre la capacidad de las féminas para la profesión y la situación por la que estas transitan actualmente: «la presencia femenina es escasa en los puestos donde se toman las decisiones más importantes, sobre todo en la prensa plana». Además, cree en la necesidad de estudiar con profundidad la obra de las primeras mujeres periodistas, como Avelina Correa.

Es válido aclarar que durante todo el desarrollo del reportaje se evidencia el análisis, por medio de las fuentes consultadas y a través de los escritos que se pudieron tomar de la periodista en cuestión. Se explica el problema y sus consecuencias.

Soportes:

Hecho: El desconocimiento de la vida y obra de Avelina Correa, a pesar de que es considerada la primera mujer que profesionalmente ejerció el periodismo en Cuba.

Antecedentes: El trabajo periodístico que realizó esta mujer para su época (1875-1927) y ser considerada la primera mujer en ejercer el oficio por pertenecer a la nómina de una redacción (El Mundo) y ganar un salario por ello.

Contexto: Este año se cumple el aniversario 140 del natalicio de Avelina Correa de Malvhey y el 114 de haber ingresado a formar a parte del periódico El Mundo.

Situaciones colaterales que pudieran incidir: La no inclusión de su figura dentro del programa de estudio de Historia de la Prensa para cuarto año de Periodismo, en la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana. En 140 años solo la periodista Ana Núñez Machín, en su libro Mujeres en el periodismo cubano (1989), ha recopilado datos biográficos sobre esta  mujer y algunos de sus  trabajos más importantes. Falta de trabajos en nuestros medios que traten las personalidades del periodismo, específicamente, las mujeres de la prensa.

EL ALMA DE CUBA

EL ALMA DE CUBA

Carolina Rodríguez, La Patriota, merece por su labor revolucionaria el reconocimiento de los estudiantes cubanos.

LAURA MERCEDES GIRALDEZ COLLERA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“¿Quién sabe cuál es el alma cubana? Hay allá en un rincón de la Florida (...) una anciana de lo más puro de Las Villas que perdió en la guerra su gente y su hogar (...) Por la mañanita fría (…) sale a las calles, arrebujada en su mantón, (…) camino de su taller, (…) y se sienta, hasta que oscurece, a la mesa de trabajo. Esa es el alma de Cuba”. Así calificó José Martí a Carolina Rodríguez Suárez, destacada luchadora cubana por la independencia de su patria, sin embargo, mientras transitamos por al aniversario 115 de su muerte, su quehacer pasa inadvertido en el imaginario de la tierra por la cual entregó todo.

Carolina nació en Santa Clara el 25 de noviembre de 1826, y se incorporó a la lucha casi desde sus comienzos, donde se destacó por apoyar a las tropas del mayor general Carlos Roloff , y no aceptó la paz del Zanjón, por el contrario, redobló sus esfuerzos revolucionarios.

Por una cobarde delación fue deportada a Isla de Pinos; al terminar su tiempo en ese territorio partió al exilio, donde trabajó como despalilladora en las zonas de Tampa y Cayo Hueso, al sur de Estados Unidos.

En el Diccionario Biográfico Cubano, Fermín Peraza Sarausa acotó: “Carolina perdió en la guerra su apellido, porque en la emigración fue bautizada como La Patriota; y no podía haber título más sugestivo ni más envidiable  que darle a aquella mujer, envejecida en los arenales de La Florida, respetada y querida por todos, porque siempre estaba llevando el primer socorro al expatriado en la adversidad; era la primera en dar su parte al necesitado para satisfacer el hambre que lo consumía, y era también de las primeras en pedir para Cuba”.

“Carolina fundó en Estados Unidos el Club Díaz Marcano y además trabajó en diferentes manufacturas de tabaco, tomando de su sueldo lo indispensable para subsistir y entregando siempre el resto a los fondos revolucionarios”, aclaró el Doctor Antonio Álvarez Pitaluga, vicedecano de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología de la Universidad de La Habana.

La casa de La  Patriota sirvió al inicio de la Guerra Chiquita, de centro activo de conspiradores, y también guardó los fusiles de un grupo de hombres que se preparaban para la lucha. Por esa época, Carolina conoció al Apóstol y a pesar de la avanzada edad continuó colaborando con la causa cubana y comenzó a trabajar con él.

Enferma, y en miseria absoluta, regresó a su ciudad natal luego de terminar el dominio colonial español. Olvidada por todos y habiendo perdido su casa, murió sola el 2 de junio de 1899. 

Ana Ivis Torres, estudiante de duodécimo grado del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Ernesto Guevara, de Villa Clara, reconoció que desconoce el trabajo de La Patriota como emigrada, debido a la escases de fuentes de información y a lo limitado del plan de estudio. “Es muy corto para tratar a todas las personalidades”, señaló.

Según la Revista Bohemia del 24 de febrero de 1950, el ayuntamiento de su ciudad natal, el 10 de junio de 1899, acordó  dar el nombre de Carolina Rodríguez a la calle denominada “Callejón del Carmen”, donde nació y volvió a residir la insigne cubana. 

Rubén Antonio Rodríguez Vicente y Adianez Bernazar Santiesteban, estudiantes de tercer año de la Facultad de Filosofía, Sociología e Historia, afirman no conocer la labor patriótica de Carolina Rodríguez. Aseguran que no es  una de las mujeres de las cuales aparezca su  biografía en los libros de historia, ni siquiera en el programa de la carrera.

La labor de las féminas durante la colonia no es analizada a profundidad. Ana Betancourt, Mariana Grajales, Amalia Simoni, María Cabrales y Manana son las mujeres que tienen el privilegio de ser objeto de estudio en los institutos escolares cubanos.

Francisca López Civeira, Profesora Titular de la Universidad de La Habana, señaló que para no hacer una sucesión de personalidades de la Historia de Cuba, a los estudiantes solo les imparten las biografías de las figuras más representativas, las que de manera natural el pueblo va construyendo como símbolo de la nación. “Este proceso puede llamarse selección natural de la historia”, aclaró.

Iraida Campos, subdirectora de la Editorial de la Mujer, apuntó que es una injusticia la cometida contra grandes cubanas de nuestra historia, como La  Patriota: “Para reparar este error debemos sacarlas a la luz, porque actualmente los procesos revolucionarios en el país son estudiados mediante una cronología de sucesos protagonizados por hombres, no por figuras femeninas, y Carolina Rodríguez trabajó junto a José Martí cuando él preparaba la guerra de 1895.”

Sobre tal aspecto, el profesor del referido Instituto Ernesto Guevara, Armando Medina, reconoció que esta cubana es desconocida por sus estudiantes, e incluso, “en los libros de texto de la asignatura para el nivel medio, la temática de las mujeres en la historia es abordada como un capítulo aparte del resto de los hechos”.

Las nuevas generaciones no reconocen el decisorio papel de cubanas, que como La Patriota, consagraron sus vidas al servicio de la causa revolucionaria, razón por la cual la historia reclama la hora de rescatarlas.

Pie de Foto: Carolina Rodríguez, independentista cubana del siglo XIX que se incorporó a la guerra con 42 años.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de cita directa.
Tipo de nota interpretativa: Retrospectiva-Explicativa.

Tema: La cubana Carolina Rodríguez tuvo una extensa obra patriótica que resulta desconocida en la actualidad.

Situación problémica: Poco conocimiento por parte de los estudiantes,  sobre la labor de Carolina Rodríguez.

Objetivos colaterales: Ahondar en la actividad revolucionaria de La Patriota y demostrar el desconocimiento de la misma.

Estrategia de fuentes.

Documentales:

Diccionario Biográfico Cubano. Tomo V. Fermín Peraza Sarausa. La Habana, 1955.

Revista Bohemia. La Habana, 24 de febrero de1950.

Directas:

Antonio Álvarez Pitaluga, vicedecano de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología de la Universidad de La Habana. Fuente especialista, juicio lógico.

Francisca López Civeira, Profesora Titular de la Facultad de de la Universidad de La Habana. Fuente especializada, juicio de valor.

Iraida Campos, subdirectora de la Editorial de la Mujer. Fuente implicada, juicio analítico.

Leidys Domínguez, estudiante de quinto año de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología. Fuente implicada, juicio disyuntivo.

Ana Ivis Torres, estudiante de duodécimo grado del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Ernesto Guevara. Fuente implicada, juicio analítico.

Rubén Antonio Rodríguez Vicente, estudiante de tercer año de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología. Fuente testigo, juicio analítico.

Adianez Bernazar Santiesteban, estudiante de tercer año de la Facultad de Filosofía, Sociología e Historia. Fuente testigo, juicio analítico.

Armando Medina, profesor del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Ernesto Guevara. Fuente implicada, juicio de valor.

Soportes:

Hecho: Desconocimiento de la obra revolucionaria de Carolina Rodríguez.

Contexto: No existe la biografía necesaria para que los estudiantes y el pueblo en general conozcan acerca de esta mambisa.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: Existen profesores que consideran extenso el estudio de todas las figuras destacadas en el proceso revolucionario cubano. No reconocimiento de todas las mujeres que lucharon por Cuba  en las distintas etapas.

 

UN ESCRITOR EN LA SOMBRA

UN ESCRITOR EN LA SOMBRA

A 155 años del fallecimiento de Ramón de Palma, el novelista costumbrista permanece invisibilizado como periodista y fundador de la narrativa cubana.

DANIELLA PÉREZ MUÑOA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Una pascua en San marcos y El cólera en La Habana son novelas conocidas por estudiosos de la literatura de nuestro país; sin embargo, al cumplirse 155 años (2015) de la muerte del escritor costumbrista Ramón de Palma, la fecha transcurre sin penas ni glorias y muy pocos conocen que fue periodista y fundador de la narrativa cubana en el siglo XIX.

Su quehacer literario comenzó en 1838 cuando fundó, junto al escritor José Antonio Echeverría, escritor de la época, El Plantel, periódico que contó con una nutrida y selecta participación criolla y en el cual solo permaneció hasta la cuarta entrega debido a problemas con el editor. Posteriormente, trabajó en la redacción de El Álbum, una de las grandes revistas cubanas del siglo XIX. Colaboró en otras publicaciones como Rimas Americanas, El Artista y Diario de la Marina.

Mario Cremata, profesor de Historia de la Prensa en Cuba, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, comentó que “su mérito recae en afirmar la naciente cubanía de nuestra sociedad en momentos en que no podíamos hablar aun de la presencia de una nación. Además de ser un hombre muy activo en la vida cultural habanera, al rodearse de personalidades importantes como Domingo del Monte y José Jacinto Milanés”.

No obstante, abunda que en la Academia no se estudia su labor periodística, porque se profundiza en figuras más destacadas del siglo XIX en Cuba.

El investigador de literatura cubana del Instituto de Literatura y Lingüística, Ricardo Hernández Otelo, explicó que en el siglo XIX el concepto de Periodismo actual no existía. “Los impresos no informaban, eran exclusivamente escritos literarios, sobre todo revistas de corte romántico donde se publicaban novelas, poemas y leyendas”, precisó.

Acerca del desconocimiento de sus aportes tanto en el campo de la  literatura como en el periodismo, Claudia Hernández, estudiante de tercer año de Filología de la Facultad de Artes y Letras, dijo no saber de la existencia de Ramón de Palma, incluso, “hasta el momento pensaba que el fundador de la narrativa en nuestro país era Cirilo Villaverde con su obra Cecilia Valdés”. Del mismo modo, María Teresa Hernández, estudiante de cuarto año de Periodismo de la Facultad de Comunicación, afirmó no saber acerca del autor.

El libro Contribución a la Historia de la Prensa Periodística, de Joaquín Llaveras, documenta que Palma, antes de dedicarse a escribir, se graduó de Leyes, y para ganarse la vida  impartió clases de Gramática en el colegio matancero “La empresa”.

Cira Romero, autora de la edición crítica de Una Pascua en San Marcos, reditada en 2009, aseguró que, a pesar de que Palma fundó y dirigió algunas de las más antiguas publicaciones periódicas de carácter literario, no lo considera un profesional de la prensa.

La catedrática declaró: “No creo que Palma esté olvidado, pues en el 2009 se reditó su novela, Una Pascua en San Marcos, y se le rindió homenaje en el centenario de la Academia Cubana de la Lengua”. Por su parte, Hernández Otelo expresó que, lamentablemente, poco se conoce del escritor fuera de los predios de la investigación literaria.

A lo largo de su vida, también se desempeñó como secretario del Camino de Hierro de Villanueva, función que le permitió dedicarle más tiempo a la actividad literaria. En varios de sus escritos, utilizó el seudónimo Sr. Alfonso de Maldonado.

“Fue un cuentista que no alcanzó la total madurez de su obra, un poeta menor y crítico de arte frustrado, pero cuando se estudia la literatura del siglo XIX su labor no se puede despreciar. Resulta innegable que fue el primero  en reflejar la época y las costumbres de la Isla”, asegura Daysi Cué Fernández en su ponencia “Ramón de Palma y Romay: a un siglo de distancia”, publicada en la revista Santiago, en 1986.

Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo “José Martí” y ex vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), expresó no conocer a Ramón de Palma en su faceta de periodista, sino solo como escritor costumbrista. Asimismo, el historiador y reportero de la revista Bohemia, Pedro García, reconoció no haber oído hablar acerca del autor de El cólera en La Habana.

Son ejemplos de su voluntad de cubanizar, Una pascua en San Marcos, novela corta publicada en la revista El Álbum, donde crítica los vicios de la sociedad criolla, y "Matanzas y Yumurí", primer relato indianista en América. En lo político, se destaca que sufrió prisión por haber colaborado con el desembarco y el intento anexionista de Narciso López.

“Hablamos de un hombre que por su obra literaria no es significativo, si lo comparamos con figuras de la talla de Cirilo Villaverde o José Jacinto Milanés. El hecho de que Palma no esté en el programa de carreras como Filosofía y Periodismo, es porque existen personas más importantes y próximas a las cuales debemos analizar. Sin embargo, sigue siendo una prioridad retomar a estas figuras en los programas docentes ", manifestó Ricardo Hernández Otelo.

Pie de foto: Ramón de Palma fue el primero que criticó en sus obras las banalidades y vicios de la sociedad colonial.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa retrospectiva: Explicativa.

Tema: Subvaloración y olvido del escritor costumbrista Ramón de Palma.

Situación problémica: Desconocimiento del gremio periodístico y del público en general sobre la vida y obra de Ramón de Palma.

Objetivos colaterales: Divulgar su obra como periodista y fundador de la narrativa cubana. Dotar de sentido de pertenencia a los periodistas por Ramón de Palma.

Estrategia de fuentes:    

Activas especializadas:

Mario Cremata, profesor de Historia de la Prensa de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Cira Romero, autora de la edición crítica de Una Pascua en San Marcos, reditada en 2009 e investigadora de Literatura cubana del Instituto de Literatura y Lingüística.

Ricardo Hernández Otelo, investigador de Literatura cubana del Instituto de Literatura y Lingüística.

Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo “José Martí” y ex vicepresidente de la UPEC.

Pedro García, historiador y reportero de la revista Bohemia.

Activas secundarias:

Claudia Hernández, estudiante de tercer año de Filología de la Facultad de Artes y Letras.

María Teresa Hernández, estudiante de cuarto año de Periodismo de la Facultad de Comunicación.

Documentales:

Contribución a la Historia de la prensa periodística, de Joaquín Llaveras, La Habana, 1952, Tomo I.

Revista Santiago, ponencia de Daysi Fernández Cué “Ramón de Palma: a un siglo de distancia”, no. 62,1986.

Tipos de juicios:

Analíticos: Presentes en la intervenciones de todas las fuentes, cuando se expone la situación problémica.

De Valor: Ricardo Hernández Otelo, cuando explica las causas del desconocimiento de esta figura.

Cira Romero, cuando afirma que no considera olvidado a Ramón de Palma, Ricardo Hernández cuando dice que si lo está. (También es juicio disyuntivo).

Juicio Disyuntivo: Presente en la contraposición de las fuentes, en la declaración de la estudiante de Filología.

Soportes:

Hecho: Conmemoración del  aniversario 155 (2015) de la muerte de Ramón de Palma.

Antecedente: Ramón de Palma, quien fue el fundador de la narrativa cubana en el siglo XIX y se destacó por colaborar con varios periódicos de la época. Con el paso del tiempo sus escritos se desconocen. Su obra no se ha introducido dentro del programa  de estudio de la carrera de Periodismo.

Contexto: Despreocupación de los periodistas y estudiosos de la literatura por rescatar la figura de Ramón de Palma. Desconocimiento de sus escritos de corte costumbrista.

 

UNA MENTE SIN MIEDO NI PAZ

UNA MENTE SIN MIEDO NI PAZ

Durante la Guerra Grande, Manuel Sanguily colaboró en publicaciones como La Estrella Solitaria y La Independencia para las cuales usó el seudónimo de Otto.

DENISSE MACHADO TABOADA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Más reconocido por su hacer patriótico, político y militar, pocas veces se relaciona a Manuel Sanguily por su labor como orador y periodista. Este año (2015) se cumple el aniversario 90 del fallecimiento de aquel Coronel del Ejército Libertador, considerado uno de los más importantes intelectuales de finales del siglo XIX y principios  del XX.  

Para Francisca López Civeira, Profesora Titular Consultante de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología de la Universidad de La Habana, “él tiene un lugar en los cursos de Historia de la cultura cubana y lo mismo ocurre con los de Pensamiento cubano. No hay uno dedicado íntegramente a su obra, pero sí es una figura que está presente, y debe estarlo, así como su trabajo de escritor y crítico, si no sería una carencia, una deficiencia”. 

La labor independentista de Sanguily se advierte en el desarrollo de la historia, aunque a veces el ciudadano común lo confunde con el hermano, Julio, afirma López Civeira. Su obra literaria suele ser más ignorada, incluso cuando este hombre fue considerado como uno de los grandes discursistas de aquella época.

Luis Sexto, periodista de Juventud Rebelde y Cubadebate, lo califica como un escritor de carácter apasionado, con una prosa erguida y bien estructurada, quien debería ser estudiado y se debe tener en cuenta dentro de los periodistas y los estilos de antes del siglo XX. 

La palabra y la pluma del hombre a quien Juan Marinello definió como una “mente que no conoció ni el miedo ni la paz” sirvieron para impulsar los intereses independentistas desde publicaciones como «La Estrella Solitaria»” o «La Independencia», donde escribía bajo el seudónimo de Otto.

Uno de sus aportes periodísticos más significativos fue la revista «Hojas Literarias», creada íntegramente por él durante el período de la Tregua Fecunda –desde 1893 al 94–, donde se incluían trabajos de crítica literaria, pero que también sirvió como un espacio para defender los intereses revolucionarios.

Max Henríquez Ureña señala en su libro «Panorama histórico de la literatura cubana»: “No era la crítica literaria la que atraía la atención preferente de Sanguily, pues su mayor interés se concentraba en aquellos temas que tuvieran relación con el proceso político de Cuba”.

Raiza Portal, profesora de Historia de la Prensa, asignatura impartida en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, comenta que ella exigía que durante el curso los alumnos buscaran información sobre «Hojas Literarias», mas la obra de Sanguily no se podía destacar completamente por la brevedad del curso. “Él es importante e interesante, pero otras figuras desbordan ese período y cuando uno estudia a fondo una personalidad, esta debe haber sido de gran trascendencia para su época”, acota.

Sanguily se pierde en las mareas del “conocimiento general” donde se explora de una manera superficial, como explica la profesora Inés R. Jáuregui López, asesora nacional del Ministerio de Educación y Máster en Metodología de la Ciencia, quien afirma que en la enseñanza preuniversitaria el conocimiento de esta figura abarca solamente su participación durante la guerra de los Diez Años y la actitud de oposición a la Enmienda Platt.

Aún más, detrás del héroe, escritor y periodista se disimula la imagen del hombre falible en su soberbia, quien “en las letras, la tertulia, la política, actuó a lo gran señor, dispuesto a morir al frente de la muchedumbre, incapaz de sumergirse en su seno (…) renuente a suavizar asperezas que acentuaba su agresiva franqueza…”, según lo expresado por René Lufriu y Alonso en el artículo «Un sol que se eclipsa. La muerte de Manuel Sanguily».

Se omite también al visionario que al conocer sobre el arribo de la flota yanqui a la provincia más oriental de Cuba, exclamó profético: “Han visto a Guantánamo, ya no lo dejarán nunca”.

“Los jóvenes periodistas deberían conocer la obra literaria de Manuel Sanguily. Es necesario el estudio en nuestras facultades de su faceta de crítico, su verbo encendido que en algo apuntaba a la prosa posterior de Raúl Roa y su capacidad para elaborar juicios evaluativos”, apunta Julio Martínez Molina, corresponsal de Granma en Cienfuegos, a través de un correo electrónico.

En torno a esta opinión, Félix González, alumno de quinto año de Periodismo de la Universidad de La Habana, asegura que “Sanguily se menciona en asignaturas como Procesos culturales cubanos, el estudio de sus obras es individual, y depende mucho del estudiante”.

Otra mirada la aporta, Ana Margarita Oliva Núñez, especialista de la Sala Cubana de la Biblioteca Nacional José Martí, quien considera como una necesidad estudiar a los héroes desde una perspectiva más humana: “A mí me hubiera gustado saber más acerca de la familia de Sanguily”.

En este nonagésimo aniversario de su muerte, Manuel Sanguily se presenta con una nueva luz, pues, según dijo de él Marinello, “si la historia de un pueblo, como se ha afirmado más de una vez, es la historia de sus grandes hombres, deben los cubanos estudiar con amor y meditar largamente sobre este (…) hombre sin par”.

Pie de foto: Manuel Sanguily, al conocer del arribo de la flota yanqui, exclamó proféticamente: “Han visto a Guantánamo, ya no lo dejarán nunca”.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa retrospectiva: Explicativa.

Tema: El desconocimiento de la obra periodística de Manuel Sanguily.

Situación problémica: A pesar del impacto de esta personalidad dentro del mundo literario de finales del siglo XIX y principios del XX –así como su participación en publicaciones como La Estrella Solitaria, El Cubano Libre, La Independencia, Revista Cubana y Hojas Literarias–, su obra periodística es muy poco conocida y estudiada.

Objetivos colaterales: Analizar cuán reconocida es esta figura histórica. Dar a conocer información acerca de la vida de este héroe que participó en la Guerra de los Diez Años y quien fuera examinado por su prosa y oratoria. Conocer la opinión de especialistas.  

Estrategia de Fuentes:

Activas:

Doctora Francisca (Paquita) López Civeira, Profesora Titular Consultante de Historia de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología de la Universidad de La Habana. Tipo de fuente: especialista, oficial, primaria, implicada. Tipo de juicio: de valor, analítico, sintético.

Inés R. Jáuregui López, Master en Metodología de la Ciencia, Asesora Nacional de la Enseñanza, Profesora Adjunta del Pedagógico Varona, profesora de todos los niveles de la Educación. Tipo de fuente: especialista, oficial, primaria, implicada. Tipo de juicio: analítico, sintético.

Doctora Raiza Portal, profesora de la asignatura Historia de la Prensa en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Tipo de fuente: especialista, oficial, primaria, implicada. Tipo de juicio: de valor, analítico, sintético, disyuntivo.

Luis Sexto, periodista de Juventud Rebelde y Cubadebate. Tipo de fuente: no oficial, secundaria. Tipo de juicio: analítico, sintético, disyuntivo.

Julio Martínez Molina, corresponsal del periódico Granma en Cienfuegos. Tipo de fuente: no oficial, secundaria. Tipo de juicio: analítico, disyuntivo.

Ana Margarita Oliva Núñez, especialista de la Sala Cubana de la Biblioteca Nacional José Martí, Tipo de fuente: no oficial, no implicada. Tipo de juicio: analítico.

Félix Manuel González Pérez, estudiante de quinto año de periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Tipo de fuente: no oficial, implicada, secundaria. Tipo de juicio: analítica, de valor.  

Documentales:

Panorama histórico de la literatura cubana, escrito por Max Henríquez Ureña, Edición Revolucionaria, 1967, La Habana.

Crítica Las obras completas de Manuel Sanguily, escrito por Juan Marinello Vidaurreta para el Diario de la Marina, julio de 1925, Cuba.

Artículo Manuel Sanguily, escrito por Cesar García Pons para la revista Bohemia, enero 1975, Cuba.

Artículo La personalidad de Manuel Sanguily, escrito por Dr. Juan M. Dihigo y Mestre para la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana, enero-junio 1929, Cuba.

Artículo Un sol que se eclipsa. La muerte de Manuel Sanguily, escrito por Rene Lufriu y Alonso para la revista El Fígaro, enero 1925, Cuba.

Artículo Manuel Sanguily, escrito por Luis Rodríguez Embil para la revista El Fígaro, 29 marzo 1925, Cuba.

Editorial incluida en la sección de Miscelánea de la Revista Cubana del año 1892, que trata del libro escrito por Manuel Sanguily, el cual habla de la vida de José María Heredia, Cuba.

Artículo Manuel Sanguily, escrito por Nicolás Heredia para la revista El Fígaro, 1892, Cuba.

Diccionario de la Literatura Cubana, Editorial Letras Cubanas, Cuba 1984.

Artículo Manuel Sanguily como historiador, escrito por Rafael Montoro para la revista El Fígaro, 1929, Cuba.      

Ensayo La Autonomía de Cuba, escrito por Manuel Sanguily para la publicación Revista Cubana dirigida por Enrique José Varona, 1892, Cuba. 

Soportes:

Hecho: Este año (2015) se cumple el 90 aniversario de la muerte de Manuel Sanguily.

Antecedentes: Fue una figura que se destacó no solo como patriota sino dentro del mundo intelectual por su oratoria y por sus dotes de periodista, sin embargo, estas facetas no se estudian tanto debido a que el siglo XIX y el XX tiene muchas figuras en el mundo literario de gran importancia y los cursos son cortos.

Contexto: La obra periodística de Manuel Sanguily se estudia muy superficialmente y no se profundiza debido a la falta de tiempo en el plan de estudio.

Situaciones colaterales: El poco espacio en el plan de estudio de algunas carreras universitarias para tratar la vida y obra de figuras como esta ya que existen muchos hechos y siempre se hace una selección de lo más descollante dentro de la historia. Ya en 1925, Juan Marinello admitía que para los jóvenes de la época era difícil acceder a los escritos de esta figura. La prensa tampoco colabora en la divulgación y conocimiento.

Tipo de juicios:

Analíticos: Los juicios analíticos se observan a lo largo del trabajo y está presente en las intervenciones de todas las fuentes.

Disyuntivos: Es evidente cuando se contraponen las opiniones de la profesora Raiza Portal, que considera que a pesar de que Manuel Sanguily es una figura importante no lo es tanto como otras de su época y, por tanto, no puede ser priorizado en un plan de estudio corto, y la opinión de los periodistas Julio Martínez Molina y Luis Sexto, quienes consideran que esta figura y su obra periodística debería ser estudiada en la carrera de Periodismo. 

De valor: Cuando la profesora Francisca López Civeira explica que a veces el ciudadano común lo confunde con su hermano Julio, incrementándose así las malinterpretaciones históricas y la falta de conocimientos relacionados con este patriota.

DESEMPOLVANDO ARCHIVOS

DESEMPOLVANDO ARCHIVOS

Desde 1935 y hasta 1962, cada 24 de octubre se celebró en Cuba el Día del Periodista.

DAVID DELGADO SECO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La instauración del Día del Periodista en la Cuba republicana, propuesta por el periodista Rafael María Angulo a petición de la Asociación Cubana de Prensa, se encuentra próxima a cumplir su aniversario 80 el 24 de octubre. Esta celebración en su tiempo estuvo asociada a la Ley del Retiro Periodístico.

“El Día del Periodista surgió en 1935. Es escogida la fecha del 24 de octubre en homenaje al Papel Periódico de La Havana, que publicó su primer número ese día de 1790. Esta motivación nació con un principio económico pues, el Congreso había aprobado la Caja del Retiro Periodístico, sin embargo, no existían fondos suficientes para la puesta en aplicación de esta medida”, refleja la revista Enfoque en su No. 14 del año 2002.

Para nutrir de fondos, la Caja desarrolló varias acciones como conseguir el favor de distintos medios sociales, negociar ante el Ministerio de Educación la publicación de una serie de libros sobre grandes periodistas cubanos, editar anualmente la revista Periodismo en Cuba y solicitar al Presidente de la República, Carlos Mendieta, que parte de las ganancias de un sorteo de la Lotería Nacional se destinasen a la misma.

Vivian Bustamante, periodista y jefa de la redacción de Buzón Abierto en el periódico Trabajadores, considera que “todas estas medidas se aplicaron correctamente. A partir de 1935 fue que la revista vio la luz. Publicaron varios ejemplares dedicados a Enrique José Varona, Emilio Bobadilla (Fray Candil), Manuel Márquez Sterling, entre otros. El 3 de agosto de 1936 el sorteo de la Lotería aportó alrededor de 75 mil pesos y finalmente comenzó a trabajar esta institución”.

Juan Marrero, periodista, jefe del Departamento de Comunicaciones de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) e historiador de la institución, afirmó que a diferencia de muchos organismos de la época donde la corrupción era imperante, la Caja tuvo una conducta decorosa durante sus años de existencia.

Explico, además, que hasta 1935 no existía un día que homenajeara a los trabajadores del gremio. Los jefes de los medios no tenían ningún interés en que se celebrara y en la prensa de la época no hay señal alguna de la creación del Retiro Periodístico. Estos tenían que contribuir con un porciento a la Caja en dependencia de la cantidad de periodistas que trabajaran para el medio, razón por la cual se vieron afectados muchos de ellos que no tenían un contrato fijo.

En 1943 cuando entra en funcionamiento el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y los colegios provinciales, los periodistas se vieron beneficiados, pues para ser reconocidos tenían que pertenecer al Colegio y este los respaldaba. Finalmente, se festejó el 24 de octubre en todo el país, cada año se efectuaba un acto central y se daban a conocer los premios Juan Gualberto Gómez a los mejores trabajos publicados en el año, relató Marrero.

En el libro Dos siglos de Periodismo en Cuba, el propio periodista expone que la Ley del Retiro funcionó correctamente, incluso se modificó sobre los años 50 por la Ley del Seguro Profesional y hasta 1961 se estuvo conmemorando ese día.

A partir del triunfo revolucionario, los medios se desestabilizaron totalmente, pues no respondían a los intereses de la Revolución. Los propietarios emigraron y los mecanismos que existían (los acuerdos de los congresos de periodistas, los estatutos del Colegio) ya no respondían a la nueva realidad que vivía el país. Desaparecieron muchas entidades de prensa que se nacionalizaron o simplemente cerraron.

Una vez ocurrido esto, los periodistas no tuvieron una organización que los representara. Es entonces cuando en 1963 nace la UPEC y nuevamente comienzan a organizarse. Pero esta no heredó nada de lo que tenían sus antecesores Havana Reporters o la Asociación Cubana de la Prensa, con otros intereses diferentes a los del contexto revolucionario.

No fue hasta el año 1992 cuando, al caer el campo socialista que celebraba el 8 de septiembre como Día Internacional del Periodista en homenaje a Julius Fusik, se tomó la decisión de que se fijara el 14 de marzo como Día de la Prensa Cubana, respondiendo al centenario del periódico Patria, que salió a la luz por primera vez ese día.

Pie de foto: Imágenes de Papel Periódico de La Havana, primero de su tipo que circuló por las calles de la capital.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Qué.
Tipo de nota: Explicativa.

Tema: Las primeras celebraciones del Día el Periodista.

Situación problémica: Pocos conocen en el gremio una fecha tan importante para la profesión.

Objetivos colaterales: Conocer la historia de esa celebración y las razones por las que surge.

Estrategia de fuentes:

Documental: Revista Enfoque en su No. 14 del año 2002.

Activas:

Juan Marrero, periodista, jefe del Departamento de Comunicaciones de la UPEC e historiador de la institución. Oficial, directa, primaria. Juicio sintético.

Vivian Bustamante, periodista y jefa de la redacción de Buzón Abierto en el periódico Trabajadores. Secundaria. Juicio sintético.

 

CUANDO EL TIEMPO LIMITA AL VERDADERO MAMBÍ

CUANDO EL TIEMPO LIMITA AL VERDADERO MAMBÍ

En su efímera vida como patriota, el dominicano Donato Mármol demostró  sagacidad en el combate y entrega a la Patria cubana. Sin embargo, a 145 años de su prematura muerte, parece estar olvidado en el panteón heroico del independentismo cubano.

ARLET CASTILLO GONZÁLEZ, 
estudiante de primer año Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana. 

El poco tiempo que el mayor general Donato Mármol Tamayo combatió en la gesta de 1868 bastó para demostrar su entrega a la Patria y atinada estrategia mambisa. Sin embargo, a 145 años (2015) de su prematura muerte, esta figura parece estar olvidada en el panteón heroico del independentismo cubano.

Antonio Álvarez Pitaluga, vicedecano de la Facultad de Historia de la Universidad de La Habana, definió dos factores que pueden influir en el desconocimiento de esta personalidad: su muerte en 1870 cuando apenas comenzaba la guerra y la ausencia de una obra escrita por la que se pueda conocer y comprender  cómo pensaba.

“Donato viene con aquel grupo de dominicanos que dieron un aporte militar sustancial a la guerra, pero que no logran, excepto Gómez, alcanzar grandes posiciones en la Revolución, aunque él demostró, en la  breve participación que tuvo en los campos de batalla, ser un hombre prominente en el sentido militar, incluso probablemente haya alcanzado mayores  méritos que otras personalidades más conocidas hoy”, explicó el profesor.

Además, Pitaluga afirmó que “a pesar de no ser recordado como una gran figura, queda  lo escrito por Máximo Gómez en el Convenio del Zanjón, donde concluye: ‘…gloria al gran Donato Mármol ’, esto da la medida del valor alcanzado por el patriota para esa generación”.

Desde 1967, el dominicano conspiraba por la libertad de Cuba. Su creciente espíritu independentista  lo impulsó a formar parte de  la reunión realizada en San Miguel de Rompe (Las Tunas) donde comenzó a gestarse el levantamiento armado y más tarde integró la del Mijial (Santiago de Cuba), en la que se propuso la fecha del 14 de octubre de 1868 para efectuar el alzamiento. 

La Profesora Titular Consultante del Departamento de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana, Francisca López Civeira, declaró que se convirtió posteriormente en  uno de los primeros hombres de Carlos Manuel de Céspedes y bajo sus órdenes  pelearon, en los inicios de la guerra, futuros líderes como Máximo Gómez, Antonio Maceo, Calixto García, Flor Crombet y Guillermón Moncada.

De igual modo, aseveró que los combates de Baire, El Saladillo y Mayarí Arriba atestiguaron su destreza en el campo de batalla, así como el ataque al fuerte de La Cuaba (Holguín) y la toma de  la villa de Jiguaní (Granma), esta última contribuyó a que horas después se apoderara de Santa Rita.

Mármol fue, además, quien encabezó la División Cubay, uno de los que incendió la casa el 12 de enero de 1869 antes de caer en manos  de los españoles. Un reflejo de su entrega al principio independentista constituye  la carta donde confesó: “La justicia de nuestra causa nos alienta… yo y cuantos me rodean no desmayaremos mientras un soldado español nos esté insultando con su presencia”.

El Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, Primera parte, (1510-1898), señala que Carlos Manuel de Céspedes lo nombró jefe de todas las fuerzas que pudiera reunir en las jurisdicciones de Jiguaní y Santiago de Cuba con el grado de Mayor General. Asimismo, refiere que planificó la Invasión a Guantánamo, la que no realizó por su prematura muerte.

Más adelante, apunta que el dominicano proclamó la necesidad de formar una Junta Central Revolucionaria que asumiera el poder, lo que provocó discrepancias con el Padre de la Patria, sin embargo, rectificó su equívoco criterio y declaró al respecto: “Céspedes es para mí la gran figura de la revolución, su representante y jefe del gobierno provisional, reconocido dentro y fuera de la Isla”.

Con relación al desconocimiento de Donato Mármol, Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos y Premio Nacional de Ciencias Sociales, puntualizó que es necesario estudiarlo por ser uno de los primeros en alzarse, merece una buena biografía en la que hay que trabajar, y por largo tiempo, buscando datos en archivos cubanos y publicaciones periódicas del siglo XIX.

En tanto, la profesora López Civeira, destacó que no todas las figuras históricas tienen la misma relevancia y connotación. “Frente a un Carlos Manuel de Céspedes, un Ignacio Agramonte, hay muchos personajes opacados. Mas, desde el punto de vista historiográfico no se puede hablar de todo el proceso de la Guerra de los Diez Años sin esta personalidad, aunque no quede en el imaginario popular a partir de sus contemporáneos”, acotó.

Adianéz Bernazar Santisestaban, estudiante de tercer año de Historia, en la Universidad de La Habana, comentó que a este patriota se aborda en el plan de estudio de la asignatura Historia 2, pero aceptó que no es uno de los  más profundizados. Un muestreo realizado entre 50 estudiantes de la carrera, demostró que solo 15 conocían a la figura, y Leidy Domínguez, alumna de quinto año, dijo que una clase de Historia son 45 minutos, por tanto, no se pueden tratar todos los contenidos con la misma importancia.

La prematura muerte del dominicano se debió a una fiebre cerebral provocada por la enfermedad de la viruela. Existen siete versiones sobre el día exacto del fallecimiento. Según su viuda, ocurrió el 22 de junio, aunque la fecha más generalizada entre los historiadores es la del 26 del mismo mes. 

Pie de foto: Donato Mármol se convirtió durante la gesta de 1868  en  uno de los primeros hombres de Carlos Manuel de Céspedes.

Ficha técnica: 

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa retrospectiva: Explicativa.

Tema: Donato Mármol fue uno de los iniciadores de las luchas independentistas cubanas.

Situación problémica: Su figura está olvidada dentro de los iniciadores de las gestas independentistas.  

Objetivos colaterales: Demostrar mediante la opinión de especialistas las causas de este olvido, así como resaltar sus hazañas como patriota.

Estrategia de fuentes: 

Documentales:

Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, Primera parte (1510-1898). Colectivo de autores. La Habana. 2001.

Directas:

Antonio Álvarez Pitaluga, profesor y vicedecano de la Facultad de Historia de la Universidad de La Habana. (Juicio de valor) (Fuente especializada).

Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos y Premio Nacional de Ciencias Sociales (Juicio de valor) (Fuente especializada).

Francisca López Civeira, Profesora Titular Consultante del Departamento de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana. (Juicio de Valor) (Fuente especializada).

Adianez Bernazar Santisestaban, estudiante de tercer año de Historia de la Universidad de La Habana. (Juicio disyuntivo) (Fuente implicada).

Leidy Domínguez, estudiante de quinto año de Historia de la Universidad de la  Habana. (Juicio disyuntivo) (Fuente implicada).

Soportes:

Hecho: Aniversario 145 de la muerte de Donato Mármol.

Antecedentes: Donato Mármol fue uno de los iniciadores de la lucha independentista, además de uno de los primeros hombres de Carlos Manuel de Céspedes lo que demuestra su calidad como estratega militar.  

Contexto: Su figura es poco conocida, se menciona solamente en los inicios de la guerra cuando debiera ser más profundizada por su papel protagonista, aunque haya sido por poco tiempo.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: El poco tiempo que combatió a causa de la enfermedad que puso fin a su vida, además de las discrepancias con Céspedes sobre la manera de conducir la guerra. 

Tipos de juicios:

Analíticos: Están presentes en todas las fuentes.

Disyuntivos: Presentes cuando las estudiantes de Historia, Adianéz Bernazar Santisesteban y Leidy Domínguez aceptan que la figura es poco abordada en clases.

De valor: Están presentes cuando el profesor Antonio Álvarez Pitaluga declaró los factores que influyen en que esta figura sea poco conocida; además, cuando la profesora Francisca López Civeira aseveró que no se puede estudiar la Guerra de los Diez Años sin mencionar a Donato Mármol.