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Isla al Sur

¿TODO POR UN AZUL?

¿TODO POR UN AZUL?

“A pesar de los precios, que aún son prohibitivos para muchas personas, los souvenir de Industriales se venden como pan caliente”, asegura Julio Hernández Diez, director comercial de la Industria Deportiva Cubana.

DAYANA KINDELÁN,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación de la

Universidad de La Habana.

Su visita a la tienda del Estadio Latinoamericano no había sido lo que él esperaba, a pesar de haber concluido la XLVI Serie Nacional de Béisbol, un pulóver de su equipo costaba $12.50 CUC.

“Industriales es para todo el año”, pensaba Lázaro, mientras caminaba molesto por la avenida del Cerro: “Tengo 60 años y no debo disgustarme sin necesidad, me voy a enfermar”.

No podía evitar enfadarse, quería lucir con orgullo la camiseta que lo identificase como un industrialista de pura cepa, pero a ese precio no la iba a conseguir. 
 
La historia de los souvenir
 
“Hace cuatro años la Industria Deportiva Cubana firmó un convenio con la firma canadiense Apello, para la producción de pulóveres y gorras de todos los equipos de béisbol del país”, relata Julio Hernández Diez, director comercial de dicha institución nacional.

Desde aquel entonces se han vendido en el país estos productos, pero con un lento movimiento por su elevado precio, incluso mayor que el actual.

“Durante la 46 Serie Nacional de Béisbol, específicamente en la fase final, la afición se sintió más identificada con sus equipos por esos artículos que ofrecemos a las tiendas Caracol. La institución abogó por una rebaja en los souvenir para acercarlos más a las posibilidades del pueblo. Sin duda, fue en la etapa de Play Off que aumentó la venta de estos productos, pero sólo los del equipo capitalino”.

Según el directivo, “a pesar de los precios, que aún son prohibitivos para muchas personas, los artículos de Industriales se venden como pan caliente, la afición da lo que sea por adquirirlos e identificarse con su equipo”.

“La calidad es muy buena, la gorra es bordada y los pulóveres tienen una adecuada tela, por lo que el precio al que la empresa lo facilita a los establecimientos es bastante bajo. Más no podemos hacer, nuestras  ganancias son mínimas”.

La tienda del Latinoamericano

Para muchos visitantes asiduos del Estadio Latinoamericano, por demás aficionados al equipo Industriales, los precios de los productos son “una locura, y coinciden en que se debería pensar en la población que realmente ama al deporte nacional.

“La idea es muy buena, pero deberían bajar los precios. Yo soy fanático a los azules, a pesar de que  no pagaría un pulóver a ese costo”, expresa Mario Peñalver, vecino del municipio Marianao.

Otros creen que si se vendieran los productos en moneda nacional todo estaría resuelto y muchos ahorrarían durante la serie para adquirirlos.

Pero la historia es otra en la tienda del mencionado estadio. Niurka Sánchez, la dependienta, considera que se ofrecieron suficientes alternativas para complacer todos los gustos y posibilidades.

“El pulóver original costaba $12.50 CUC, por lo que se vendió una variedad de ese producto en otro color (blanco) y con menos calidad al precio de $4.50, para los que no pudiesen pagar aquel precio.

“Acción similar se llevó a cabo con las gorras: se vendieron algunas con un valor de $1.90 CUC, incluso se ofertaron gorras de cartón a $0.25 CUC para quienes veían inalcanzable el precio de $13.75 pesos convertibles de la gorra original”.

Según afirma Niurka, “la venta le ha dado promoción a nuestra instalación, muchos no la conocían, y mayor apoyo de la afición al equipo Industriales. Algunos precios eran altos, pero el que no podía llevar el producto más caro, entonces adquiría el más barato”.

En esta instalación los seguidores del equipo insignia de la capital cubana pueden encontrar, entre otros productos alegóricos, gorras de tela y de cartón, pulóveres azules y blancos, jarras de artesanía, carteles y postales.

“Todos los materiales han tenido muy buena aceptación en el público, son pocos los que se quejan de su precio”, afirma la dependienta.

Los que se quejan, ¿algo les duele?

“Es increíble ver cómo ahora tener una camiseta de Industriales o una gorra es parte de la moda. Los jóvenes todo lo encuentran bien”, comenta José Fernández, conocedor del deporte nacional quien polemiza acaloradamente en el Parque Central.

“El deporte es más que tener o no una insignia, en este caso, deberían ofrecer esos productos para que la población se identifique con sus conjuntos, pero siempre pensando en todas las capas sociales, sobre todo en los jubilados. Nosotros no podemos pagar tales precios”.

“Ver por las calles todos esos carros con los carteles y las chapas es muy bonito, uno se siente emocionado y representado; pero es muy triste también porque no te sientes realmente seguidor del equipo que te gusta porque no tienes nada que lo demuestre”, manifiesta Alexis Izquierdo, del municipio Marianao.

Según Sonia Pujols, profesora de Educación Física del nombrado municipio, “todos los aficionados del béisbol, y de Industriales, nos sentimos menospreciados cuando vemos a tantas personas que, sin amar tanto a los leones del equipo azul, lucen sus iniciales con orgullo. Todos los industrialistas quisiéramos tener camisetas azules o blancas, desgraciadamente no podemos”.

“En realidad la venta crecería si los precios fueran en moneda nacional y más bajos, incluso si los productos estuvieran al alcance de los aficionados durante el año entero, y fueran de todos los equipos del país; pienso que tenemos derecho a lucir nuestra insignia”, expresa Orlando Mejías, vecino del coloso del Cerro.

“A nosotros nos gusta la pelota, más si es Industriales, pero como los materiales que venden del equipo son en dólares, y los salarios que recibimos en moneda nacional, entonces nunca podremos tener nada para apoyarlos cuando asistamos al Latino”, afirman Marta y Pepe, matrimonio aficionado al béisbol. 
 
Los que no se quejan

Desde el punto de vista de Osmel Gonzáles, joven del municipio Cerro que lleva una camiseta de Industriales, “la idea es magnífica y todos deberían pensar que es un artículo de un equipo de calidad, que podría costar mucho más de su valor actual”.

Un grupo de jóvenes que compraba gorras de Industriales en el Palacio de la Artesanía, manifestó que “las personas no tienen derecho a criticar el precio de ningún producto. Si este me gusta, y es del conjunto que sigo, entonces lo compro. Nadie puede impedirme que gaste mi dinero en lo que quiero”.

Según Pablo Serrano, trabajador del comercio del municipio Marianao, “la idea de los souvenir es muy buena, y también su precio”, porque para él Industriales es casi como de las grandes ligas.

“Las personas nunca están conformes con nada, si le vendes caro protestan, aunque no es el caso, y si le vendes en moneda nacional, entonces estás rebajando el nivel del equipo. ¿Quién los entiende?”, alega Susana Macías, peluquera particular del municipio Habana Vieja, quien luce una gorra de Industriales.

Agustín Alonso Gutiérrez, comisionado de la Comisión Provincial de Béisbol, ve con beneplácito la venta de estos productos de Industriales y considera que la población se siente contenta con ellos porque de ese modo aumenta el apoyo de los ciudadanos.

La fiesta interminable

Pero los artículos de Industriales no se agotan, aún en locales como la tienda del Estadio Latinoamericano, el Palacio de Artesanía, El Tele Correo del Aeropuerto José Martí, la Manzana de Gómez en la Habana Vieja y la tienda de 23 y 12 en el Vedado, se ofrecen estos productos con el mismo precio que resulta prohibitivo para muchos.

Hoteles como el Meliá Cohíba, Habana Libre, Comodoro, Hotel Nacional, Hotel Plaza, Inglaterra y Riviera, también venden esos materiales deportivos alegóricos a todos los equipos de béisbol de Cuba.

Algo tenía que hacer Lázaro, se sentía frustrado sólo de imaginar que como jubilado no podría adquirir esos productos en años. 

“No puedo quedarme con los brazos cruzados mientras todos llevan orgullosos a Industriales en su corazón. La gorra ya la inventaré, la pintaré o reforzaré la de cartón que es la más barata, pero algo haré. Creo que lo mejor será que ahorre para el próximo Play Off, de otro modo me será imposible adquirir algo”, piensa y repiensa este furibundo industrialista.

FICHA TÉCNICA:

Tesis: Los precios de los productos con la insignia del equipo Industriales resultan demasiado altos para la media de la población. La venta de ellos en moneda libremente convertible y a esos costos crea diferencias entre los aficionados.

Tipo de reportaje: Reportaje interpretativo. Ofrece al lector las aristas del problema planteado y las posibles soluciones, con el objetivo de que éste infiera el rumbo que tomarán los hechos.

Tipo de título: Título llamativo
Tipo de entrada: Anecdótica
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos
Tipo de cierre: Cierre de caso 

Estrategia de fuentes:

Fuentes activas:

Director Comercial de la Industria Deportiva, Julio Hernández
Dependiente de la tienda del estadio Latinoamericano, Niurka Sánchez
Comisionado de la Comisión Provincial  de Béisbol de Ciudad de La Habana, Agustín Alonso
Destinatarios: Población de los municipios Habana Vieja, Cerro y  Marianao.
Asistentes al Estadio Latinoamericano.

Transiciones:
 
La tienda del Latinoamericano
Los que se quejan, ¿algo les duele?
Los que no se quejan
La fiesta interminable
 

 

 

 

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