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Isla al Sur

“LOS HOMBRES SOLO ENTIENDEN DE CIFRAS”

“LOS HOMBRES SOLO ENTIENDEN DE CIFRAS”

¿Cómo explicarles a los habitantes de San Antonio de los Baños, un pueblo con más de 250 años, que el origen de su desdicha se creó junto a sus casas?

GABRIELA RODRÍGUEZ-LOECHES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

De seguro Dios no creó el Edén en Cuba, ni, según Darwin, el hombre se originó aquí, así que no somos el ombligo del mundo, como pensamos equivocadamente los cubanos. Ninguna de las dos teorías se aplica en la Isla, pero el carácter migratorio del ser humano hizo que avanzaran los primitivos hacia acá. Los aborígenes fueron los primeros que llegaron y hallaron este río, limpio y descontaminado.

“Río del palmar” le llamaban los aborígenes al Ariguanabo, esa cuenca antigua y maltratada hoy por los años; no esa pura y cristalina vertiente a la que le canta Silvio, sino la que está tan dañada que ya no pueden los jóvenes en el verano ir a disfrutar de sus manantiales.

Con Cristóbal Colón vinieron muchos cambios. El problema de la contaminación que tiene el afluente, típico de San Antonio de los Baños, llegó en las naves la Pinta, la Niña y la Santa María. Los españoles trajeron la idea de abrir una fosa, y desde que crearon la primera los ojos de agua empezaron a perderse.

La Villa del Humor se encuentra ubicada encima de una cuenca hidrográfica, lo que quiere decir que debajo del pueblo de los ariguanabenses existen enormes depósitos de agua. Cuando se abre una hoya para residuales, se infiltra al manto freático toda la contaminación doméstica. Por eso construir una fosa allí es un grave error cometido por un gran número de personas, quienes aún no se convencen de dichas consecuencias.

¿Cómo explicarles a los habitantes de un pueblo con más de 250 años que el origen de la desdicha de San Antonio de los Baños se creó junto a sus casas? A pesar de que los niveles de contaminación de las aguas del río dieran alarmantes en el último estudio de cuenca debido al accionar irresponsable de los pobladores, este es un mal que se asentó desde la mismísima fundación de la villa.

Para aminorar este daño irreversible se presentó un proyecto consistente en que todo lo que esté enmarcado sobre la cuenca del Ariguanabo sea visto como un parque ecológico. Es la única forma que existe para que se declare Reserva Natural de la Biosfera, lo cual no es solo interés de la Empresa Flora y Fauna ni del gobierno del municipio. Mientras una parte pasa por recursos, la otra depende de la educción ambiental.

Quien empantana el agua está empantanando el futuro. Las grandes civilizaciones se han creado a orillas de grandes ríos porque el hombre tiene una dependencia directa de ella.

Los ariguanabenses tenemos que sumarnos a “Economía Ambiental”, corriente que existe en estos momentos a nivel mundial que trata de cuantificar el valor del medio ambiente, en especial del agua. Pero no en el sentido de que el metro cúbico cueste diez dólares sino de saber cuánto vale tener la cuenca, ahora y como legado para las futuras generaciones.

Se está desarrollando dicho proyecto, pues las personas comprenden mejor cuando les dices que están poniendo en peligro una cuenca de cien mil billones de dólares. Es como dice El principito: “Los hombres solo entienden de cifras”.

¿Es posible que la causa del surgimiento y desarrollo de la Villa del Humor ya no signifique nada? Me niego a entender que no miremos al río como lo más importante que la naturaleza nos regaló. No quiero jamás convencerme de que hoy solo el dos por ciento de la población siente el río como el alma del pueblo. ¿Por qué no nos damos cuenta que, de perderlo, junto a él se iría nuestra infancia, nuestra juventud, nuestras raíces todas? Nos quedaríamos sin idiosincrasia, sin nombre. Para cuando esto pase, ¿qué sentido tendría ser ariguanabense?

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