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Isla al Sur

Comentarios-Trabajos docentes

YA SEA PERRO, GATO O CABALLO

YA SEA PERRO, GATO O CABALLO

EDILMARYS AJETE NARANJO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Un estruendo rompe la tranquilidad de la tarde. Los vecinos se asoman para ver qué ocurrió, en pocos segundos la calle está llena de gente. Hubo un accidente, un Lada chocó con un camión y este se impactó con la parada, en el medio quedó atrapado un carretón de caballo.

Todos tratan de ayudar, llaman a la Policía y asisten a los heridos. Hacen evaluación de los daños y comienzan a hacer suposiciones sobre quién es el culpable. Nadie se acuerda del caballo.

En Cuba desde pequeños se educan los niños inculcándoles amor y cuidado a los animales. Existen leyes que velan por el bienestar de los mismos, pero aún así, el trabajo no es suficiente.

La agencia de noticias IPS en el trabajo Grupo promueve ley de      protección animal, publicado en enero de 2015, hace referencia al artículo 27 de la Constitución de la República de Cuba que expresa: “El Estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país, corresponde a los órganos competentes aplicar esta política y es deber de los ciudadanos contribuir a la protección del agua, la atmósfera, la conservación del suelo, la flora, la fauna y todo el rico potencial de la naturaleza”.

Aunque el Estado cubano se preocupa por la protección y preservación de la fauna, a diario observamos perros callejeros, caballos arrastrando una gran carga en malas condiciones de salud, peleas caninas y de gallos.

¿Quién protege a estos animales? ¿Tienen derecho sus dueños a explotarlos para beneficiarse? Las regulaciones en cuanto a las condiciones de vida y trabajo de estos seres carecen de divulgación entre la población cubana.

El desconocimiento de lo establecido trae consigo problemas en la conducta social. Es frecuente encontrar una pelea entre vecinos porque el perro estuvo ladrando hasta las dos de la mañana o porque el desagradable olor a excremento de gato está impregnado en la escalera del edificio.

Asimismo sucede cuando se trata de las prohibiciones en zonas rurales y urbanas. Es un abuso tener varias mascotas en un apartamento pequeño o querer criar cerdos en zonas céntricas de la ciudad. Las leyes registran medidas para cada caso teniendo en cuenta las condiciones higiénico-sanitarias que deben existir y proscriben estas prácticas.

Para evitar la propagación de enfermedades se recogen los animales del entorno ciudadano y se supone que son llevados a lugares donde serán cuidados, pero ¿es ese su verdadero destino?

El sacrificio de estos seres es justificado en la medida en que representen un peligro para el hombre. Las medidas para la protección de animales, además de responder al cuidado de estos, deben lograr un equilibrio en la relación comunitaria.

No todas las personas quieren tener mascotas o criar un cerdito para fin de año. No siempre cuentan con las condiciones necesarias para hacerlo. Tener animales en lugares céntricos afecta la salud de los vecinos y de la propia familia, uno debe adecuarse a su ambiente.

Para el cuidado y protección de animales en Cuba toman la iniciativa Aniplant y Protección de Animales en la Ciudad (PAC) que entre sus proyectos buscan la aprobación de una ley que refleje el objetivo de su trabajo.

Los animales forman una parte importante del entorno afectivo de los cubanos, por eso debe incrementarse el trabajo de divulgación que propenda a crear en el pueblo cubano una cultura medioambiental que tenga en cuenta el cuidado de los animales. Entonces dolería más el carretón de caballo atrapado.

UN NUEVO MUNDO CULTURAL

UN NUEVO MUNDO CULTURAL

GABRIELA TAMARIT GUERRERO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en diciembre del 2014 permitió un incremento del intercambio cultural entre ambos países. La normalización ha proporcionado que nuestra cultura sea más conocida en el mundo, pero su calidad también lo ha propiciado.

En 2015 arribaron a nuestra tierra grandes personalidades que poseen no solo premios, sino talento y prestigio; algunas lo hicieron con la idea de deleitar al público cubano, tal es el caso de la boricua Olga Tañón, Luis Enrique o Take 6; mientras que otros decidieron intercambiar experiencias y establecer nuevas vías de colaboración, como hizo el director de cine Francis Ford Coppola con la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños.

¿Acaso Cuba ha ganado de pronto el premio de la popularidad de otorgan los “Lucas”, pero a nivel internacional?

Según la revista cubana Temas, en su artículo “Corrientes académicas y culturales, Cuba-Estados Unidos”, el intercambio cultural se ha visto mediado por la política aplicada por la administración norteamericana en el poder, en ese momento.

La de Jimmy Carter, por ejemplo, auspició viajes de estudiantes cubanos a su país. Sin embargo, Bill Clinton y George Bush frenaron mucho más, con la Ley Helms-Burton, no solo el desarrollo económico de Cuba, sino que obstruyeron notablemente la reciprocidad de investigaciones conjuntas entre ambas naciones.

Estados Unidos amplió, sin duda, las posibilidades de nuestra representación artística. Pero si Cuba no contara con el bagaje cultural que la Revolución ha potenciado durante más de 50 años, ¿provocaría el mismo impacto en el mundo?

Como consecuencia de la hegemonía cultural del país norteño, que según Gramsci pretende conseguir un estado de homogeneidad en el pensamiento de los pueblos, la cultura cubana se ha visto soslayada y aún cuando es reconocida, no ha tenido la misma oportunidad de acceso a la producción mundial en comparación con otros países. Ahora el panorama parece ser diferente.

Si existe un Lang Lang, Cuba tiene un Chucho Valdés y un Frank Fernández. Si dicen a Jackson Pollock, en pintura, decimos a Wilfredo Lam. En danza, quién duda de la labor de Alicia Alonso, incluso del joven bailarín Carlos Acosta.

Si hablamos del fotógrafo Peter Tunrley, que se convirtió en el primer estadounidense en exponer su obra en el Museo Nacional de Bellas Artes, digamos entonces que la Jazz Band de la Escuela Nacional de Arte fue la primera banda de estudiantes que visitó el “Lincoln Center” de New York, en abril de 2016.

Importantes agrupaciones como Los Van Van, Irakere, el Trío Matamoros y hasta Gente de Zona, han sabido escalar a la cima y defender, aunque en tiempos y épocas diferentes, el sello de cubanía. Así lo reflejó el Dj Diplo cuando dijo: “Cuba tiene un impacto cultural tan poderoso en todo el mundo que se convirtió, para mí, en un referente musical a partir del cual evolucionar”.

Resulta ineludible el fructífero intercambio de experiencias, oportunidades de superación a los más jóvenes y momentos de disfrute de ambos pueblos. En resumidas cuentas estamos hablando de cultura en su sentido más abarcador.

La cultura cubana, dada las nuevas circunstancias, debe asumir un rol más activo en la arena internacional, pero tendrá que definir con claridad su camino y saber defenderlo de estereotipos extranjeros que pueden, en cierto modo, corromper su verdadera identidad.

Como dijera José Martí, “la madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus males es, sobre todas las cosas, la propagación de la cultura”.  

GOLPES A LA TRANQUILIDAD

GOLPES A LA TRANQUILIDAD

GABRIELA SÁNCHEZ PÉREZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

¿Quién no se ha despertado a causa de una música estridente, los ruidos de una construcción, o la algarabía de algunos que, al parecer, desconocen otra forma de comunicarse que no sea mediante gritos? Si ninguna de estas situaciones le ha ocurrido, entonces, considérese afortunado de la vida en la capital cubana.

Cada vez más estos fenómenos sonoros sobrepasan los perímetros del vecindario, y se adueñan del silencio de las calles habaneras en diferentes momentos del día.

Ahora, una fusión de “bocinitas ambulantes” y móviles con potentes altavoces, en manos de los más jóvenes, proponen realizar una caminata al compás de “La dura” y “¡Hasta que se seque el Malecón!”. Mientras, otros que permanecen en casa, parecen obligar a los transeúntes a sus “fiestas públicas” con la instalación de reproductores de audio a la entrada de sus viviendas.

No faltan los retumbes en las paredes de los bafles y martillazos, que guardan toda su potencia durante el día para poner fin a la tranquilidad nocturna y convocar al insomnio de pequeños y adultos. Incluso, hay quienes encarnan el rol de intérpretes e imponen al vecindario el de espectadores en un karaoke que parece no resistir sus  propias “melodías”. 

¿Acaso la reproducción de las canciones a un mayor volumen aumenta su disfrute? ¿O es necesario extender los gustos musicales a todo el barrio?

Si bien es cierto que los sonidos constituyen componentes elementales en el decursar de la sociedad, la muestra de tal principio no precisa el estallido de una guerra sonora entre acordes y bullicios que logre perturbar las faenas de los oyentes.

La conservación de un nivel acústico adecuado en cualquier circunstancia constituye una cuestión de respeto y consideración a los que nos rodean. Sin embargo, para algunas personas las normas elementales de la convivencia y la educación parecen permanecer en el olvido cuando escuchamos “el cuéntame de tu vida” de quienes prefieren entablar una conversación desde la acera hasta el balcón de un edificio.

Asimismo, la falta de rigor de las autoridades y el desconocimiento de la población de regulaciones como la Ley 81 del Medio Ambiente y el Decreto Ley 141/1988 que penalizan esas indisciplinas, contribuyen a su incremento en la sociedad.

Además, muchos ignoran las afectaciones que puede ocasionar la exposición a estos fenómenos; de ahí que las reacciones ante las demandas de los vecinos pocas veces resultan favorables y terminan convirtiéndose en actos de incomprensión que no solo perjudican a sus colindantes, sino también a ellos mismos.

Según los estándares de la Organización Mundial de la Salud, la escala máxima admisible para el oído humano es 60 decibeles (dBA), lo que confirma el exceso acústico –más de 90dBA– en situaciones como fiestas, utilización de los claxon de los vehículos y reparaciones durante el horario nocturno.

No obstante, los ejemplos en los que el ruido supera las paredes de una instalación son múltiples, al igual que las consecuencias. Sus efectos van más allá de sensaciones auditivas desagradables, pues el insomnio, las alteraciones en las conductas, y el desgaste psicológico constituyen algunas de las principales secuelas.

Aun cuando nada impide alegrar las jornadas al ritmo de la música,  ni reparar las averías de un inmueble, los horarios en que se realizan y la magnitud de esas acciones sí resultan aspectos importantes para reflexionar, pues todos tenemos derecho al respeto a la tranquilidad.

¿QUÉ PASÓ CON PIMPÓN?

¿QUÉ PASÓ CON PIMPÓN?

KARINA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.   

Mi prima de cinco años no conoce a Pimpón. El guapo muñeco de cartón quedó atrás. Ahora los más pequeños cantan melodías sacadas de películas pertenecientes a Disney o entonan las letras de canciones para adultos.

La situación tiene como uno de los detonantes principales la poca cantidad de videos infantiles que los Estudios de Animación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) han producido en los últimos ocho años.

En el 2006, la institución exhibía unos de 65 clips animados de canciones infantiles entre los que figuraban Arroz con leche, Dame la mano y danzaremos, Estela, granito de canela y Suki, el perrito salchicha. Muchas de estas producciones fueron recogidas para disfrute de los pequeños en un DVD llamado Feliz, feliz, según datos de los Estudios de Animación del ICAIC.

La realidad no es la misma en el 2016. La creación de videos musicales destinados a los infantes ha entrado en un periodo de decadencia. La pasada gala de los Premios Lucas fue uno de los escenarios del suceso. Solo dos propuestas fueron presentadas en la categoría de mejor video música infantil; la causa, poca producción y calidad en los productos.

Espacios como Alánimo y el Festival Cantándole al Sol perdieron el protagonismo. Este último era una fiesta de la canción donde los compositores exponían sus obras y niños de toda Cuba podían compartir su talento.

Si bien la labor de los Estudios de Animación de ICAIC en el tema resulta ineficiente, la escuela y en particular la familia también han ayudado a que Pimpón no se vuelva a la lavar su carita con agua y jabón.

En la mayoría de las escuelas primarias, la música empleada durante las festividades no son las apropiadas. Los estudiantes ya no bailan con Maní, maní, de Haila María Mompié, o con Don Lagartijo de Lidis Lamorú, ahora prefieren entregarle sus movimientos a Hasta que se seque el malecón o La Dura, no por ser letras que recreen la infancia, sino porque están bombardeados por estas melodías.

Los instructores de arte son otros de los responsables. «La falta de educación musical en las escuelas y comunidades trae que pequeños se adapten a ritmos y melodías que no les pertenecen por su edad. Algunas de las letras tienen mensajes inadecuados y los niños se apropian de ese vocabulario incorrecto con facilidad», dijo Yamaly Acosta Hernández, licenciada en Filosofía de la Universidad de La Habana.

También las familias tienen una gran responsabilidad en el tema. Los padres deben educar a sus hijos con las canciones propias para su edad. Dormir a un bebé con La pájara pinta, cantar junto a tus hermanos Tin-tin, la lluvia cayó en un día nublado o imaginarte comiendo Chivirico rico son acciones del pasado, ahora la mayoría de los recién nacidos se acuestan con la Gozadera y algunos hermanos durante los aguaceros se Pelean un ratico.

Decir Teresita Fernández, Liuba María Hevia y Rita del Prado es mencionar figuras insignes de la canción infantil.  Resulta penoso que los niños no las reconozcan como tal, porque sus ídolos musicales son los de sus padres o aquellos de moda.

Espero que mi prima conozca a Pimpón. Él tiene grandes lecciones que enseñarle para su vida y ella debe consumir la música de su generación, tiene que Darle la vuelta al mundo montada en un burrito o ayudar al Espantapájaros que hace de guardián en las hortalizas del abuelo Juan.

UN “PIE” RÁPIDO Y FURIOSO

UN “PIE” RÁPIDO Y FURIOSO

DARIEL PRADAS VARGAS,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

“Cuba se abre al mundo”, comentan en las calles como si la Isla saliera de un asfixiante celibato.

La visita del presidente norteamericano Barack Obama, el concierto de los Rolling Stones y ahora, el rodaje de Rápido y furioso 8, en La Habana, han sido momentos de orgullo y esperanza para quienes, después de una aparente claustrofobia, ansían ver a una Cuba en conexión global. Pero… ¿a qué costo?

Desde el 22 de abril (2016) se filma la octava parte de la saga hollywoodense producida por Universal Pictures, en distintas localidades de los municipios de Centro Habana, Plaza y la Habana Vieja.

Así, entre las habituales persecuciones de autos –en este caso, almendrones, un estereotipo que no podía faltar–, un helicóptero que sobrevuela las edificaciones, hasta la aparatosa caída de un carro desde el puente-rampa del estacionamiento del hospital Hermanos Ameijeiras, los peatones se muestran anonadados ante ese fabuloso despliegue de tecnología.

Tal vez esa pacotilla cinematográfica –o los músculos de la estrella Vin Diesel, o quizás la sensación de que el compás cubano aumenta el radio de su circunferencia– hizo que los habaneros perdonaran el cartel antepuesto en el perímetro de la zona de rodaje. Este, con cuidada educación, advierte a la persona que ingrese en las áreas de filmación que su imagen y voz podrán ser utilizadas en la película sin compensación ni crédito alguno. Bien visto, se trata de tremendo “pie”.

¿Por qué una multimillonaria productora de cine se cuidaría de hacer esta aclaración, si saben que es norma pagar por todo en el capitalismo? Con toda seguridad, las autoridades de La Habana dieron su consentimiento para que Universal Pictures cerrara y filmara buena parte de la ciudad. ¿Pero acaso alguien contó con sus habitantes o sus organizaciones sociales y comunitarias?

Al parecer, no importa si te piden un permiso en la cuadra para llegar a tu propia casa. Nadie se queja, siempre y cuando pueda, eso sí, mirar desde el balcón a Michelle Rodríguez haciendo un selfie junto a su forzudo marido. Quizás los técnicos te arrienden un espacio del cuarto para guardar algunos lentes y te ganes 150 CUC o más.

Asegura el crítico de cine Joel del Río, en su artículo Efecto Fast and Furious: gentío, tranques, despliegue y algún dinerito, repercutido por Cibercuba, que al menos un tercio de la comunidad audiovisual cubana está implicada en el rodaje del largometraje, ya sea cargando utensilios o controlando el gentío: “Les pagan mucho más que en una producción nacional y mucho menos, muchísimo menos de lo que les pagarían en Estados Unidos por hacer la misma tarea”.

También menciona el atascamiento del tránsito a causa del desvío de las rutas de ómnibus y almendrones de boteros, aquellos que no tienen tubos de nitrógeno para acelerar. Eso es fuera del set; dentro, todo es Hollywood trucks, cámaras, estrellas, glamour… y suerte.

Suerte de que te alquilen una habitación por más de 100 CUC diarios, de toparte con la persona que regala dinero en una acera del Malecón, de cruzar la avenida y encontrarte también con otro dadivoso –porque estos americanos advierten que no pagan, pero no dejan de ser “agradecidos”–, de conocer al doble de Vin Diesel e invitarlo a cenar, de que el helicóptero no tumbe con su ventolera el búcaro de tu ventana, de estudiar tranquilo sin el ruido de un derrape.

La filmación pudiera ser un buen signo de cómo van las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Si fuera cierto, bienvenida sea. Pero si nos deslumbramos así de fácil y sacrificamos la tranquilidad a un precio tan caro –o tan barato, podría decirse–, y aún así debemos sentirnos afortunados, no quiero ver cuando en vez de películas taquilleras se trate de convenios comerciales que puedan decidir sobre la economía del país.

MEDIOS DIGITALES: EL RETO Y LA OPORTUNIDAD

MEDIOS DIGITALES: EL RETO Y LA OPORTUNIDAD

YASMANI PÉREZ FORTEZA,

estudiante de primer año de Periodismo,  

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana. 

El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación  ha posibilitado la existencia de nuevos métodos para la producción, emisión y recepción de contenidos informativos o de otra índole. Cuba no está exenta de estas variantes de acceso a la información.

Constituyen novedosas formas de circulación de productos comunicativos en la Isla: el uso de las redes sociales, la existencia de una blogosfera respetada, la unión de un grupo de contenidos offline en lo que se denomina paquete semanal y la consolidación de algunas páginas digitales como Cubadebate o Cubasí.

Rosa Miriam Elizalde, Doctora en Ciencias de la Comunicación, argumentó en el evento internacional sobre temas comunicacionales ICOM 2015, que los contenidos que se reproducen en determinados soportes no se generan en las instituciones públicas, ni obedecen a estrategias de desarrollo cultural.

Publicaciones no oficiales, revistas y folletos, además de agencias publicitarias, entre ellas ETRES, desarrolladas en el ámbito del “paquete”, han creado publicidad y estrategias de marketing de productos y fundaciones no estatales con un marcado gusto estético, pero que giran hacia un entorno más superficial y comercial.

En su trabajo ¨Cuba, Internet y los desafíos de la nueva época¨, Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, considera que “el reto tecnológico del desafío cultural tiene que ser enfrentado desde el fortalecimiento de una conciencia crítica colectiva y con la participación activa de todos los ciudadanos en nuestro diseño de nación”.

Con las medidas adoptadas por la Empresa de Telecomunicaciones ETECSA y la apertura de mayores posibilidades de navegación por Internet, los profesionales de la comunicación deben estructurar estrategias que permitan acercar a los emergentes internautas a la realidad del país. 

La existencia de capital humano con una alta preparación, formado por las universidades cubanas, permitirá aprovechar estas herramientas y obtener de ellas resultados beneficiosos. Una constante superación en los nuevos lenguajes y adaptarse a los avances tecnológicos serán tareas clave para mantenerse a la vanguardia.

Jesús Martín Barbero, relevante estudioso del campo comunicacional y Doctor en Filosofía, en entrevista concedida a Belén Igarzábal, valora al saber en la actualidad como un interface, un conocimiento colectivo construido entre lo legitimado y la experiencia social; para él, el mundo digital es una tecnología colaborativa, y exige colaboración entre los productores y receptores.

Entonces, constituye un desafío lograr una mayor interacción con los consumidores, para conocer cómo llegó el mensaje y a partir de los comentarios hechos sobre el material publicado, enriquecer el producto comunicativo en tiempo real.

Después de las limitaciones impuestas por el Período Especial, los medios digitales son para los comunicadores una oportunidad que corresponde aprovechar. Las limitaciones de espacio, la escasez de papel o los impactos nefastos sobre la infraestructura de la prensa, ahora son cada vez menos un obstáculo.

A pesar de constituir un reto, el uso de estas vías de forma correcta ayudará a formar una sociedad más libre y con mayores oportunidades. Las circunstancias no se pueden desaprovechar, si las herramientas están, hay que emplearlas.

ESOS REGALOS ESTÁN “DE MADRE”

ESOS REGALOS ESTÁN “DE MADRE”

KIANAY ANANDRA PÉREZ GONZÁLEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Se acerca el segundo domingo de mayo, “Día de las Madres”, y todo cubano sabe lo que eso significa: calles abarrotadas del calor humano deseoso de comprar un buen regalo para mamá y como es costumbre, el Estado y demás instituciones hacen un esfuerzo mancomunado para intentar satisfacer al público más exigente.

Para quienes acogieron este día, reunidos aquel 19 de abril de 1920 en Santiago de Las Vegas, a lo mejor era suficiente ofrecer una flor del jardín, una postal, un poema, un simple abrazo afectuosoo unas palabras de reconocimiento. Al día de hoy las cosas han cambiado, y vaya que han cambiado, la belleza de la sencillez de entonces ha mutado en lo divino ─por no decir en lo costoso─ de la adulación.

El pasado viernes 22 de abril (2016) abrió sus puertas la Feria Nacional Arte para Mamá, en Pabexpo. Las palabras de Mercy Correa, directora Nacional de Artesanía del Fondo Cubano de Bienes Culturales, aseguran que es reconocida como la más esperada por la familia y donde el nivel de exigencia en cuanto a calidad, este año será mayor.

Apropiadamente organizada, con un diseño prudente, y para quienes trajeron de diferentes provincias lo mejor de sus producciones, la actual edición de esta feria contra todo pronóstico y en comparación con otros años fue muy poco frecuentada.

Si bien esta fiesta artesanal ha puesto a disposición del público productos que enaltecen la visualidad estética, acompañados al atractivo de las piezas asoma el precio, considerado por los concurrentes como elevados. «Por eso muchas de las propuestas permanecen en los stands», señaló María González Sánchez, una capitalina en busca de un regalo para su madre.

María es una de esos muchos cubanos que no disponen de salario suficiente para adquirir alguno de los productos que se ofertan en el recinto ferial. Súmese a ello que difícilmente pueda encontrar artículos similares en las tiendas recaudadoras de divisas (TRD) y otros mercados a los que acude el cubano de a pie

En estos lugares son propios −pese a sus precios aparentemente asequibles− un respaldo deficiente por el desabastecimiento y la falta de calidad. Ofertan productos a punto de vencer y las novedades, respecto a otros años, quedan en las entrevistas televisivas.

Otra de las instituciones estatales encargadas de proporcionar un obsequio digno para nuestras madres cubanas es Correos de Cuba y el arduo trabajo de propaganda televisiva que realiza para la venta de sus postales. Estas ofrecen una amplia variedad de estilos, pero en ocasiones resultan insuficientes, pues quedan mermadas ante los diseños actuales y la falta de variedad en su tamaño y forma.

En lo personal, y me incluyo en la inmensa mayoría, no soy de los cubanos que compra todos los años el mismo regalo para mamá por su buen importe, ni tampoco de los que se suman a la costumbre de regalarle todos los años algún artículo de cerámica impresionante, de algún artista multipremiado, y con un precio chocante.

Al margen del “pequeño detalle” de que por una parte la diversidad no se ajusta al costo, y por otra, el costo es inútil por la falta de diversidad. ¿Qué arte hay que tener para comprarle un regalo a mamá? La solución: creo que este año me remito a la flor de tres pesos, la postal de centavos, el poema de mi imaginación y a las palabras y abrazo sinceros, estos tres últimos gratis, por cierto.

¿VARADERO PARA LOS CUBANOS?

¿VARADERO PARA LOS CUBANOS?

MABY MARTÍNEZ  RODRÍGUEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

El turismo es uno de los principales pilares que sostienen la economía del país, y desde hace más de diez años sus aportes exceden los 150 millones de divisas anuales. Matanzas, La Habana y Santiago de Cuba representan los principales destinos para los visitantes.

Hace alrededor de cuatro años varias empresas internacionales, entre ellas la sucursal francesa AEI Arcos BBI (Bouygues Batiments International), comenzaron a incursionar en los terrenos sin construir al norte de la península de Hicacos. Se espera que en un futuro se convierta en un área exclusivamente para el disfrute.

Hasta la fecha, se han terminado más de seis hoteles cinco estrellas: El Blau y Arenas Blancas, ya entran en la lista de los preferidos. Cuatro más continúan en proceso y conformarán un complejo hotelero y se prevé que será uno de los mejores en Latinoamérica, junto con el centro comercial “Marina Gaviota”.

Los resultados han sido los esperados por las empresas constructoras e inversionistas: los turistas entran impresionados y salen satisfechos. Los servicios son exquisitos, los trabajadores están especializados en sus áreas laborales, pero, ¿qué pueden decir los cubanos de estos nuevos espacios para el disfrute y la comodidad?

Es cierto que desde que se abrieron las puertas de los hoteles a los nacionales, la frecuencia de ellos a la península ha ido en aumento. Varadero se transformó en una opción más para el disfrute del verano, pero las altas tarifas del hospedaje y los restaurantes convierten la visita en un improvisado campamento donde no faltan las toallas, sombrillas y, por supuesto, la comida.

Si antes era difícil acceder a los alojamientos clásicos como Mar del sur u Oasis, ahora con estos adelantos se pierden todas las esperanzas. Aunque las puertas están abiertas para la población, la idea de un fin de semana en El Blau se vuelve sueño imposible cuando la tarifa de reservación comienza a acaparar números.

Como cubana, me encantaría disfrutar de los spa, jacuzzis y piscinas que forman parte de las nuevas construcciones, pero soy consciente de los inalcanzables que son para un ciudadano común. La mayoría de nosotros no podemos permitirnos un hospedaje de 85 dólares la noche por persona y mucho menos frecuentar un centro comercial como La Marina, donde el costo de la ropa y los accesorios, de marcas extranjeras, duplican el salario promedio del cubano, que ronda los 584 Moneda Nacional (MN).

Los restaurantes prometen con su apariencia, pero con una ojeada a la carta de ofertas el hambre desaparece y una punzada de dolor atraviesa la espina dorsal. Ya estamos acostumbrados a la disyuntiva de los salarios y los precios, pero todo cubano tiene derecho a gozar de la buena calidad de las instituciones de su país.

Realmente la situación económica de la Isla influye bastante en las ganancias de los trabajadores, el turismo es una fuerte entrada de ingresos, por lo que se entiende la necesidad de explotar las riquezas naturales, pero sin explotarnos entre nosotros. 

Si bien pueden "justificar" las cuotas que andan por los cielos, es imposible poner excusas al comportamiento de aquellos compatriotas que prestan sus servicios en estos lugares. La diferencia en el trato es evidente, la cortesía y amabilidad que debe reinar en un establecimiento desaparecen en cuanto un coterráneo asoma por la puerta.

Tal parece que el lema “El cliente siempre tiene la razón” solo se aplica a aquellos con apariencia de tener buenas posibilidades económicas y se olvidan que todos somos cubanos, hermanos de tierra, con los mismos derechos.