ESTATUA DE ZEUS
DIANY CASTAÑOS GONZÁLEZ,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana.
Fidias esculpió la estatua de Zeus en Olimpia, alrededor del año 433 antes de Cristo, en lo que actualmente se conoce como Grecia. Doce metros de Zeus sentado en un majestuoso trono hecho de cedro, marfil, oro, ébano y piedras preciosas. Nada que no se mereciera el líder de los dioses olímpicos. En su mano derecha llevaba una pequeña estatua de Niké, la diosa griega de la victoria, y en la izquierda un cetro con un águila en la punta, atributos que lo identifican.
La estatua se construyó dentro de un templo, conocido como templo de Zeus, porque estaba destinado a albergar la imagen del dios. No se escatimaron fondos para erigirlo. Los frontones y metopas figuran como una de las mejores representaciones escultóricas del arte clásico griego.
Una vez terminado, Fidias fue el creador escogido para tener el honor: su estilo lo hacía merecedor de tan notable hazaña. Equilibrio en la elección de temas, en la composición y la saturación de de los colores, la representación concisa que hace de los seres humanos, y sobre todo, la armonía de las formas da tal belleza a sus creaciones que estas parecen supremas. Parecen, y son, la encarnación de los ideales del arte griego.
Cuenta la leyenda, que cuando Fidias terminó de esculpir el cuerpo de la estatua en marfil, y las ropas en oro, miró al cielo y pidió al mismísimo Zeus que le enviara una señal de aprobación por el trabajo que había hecho. Entonces un rayo apareció iluminando un día totalmente despejado, y cayó a pocos metros de Fidias.
En el siglo VI después de Cristo un terremoto destruyó por completo la estatua.
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