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Isla al Sur

POESÍA CUBANA: ENTRE CORRIENTES

POESÍA CUBANA: ENTRE CORRIENTES

Un brevísimo recorrido por las corrientes literarias más significativas por las que ha atravesado la poesía cubana.

DAINERYS MACHADO VENTO,
estudiante de cuarto año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

La poesía cubana nació junto a los primeros rasgos de la nación; convivió con las luchas liberadoras, las narró entre versos y estrofas más o menos atrevidas; reclamó luego la igualdad de todo un pueblo, rechazó al yanqui que ponía el pie sobre la Isla, y alabó el nuevo proceso revolucionario haciéndose nueva ella misma en toda sus entrañas, para seguir conviviendo con una realidad diferente a la que la había rodeado hasta entonces.

Cuando comenzamos a escribir de poesía cubana, cuando nos tomamos el atrevimiento de mencionar “recuento”, cuando hemos dicho “versos”, es inevitable pensar primero en José María Heredia (Cuba, 1803-México, 1839). 

Martí escribió una vez: “El primer poeta de América es Heredia. Sólo él ha puesto en sus versos la sublimidad, pompa y fuego de su naturaleza. Él es volcánico como sus entrañas y sereno como su altura”.

En el exilio forzoso del hombre que fue Heredia nacen en los versos del poeta el amor a la naturaleza, a la libertad en todos sus órdenes. El Romanticismo inunda su obra y él coloca sobre cada endecasílabo heroico de su poesía un canto a sus raíces. Desde ese momento la lírica cubana no pudo dejar de cantar a las palmas.

El Modernismo, el Vanguardismo, el Posvanguardismo en las letras de Lezama Lima, fueron corrientes internacionales que influyeron en las perspectivas de la cultura cubana en general, sin que la poesía representara la excepción.

En esa búsqueda incesante de la esencia de la identidad cubana, sale a la luz, en 1934, el cuaderno de poesía West Indies, Ltd., de Nicolás Guillén.

Los que en aquel mismo año lo tuvieron en sus manos tal vez no imaginaban que en sus versos posvanguardistas, cargados del acento nacional más común, nacía, para todo el continente americano, la Poesía Negrista. Lírica representativa hasta la médula de la realidad neocolonizada de Cuba, crítica sin límite de la explotación humana y de las desigualdades de toda una región; pintura sui generis de una sociedad mestiza, transculturada, que lograron ver como ninguno los ojos del poeta camagüeyano.

Podríamos decir que el acercamiento cumbre de la lírica a la realidad cotidiana fue gracias al ritmo y estilo coloquial que un grupo de jóvenes poetas de la posvanguardia, imprimió a sus obras en la controvertida década de 1970. Fenómeno conocido como Poesía Conversacional, que no encontró un líder representativo por una profusión de trabajos con calidad, poco vista anteriormente.

En esta generación nacieron grandes poetas y ensayistas, entre los que descuellan Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández y Nancy Morejón.

La poesía cubana actual nació, por tanto, de una “transculturación” de todas las corrientes que la fueron influenciando. “Se trata de lo que pidiéramos llamar ‘cosmopolitismo estilístico’, donde entran modos, artificios, vinculados a poéticas tan disímiles como la barroca y la renacentista, la romántica y la vanguardista, la manierista y la simbolista.” (1)

La simultaneidad de planos, sentido y efectos caracterizan la poesía cubana de hoy. La diversidad es su mayor significado y significante, y la mejor muestra de que la poética cubana no ha ido muriendo con los poetas, sino que ha ido naciendo con miles de pretextos.    

(1) Luis, R. Y Prats Sariol, J., Selección: Tertulia Poética, nota editorial, ED. Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1988.
 

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