REVOLUCIÓN ENERGÉTICA EN CUBA
La estrategia de la Isla no es crecer en el gasto de electricidad, sino en tener la capacidad de dar respuesta y la disponibilidad para un consumo racional, dijo la ministra de la Industria Básica, Yadira García.
SUSEL CRUZ PÁEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La Habana.- Cuba activa en la actualidad políticas de ahorro y eficiencia para tratar de paliar los efectos que en la economía causan los elevados precios del petróleo y sus derivados.
Esta nación es miembro de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y se haya entre los países donde más seriamente se ha retomado el concepto de uso racional y eficiente de la energía.
El exmandatario cubano, Fidel Castro, expresó en enero del 2007 que son objetivos clave racionalizar el consumo de hidrocarburos, suprimir despilfarros de combustibles, y obtener ventajas económicas al introducir medios tecnológicos y electrodomésticos.
Todas estas medidas, puntualizó, están acordes con la intención de ahorrar anualmente un estimado de mil millones de dólares.
En el último año la energía eléctrica dejada de servir en Cuba (los apagones), está prácticamente eliminada, aunque la economía siguió su ritmo de crecimiento y la población puso en funcionamiento millones de equipos electrodomésticos, entregados masivamente a precios subsidiados o a su costo, con el respaldo de facilidades bancarias.
“Los proyectos de desarrollo de la revolución energética avanzan hoy en Cuba y requieren de la entrega y el esfuerzo de los involucrados, incluido el pueblo”, aseguró la ministra de la Industria Básica, Yadira García.
La ministra puntualizó que la estrategia de la Isla no es crecer en el gasto de electricidad, sino en tener la capacidad de dar respuesta y la disponibilidad para un consumo racional.
Hay que seguir creciendo en la conciencia de ahorro de la familia cubana, y de manera especial, en las administraciones para consolidar el desarrollo de nuestra Revolución Energética, recalcó.
Uno de los más profundos cambios conceptuales inherentes a la Revolución Energética radica en el establecimiento de un nuevo esquema de generación eléctrica (la generación distribuida por todo el país), mediante la instalación de baterías de grupos electrógenos diesel y de fuel-oil.
En menos de un año, fueron instalados más de 1 000 MegaWatts (MW) en grupos electrógenos sincronizados, con la ventaja de reducir las pérdidas de transmisión al estar ubicados más cerca de los consumidores, y de aseguran la vitalidad económica y social de la nación en caso de eventos naturales, explicó el ingeniero eléctrico, Ernesto Gutiérrez.
En el 2007 la dirección del país decidió aumentar el nivel de vida de la población cambiando el sistema de cocción de los alimentos con keroseno y gas licuado por electricidad, pero no obstante a esto una parte de la población cubana está inconforme con la medida.
“En mi núcleo familiar recibíamos mensualmente una balita de gas, ahora con los nuevos equipos eléctricos solo se reparte una al año”, dijo Eduardo Sorís, residente en la capital del país.
Agregó que existen problemas de voltaje porque los cables de los edificios son muy antiguos y no resisten esta carga de electricidad.
Alberto Cuesta Lazo, especialista del Centro de Dirección del Uso Racional de la Energía (DURE), explicó que aún queda mucho por hacer y en cuanto a la rehabilitación de las redes eléctricas dijo que el 68% de las zonas de bajo voltaje ya fueron reparadas, beneficiándose con esto más de 645 mil personas.
Más de 20 millones de equipos electrodomésticos variados se han distribuido en el país, cuatro de ellos para garantizar el ahorro, como es el caso de los refrigeradores. De esas unidades se cambiaron dos millones 100 mil, con lo que se economizan 728 mil toneladas de combustible.
Si estos cambios se realizaran en el resto del mundo, las reservas de hidrocarburos durarían el doble y la contaminación que estos causan a la atmósfera se reduciría considerablemente, enfatizó el también especialista del DURE, René Páez Pérez.
En la búsqueda de una mayor eficiencia en el uso de la electricidad fueron cambiados alrededor de tres millones de equipos electrodomésticos en poder del sector residencial por otros menos gastadores, puntualizó.
Consideró también que la iniciativa provocó, con un impacto tremendo en la economía y en la comodidad para la población, al evitarse la transportación de los cilindros de gas o cargar el keroseno.
Creo que aún las condiciones no son las más idóneas para que el país se enfrente a este cambio radical, porque todavía existen problemas de apagones y casi siempre suceden en la hora pico, cuando se está cocinando, afirmó la ciudadana Xiomara Páez Batista.
Según René Pérez, no se trata solo de diversificar la matriz energética, sino de preocuparse por dar un uso racional y eficiente a la energía.
Dos condiciones deben ser consideradas a este efecto, agregó. Primero, mediante buenas costumbres de uso se debe evitar el desperdicio, hábitos que solo se logran a través de una profunda educación; y segundo, promoviendo la utilización de artefactos y equipos modernos, altamente eficientes.
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