EL MISTERIO DE JOSTEIN GAARDER
“Mi consejo a todos aquellos que quieran encontrarse a sí mismos es que sigan justamente donde están. Si no, existe un gran peligro de que se pierdan para siempre.” Jostein Gaarder
MARITA PÉREZ DÍAZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
En la pasada Feria Internacional del Libro, el escritor noruego Jostein Gaarder apareció en la Facultad de Artes y Letras como uno de esos comodines de las barajas. Nos miró fijamente a los ojos y preguntó: “¿De dónde venimos?” Esta y otras preguntas sin respuesta nos hacen reflexionar en su libro El Misterio del Solitario, ganador del Premio Literario de Asuntos Sociales, el Premio Nacional de la Crítica Literaria en Noruega y el Premio Europeo de Literatura Juvenil.
La historia comienza cuando Hans Thomas, un muchacho noruego de doce años, y su padre, un marinero apasionado por la filosofía, emprenden viaje por carretera hacia Atenas en busca de su madre, quien los había dejado para "encontrarse a sí misma".
Un enigmático enano regala a Hans una lupa y le aconseja que pasen la noche en Dorf, pequeño pueblo suizo. Allí, un viejo panadero le obsequia un panecillo en cuyo interior se oculta un diminuto libro que comenzará a leer con la ayuda de la lupa. A partir de ese momento, el muchacho vivirá otro emocionante viaje paralelo: el de la imaginación. Conocerá de Frode, marinero que sobrevivió a un naufragio en una isla desierta, de sus barajas y de cómo combatió la soledad haciendo que cada una de las 53 cartas tuviera vida propia.
Pensando en todo ello, Hans Thomas formulará las eternas preguntas de la humanidad: ¿Quiénes somos? ¿Cuál es el auténtico significado de nuestra vida? ¿Hasta qué punto nosotros, a diferencia de los naipes, podemos determinar nuestro destino?
Un aspecto original de la obra es el calendario basado en las barajas. El año tiene 52 semanas, de manera que cada carta tiene una. Siete por 52 son 364, pero el año tiene 365 días, por lo que sería el día del Joker. En los años bisiestos se añade otro, es decir, otro Joker, quizás por eso los naipes tienen dos. Gaarder utiliza esta interesante teoría al dividir su libro en 52 capítulos para cada una de las cartas y uno para el Joker.
El Solitario, según su tesis, es aquel que va por el mundo cuestionándose las cosas sencillas y a la vez complejas de la vida. Ser un Solitario es ser una persona con inquietudes filosóficas, inconforme con las respuestas vacías, y al que nunca se le termina la curiosidad infantil.
Gaarder utiliza diversos conceptos filosóficos y datos verdaderos de la Historia de la Filosofía, pero en ocasiones escoge el camino más fácil para no complicar sus explicaciones. No subestima al lector, pero a veces deja algunas cuestiones en el aire. Un ejemplo es cuando reflexiona sobre el destino y se basa en la historia de Edipo. Dice que Edipo significa “el de los pies hinchados” por el mal trato recibido en Tebas, y no se complica diciendo que es porque lo habían colgado por los talones. Si de todas formas ofrece todos los detalles del cuento, incluso algunos más insignificantes, creo que este también podía haberlo dado.
La filosofía es un tema recurrente en los libros de Gaarder, tal es el caso de su conocida obra El mundo de Sofía, traducido a más de 50 idiomas y convertido en Best Seller. Pero, desde el punto de vista literario, El misterio del Solitario tiene más valor; pues además del habitual trasfondo filosófico, la historia es el centro de atención. En ambos textos utiliza la fórmula que le ha dado éxito de “libro dentro del libro” o “historia dentro de la historia”, con la que nos hace reflexionar a través del pensamiento de los más grandes filósofos: los niños.
El libro llega a nosotros casi 20 años después de ser escrito, y su forma sencilla, directa y amena, lo hace de fácil entendimiento por el público juvenil. Pero no por estar dirigido especialmente a los jóvenes significa que no sea una lectura sugerida para los adultos, en especial aquellos que ya no recuerdan cómo eran de niños. Es una obra para todos: los curiosos, los reflexivos, los aventureros y, principalmente, para esos Joker que van por la vida desentrañando misterios.
El tiempo hace que nos hagamos mayores, sentencia Gaarder en su obra, pero nos da esperanzas cuando expresa que "en cualquier momento, y en cualquier lugar, puede salir disparado un pequeño bufón, joker o solitario, con largas orejas de burro y cascabeles tintineantes. Nos mira fijamente a los ojos y pregunta: ¿De dónde venimos?”.
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