GÉNERO DE GÉNEROS
Tema: Julio del Río Reynaga sostiene que “el reportaje no es una noticia, pero es su coyuntura. Es su fundamento y por lo mismo se rige por los factores que determinan el valor de la noticia y los elementos de interés noticioso. A partir de una noticia, trasciende el suceso”.
LAURENT GUEVARA SANTANA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
En el terreno movedizo de los géneros periodísticos, es el reportaje el que más atrae a los estudiantes de esta carrera. Quizás los apasiona la idea de, como dijera García Márquez, contar una historia, o tal vez la motivación radica en la ausencia de este estilo en los medios de comunicación cubanos. Aunque Martínez Albertos también sustenta que "entre las nuevas tendencias informativas, el reportaje o periodismo de investigación es la que despierta más entusiasmo entre los profesionales".
Un reportaje es una historia sin un tono ni estructura literaria, sino periodística. El término tiene su origen en el vocablo italiano reportagio. Es el género periodístico más cercano a la literatura, donde el autor puede narrar un acontecimiento, mostrar los hechos en voz propia de los involucrados y evidenciar su criterio. Es conocido como el “género de géneros” o “rey de la información” por ser el más completo y constituir la suma del resto de las técnicas. Incluye otros estilos como la nota informativa, la crónica, el comentario y la entrevista.
Por su trascendencia, Julio del Río Reynaga también asegura que es “la salvación del periodismo escrito.” Todos los medios de comunicación requieren de reportajes que abunden en las noticias o informaciones que transmiten a diario. Sobre todo, este género es de vital importancia para la prensa escrita. Por carecer ésta de la inmediatez del Internet, la radio o la televisión, necesita realizar trabajos que profundicen en los sucesos novedosos. Sin embargo, ni los periódicos, ni los noticieros explotan esta técnica periodística lo suficiente, unas veces por falta de tiempo o de espacio, y otras, por causa de la escasez de noticias, dificultades con el transporte o deficiencias técnicas, pero estas excusas no justifican la carencia de trabajos investigativos que profundicen en las informaciones y contrapongan criterios en las publicaciones y programaciones nacionales.
El periodista cubano Luis Machado Ordetx, en el artículo El reportaje escrito: reflexiones sobre el modelo documental, expone que este género es la principal herramienta del periodismo interpretativo, porque rebasa los límites de la información, busca sus motivos y antecedentes, permite contar el hecho en todas sus aristas, aporta valoraciones del redactor, expone la realidad con objetividad para posibilitar que el lector cree su criterio y asuma determinada posición. En conclusión, muestra una noticia explicada desde sus causas y orígenes.
Éste es un género que requiere tiempo para crearse. Es necesario hacer investigaciones profundas que posibiliten confeccionar una información verídica, con bases sólidas, fuentes confiables y criterios diversos, para brindar al público un producto bien elaborado. Es necesario pensar en los lectores, que son precisamente para quienes trabajamos.
¿Cómo definen los académicos al reportaje?
El reportaje se puede dividir en objetivo o informativo, y en interpretativo. El primero pertenece al género informativo, donde se describe el suceso y se exponen criterios contrapuestos de fuentes sin expresar de forma directa valoraciones personales del periodista; mientras que el segundo, como se había planteado anteriormente, clasifica en el género interpretativo y contiene un componente de opinión más fuerte. Juana Osmaira González Consuegra, periodista villaclareña, en su artículo Monarcas de la Interpretación expone que “el reportaje interpretativo no admite improvisaciones, responde a las necesidades del lector moderno.”
Las clasificaciones son muy disímiles. Los teóricos no reconocen los mismos términos y lo agrupan de distintas maneras, por tanto, un trabajo puede ajustarse, según sus características, a varias denominaciones. Por ejemplo: el reportaje testimonial, también es conocido como Investigativo, Juan Gargurevich lo llama histórico, mientras el cubano Luis Rolando Cabrera lo nombra de Archivo o Gabinete, por el modo en que se elabora.
Gabriel García Márquez puntualizó: "(...) el reportaje me parece el más natural y útil del periodismo. El que puede llegar a ser no sólo igual a la vida, sino más aún: mejor que la vida. Puede ser igual a un cuento o una novela con la única diferencia -sagrada e inviolable- de que la novela y el cuento admiten la fantasía sin límites pero el reportaje tiene que ser verdad hasta la última coma. Aunque nadie lo sepa ni lo crea".
En opinión del español José Luis Martínez Albertos, "desde el punto de vista de la creación literaria, el reportaje suele ofrecer al periodista un margen de oportunidades casi comparable al que brindan los géneros literarios de ficción, como los cuentos o los relatos breves”. El catedrático también lo define como “el género más específico del periodismo interpretativo a escala universal. Es, podemos decir, aquel género que ofrece mayores posibilidades para lograr una eficaz interpretación y análisis de los acontecimientos."
Para Gonzalo Martín Vivaldi, el reportaje es un relato periodístico “esencialmente informativo, libre en cuanto a tema, objetivo en cuanto a modo y redactado preferentemente en estilo directo en el que se da cuenta de un hecho o suceso de interés actual y humano que suele ser una narración informativa con vuelos literarios, pues en su hechura el reportero goza de la mayor libertad expositiva.”
Por otro lado, el profesor venezolano Humberto Cuenca propone que, "el reportaje será más o menos grande, según quien lo escriba, será más o menos profundo según la capacidad del reportero para profundizar en los hechos (...) será más o menos interpretativo según la sensibilidad, la cultura o la capacidad estimativa de quien narre un hecho (...)"
Miriam Rodríguez Betancourt, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, lo establece como un “(…) relato-narración de características literarias sobre un hecho, asunto o tema de actualidad o interés general, en el que se pretende dar una visión amplia mediante el análisis, la interpretación y la información contenida en una exhaustiva investigación practicada en el terreno o a partir de fuentes orales o documentales”.
Los periodistas mexicanos Carlos Marín y Vicente Leñero lo explican como la “(…) forma periodística que se elabora para ampliar, completar y profundizar en la noticia, para explicar un problema, plantear o argumentar una tesis o narrar un suceso. El reportaje investiga, describe, informa, entretiene y documenta”
Según Rodolfo Muñoz Zapata, reportero ecuatoriano, en su libro De la noticia al reportaje humano: ”(…) es quizás la forma más exigente de la expedita utilización de los recursos de la noticia de rutina, pero sumado a ello la investigación, la interpretación, y sobre todo la definición noticiosa de los conflictos y alegrías de los seres humanos que componemos la civilización actual.”
Por su parte, el periodista mexicano Manuel Buendía Tellezgirón lo precisó como un: ”(…) desafío a la capacidad técnica de narración. Representa un compendio de técnicas de la noticia y de la entrevista. Requiere para llevar sus requisitos elementales de un asunto o tema que tenga importancia tal, que pueda ser tratado a fondo (…)”.
José Antonio Benítez lo define como la “(…) forma periodística que comunica, explica, analiza y examina los hechos y profundiza en todos los sucesos que narra”.
En Periodismo para nuestro tiempo: informar e interpretar, Eduardo Ulibarri Bilbao, plantea la idea de que el insumo básico del reportaje consiste en la investigación exhaustiva sustentada en la observación participante del periodista y en la confrontación de fuentes. Luego, en el texto Idea y vida del reportaje, Ulibarri expone que “(…) indaga con distintos grados de profundidad, valiéndose de múltiples fuentes y métodos, sobre hechos o situaciones públicas, para dar a conocer su existencia, relaciones, orígenes o perspectivas, mediante el empleo de diversas estructuras y recursos expresivos”.
Confrontación de opiniones
Julio del Río Reynaga propone una acertada definición del reportaje, donde no se concibe como la noticia en sí, sino como su complemento. Según Reynaga, este género periodístico siempre parte de un hecho novedoso, por lo que el reportaje y la noticia deben compartir los mismos valores y características para mezclarse armoniosamente. Siempre debe ser veraz, objetivo, actual, novedoso y de interés humano. Una vez brindada la información, esta técnica es la encargada de estudiarla, investigarla y explicarla; luego, la argumenta. El reportaje es la noticia completa.
Humberto Cuenca afirma que el reportaje moderno “no es noticia, es una situación; no es sensacionalista, es radiografía social; no es suceso extraordinario, es descubrimiento de una realidad”, definición a la cual Reynaga clasifica como “el hombre con sus problemas cotidianos”.
Por ejemplo, una noticia es la aparición del primer caso de la influenza A H1N1 en Cuba. Este hecho se publica como una nota informativa, pero la investigación del desarrollo de la enfermedad, el estado de salud de los infectados, las estrategias y medidas a seguir dictadas por el Ministerio de Salud Pública, etc, demanda un trabajo periodístico exhaustivo y constante. La búsqueda de opiniones autorizadas permite realizar trabajos que respondan a las preguntas de los lectores y esto lleva a la confección del reportaje, porque sólo así se pueden confluir los hechos noticiosos, las entrevistas y los comentarios en un solo género.
Carlos Manuel Barruecos, jefe de información de la Agencia de Información Nacional, opina que el reportaje es un género importante en el periodismo, “no es una información, sino que parte de ella para ampliar lo que el periodista quiere llevarle al lector. Permite incluir en él más de un género, ofrece la posibilidad de enriquecer el trabajo con una entrevista o un comentario.”
Lourdes Stusser, joven periodista de la redacción cultural del Noticiero Nacional de Televisión, opina que el único tipo de reportaje que existe es contar una historia. También concuerda con la frase de Reynaga, “a partir de la noticia trasciende esta técnica o género periodístico, mas no solo es su coyuntura, también puede ser la noticia en sí misma explicada. Hay reportajes que dedican diez páginas a explicar el hecho y dos a profundizarlo. Lo más importante en realidad no es lo contado, sino la manera de hacerlo”.
Por su parte, Alina Martínez Castillo, jefa del equipo de cultura de la Agencia de Información Nacional, no cree que existan varios tipos de reportaje, sino buenos y malos. “Una información integral, intencional y completa puede ser un gran reportaje. A veces 40 líneas con fuentes diversas y contrastadas pueden proporcionar un buen trabajo. Lamentablemente, los jóvenes piensan que el gran reportaje en prensa impresa es el que abarca una página y media en periódicos y cuatro en revistas. La calidad no depende de la longitud o de la cantidad de fuentes. Existen muchos clichés y convencionalismos respecto a este tema, asevera”.
Barruecos explica que en las agencias de prensa casi nunca se maneja este género, sólo se hace por solicitudes específicas. Además, considera que para los órganos de prensa, tanto escrita como televisiva, es imprescindible realizar buenos reportajes porque éstos le brindan al lector o al televidente mucha información, “en mi criterio, en los medios se realizan muy pocos trabajos de este tipo y no todos los que se hacen tienen la calidad requerida”.
Según plantea Stusser, “en televisión casi no se maneja ese género y si se hace un análisis del contenido del noticiero, se percibe que apenas se usa esta técnica en su acepción tradicional. Hay una tendencia a hacer reportes que incluyen un párrafo de información en off del periodista y un corte del entrevistado, y así continuamente. Esos trabajos se asumen como reportajes por el hecho de darle voz a las fuentes consultadas, pero en realidad son notas ampliadas, muchas veces basadas en sucesos que no son noticiosos.”
Mientras que Alina Martínez afirma que no comparte el criterio impartido por la Academia de que el reportaje es el más completo de todos los géneros, porque es una fiel amante de la información.
“Es necesario practicar mucho en la Academia y durante los primeros años de ejercer el oficio, para aprender a manejar esa técnica. Sobre todo es importante instruirse bien en el trabajo con la información, pues de ella parte y de ella depende el reportaje”, agrega Alina.
Sobre qué género es más completo, la periodista y profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Iraida Calzadilla, sostiene que no comparte con quienes pretenden establecer cercos cualitativos: “Es tan importante y completa una información como un reportaje cuando ambos se conciben, investigan y escriben bien. Cada género cubre una intencionalidad en el periodismo, profesión justamente signada por ese destino.
“Sin embargo, no niego que en el reportaje, como en ningún otro género, podemos plasmar con mayor profundidad el palpitar de la vida, de los problemas que nos inquietan y urgen de soluciones, en suma, el devenir de la sociedad en sus muy diversas y amplias aristas. Junto a estos aspectos puramente informativos, el reportaje ofrece también posibilidades de creación más flexibles, un empleo vasto de la narrativa, es decir, productos comunicativos de una más alta factura tanto en lo que se revela en ellos, como en su forma expresiva”.
A su vez, Barruecos concluye en que “el cubano está bien educado y busca una información de calidad. El pueblo se informa, lee los periódicos y reconoce cuando se hace un buen trabajo, prueba de ello son los elogios plasmados en la sección Acuse de Recibo de Juventud Rebelde, cada vez que aparece un reportaje con calidad”.
Dónde queda el “monarca de la interpretación”
En prensa escrita algunos órganos han tenido la iniciativa de impulsar el trabajo periodístico investigativo y como resultado hacen buenos reportajes. Pero aún los medios están saturados de trabajos con cursis ingredientes literarios, frases hechas y un lenguaje seudopoético que raya en lo ridículo.
Los hechos carecen de voz propia, no pueden contarse por sí solos, esa es una verdad establecida por los teóricos. La función de los periodistas y de los medios de comunicación es asegurarse de hacerlos llegar a la sociedad. Entonces, cumplamos con nuestra labor.
Es necesario sentirse comprometidos con los lectores y no tomar el oficio a la ligera, confeccionar agendas temáticas que traten temas sociales de interés público. Hay que aprender a contar historias sin creer jamás que por solo aparecer publicado un trabajo, va a interesar a los receptores. Trabajemos para quienes nos leen y para que nos lean.
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Martínez Albertos, José Luis: Curso general de redacción periodística, MES, La Habana, 1991, p. 273.
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Muñoz Zapata, Rodolfo: De la noticia al reportaje humano, Editorial Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 1990, p. 62.
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Rodríguez Betancourt, Miriam: Tipología del periodismo contemporáneo, Disertación, Instituto Internacional de Periodismo José Martí, La Habana, 2001.
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Ulibarri Bilbao, Eduardo: Idea y vida del reportaje, Editorial Trillas, México, 1994, p. 38.
Ulibarri Bilbao, Eduardo: Periodismo para nuestro tiempo: informar e interpretar, 1988. Pie de imprenta: San José Libro Libre.
Wikipedia, la enciclopedia libre.htm
Fuentes directas:
Alina Martínez Castillo, jefa del equipo de cultura de la Agencia de Información Nacional.
Carlos Manuel Barruecos, jefe de Información de la Agencia de Información Nacional.
Iraida Calzadilla, periodista y profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
Lourdes Stusser, periodista de la redacción cultural del Noticiero Nacional de Televisión.
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