¿AZÚCAR EN LA PLAYA?
En Guanabo, investigadores del Museo Municipal Habana del Este localizaron el ingenio Santa Cruz o Sibarimar, del siglo XVIII.
Texto y fotos:
CLAUDIA OJEDA FERNÁNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La franja costera del este de La Habana demuestra que el azúcar y la sal pueden convivir. El grupo de investigadores Sibarimba, del Museo Municipal Habana del Este, localizó recientemente el ingenio Santa Cruz o Sibarimar, el más cercano a la playa de Guanabo y que data del siglo XVIII.
El hallazgo, ubicado al norte de la loma de Guanabo, al suroeste del río Ahoga Gallinas, formó parte del desarrollo industrial de la localidad de Peñas Altas, que incluía 35 ingenios de 200 existentes en La Habana.
El auge de los ingenios se debe a que la corona española destinó un fondo para la producción azucarera, de modo que los terratenientes coparon todo el territorio, así fueran terrenos fértiles, cenagosos o cercanos a la costa, explicó Evelinkaya Calderín Piz, ingeniera geofísica y miembro del grupo Sibarimba.
A su vez, José R. Martínez, jefe de la investigación, reveló: “La búsqueda del sitio comenzó a partir de indagaciones sobre la familia Santa Cruz, al conocer que esta se desarrolló en la zona. La pesquisa fue ardua, los mapas y planos del siglo XIX no concordaban con la realidad en el campo y gracias al encuentro con un señor de apellido Lugones, supimos que el río fue desviado en el siglo XX por el dueño del reparto”.
A finales del siglo XVIII, el azúcar desempeñó un papel decisivo en la localidad de Guanabo. El ingenio fue fundado por Pedro Beltrán de Santa Cruz en el año 1770, miembro de una de las familias más importantes en el sector.
Reportes de la época indican que estuvo moliendo cerca de un siglo y sirvió como punto estratégico para el comercio y contrabando de azúcar, aguardiente, mieles, maderas y la trata de esclavos.
Estudios recientes demuestran que Santa Cruz, a pesar de ser un lugar idóneo para el ataque de piratas y corsarios, sobrevivió a las amenazas de Rodney, primera figura del almirantazgo inglés antes de Nelson, quien merodeó y saqueó la zona en agosto de 1782.
Barracones en estado ruinoso podían observarse hasta finales de la década del 50 del siglo pasado. Ladrillos panetela -muy delgados-, loza fina y fragmentos de construcción son algunos de los restos que perduran donde un día estuvo Sibarimar.
Tras el descubrimiento y su revelación a la comunidad, quedará insertado en los archivos municipales como parte de la historia del desarrollo industrial de Peñas Altas - Consejo Guanabo- y las piezas encontradas exhibidas en el Museo Municipal Habana del Este.
Pie de foto: Piezas del ingenio más cercano a la playa de Guanabo, según afirman los investigadores.
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