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Isla al Sur

UNA COLECCIÓN CON ESPINAS

UNA COLECCIÓN CON ESPINAS

Desde hace 27 años, un jagüeyense tiene en su casa más de 100 cactus, endémicos de Cuba y otras latitudes. 

Texto y fotos:
ANAMARYS CARBALLEA CIGALES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

En distintas formas y tamaños, pero todos verdes y cargados de espinas, desde 1985 una colección de más 100 cactus adorna el techo de la casa de Huberto Muñoz George, en el municipio matancero de Jagüey Grande.

La muestra cuenta con diferentes géneros de esa planta, los cuales agrupan más de 20 especies: “Los ordeno en hileras según el tipo de clasificación y así, además de embellecer, también puedo darles el tratamiento que requieren”, comentó Muñoz.

Entre las plantas que más destacan se encuentran el melocactus matanzanus, especie en peligro de extinción y endémica del Valle Yumurí, en Matanzas, así como el saguaro, originario del norte de Estados Unidos, y la grusonia, más conocida como Cojín de suegra, gracias a sus largas espinas y forma de almohadón.

Este aficionado a los cactus explicó que empezó a cultivarlos empíricamente y en una ocasión que estuvo dos años cumpliendo misión internacionalista en Angola, se los robaron: “Cuando regresé, volví a recopilarlos porque es una planta bella y todas sus especies florecen.

“Algunos se siembran con tallos y otros con semillas, y siempre es necesario una mezcla que contiene arena, cisco de carbón, barro triturado, hojas secas y la tierra; mientras peores condiciones tenga, mejor es el crecimiento”.

Por su parte, Alfredo Rodríguez García, otro de los coleccionistas de cactus en la localidad, señaló que ese árbol debe permanecer al sol y en tiempo de sequía se riega una vez al mes, pero cuando llegan las lluvias, la mayoría se pudre.

“Además del agua, también se dañan con los distintos tipos de aves, principalmente los gorriones, que les comen las flores, y con la hierba mala que crece alrededor del tallo”, agregó.

Muñoz George comentó que las plantas se adquieren mediante el intercambio con diversos coleccionistas del país y en eventos que se realizan en el Jardín Botánico Nacional.

Según datos recogidos en Internet, la palabra cactus se deriva del griego Káktos, la cual el filósofo Teofrasto utilizó para nombrar una especie de cardo espinoso. Existen pruebas que en la Antigüedad el vocablo se empleó en varios poemas y durante la Edad Media se designó a la alcachofa comestible.

En Cuba en particular, hay evidencias de que en el siglo XVI, antes de la construcción que rodea la bahía habanera, vecinos del territorio utilizaron las tunas para obstaculizar el paso a las trincheras que los defendían de ataques de corsarios y piratas.

También algunos informes de Botánica demuestran que en la Isla esa planta se utiliza en diversos tratamientos de medicina natural tradicional, y en otros casos como laxante y antiinflamatorio. Además, la ciudad de Las Tunas recibe su nombre por la cantidad de ese tipo de cactus que había en la región.

Pie de foto: Diversas especies de cactus, endémicas de Cuba y otras regiones, conforman desde 1985 la colección del jagüeyense Huberto Muñoz George.

Ficha Técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Sumario de Cómo.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Datos adicionales.
Primer valor noticia: Curiosidad.
Otros valores noticia: Interés colectivo y Proximidad o cercanía.
Tipo de fuente: Directa, no documental, documental.

 

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