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Isla al Sur

ENTREVISTA CON LA HISTORIA

ENTREVISTA CON LA HISTORIA

LO MEJOR DE LA “AGRESIVIDAD”

RAYMON DARIEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con la maestría que caracteriza a Oriana Fallaci, destacada periodista italiana, entrega en la primera parte de su libro Entrevista con la historia, de la Editorial Pablo de la Torriente, nueve entrevistas a grandes políticos de todos los tiempos, de forma muy descriptiva y como siempre preguntando lo que el público no conoce y quiere saber de estas personas que definieron el destino del mundo.

Golda  Meir, Henry Kissinger, Indira Gandhi, Nguyen Van Thieu y Hussein de Jordania son algunos de sus entrevistados en esta edición, que es precisamente un nexo entre el periodismo y la historia, un relevante testimonio que se recordará por su importancia para conocer en un futuro cómo pensaban los que tenían el poder.

Los entrevistados, defendiendo siempre sus posiciones políticas y puntos de vista, reciben a la autora con cierto temor a que ella les haga decir algo personal o que los comprometa con sus ideales. Los trabajos de la Fallaci están llenos de preguntas sin respuestas por parte de sus entrevistados, quizás por el temor a decir algo que luego serían publicadas en todo el mundo.

Según la escritora, en la entrevista realizada a Yasser Arafat, lo que cuenta en ella no son las preguntas, sino las respuestas; si una persona tiene talento, se le puede preguntar la cosa más trivial del mundo: siempre responderá de modo brillante y profundo. En cambio, si una persona es mediocre -continúa diciendo la autora-, se le puede plantear la pregunta más inteligente del mundo: responderá siempre mediocre. Para ella, la calidad de las respuestas es esencial.

Oriana Fallaci, la reina de las cuartillas impresas y paradigma de los entrevistadores agresivos, hace gala de su estilo periodístico y narra cada detalle de estos encuentros cortantes.

Cada palabra de sus trabajos trasmite el compromiso del periodista con su obra y con el público. La honestidad es un punto clave en su carrera y se evidencia cuando después de entrevistar al general Giap, este le manda tres folios diciendo que eso y solo eso es lo que él le exigía que publicara. Los papeles no decían nada, salvo una serie de frases retóricas y vagas donde no se incluían las verdaderas respuestas. Fallaci le dice que sí lo hará, pero junto con el auténtico. 

Estos nueve textos de preguntas y respuestas representan un disfrute desde el punto de vista técnico y estilístico en las manos del público en general, pero sobre todo, en manos de estudiantes de Periodismo y Comunicación, ya que servirán de guía en sus futuras profesiones. Estos sabrán sacar los jugosos conocimientos y consejos que la Fallaci deja implícitos en los textos periodísticos.

LA HISTORIA POR SUS AUTORES

LUIS A. AUTIÉ CANTÓN

“¿La historia está hecha por todos o por unos pocos? ¿Depende de mil leyes universales o solamente de algunos individuos?” Esta es la meditación que nos propone, desde el principio, Oriana Fallaci en su libro “Entrevista  con la historia”.

Las luchas entre el norte y el sur en Vietnam, los problemas en el Medio Oriente y Europa, así como la política exterior de Estados Unidos para con algunas naciones orientales, son sólo varios de los controversiales temas abordados en el texto.

La Fallaci, fiel a su estilo de preguntas duras y atrevidas, nos adentra en las décadas del sesenta y del setenta del siglo XX, durante el período de Guerra Fría, por medio de conversaciones con dieciocho personajes políticos de la historia contemporánea.

Henry Kissinger, Nguyen Van Thieu, el general Giap, Norodom Sihanuk, Golda Meir, Yasser Arafat, George Habash, Hussein de Jordania, Indira Gandhi, Ali Bhutto, Sirimavo Bandaranaike, Pietro Nenni, Giovanni Leone, Willy Brandt, Hailé Selassié, Mohamed Reza Pahlevi, Helder Camara y Alejandro Panagulis son los personajes que la autora perspicazmente disecciona, cual experta cirujana, utilizando su inteligencia inquisitiva en lugar del bisturí.

Mostrando un perfecto dominio de las técnicas literarias, incluye antes de cada conversación una descripción de la personalidad del entrevistado en cuestión, así como del sitio en el cual se realizó el encuentro, convirtiéndonos en un tercer participante del encuentro.

Es probable que, en ocasiones, algunos lectores se puedan sentir algo predispuestos a juzgar a la persona con la que se desarrollará el diálogo de la misma forma en que la autora lo hace al principio de cada entrevista, y que no compartan ciertos criterios políticos y sociales puestos de manifiesto en determinadas conversaciones del libro, pero como dice Paquita Armas Fonseca, en su nota a la edición cubana de “Entrevista Con la historia”, a cargo de la editorial Pablo de la Torriente: “… cada presentación exhibe el grado de compenetración establecido entre la periodista y el personaje encuestado. El tono del retrato que hace varía en dependencia de sus convicciones políticas.”

“…la Fallaci describe, amén de su posición clasista, fundamentalmente desde los sentimientos desbordados en un instante y no desde la razón. Así puede hacer tanto daño como tanto bien.”

Resta invitarlos a leer esta obra, a ser partícipes indirectos de cada una de las entrevistas y a descubrir la verdad escondida tras cada uno de los entrevistados puestos, cual libros abiertos, bajo la lupa de la sagaz Oriana Fallaci.

RETRATO POLÍTICO CON VOCES DE LA HISTORIA

ALBERTO CABRERA TOPPIN

Si se quiere tener una idea de cómo fue políticamente la segunda mitad del siglo XX, la obra Entrevista con la historia, de la italiana Oriana Fallaci, es de indiscutible consulta.

En ella, la autora conversa con diversas personalidades como Ali Bhutto, presidente de Pakistán; Sirimavo Bandaranaike, mandataria de la actual Sri Lanka; Giovanni Leone, gobernador de la República de Italia; Willy Brandt, jefe de Estado de la Alemania Federal; Mohamed Reza Pahleri, rey de Irán… Con un lenguaje claro y preciso, se exponen los puntos de vista de los entrevistados acerca del acontecer internacional, sobre todo de sus percepciones acerca de los distintos sistemas económico-sociales, las ideologías y las potencias que en ese entonces existían.

La Fallaci se muestra hábil en el arte de dialogar y de exponer las conversaciones de manera tal que el lector pueda imaginarse la voz y la apariencia de los interrogados. Incluso, logra que las propias respuestas den una idea de la personalidad de estas figuras importantes, mientras que las hace más humanas al mostrar sus errores, las relaciones con los adversarios, su apreciación de la muerte, la justicia, la libertad. Muy importante para la valoración del lector resultará el orden de las entrevistas, colocadas de modo que se logre un mayor contraste de planteamientos: Gandhi contra Bhutto, Selassié frente a Reza Pahleri, y otros.

Es de resaltar la agudeza de la periodista y su astucia al preguntar, aún cuando el entrevistado ha pedido cambiar el tema, así como su habilidad para recrear el ambiente donde ocurre la conversación y las descripciones bastante precisas de la imagen ya sea de un rey, un arzobispo o un emperador.

La italiana se vale de la falsa objetividad para exponer también formas de gobierno, problemas en las sociedades de los países a que hace alusión, criterios sobre las guerras, las torturas, el fascismo, la falta de democracia y otras problemáticas evidentemente políticas.

No faltan las preguntas que van más allá de la imagen creada por los personajes y que se adentran en su vida personal. De esta forma se verán criterios sobre la poligamia propia de religiones como la musulmana, se podrá percibir cómo son las relaciones con la familia, entre otros aspectos.

Fiel a la causa justa, intenta por todos los medios cuestionar a los entrevistados desde el punto de vista de las personas más afectadas, asumiendo una posición de rechazo a la pobreza, el analfabetismo, la miseria y la represión.    

Más que entrevistas de opinión y de personalidad, Oriana Fallaci entrega al público un retrato de la situación mundial en la centuria pasada, cuando aún quedaban vestigios de sistemas feudales y el miedo al fascismo prevalecía. Entrega, para hoy, historia.

CONVERSACIONES CON UNA TRANSGRESORA

LUAR LÓPEZ DE LA OSA

Una serie de dieciocho polémicas entrevistas a personalidades políticas de la historia contemporánea son recogidas en el libro Entrevista con la historia, escrito por la periodista italiana Oriana Fallaci (1929-2006). Estas fueron realizadas por la autora durante un período de dos años cuando trabajaba para el periódico L´Europeo.

La escritora es conocida en el género entrevista por el empleo de la pregunta agresiva, directa. En la obra hace gala de su sagacidad como periodista al informarse y preguntar tanto de los logros del entrevistado como de sus desaciertos. Sus dotes en el oficio se basan en analizar las complejidades que encierran a una figura política y, más que ello, adentrarse en el fenómeno del poder.

Fallaci cuestiona el porqué está en manos de unos pocos, los cuales deciden sobre el destino de muchos. Se muestra inconforme con el orden político. Acaso, se plantea la escritora, “¿qué somos nosotros? ¿Rebaños imponentes en manos de un pastor ora noble ora infame? ¿Material de relleno, hojas arrastradas por el viento?” 

Esta inconformidad con la arrogancia de los gobernantes quizás tiene origen en su pasado, de sus recuerdos de la Italia fascista de Mussolini. Su participación en la Resistencia contra la ocupación nazi en su Toscana natal nos devela su espíritu de justicia. Estaba influenciada por las ideas antifascistas de su padre, el cual fue víctima de torturas durante la ocupación de Florencia por los nazis.

La belleza de su profesión como periodista la otorga en el prólogo del libro a la capacidad de hacer historia al instante, de narrar en caliente los hechos; y no como se ha hecho la historia que nos antecede, de la cual desconfía porque no cree en los relatos tardíos, en los hechos que ya no se pueden controlar.       

Como lectores, el libro nos hace pensar en la falta de racionalidad en el orden que el hombre se ha impuesto y del cual es víctima. Las entrevistas nos acercan a la vida de grandes personalidades ofrecidas como individuos con virtudes y defectos. Uno de los objetivos de esta obra es hacernos ver que estas notables figuras no son más inteligentes, ni más grandes que cualquier ciudadano sino que están orientadas por la ambición, por la extraña necesidad del poder.

Al oír a Ali Bhutto como un hombre incompresible por sí mismo; a Sirimavo Bandaranaike como una mujer tímida, madre ante todo, víctima del destino al llegar a la presidencia de Ceilán; a Pietro Nenni como un periodista inconforme con sus trabajos; a Giovanni Leone sobre su gusto por el café; a Willy Brandt sobre su nula relación con su padre; al arzobispo Helder Camara como un seguidor del comunismo que había simpatizado con el fascismo en este libro son desmitificados y mostrados ante uno como seres humanos.  

Estimo el libro necesario para los jóvenes periodistas, ya que manifiesta el valor de cuestionar nuestra sociedad, así como nuestros dirigentes.   

UNA CLASE MAGISTRAL

SANDRA MADIEDO RUÍZ

“Este libro no quiere ser más de lo que es: es decir, un  testimonio directo sobre dieciocho personajes políticos de la historia contemporánea. No quiere prometer nada más que lo que promete ser: es decir, un documento a caballo entre el periodismo y la historia”, así comienzan las frases del prólogo de Entrevista con la historia, de la periodista y escritora italiana Oriana Fallaci.

“La reina de la entrevista agresiva” penetra en la psicología de sus entrevistados, quienes constituyeron hitos en el quehacer de sus naciones y trascendieron a la humanidad.

Indira Gandhi: ”Es esa mujer increíble que gobierna sobre casi quinientos millones de seres y que además acaba de ganar una guerra frente a los Estados Unidos y China”. George Habash: ”El médico que nació para ser un ángel y a quien el odio o la desesperación convirtieron en un demonio”. A través de un estilo periodístico exclusivo, la Fallaci caracteriza a sus interrogados, quienes se desnudan ante sus inquietantes y sarcásticas preguntas.

A cada parlamento antecede una crónica que describe las particularidades del ambiente, la imagen psicofísica del entrevistado, las  primeras impresiones de la escritora: sus dudas y reservas.

La conversación, pese a ser polémica y rebasar los límites de la distancia profesional entre entrevistador y entrevistado, fluye armónicamente, pues como expresó Voltaire: ”Juzga a un hombre por sus preguntas mejor que por sus respuestas”.

Reflexiono que solo mediante la entrevista agresiva la autora de Carta a un niño que nunca nació, La rabia y el orgullo, Un hombre y Los siete pecados capitales de Hollywood, logra sus objetivos, pues  si se hubiera mantenido al margen no contáramos hoy con facetas desconocidas de la vida de las figuras, en su momento, más importantes del orbe.

La técnica empleada no pudo ser mejor y en las 413 páginas del libro cada diálogo es una clase magistral de cómo realizar una buena entrevista periodística, por tanto, el texto constituye uno de los materiales a estudiar tanto por reporteros en formación como consagrados en la profesión.

Oriana Fallaci muestra la realidad como es y la enriquece con sus propios matices mediante un lenguaje claro y directo. La búsqueda de la verdad y el  compromiso con miles de seres humanos hace de Entrevista con la historia una obra de grandes valores literarios y periodísticos, una referencia auténtica si se quiere conocer y profundizar acerca de los conflictos políticos de las  décadas convulsas del sesenta y setenta: los problemas del Medio Oriente, que  aún  persisten, los enfrentamientos de la derecha e izquierda y los líderes que cambiaron en el curso de la historia.

MÁS ALLÁ DEL SACRIFICIO, SABIDURÍA

DAIRON IVÁN MIRANDA QUINTERO

Oriana Fallaci, periodista en todos los sentidos, nos regala en la segunda parte de Entrevista con la historia, nueve personalidades de polémicas características individuales, relacionadas en esencia con elementos tan disímiles como el poder, la lealtad a sus raíces, la posición y origen social, sus conceptos de la vida, sus trayectorias específicamente políticas.

Para lograr una composición, sin duda alguna armónica, la autora se apoyó en una herramienta particular del periodismo que es la búsqueda incesante de información del tema a tratar y de la psicología del entrevistado no rindiéndonos jamás ante las adversidades que nos depara llevar a cabo una conversación amena, pero a la misma vez comprometida con los intereses del público, y lograr, además, respuestas productivas sobre la base de preguntas bien fundamentadas.

«(…) Me vuelvo optimista. Porque creo en los hombres, en su capacidad de mejorar. Porque considero a los hombres como el principio y el fin de todas las cosas. Porque estoy convencido de que la prueba decisiva es siempre él, el hombre, y que solo cambiando al hombre se cambiará la sociedad». Estas palabras forman parte de una de las respuestas del senador italiano Pietro Nenni, contenidas en el texto y pruebas, cada una, no solo de las capacidades de la autora, sino de la impresión y el respeto que logró inspirar en líderes como el antes citado. Preguntas de corte reflexivo, agresivo, íntimo y mucho más, humano, nos obsequian revelaciones e inquietudes del interrogado, las cuales logran sorprendernos en ocasiones.

La escritora revela, además, elementos muy debatidos y del interés de cualquier lector: ¿Qué hay detrás del personaje inventado por los altos dirigentes, y jefes de naciones con historias tan controvertidas como la de Italia, India o Alemania? ¿Qué valoraciones persisten en sus memorias acerca del fascismo? ¿Conservan en la espiritualidad algún atisbo de nobleza, o son de manera absoluta el títere manipulado por estereotipos, casi siempre del «carácter más conveniente» al cargo político-social que desempeñan? ¿Es necesario un premio de renombre como el Nobel de la Paz para ser partidario comprobado de los derechos de los pobres, los oprimidos y los incomprendidos?

Fallaci también desborda, a lo largo de la compilación, el antagonismo efectivo en todo tipo de literatura: enganchar desde el primer momento con descripciones, historia y comparaciones de índoles personal y profesional. Aunque a veces llegamos a discrepar acerca de determinadas posiciones políticas que cita y defiende la periodista, esto no limita la calidad del libro en toda su extensión, al contrario, lo(a) reafirma fuente obligatoria de sabiduría.

ENTREVISTA CON LA EXCELENCIA

ALEJANDRO ROJAS ESPINOSA

¿Alguna vez has soñado con conocer alguno de los más grandes personajes del mundo contemporáneo? Entrevista con la Historia es un libro que transmite la forma de pensar de 18 figuras que marcaron el transcurso de la humanidad. Oriana Fallaci, escritora y periodista italiana, presenta un material genial, con el que puedes o no estar de acuerdo en algunas temáticas, pero sí siempre hay que ver la técnica que emplea, pues este libro es una obra maestra del género del diálogo.

El texto cuenta con figuras como Henry Kissinger, secretario de Estado en varias ocasiones y consejero de Seguridad Nacional durante el mandato de Richard Nixon y Gerald Ford en Estados Unidos de América; Nguyen Van Thieu, quinto Presidente de la República de Vietnam; Yasser Arafat, primer Presidente de la Autoridad Nacional Palestina; Golda Meir, cuarta Primera Ministra de Israel, e Indira Gandhi, Primera Ministra de la India en dos ocasiones. 

Los temas tratados pueden ser un poco hirientes para los entrevistados, pero la característica principal de la Fallaci es su forma de preguntar, de entrar a los lugares más íntimos de las personas, de tener un arma para contestar una respuesta con una buena pregunta.

Cada figura entrevistada trae consigo una reseña, esta demuestra la preparación de la escritora para sentarse ante un presidente, un general, un criminal, en fin, un ser humano con algo interesante para contar, pero conociendo que es ella quien tiene las riendas en la conversación y las horas que le conceden las aprovecha, pues nadie quiere conocer lo que todos cuentan, sino aquello que cada uno vive desde su experiencia más personal.

En varias entrevistas las propias personalidades le hacen preguntas a Oriana, a las que de un modo u otro responde, y usa eso como un arma para curiosear el por qué de la interrogante. Si algo se puede asegurar es que cada gesto y cada posición eran estudiados por la periodista en el momento, y cada gusto, virtudes o defectos los conocía para así saber mantener una armonía más allá del contenido de su interrogatorio.

No se debe enjuiciar a la Fallaci por los criterios que tiene, y su forma de abordarlos, pues ella pensaba de acuerdo con las circunstancias que la rodeaban, a su visión del mundo y sus concepciones y lo que sí debe estar la mayoría de los lectores a favor es que logró, en cada diálogo, desnudar a los interlocutores y mostrar sus criterios más personales.

La Editorial Pablo de la Torriente nos presenta el compendio con una Nota a la edición cubana por Paquita Armas Fonseca, quien nos propone un acercamiento a la forma de ver las cosas de Oriana Fallaci y el Prólogo, traducido del original de la autora, en el cual expresa su modo de pensar y es una antesala de lo que aparece en el texto.

Este libro no quiere ser más de lo que es: es decir, un testimonio directo sobre dieciocho personajes políticos de la historia contemporánea. No quiere prometer más de lo que promete: es decir, un documento a caballo entre el periodismo y la historia, nos dice Oriana Fallaci.

JAQUE MATE

CAMILO VILLA JUICA

Cuando se trata de entrevistas a líderes políticos quienes -se quiera o no- dirigen el curso de nuestras vidas, estamos acostumbrados a leer interrogatorios complacientes, los cuales más bien parecen un favor para el personaje en cuestión o, en el mejor de los casos, leemos una especie de “manifiesto” donde el entrevistador no pasa a ser más que el canal utilizado por el entrevistado.

Con esta suposición –claro, los que pecamos de no haber estudiado previamente a su autora- comenzamos a leer Entrevista con la historia, de la periodista italiana Oriana Fallaci.

Mientras avanzamos en la lectura, nos detenemos en las descripciones y las preguntas, dándonos cuenta de que no estamos ante una periodista cualquiera, sino ante un referente obligado para quien desee ser un profesional de la comunicación, pues su estilo inmediato, agresivo y sin escrúpulos, deja muchas veces al “rey atrapado” -un “jaque mate” al directo- evidenciando un sello propio y una permanente búsqueda de la verdad. El lector agradece su sinceridad.

Si bien la falta de imparcialidad en Orianna Fallaci es evidente a la hora de interpelar a políticos de su agrado o no, las preguntas son muchas veces incómodas para todos. No deja escapar ninguna polémica, debate y/o hecho desagradable para con sus entrevistados.

Distintos líderes desfilan ante sus interrogantes, todos, para bien o para mal, decisivos en determinada época. Curiosa parece la entrevista al emperador de Etiopía, su majestad Hailé Selassié. En esta última, la Fallaci ridiculiza las absurdas contradicciones de quien fuera considerado el Mesías Negro, sobre todo por los practicantes de la religión rastafari.

También llama la atención la conversación con el líder socialista italiano Pietro Nenni. Aquí, la “fiera periodística” deja en evidencia su profundo respeto y admiración por el líder histórico del socialismo italiano. Aunque tales loas causaran más de una opinión adversa contra la autora de Penélope en la guerra.

En la entrevista a Sirimavo Bandaranaike, primera ministra de Ceylán, hoy Sri Lanka, Oriana logra explotar su lado más humano: madre, ama de casa, viuda...

Nada, a la Fallaci se quiere o, sencillamente, se deja en el camino. Es difícil no alabar en ella su dominio de la técnica periodística y la capacidad única de dar riendas (casi) sueltas a la entrevista. Puede darse el más caro de los lujos: hacer lo que desee.

En fin, se podría catalogar este libro, y por ende a su autora, como paradigma en el campo de la comunicación. Es un texto necesario que sirve para conocer cómo se hace el buen periodismo, con un estilo directo y sincero. Con ella se aprende, como dijera Virgilio Piñera, a “pulir el instrumento”.

Cuesta creer, después de leídas sus líneas, que Oriana Fallaci terminara apoyando las invasiones en Medio Oriente por parte de los Estados Unidos, cuesta creer que aquella mujer soñadora, antifascista, terminara siendo una fanática “anti-musulmana”… Sí, cuesta creerlo.

 

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