AFICIÓN CON DOBLE SENTIDO
La estatua decorativa “Isis y Galatea”, ubicada en el Salón Dorado del Centro Cultural Dulce María Loynaz, contribuye al estudio de acontecimientos desconocidos sobre la vida de esta poetisa cubana.
Texto y foto:
ROSALIA CARMONA LEDESMA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Esculpida con el mármol de las canteras de Carrara, uno de los más famoso del mundo y lugar donde el artista Miguel Ángel seleccionaba los bloques para realizar sus obras, la escultura “Isis y Galatea”, ubicada en el Salón Dorado del Centro Cultural Dulce María Loynaz, revela pasajes desconocidos sobre la vida de esta poetisa cubana, Premio Cervantes.
Según la mitología griega, el cristianismo bautiza a Isis como diosa de la maternidad y la fertilidad, asemejándola a la Virgen María. Al respecto, Beatriz Almaguer, especialista principal de la institución, destacó que Dulce María, al igual que otras mujeres de su familia, no pudo tener descendencia aunque la buscó denodadamente.
“Tal incapacidad se convirtió en una de las mayores debilidades de la Loynaz, así que comenzó a apasionarse por los niños y las esculturas de ángeles de tamaño similar al de los infantes. Esta obra, por ejemplo, también dibuja la imagen de Galatea, personaje mitológico que suplica a los dioses el don de la procreación humana en varias leyendas”, subrayó Almaguer.
Octavio Marín, restaurador del centro, explicó que la pieza posee estilo neoclásico e interpretación de motivos decorativos greco-romanos, por lo que su nombre proviene de la mitología griega: “De ahí que su alto valor patrimonial y legado cultural contribuyan a nuevas investigaciones sobre la tan reconocida narradora cubana”.
Sobre la adquisición de la pieza, Elisa María López, museóloga, manifestó que no se ha confirmado si fue un obsequio de su esposo Pablo Álvarez de Caña o fue comprada personalmente, durante sus viajes al exterior.
La escultura data del siglo XIX, posee base de granito, buena conservación y sus medidas de alto, largo y ancho oscilan entre los 108, 44 y 57 centímetros, respectivamente. Fue esculpida por el artista español Fernando Vichi.
Marín indicó que solo fue necesario restaurar la pieza en una ocasión por la falta del dedo pequeño en su mano izquierda, sin embargo, gracias a la calidad y la originalidad del material empleado en su confección, no ha presentado rajaduras ni síntomas de deterioro con el paso de los años.
“Terrón de azúcar llaman los arquitectos al mármol extraído de las canteras de Carrara. Miguel Ángel lo prefería por su blancura, tonalidades azulado-grisáceas y aspecto harinoso. Razón que evidencia la alta cultura de Dulce María y su elegante afición por esta rama del arte”, valoró la museóloga.
Esta institución atesora una colección de abanicos de disímiles materiales y estilos, así como una escultura griega, femenina, que permaneció durante un largo tiempo sin cabeza en el jardín de la entrada y se convirtió en uno de los logotipos del Centro por el significado que tuvo para Dulce María Loynaz.
Pie de foto: “Isis y Galatea”, estatua de mármol esculpido, perteneciente a la poetisa cubana Dulce María Loynaz.
Ficha técnica:
Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Relieve.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide Invertida + Dato adicional.
Primer valor noticia: Novedad.
Tipo de fuentes declaradas: Primarias, No tradicional.
Tipo de noticia: Ligera.
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