Blogia
Isla al Sur

HISTORIA DE UN ABRAZO MORTAL

HISTORIA DE UN ABRAZO MORTAL

El Museo Nacional de la Danza guarda en sus salas un fragmento delgado del chal que usaba la bailarina norteamericana Isadora Duncan al morir.

Texto y foto:
ROSALIA CARMONA LEDESMA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.  

¡Cuidado! No se acerque demasiado, este diminuto cordel no entiende de cortesías, solo un acercamiento y ¡ZAZ!, usted puede perder su cabeza. Encerrado en cristales para proteger a los visitantes de su ademán malévolo, en el Museo Nacional de la Danza permanece un diminuto fragmento del chal que causó la muerte a la bailarina norteamericana Isadora Duncan.

El hilo, actualmente ubicado en la sala de Danza Moderna de esa institución, perteneció durante 59 años a la colección del compositor mexicano Salvador Moreno y posteriormente pasó a las manos del bailarín español Joaquín Lapiedra López, quien lo donó al centro el 16 de abril de 2000.

Entre los bienes más valiosos del museo figura este cordel, porque no solo lleva impregnada la historia de la muerte de Isadora Duncan, sino que también contiene la admiración de Lapiedra hacia el Ballet Nacional y su máxima inspiradora Alicia Alonso, destacó Aleida Pellón, museóloga e historiadora.

Sobre la tragedia que terminó con la vida de la diva del baile, Rosa Vicens, veladora del centro, subrayó que “fue ocasionada por un largo echarpe de seda que se atascó en la rueda trasera de su auto moderno. La bufanda estranguló el cuello de Isadora y la fracturó sin remedio, pues no consiguió librarse del mortal abrazo. Todo sucedió en un instante y sin grito alguno”.

Estudios realizados revelan que la también llamada “Ninfa” poseía una especie de maldición transmitida a las personas que amaba, así lo demuestran las desapariciones y extraños sucesos ocurridos a la mayoría de sus pretendientes. El supuesto maleficio que proyectaba le cobró la muerte a sus dos hijos, expresó Pellón.  

Aunque no se ha comprobado con exactitud, cuentan que las últimas palabras pronunciadas por la bailarina antes del accidente fueron: “Adiós, amigos. Me voy a la gloria”, agregó Vicens.

“Isadora tuvo como fundamento la danza griega. Cautivó al público europeo porque logró romper con las severas reglas del ballet clásico; sin embargo, estas notorias diferencias la hicieron más original, razón por la que sus seguidores vienen a contemplar el resto del famoso atuendo que le robó la vida”, explicó. 

La tragedia está narrada en el volumen El final de Isadora Duncan, de la escritora Mary Desly, autografiado por la Prima Bailarina Absoluta Alicia Alonso y expuesto a los ojos del público en la sala de Danza Moderna, comentó la museóloga. 

Aún con el paso del tiempo, el cordel mantiene intacto su color rojo, así como los mitos acompañan todavía a la iniciadora de la modern dance norteamericana después del deceso, debido al rumor de que posee dos tumbas: una en el cementerio francés Père-Lachaise y la otra en Panteón Nacional de San Fernando, en México.

En los salones del museo se exponen, además, libros, cartas, manuscritos, bocetos de coreografías, medallas otorgadas al Ballet Nacional durante toda su trayectoria, así como una famosa fotografía de Irving Penn, reconocido fotógrafo estadounidense, tomada para la revista Vougue, donde aparece Alicia Alonso junto a las principales personalidades de la compañía de EE.UU. en 1947.

Pie de foto: Fragmento diminuto del chal que causó la muerte a la bailarina norteamericana Isadora Duncan.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo,
Tipo de Lead: Especial de Fantasía.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide Invertida + Dato adicional.
Primer valor noticia: Curiosidad.
Otros dos valores noticias: Dramatismo, Impacto.
Tipo de fuentes declaradas: No documental, Primarias.
Tipo de noticia: Ligera, Blanda

EN LA HABANA, UN TROZO DEL ÚLTIMO CHAL DE LA DUNCAN

Se muestra en el Museo de la Danza en La Habana un fragmento de la tela que terminó con la vida de la famosa bailarina estadounidense.

PHU DOAN MINH,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Un fragmento del chal que marcó el último minuto de la vida de Isadora Duncan ―la bailarina y coreógrafa estadounidense―, se conserva entre otros objetos exhibidos en el Museo de la Danza. Esta pieza fue donada a la institución por la prima ballerina assoluta cubana Alicia Alonso y pertenecía a su colección privada.

El día 14 de septiembre de 1927, Isadora Duncan salió de su casa en Niza, Francia, donde llevaba viviendo años difíciles, para dar un paseo. Utilizó un pañuelo de seda china de dos por dos metros, pues era su costumbre llevarlos arrastrando tras ella.

Tomó unas copas en un bar cercano y después esperó a su compañero Ivan Falchetto, mecánico y vendedor de coches. Entró de nuevo en la casa para cambiar el pañuelo por otro que había lucido en varias apariciones y era ya una leyenda. La hebra textil que se conserva de este en el museo mide unos 23,5 cm de largo y es de color rosado, pero los especialistas del museo desconocen otros datos sobre el chal, al que tampoco, por reglas de conservación, se permite tomarle fotos.

Luego, la Duncan bajó y montó en el coche de su amigo, un Amilcar que ella misma apodaba como `Bugatti´. Técnicamente un ciclocar de los que eran de moda en ese período, de escasa potencia, pero tipo deportivo. El asiento del pasajero en este modelo de carro está dirigido en contra de la marcha, cercano al motor.

Al arrancar, el pañuelo, que se había enredado en el eje de la ruedas, estranguló a Isadora Duncan y la arrancó violentamente del asiento del descapotable. El conductor no pudo percatarse de lo ocurrido y detener el auto hasta que ya había recorrido unos 20 metros.

Fue llevada urgentemente al hospital, pero la muerte debió ser instantánea. Tenía partidas la nariz, la columna vertebral y la laringe, y la carótida rasgada.

“Isadora Duncan fue una bailarina excepcional, reconocida por todos y resulta algo chocante la forma en que falleció, dejando toda una vida de éxitos por delante. Es un honor para el museo poseer una pieza que nos recuerde, más que su muerte, el inmenso legado que nos dejó”, expresó Mirta López, especialista del museo.

Se conoce que el fragmento perteneció a Soledad Martínez, pintora barcelonesa, quien luego lo regaló al compositor mexicano Salvador Moreno. Después de la muerte de Moreno, Alicia Alonso lo donó al Museo de la Danza para su mejor preservación.

Angela Isadora Duncan o “La ninfa”, como la conocieron, nació en el día 27 de mayo de 1877 en San Francisco, California, Estados Unidos. Fue una bailarina considerada como la creadora de la danza moderna. A los diez años dejó la escuela para dedicar por completo su tiempo a su afición.

En el Museo de la Danza en La Habana se muestra, además, muchos otros elementos de la colección privada de la bailarina cubana Alicia Alonso, símbolo del ballet mundial.

Ficha Técnica:

Tipo de Título: Llamativo.
Tipo de Lead: Sumario de Qué.
Tipo de Cuerpo: Lead + Pirámide Invertida + Dato Adicional.
Primer valor noticia: Curiosidad.
Otros dos valores de noticia: Cercanía e Interés colectivo.
Tipo de fuentes declaradas: No documentales, documentales, tradicionales, primarias, directas.

0 comentarios