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La Botica Triolet es el único museo farmacéutico del mundo que recrea la usanza francesa y cuyas colecciones datan del siglo XIX. Se encuentra en Matanzas y cumplirá 50 años de fundado el próximo primero de mayo.
DAHOMY DARROMAN SÁNCHEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
El primer museo farmacéutico de América Latina, la Botica Triolet de Matanzas, constituye la única droguería francesa de finales del siglo XIX que se conserva íntegra en el orbe. El mismo cuenta con más de un millón de piezas originales y este primero de mayo (2014) arribará a la media centuria.
“El establecimiento posee un arsenal de información científica importante para los estudios actuales de la medicina natural, y a mi juicio, es el sitio turístico más importante de la provincia debido a su autoctonía”, expresó vía telefónica el doctor Ercilio Vento Canosa, historiador de la Ciudad de los Puentes.
Situado en la Atenas de Cuba, frente a la Plaza de Armas (hoy Parque de la Libertad), el establecimiento fue fundado como farmacia el primero de enero de 1882 por el doctor francés Ernesto Triolet, junto a su yerno Juan Fermín Figueroa, un farmacéutico matancero a quien llamaban “El rey de boticas de Cuba” por la amplia red de droguerías que poseía.
Según los Tomos I y LV del Recetario, el primer remedio, registrado en 1882, fue un tópico para la piel. El último, un anticatarral, lo elaboraron en 1964 Alfredo y Ernesto Triolet, hijos del fundador de la botica, y el primero de mayo, de ese mismo año, la farmacia abrió como espacio de exposición, explicó Marcia Brito Hernández, directora del museo desde su fundación.
La estructura arquitectónica reproduce a la típica de las construcciones cubanas de la época. La estantería es de cedro al igual que las 22 columnas que sostienen el lugar, el cual cuenta con tres pisos y ocho salas de exhibición; entre ellas está la Botica, la Segunda Sala o Rebotica, los dos almacenes, uno de productos autóctonos y el segundo de importaciones y a continuación, el patio.
En el laboratorio se expone íntegro el instrumental empleado para elaborar los productos. En el zaguán, están todos los muebles, la primera cabina telefónica pública que tuvo Matanzas, el etiquetero de 150 gavetas y más de 800 mil etiquetas para igual cantidad de albarelos o frascos. Luego se encuentra la sala de los vitrales, dedicada a la artista plástica Celia Triolet, la tercera hija del médico francés y de su esposa María Dolores Figueroa, la primera mujer farmacéutica cubana.
Entre sus colecciones figura también el instrumental decimonónico con el que se le hizo la autopsia a Antonio Guiteras, donado por el Doctor Vento Canosa; una Virgen de la Purísima Concepción esculpida en mármol blanco de Carrara, y una biblioteca con volúmenes de medicina y botánica que posee ejemplares únicos como “La nueva farmacopea de Bélgica”, del año 1845.
Como curiosidad, el museo muestra en sus libros de asentamiento las fórmulas preparadas en igual fecha cien años atrás; e incluso, está registrado el sitio hasta donde llegaba el sol cada día. Esta constancia y minuciosidad de sus propietarios justifica la acogida de más de un millón de visitantes en sus 132 años de fundado.
Declarado Monumento Nacional en el 2007 y Premio Nacional de Restauración un año después, la farmacia francesa está en la lista de las propuestas cubanas para alcanzar la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Pie de foto: Única botica francesa íntegra que se conserva en el mundo.
Ficha técnica:
Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Sumario de Qué.
Tipo de cuerpo: Lead +Pirámide Normal+ Dato Adicional.
Tipo de fuentes: Documentales (Tomos I y LV del Recetario). Directas o empíricas (Ercilio Vento Canosa y Marcia Brito Hernández).
Primer valor noticia: Singularidad.
Otros valores noticia: Actualidad, Interés colectivo.
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