CUANDO UNA MUJER
OANH DINH VAN (OANY),
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Manuela Sáenz fue una patriota, una mujer con insaciable sed de libertad y las responsabilidades que esto conlleva. Nacida en Quito el 27 de diciembre de 1797, tuvo una vida marcada por el hecho de amar profundamente a Simón Bolívar, el Libertador.
Un siglo después de su fallecimiento, el investigador, poeta y antropólogo ecuatoriano Luis Zúñiga, escribe una novela histórica titulada Manuela, para así dar a conocer la trayectoria de esta fémina, a través de un paciente estudio de cartas y testimonios.
Zúñiga utiliza la personalidad histórica como fuente de inspiración, método utilizados por varios escritores anteriormente, y que le valió el galardón Joaquín Gallegos Lara, premio nacional de su país natal. Entre sus libros figuran, Ruidos intercostales, Del barrio a la ciudad y Versiones.
Bajo la tutela de la Editorial Casa de las Américas, se muestra Manuela en trece capítulos, un lenguaje íntimo, de confesión, en el que se recrea el estilo narrativo de esta mujer, logrando así humanizar su personaje y acercar al lector hasta el punto de creer conocer a la protagonista.
Para entender una persona, hay que situarse en su época. Ella se encontraba en un mundo en que la sociedad no sentía mucho aprecio por las mujeres y donde casi no tenían ningún derecho. Sin embargo, contra todas las reglas, luchó por decir lo que pensaba.
Zúñiga plantea toda la vida íntima de esta mujer, cuando aún era joven. Su destino fue sellado desde el momento de su nacimiento: era la hija ilegítima de un hidalgo español y desde su niñez, fue internada en el monasterio Santa Catalina.
Los escándalos por sus decisiones acompañaron toda su vida. Estaba sumida en el amor con D´Elhyuar, un general, y luego de esa aventura impropia para su época, escapó del convento donde estudiaba. A la edad de 20 años, con “la voluntad de mi padre de convertirme en mujer honorable”, se casó con un médico inglés veintiséis años mayor que ella.
Sin embargo, fue capaz de dejar a su esposo, en una época donde el matrimonio era sagrado, porque prefería seguir su ideal y ser echada de un lado por la sociedad, que estar en un matrimonio sin amor. Su incondicionalidad por Simón Bolívar la demostró hasta el último momento de su vida.
Se hizo miembro del batallón Numancia, y después, fue una de las grandes independentistas de los países sudamericanos, así como una defensora fuerte de los derechos de las mujeres y en varias ocasiones fue defendida por otras féminas.
Manuela muestra una redacción precisa que logra situar al lector y enamorarlo de esta mujer única con su verbo imperioso, capaz de azotar la injusticia con la misma fuerza que se agrede al enemigo.
0 comentarios