ADIÓS A BLADIMIR ZAMORA, POETA Y PERIODISTA CAIMANERO
YASEL TOLEDO GARNACHE,
Agencia Cubana de Noticias.
Redacción de Cubaperiodistas.cu
Los restos del destacado poeta, crítico especializado en música popular, periodista e investigador cubano Bladimir Zamora Céspedes fueron sepultados este viernes en Bayamo, en presencia de numerosos creadores y otros amigos.
La lectura de algunos de sus versos musicalizados y el velatorio en la sede territorial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), organización de la cual era Miembro de Honor, fueron el preámbulo de la marcha hasta el camposanto de la capital provincial de Granma.
Blado, como lo llamaban cariñosamente, sobresalió por su relevante y extensa labor en la revista El Caimán Barbudo, y falleció a los 64 años de edad, víctima de una cirrosis hepática, contra la cual combatía desde el 2013.
El pasado martes fue ingresado en el hospital Carlos Manuel de Céspedes, el principal de Granma, y dos días después, a las 10:05 de la noche, su corazón dejó de latir.
El hermano, Juan Ramón Zamora Céspedes, dijo a la ACN que la tristeza embarga a toda la familia, y este golpe demoledor solo se puede aliviar, de forma leve, por el apoyo y cariño de tantos amigos, entre ellos muchos jóvenes, quienes estuvieron pendientes de su salud hasta el deceso.
Agradeció la posibilidad de velar los restos en la sede de la AHS, un sitio que fue casi la primera casa para el importante intelectual, autor de antologías como Cuentos de la remota novedad (1983) y de los cancioneros Una guitarra, un buen amor, (2007) y Trovadores de la herejía (2012).
En esa institución, que reúne la vanguardia de los creadores granmenses menores de 36 años, su cuerpo descansó desde las dos de la madrugada de hoy, cubierto por la enseña nacional, junto a ofrendas florales de Julián González, ministro de Cultura, y la presidencia nacional de la AHS.
El joven músico Dairon Fonseca Escobar refirió sentir un profundo dolor, porque Bladimir era un gran amigo y permanente consejero en el mundo creativo.
Juan Salvador Guevara, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Granma, destacó que Zamora Céspedes debe ser recordado con alegría, tal como es, porque los creadores auténticos nunca mueren, solo se adelantan para sembrar nuevos sueños.
Resaltó que deja una extraordinaria obra poética, investigaciones acerca de la música popular cubana y artículos periodísticos de valía enorme, en publicaciones de gran prestigio, como la revista El Caimán Barbudo.
Bladimir Zamora Céspedes, oriundo del poblado de Cauto del Paso, en el cercano municipio de Río Cauto, solía acompañar y promover la carrera de artistas jóvenes y, según dicen personas cercanas a él, tenía una habilidad especial para percibir el talento en los demás.
Residió durante varios años en La Habana Vieja, en un apartamento nombrado por sus amigos La Gaveta, donde guardaba una de las mayores colecciones de música cubana del país.
Otras de sus compilaciones literarias son Poesía cubana: la Isla entera (1995), Sin puntos cardinales (1987) y Papeles de Panchito, (1988).
Obras suyas aparecen publicadas en páginas impresas y digitales de Cuba y el extranjero.
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