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Isla al Sur

Rostros del Varona

UNA VIDA, UNA INSTITUCIÓN

UNA VIDA, UNA INSTITUCIÓN

La Cultura Física se convirtió en parte insustituible de mi vida, aseveró Luis Ferreiro, profesor destacado del Instituto Superior  Pedagógico Enrique José Varona.

LINET PERERA NEGRIN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Un hombre pequeño de estatura y sonrisa amplia me recibe en una habitación llena de fotografías, estatuillas y otros testimonios de triunfos pasados.

Los jóvenes le confían sus anhelos, junto a él crean memorias que quedan insertadas en sus vidas. Luis Ferreiro, pedagogo cubano, fruto del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, con un sentido de pertenencia total acumula innumerables experiencias en sus 27 años dedicados al magisterio y es uno de los hilos conductores en la formación de las nuevas generaciones.

 
-¿Por qué el magisterio, Ferreiro?

Cuando inicio mis estudios en el nivel medio superior en 1974, me piden integrar el Destacamento Pedagógico. En ese momento no me decido, a pesar que desde niño me gusta enseñar. En el último año, un grupo de profesores del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona nos imparten un conversatorio acerca del magisterio, entonces tomo una decisión: elijo ser educador.
 

-Algunos no consideran a la Educación

Física como una opción de estudios.

¿Por qué usted la escoge? 

Desde pequeño las actividades deportivas captaron mi atención, siempre trataba de participar en cualquier competencia. La Educación Física comprende todo el mundo de los ejercicios y los deportes, para muchos pasa inadvertida, pero para mí, llenó todo el espacio buscado desde niño. Más tarde, ella se convirtió en parte insustituible de mi vida, pues hace 27 años soy representante de la Cátedra de Cultura Física. La especialidad que me identifica es la natación, aunque me incliné muchísimo por el voleibol.

 

-¿Qué elementos no deben

faltar en una clase de

Educación Física?

Todo encuentro profesor-alumno debe tener una estructura adecuada y la garantía de accesibilidad de los estudiantes al contenido, promover en la formación de valores, el colectivismo y la cooperación, y fomentar el juego como componente desarrollador de habilidades, necesarias en cualquier actividad física.

 

-La preparación de los equipos

representantes del Pedagógico

en la disciplina de voleibol es una

constante en su trabajo y ello le ha

permitido la obtención de lugares

destacados. ¿Cuáles le han

proporcionado mayor satisfacción?

En mi memoria guardo muchas victorias: el primer lugar en los Juegos Ramales Occidentales Pedagógicos en voleibol femenino y masculino en 1996 y en los Juegos Provinciales Universitarios Pedagógicos del 2001. El segundo lugar en los Juegos Nacionales Universitarios Pedagógicos en el 2007 y el tercer lugar en el 2002 en los Juegos de Primera Categoría. Todos los reconocimientos, independientemente del grado de satisfacción que me produzcan, son para mí especiales y conllevan el compromiso de esfuerzos superiores.

 

-Con la tesis Sistemas de superación,

una de las primeras del ISPEJV,

alcanzó grado científico de Máster.

¿Cuál es su aporte fundamental?

Considero la contribución más importante, permitir la preparación de los profesores de Cultura Física para enfrentar el proceso docente-educativo con un nivel cualitativamente superior.

Toda  tesis, requiere de un esfuerzo adicional en la etapa de preparación y en la apropiación de conocimientos generales de diferentes campos del saber. El completamiento de las investigaciones y publicaciones exigidas, son requisitos adicionales indispensables. El hecho de ser uno de los pioneros en la especialidad agregó mayor complejidad al empeño. 
 

-El Instituto Superior Pedagógico

Enrique José Varona arriba a sus 45 años.

¿Cuánto hay del Pedagógico en Luis Ferreiro?

En la vida la disciplina es muy necesaria y esta institución me enseñó la clave para ser consecuente con mis actos, reflexionar, meditar: es mi vida. Fui un estudiante más dentro de esta ciudad escolar, luego empecé a trabajar aquí donde pienso retirarme, comprometido con el desarrollo de la educación en el país, en especial con todo lo relacionado con la Cultura Física. 

La fundación del Varona fue una  brillante idea. De haber sido una de aquellas personas iluminadas por la pasión y el interés de construir un futuro mejor, me sentiría orgulloso. Años más tarde tuve la posibilidad de crear la Cátedra de Cultura Física, lo que recompensó en alguna medida las añoranzas pasadas. 

 

-Es conocida su participación,

como ponente, en el Evento Científico

Premio Anual de Investigaciones del

Instituto Nacional de Deporte y

Recreación (INDER).

¿Qué temas ha tratado?

He presentado trabajos referidos a la interacción de la actividad fisiológica y física del hombre tales como: La postura correcta, La importancia de la respiración y el pulso arterial en la clase de la Educación Física o deporte y El factor de incidencia en el estudiante. Estas ponencias me permitieron obtener premios y menciones en los años 1997, 1998 y en el 2000, y me llenan de satisfacción más por la modesta contribución que pude hacer, que por los premios en sí.

 

-En 1994 realiza un estudio acerca

de la medicina tradicional,

específicamente sobre la digitopuntura.

¿Por qué su interés? 

Aunque no soy un experto en el tema, aprendí mucho de este mundo. Puedo decir que se basa en el conocimiento del Ying y el Yang y la medicina china. La digitopuntura permite aliviar algunas dolencias con solo localizar el punto de nuestro cuerpo asociado con el dolor. Siempre trato de encontrar una forma para ayudar a las personas y esta es una técnica viable en determinadas situaciones.

 

-Usted ha hecho trabajos abordando

diversos temas relacionados con la

salud y el deporte, uno de ellas,

La obesidad, ¿una enfermedad combatible?

¿Cree en la Educación Física como

un arma para combatirla?

El sobrepeso tiene múltiples causas: el estrés, los problemas personales, una dieta desbalanceada, la energía acumulada por encima de la gastada y el mal funcionamiento fisiológico del cuerpo humano. Considero entre los métodos para tratar la obesidad, el ejercicio físico o la práctica de deportes como fundamental.

Recomendaría ejercicios diarios, empezando por los más fáciles, caminatas de 35 minutos, una dieta bien proporcionada, en fin, una vida activa. En mi opinión, para acabar con el exceso de grasa es indispensable realizar alguna actividad física.

 

-En 1988 estudió los ritmos biológicos

del hombre. ¿Cómo se vinculan estos

estudios con el rendimiento de los atletas?

La vida del ser humano está marcada constantemente por el ritmo biológico, forman parte de él las emociones, el físico, el intelecto y la intuición. Los deportistas están en óptimas condiciones cuando estos marcadores son positivos, es decir, cuando existe un equilibrio perfecto.

Mira, un ejemplo: si estudiáramos el rendimiento de un competidor emocionalmente inestable, encontraríamos que los resultados deportivos no son satisfactorios.

 

-Otra faceta en su vida es la práctica

de la solidaridad, compartiendo sus

conocimientos y experiencia con

pueblos hermanos. Durante su

colaboración en Venezuela,

¿qué actividades realizó?

Trabajé en escuelas de todo tipo, desde primarias hasta preuniversitarios. Brindé conferencias en universidades del estado de Guarinae e impartí cursos. Realicé tablas gimnásticas con alumnos de preescolar y primer grado, y promoví la recreación sana en comunidades marginadas antes del proceso revolucionario, con la creación de equipos de béisbol y fútbol. A la tercera edad le dediqué mucho de mi trabajo. Tal vez a todo esto se deba la selección como uno de los mejores cooperantes en mi especialidad.

 

-Venezuela, el 11 de abril del 2003,

estuvo bajo una gran presión cuando

ocurrió el intento contrarrevolucionario

de destituir a Hugo Chávez. Usted

se encontraba de misión internacionalista

en aquel país, ¿qué puede

contar acerca del suceso?

Ese día nos avisaron a los cooperantes cubanos que no podíamos salir de la casa, más tarde nos recogieron y llevaron al aeropuerto. No permitieron la salida y nos mandaron para un lugar cercado y con estrictas medidas de seguridad. Allí  logramos estar al tanto de las noticias.

Horas después, el pueblo en una reacción tremenda devolvió  el poder al presidente Chávez y regresamos a nuestra residencia. Fuimos recibidos con tanta alegría por la gente que la incertidumbre vivida se hizo insignificante.

 

-Después de tantos años ejerciendo

una profesión, catalogada por algunos

como compleja, ¿cree que

falta algo por hacer?

Nunca he dejado de superarme, las vacaciones las paso buscando cosas nuevas para investigar. Ideas y deseos de trabajar hay, aunque a veces me frenen recursos que no están en mis manos.  Para el año venidero quisiera terminar un estudio sobre los beneficios de los ejercicios físicos en el tratamiento de los enfermos del Mal de Parkinson y otro sobre la postura incorrecta, tal vez eso sea algo de las tantas cosas que me quedan por realizar.

 

-Si no fuera maestro…

Sencillamente sería médico. Siempre me gustó enseñar y curar a las personas.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha técnica:

Objetivo central: Valorar la vida profesional del Master en Cultura Física Luis Ferreiro, profesor destacado del Instituto Superior Pedagógico  Enrique José Varona.

Objetivos colaterales: Brindar informaciones de sus investigaciones. Conocer la significación del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona en su vida. Indagar sobre su trayectoria como pedagogo.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Clásica, de preguntas y respuestas.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Directa.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Clásico.
Tipo de preguntas: 1-Directa; 2-Directa; 3-Informativa; 4-Abierta; 5-Directa; 6-Abierta; 7-Informativa; 8-Abierta; 9-Abierta; 10-Directa; 11-Informativa; 12-Abierta; 13-Abierta; 14-Abierta.
Tipo de conclusión: Opinión del entrevistado.

Fuentes consultadas:
Fuentes directas: Entrevista a Luis Ferreiro, profesor del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

“DE VOLVER A NACER, ESCOGERÍA SER PROFESORA DE QUÍMICA”

“DE VOLVER  A NACER, ESCOGERÍA SER PROFESORA DE QUÍMICA”

 

 

Ser maestra no es solo una profesión; para Mercedes Caridad García Pedroso, alumna fundadora del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, significa todo en su vida.

 

Texto y foto:
KARLA VALERO TIELES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

A los 15 años, mientras todas las niñas sueñan con una gran fiesta, el clásico vals y las fotos de recuerdo, Mercedes Caridad García Pedroso andaba por lo más intricado de los montes matanceros en una labor que se alejaba del tradicional festejo. Era 1961, y ella no dudó en dar el paso al frente para participar en la Campaña de Alfabetización.

Hoy, Máster en Ciencias  Didáctica de la Química y Asesora de Superación del Centro de Desarrollo Educacional de la Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV), acepta compartir las experiencias recogidas tras largos años como educadora, y confiesa cuan gratificante le ha sido la vida como pedagoga.

-¿Cuándo comenzó a

interesarse por el magisterio?

Desde niña quise ser maestra. Aunque me atraían otras cosas, como la medicina, siempre supe que quería enseñar. En 1961, al participar en la Campaña de Alfabetización, pude reafirmar mi vocación.

-Usted tuvo claro desde el primer

momento que quería enseñar Química,

¿cómo surge el amor por esa materia?

Gracias a mi profesor de Química, Cantera Estuch, del Instituto de Segunda Enseñanza de Cárdenas. Él impartía las clases de una manera que lograbas entenderlo todo sin mayores dificultades, parecía que contaba un cuento. En cada encuentro transmitía la devoción que sentía por la asignatura y yo la iba recibiendo. Luego el trabajo en el laboratorio, esa experiencia directa con la asignatura, terminó enamorándome por completo. Después busqué la oportunidad de mezclar mis dos pasiones: la pedagogía y la química.

-¿Cómo llegó al Varona

para estudiar magisterio?

Yo estaba en segundo año del preuniversitario, llegaron las becas para ingresar a la carrera y no lo dudé un segundo. Llené las planillas y me aceptaron. Abandoné el curso, vine para el Pedagógico y hasta el día de hoy no me he ido, ni pienso hacerlo.

Mercedes Caridad ingresó el 5 de enero de 1964 como estudiante. Durante más de años colaboró como alumna ayudante y por sus calificaciones quedó ubicada en el propio Instituto.

“No concibo la vida fuera del Varona. He pasado aquí cada etapa desde su fundación, cada momento, los buenos y los que no lo fueron tanto. Lo considero más que un centro de trabajo, un hogar. Es el lugar donde me he forjado, donde perfilé mi personalidad y pude llevar a cabo las perspectivas que tenía como maestra.”

-¿Qué recuerda con más

amor de su etapa de

estudiante en el Pedagógico?

Sobre todo a mis profesores del Instituto, responsables en gran medida de que me haya convertido en la educadora que soy. Hablo de docentes como el Doctor Rafael León, o como la Doctora Carmen Vázquez, y muchos otros que reafirmaron mi deseo de ser profesora. Ellos significan mucho para mí.

-¿Desde su perspectiva, qué

representó la fundación del Varona

para la educación en Cuba?

El Instituto fue el padre de todos los pedagógicos, aún cuando en 1964 se fundaron también el de Matanzas y el de las Villas, este fue la locomotora.
A partir de su creación se comenzó a trabajar en el desarrollo de la investigación educativa, en una didáctica de cómo enseñar las asignaturas y en la formulación de los diferentes planes de estudio. El Pedagógico ha sido fundamental para la educación cubana.

-¿Y las principales funciones

que cumple el Varona?

La labor principal del Pedagógico es la formación y superación del personal docente. Además de desempeñar un papel protagónico en la elaboración de los planes y programas educacionales, y en el apoyo a las diversas tareas que en este campo ha tenido la Batalla de Ideas.

También realizamos investigaciones para los diferentes niveles de la enseñanza, tanto cubana como extranjera, ya que tenemos convenios con varios países de Latinoamérica, Europa y África.

-¿Cuál es la fórmula secreta

del Pedagógico para la

formación de maestros? 

Trabajamos mucho en el aspecto vocacional de nuestros estudiantes, nos preocupamos sobre todo por su formación integral. Somos consientes de las cualidades que deben formar parte de la personalidad de un profesor, y ponemos todo nuestro empeño en fomentarlas.

Para la Doctora,  gran parte del éxito de los estudiantes recae en el profesor,  por eso siempre se ha exigido mucho como educadora. Al preguntarle sobre las cualidades del maestro, respondió: “Un buen educador debe ser  honesto, esforzado, creativo, sentir mucho amor por lo estudiantes y por la carrera. Tiene que ser un estudioso constante, esforzado y preocupado por su propia superación.”

Formar educadores es parte de su vida, labor que también realizó en el Destacamento Manuel Ascunce Domenech. Surgido ante la carencia de profesores e integrado por estudiantes de décimo grado de las escuelas en el campo, quienes al mismo tiempo que daban clases, recibían una rigurosa formación como maestros.

Sobre su participación en aquel revolucionario proyecto, del cual fue profesora fundadora, evoca: “Han pasado los años, pero no los olvido porque fue una experiencia buena e interesante. Esos maestros que se formaron dentro de la emergencia, igual que yo y no pocos de mis compañeros, a pesar de ser tan jóvenes, ni siquiera habían terminado el bachillerato, resultaron muy buenos alumnos. Me lleno de satisfacción y orgullo porque muchos de ellos están incorporados  a distintas esferas de la enseñanza, incluso a niveles importantes.”

Los ojos le brillan por la emoción que producen los viejos y buenos recuerdos; entonces, cuenta sobre su participación, en el 2005, como Asesora del Programa de Alfabetización y Educación para la vida Yo, sí puedo.

Estuvo en las montañas andinas, en una población llamada Quilanga, en la provincia de Loja, Ecuador. Fue un año difícil, lejos de la casa, de la familia, en un lugar extraño. No faltaron las complicaciones: las condiciones geográficas del lugar no eran las mejores, había que subir grandes lomas y dar largas caminatas para llegar a cada habitante, a lo que se sumó un padecimiento en la rodilla derecha.

Pero ella sabía que el esfuerzo valdría la pena: “Poder participar en el proyecto representó un gran privilegio para mí. Es gratificante poder ayudar a gente tan pobre y necesitada. La mayoría no conocía qué era Cuba, ni dónde estaba, y al final, terminaron sintiendo un gran afecto y cariño por los cubanos, por aquellos que les brindaban la posibilidad de aprender a leer y a escribir: esa es la mayor recompensa, saberse útil, llevar la enseñanza a quien más la necesita.”

-¿Qué puede contar sobre las

semejanzas entre esta experiencia

en Ecuador y la de 1961, en Cuba,

durante la Campaña de Alfabetización?

A pesar de tener un mismo fin, son dos vivencias muy diferentes, en lugares y momentos de mi vida, personal y profesional, completamente distintos.

Pero tienen en común que son obras para las cuales se necesita amor por lo que se hace. Ambas estuvieron dirigidas a las capas más pobres y necesitadas, fueron oportunidades en las que se pudo demostrar la grandeza y la fuerza de nuestro pueblo. Me siento privilegiada por haber participado en estas campañas, me aportaron mucho como persona.

-Usted ha participado en casi todos

los procesos de la enseñanza en

Cuba, ¿qué opina del desarrollo

de la educación en nuestro país?

Sin duda se ha avanzado mucho, pero todavía hay cosas por hacer. Debemos aprender de los maestros de más experiencias; no puede ser como hace 40 años, porque eso sería negar el desarrollo, pero hay detalles que rescatar y guiar por un camino con precisión, con seguridad, analizando nuestros puntos negativos y positivos.

Hay que trabajar mucho para lograr que se incorporen más jóvenes a estudiar magisterio, y hacer una revisión profunda de lo que tenemos hasta ahora y de lo que queremos alcanzar para de esta forma seguir avanzando con paso firme.

La Doctora García Pedroso no solo es la mujer profesional destacada en los campos de la educación y la química, también es dueña de un hogar. Para poder llevar todo a la vez, cuenta con el apoyo de sus dos amores: esposo e hijo. Para ella es fundamental la comprensión de ambos: “Puedes tener mucha voluntad, pero sin la colaboración de la familia, pasas un enorme trabajo.”

Me atrevo y le pido un breve comentario sobre su vida personal: “Soy una mujer realizada. Si algo tuviera que lamentar, es no haber tenido más hijos. Una familia más numerosa hubiera sido verdaderamente magnífico, pero por estudiar y superarme lo fui dejando atrás.

“Pero no tengo quejas, soy afortunada por el esposo que tengo, y mi hijo es maravilloso, ingeniero químico, parece que de tanto contacto con la materia, también le gustó, aunque se decidió por la ingeniería en lugar de la enseñanza.”

-En una retrospectiva de su vida,

¿qué pensamiento le surge?

Que me siento feliz y agradecida de ella. Y sin duda, de volver a nacer escogería ser profesora de Química.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha Técnica:

Objetivo central: Conocer  aspectos sobre la vida profesional y personal de la entrevistada.

Objetivos colaterales: Conocer los motivos que la llevaron a estudiar magisterio y su participación en las distintas campañas que en el campo educacional ha realizado la revolución, además de indagar en la labor del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV).

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el Canal que se obtuvo: Encuentro directo con la entrevistada.

Tipo de título: De cita directa.
Tipo de entrada: Anecdótica.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1- De exploración; 2- De exploración; 3- Directa; 4- De exploración; 5- Informativa; 6- Informativa; 7- Informativa; 8- Abierta; 9- De opinión; 10- De exploración.
 
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.
Fuentes Consultadas: 
No documentales: Mercedes Caridad García Pedroso. Directa.

PEDAGOGO POR MEDIO SIGLO

PEDAGOGO POR MEDIO SIGLO

 

 

Manuel Curbelo Vidal, profesor del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, nunca imaginó que dedicaría su vida a la enseñanza, una labor hermosa y gratificante.

 

Texto y foto:
LAURA PIÑERA RUIZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“En este momento, todo lo que se haga para desarrollar la vocación  de los jóvenes hacia el magisterio es muy importante, pues en gran medida de ello depende el progreso socio-económico de la nación cubana. De no existir buenos profesores, no existirán buenos profesionales de otras ramas. No cualquiera pueda ser maestro, solo lo lograrán personas con la voluntad y el ímpetu de convertirse en buenos educadores”.

Así piensa Manuel Curbelo Vidal, profesor del Centro de Desarrollo Educacional del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, quien confesó sus deseos de tocar el corazón de los jóvenes y despertarles la vocación de ser maestros.

Curbelo contó con una oportunidad única. En 1989, el Ministerio de Ciencias y Educación de España le otorgó una beca de premio: “El Ministerio español convocó a un concurso para toda América Latina, donde periodistas y maestros debían presentar sus currículos, que serían la base para otorgar una beca por cuatro meses en España con el fin de realizar investigaciones. Esto fue un privilegio para mí y una experiencia inolvidable.

“Tuve la suerte de que me la concedieran, todavía estoy sorprendido. Investigué en los históricos archivos de Sevilla, de Madrid, en la Biblioteca Nacional y pude estudiar los documentos originales que recogían información referente al descubrimiento de Cuba.

-¿Cuáles fueron sus primeros

pasos en el magisterio?

“La verdad es que nunca sentí inclinación por la profesión; tampoco pensé trabajar 50 años desempeñando esta labor, y no imaginé que me sentiría tan feliz de ejercerla”, cuenta el profesor, quien reconoce la repercusión que tuvo el triunfo revolucionario en su vida como estudiante.

“Al abrir la Universidad, después del triunfo de la Revolución, me incorporé a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. A los 23 años, tuve la posibilidad de comenzar estudios superiores. Terminé dos licenciaturas en Derecho, una de Diplomático y Consular, y otra Administrativo. Luego hice un Doctorado en Ciencias Sociales y Derecho Público. Conjuntamente, trabajaba en becas como maestro emergente y era director de un preuniversitario. ¡Sólo la juventud se atreve a aceptar retos como aquello! Fue una época hermosa.”

Rememora las visitas casi todas las noches de Fidel a la Universidad, y lo describe en la calle entre el rectorado y la escalinata, rodeado de estudiantes: “Cualquier tema de conversación era propicio. Al Comandante le interesaba mucho conocer el criterio de los jóvenes sobre problemas cotidianos y nuestro nivel de compromiso con la Revolución.

“Un día planteó la idea del plan de becas. Explicó que en La Habana se convertirían en escuelas las propiedades de los que habían emigrado al ver afectados sus intereses con la victoria de la Revolución.

“Muchos tomamos cursos de formación de profesores emergentes por especialidades, en mi caso de Historia, que se ofrecían en la Escuela de Letras. Fuimos preparados por grandes personalidades de la educación como: Julio Le Riverend y los doctores Eusebio Berbenuto, Fernando Portuondo y Ofelia Pichardo, quienes en pocos meses, nos dieron una excelente capacitación. Luego comenzamos a ejercer en esas lujosas residencias, ya convertidas en centros educacionales”.

-¿Qué formación recibió para

comenzar a ejercer como director

de un centro de estudios? 

Los jóvenes estábamos convencidos de la necesidad de nuestro apoyo a la causa revolucionaria, y no dudábamos ante cualquier faena.  Aceptábamos grandes desafíos, como este, sin tener toda la preparación debida. No existían las escuelas de cuadros. Aprendíamos también con lo que hacíamos mal, y solo el afán de hacer las cosas bien nos ayudaba a avanzar.

-¿Cómo llega usted al Instituto Superior

Pedagógico Enrique José Varona?

Yo fungía como investigador principal en el Museo de la Educación, rectorado por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas. Un día comencé a sentir que la jubilación era una necesidad; entonces me dijeron que en el Varona, estaban solicitando Doctores en Ciencias Pedagógicas y esa sensación se disolvió: en lugar de jubilarme, comencé a trabajar aquí y es donde estoy desde hace ocho años, en el Centro de Desarrollo Educacional Varona.

-¿Qué representa el Pedagógico

en la vida de Manuel Curbelo?

El 2009 es un año muy significativo, no solamente porque se conmemoran 50 años del triunfo del pueblo cubano, sino porque también cumple medio siglo de fundada la Ciudad Escolar Libertad, lugar donde se encuentra enclavado el Instituto, y que fuera, hasta el momento de la victoria revolucionaria, la principal madriguera del dictador, Fulgencio Batista; sin embargo, hoy es una ciudad de instrucción. Es un honor pertenecer a este lugar, por lo que representa políticamente y por su significado histórico en la educación cubana.

Trabajar en el Instituto Varona, me satisface muchísimo. Comparto con un colectivo de muy alta calificación, los mejores especialistas y maestros del país. Me enorgullece el gran respeto que reina, no solo por parte de los alumnos hacia sus maestros, sino entre el propio claustro de profesores.

El profesor colaboró con el Instituto Pedagógico Latinoamericano. Como parte de su desempeño allí, viajó a distintos países de América Latina como México, Colombia y Brasil, para ofrecer decenas de cursos, con el objetivo de preparar aspirantes a máster y doctores en Ciencias de la Educación.

-¿Ha notado usted diferencias 

entre la calidad educacional cubana y

la de otros países del continente?

Las diferencias en la educación son marcadas y no solo en la parte docente. En países capitalistas la enseñanza es un negocio, los mejores profesores trabajan en escuelas privadas. En las públicas, además de no tener las condiciones necesarias, hay mucha violencia.

Tuve una experiencia que siempre cuento a mis alumnos. Yo trabajaba en una de las universidades más famosas de Brasil y todos los días cuando me llevaban a dar clases, veía frente a una escuela, una inmensa cola que continuaba cuando regresaba por la tarde.

Un día pregunté la razón de esa muchedumbre y me respondieron que eran personas humildes y no se podían mover de allí ni aunque lloviera, pues no tenían dinero para pagar un centro privado, y esa era una escuela pública, con matrícula reducida. Las inscripciones comenzarían dentro de 15 días y si no esperaban pacientemente, perdían la oportunidad de que sus hijos estudiaran.

Me quedé asombrado, era algo realmente cruel. Reafirmé mi convicción de que debemos luchar porque nuestros hijos estudien la carrera de magisterio, para que las escuelas cubanas siempre sean tan buenas como lo han sido hasta ahora.

Como estímulo por haber recibido la condición de Profesor Vanguardia Provincial de preuniversitario de becas en 1969, Curbelo tuvo la posibilidad de visitar la Unión Soviética, Hungría, Alemania y Checoslovaquia. Reconoce hoy que ese recorrido lo estimuló a seguir trabajando más y con mayor calidad.

“Al regreso del viaje fui nombrado asesor de Historia. Tiempo después, pasé a trabajar como profesor del Instituto Nacional de Perfeccionamiento Educacional, fundado en 1970, y a los pocos meses, promovido a vicedirector, labor a la que dediqué los mejores 20 años de mi vida, pues me inserté en un proceso educacional extraordinario: la Revolución comenzó a crear los planes de formación de maestros de los niveles primarios y secundarios por estudios dirigidos.”

-¿Qué opinión le merece el

desempeño de los Profesores

Generales Integrales? 

Creo que los profesores generales integrales, son otra etapa de la emergencia educacional cubana. Me consideraba un emergente cuando acepté el llamado de Fidel para el plan de becas. Solo había hecho tres años de la carrera, mi preparación no era la requerida; pero esa experiencia fue extraordinaria y la asumí con mucha responsabilidad.

La juventud es capaz de afrontar las tareas que se le asignen a pesar de ser difíciles, con una excelente calidad. Esa actitud nos hace confiar en ella, porque es el futuro.

Manuel Curbelo afirma que no hay personas más indicadas que los propios maestros para confeccionar los cuadernos y artículos que servirán de guía a los alumnos y a quienes hoy se preparan como profesores integrales, por eso ha escrito decenas de folletos y reportes, además de numerosos guiones para las teleclases  de Historia.

“Para la elaboración de un tomo del libro titulado Historia de la educación y el predominio de las formas no escolares, fui seleccionado como responsable del equipo de redacción, todo un privilegio para mi, pues participé en la confección de la obra científica sobre la historia de la educación y la escuela cubana. El segundo tomo no se pudo terminar.

“También redacté el libro en formato digital Raíces de la formación revolucionaria de la generación del centenario. Que recoge el trabajo investigativo que hicieron distintos equipos de profesores del Instituto y los talleres estuvieron dirigidos por el Doctor Armando Hart Dávalos.”

Curbelo advierte que las nuevas tecnologías son un reto para los maestros y los exhorta a responder al desafío que les hace la revolución, cuando decide ubicar, en todas las escuelas del país, computadoras, televisores y videos, no solo para impartir clases, sino para prepararlas.

“Ese libro en formato digital fue colocado en todos los pedagógicos de la Isla como un referente metodológico e ideológico, útil para la juventud. Tenemos que utilizar los medios técnicos.

“Me gustaría que esta entrevista tuviera como eje principal mostrar a las nuevas generaciones que realmente un maestro dedicado al  estudio y a su trabajo, no tiene nada que envidiar a ningún otro profesional, pues este también realiza una tarea socialmente relevante. El médico es muy reconocido porque salva vidas; el maestro salva y crea personalidades.”

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Resaltar el desempeño del profesor Manuel Curbelo a través de su trabajo en el Museo de la Educación y en la Cátedra Varona.

Objetivos colaterales: Significado del triunfo de la revolución para su carrera. Conocer cómo se siente trabajando en Ciudad Escolar Libertad y específicamente en el Instituto Enrique José Varona. Criterio del entrevistado sobre temas referentes a la educación.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Entrevista cara a cara.

Tipo de título: De referencia al tema.
Tipo de entrada: De cita textual.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1-Abierta; 2-Abierta; 3-Directa. 4-Abierta; 5-De opinión; 6-De opinión; 8-De opinión; 9-Abierta.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes consultadas:
Documentales: Currículo del entrevistado.
No documentales: María Isabel Delgado, Vicerrectora de Extensión Universitaria del Instituto Enrique José Varona.

ENTREGA SIN LÍMITES

ENTREGA SIN LÍMITES

 

 

“La educación es como un árbol: se siembra una semilla y se abre en muchas ramas”, dice Alejandro R. Torres Saavedra, un profesor que trabaja diariamente para mantener vigente el pensamiento martiano.       
                                     

 

Texto y foto:
GRETTEL VALVERDE DELGADO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Pensándolo bien, no tenía intención de dedicar mi vida a la labor pedagógica cuando terminé los estudios de enseñanza media. En aquel entonces quería ser ingeniero mecánico, carrera que se enseñaba en la antigua Unión Soviética, pero al concluir la preparatoria y por problemas de salud, tuve que tomar otra decisión. Fue entonces cuando matriculé Licenciatura en Educación y cursé Lengua Rusa. Al recibir el título a nombre de Alejandro Rafael Torres Saavedra, sentí la satisfacción más grande de mi vida. Años más tarde me especialicé, también, en Lengua Inglesa.

Fui el delegado más joven como estudiante a la Asamblea del Poder Popular en Holguín, mi provincia natal, en el año 1979. También vicepresidente de la Federación Estudiantil Universitaria en el Instituto Superior Pedagógico Pablo Lapague, y organizador e ideológico del  Comité de Defensa de la Revolución durante mucho tiempo.

Después del servicio social, impartí clases en el Instituto Preuniversitario 13 de Marzo de la  provincia La Habana, hasta  1992, cuando ingresé al Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV). En esa casa de estudios fue donde realmente adquirí los conocimientos que me ayudaron a alcanzar el grado científico y la categoría docente que hoy poseo. El Varona es el responsable de mi madurez profesional en la difícil labor de pedagogo.

De la institución también son deudores personalidades tan destacadas como la doctora Lidia Turner, Presidenta de Honor de la Asociación de Pedagogos de Cuba, quien llegó a ser Vicerrectora del centro, y el doctor Rolando Buevavilla, con quienes he tenido el privilegio de trabajar.

El Pedagógico fue responsable, además, de la formación emergente de maestros, no sólo la actual, porque en Cuba siempre ha existido este tipo de enseñanza intensiva. Ejemplos claros fueron los destacamentos Manuel Ascunce Doménech y Ernesto Che Guevara que forjaron maestros dispuestos a brindar su apoyo internacionalista en países como Angola y Nicaragua.

Mi tesis para alcanzar el grado de Doctor versó sobre la Historia de la Cultura de los pueblos del Caribe Anglófono e incluyó un estudio comparado entre las cuatro  áreas lingüísticas de la región. De esta investigación se derivó  una asignatura que es obligatoria para los estudiantes de los Pedagógicos. Ese proyecto recibió el premio que otorga el Ministro de Educación al Resultado más útil a la Investigación Superior, del cual me siento muy orgulloso.

El debate actual sobre la existencia o no de una identidad caribeña genera cuatro tendencias, entre ellas, solo la Teoría Reafirmadora, apoyada por el hecho de que en nuestra región se desarrollan procesos sociológicos sin concluir, favorece el reconocimiento de esta identidad. Mi tesis aporta elementos que constituyen, a su vez, puntos de partida para  otros estudiosos  del tema.

Tengo, además, el placer de integrar la Cátedra de Estudios Caribeños en Cuba desde sus inicios y presidir ésta desde que falleció la doctora Zenaida Puig López, quien fuera tutora de mi tesis doctoral y fundadora del centro. Me desempeño, también, como Jefe de la Comisión de Carreras y sustituyo a la Decana de esa  Facultad cuando resulta necesario.

Otro reconocimiento que me llenó de orgullo fue el de recibir la Medalla Por la Educación Cubana, ya que nosotros los maestros, al igual que los médicos, estamos siempre en la trinchera del deber y este galardón resume el ideal de justicia, solidaridad, calidad y eficiencia en la educación.

Precisamente he dirigido los proyectos de estudios comparados. Con esta experiencia puedo asegurar que el sistema educacional cubano es uno de los mejores, teniendo en cuenta los objetivos que plantea el programa Educación para Todos, auspiciado por las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, la Cultura, la Comunicación y la Información (UNESCO).

La enseñanza básica, gratuita y obligatoria para todos, con igualdad de sexos y razas, tiene también otros elementos que no se ven en el resto del mundo. Por ejemplo, en zonas serranas existen escuelas con un solo alumno y su profesor, donde se emplean paneles solares que permiten la utilización de los medios audiovisuales para el aprendizaje.

A pesar del debate mundial acerca de la no existencia de un modelo cubano educacional, la relación escuela-familia-comunidad, resulta muy particular en nuestras condiciones y las oportunidades para que todos aprendan por igual, hace que Cuba sea reconocida entre los 20 primeros países en cuanto a los beneficios que brinda su sistema educacional.

Con casi 25 años de experiencia profesional, puedo decir que impartí materias como Historia de la Cultura de los Pueblos de Expresión Inglesa, de Estados Unidos, Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y del Caribe Anglófono. Además, ofrecí clases de Práctica Integral de la Lengua Inglesa, Idioma Ruso, Literatura Británica, Estadounidense y Rusa. Actualmente sólo trabajo con estudiantes de primer año de pregrado la asignatura Introducción a la Metodología e Investigación.  

Soy coordinador del Grupo de Estudios Británicos del GELI,  perteneciente a la Asociación de Lingüistas de Cuba, orientado a fomentar el estudio de la Lengua Inglesa, al intercambio de experiencias,  organización de talleres y eventos para la superación de los maestros dedicados a la especialidad.

Estas actividades son coordinadas desde todas las provincias del país, junto con la celebración de una Convención Anual para la entrega del Premio Rosa Antich, a aquellos profesores cuya labor de estudio e investigación ha culminado con la presentación de artículos o ensayos que profundizan en el conocimiento de la Real Lengua Inglesa.

He tenido la oportunidad de publicar en varias revistas especializadas, tanto en Cuba como en el exterior. El último artículo fue en coautoría con la doctora Rosa María Masón, en Sofia, Bulgaria, y trata sobre la enseñanza de la Educación Comparada como disciplina universitaria en Cuba. Esto resultó muy gratificante para mí porque casi todos los comparativistas del mundo lo estudian y está incluido en un libro llamado Blue Book, publicado por el Concilio Mundial de Sociedades de Educación Comparada, organización internacional que agrupa a los interesados en el tema a nivel general.

Otro texto de igual importancia es Teoría y Práctica, publicado por la Editorial Pueblo y Educación en 2006, en el que también colaboré y  constituye un material de consulta en pregrado y postgrado, en los Pedagógicos de Cuba en la Licenciatura en Educación, Psicología y Pedagogía. La Educación Comparada es una Ciencia a la que me he dedicado con mucho empeño a pesar de resultar relativamente nueva y poco conocida.

La traducción también es un reto para nosotros, pues no aprendemos a hacerla en la Academia tal y como sucede en otras facultades de la  Universidad de La Habana. Definitivamente creo que resulta más sencillo traducir cualquier texto, puesto que dispones de un diccionario técnico y no se está bajo la presión de la inmediatez, algo que me resulta estresante cuando hago una traducción simultánea en vivo a alguna personalidad.
 
Tuve la oportunidad de traducir a Lucius Walker, coordinador del movimiento Pastores por la Paz, y a Anne Hickling Hudson, expresidenta del Concilio Mundial de Educación Comparada. Esta  experiencia, cuando estás frente a las cámaras, micrófonos y grabadoras,  genera un alto grado de preocupación, porque no se te puede escapar ninguna idea importante,  debes  tener la certeza de  ser comprendido por quienes te escuchan, así estás obligado a dominar de forma elemental el tema a abordar, hacer gala de todo tu profesionalismo y destreza.

Desde que comenzaron los programas de la Revolución y la  Batalla de Ideas he sido  profesor en las sedes universitarias, invitado a impartir clases en Universidad para Todos, para hablar precisamente del Caribe, además de colaborar en la formación de los Profesores Generales Integrales.

Dentro de mis planes inmediatos está concluir un proyecto en idioma inglés y francés entre el Instituto Varona y la Facultad de Glendon, perteneciente a la Universidad de York, en Toronto, colaborando con el doctor Ian Martin por la parte canadiense. Dicho trabajo está encaminado a la capacitación entre profesores mediante la aplicación de exámenes con elevada excelencia lingüística y brinda posibilidades de superación para estudiantes de Canadá que vienen a realizar sus prácticas en nuestro país.

Estoy terminando un libro que se va a llamar Visión Caribeña, escrito en inglés, que cuenta con un glosario de términos especializados, mapas y una entrevista al escritor Edward Kamau Brathwaite, que servirá como material de consulta para los estudiosos del tema y apoyará la enseñanza de la asignatura Historia de la Cultura de los Pueblos del Caribe Anglófono.

Nunca renuncio al afán de superarme continuamente, para ello trato de mejorar mi dominio del idioma  francés que no alcanza el mismo nivel que tiene mi conocimiento de la lengua inglesa y rusa. Me propongo, también, emprender la tarea de lograr mi segundo título de Doctor en Ciencias Pedagógicas.

Mi pasión por la pedagogía hace que cuando estoy frente a un aula no me sienta superior a mis alumnos, sino que trato de brindar y compartir mis experiencias acerca de la materia que imparto. Los exhorto a  pensar por sí mismos, investigar, analizar y formarse su propia opinión sobre cualquiera que sea el tema de estudio a tratar. Tengo siempre presente el pensamiento de Sócrates: “No se supone que yo venga a enseñarles nada, solamente quiero que piensen”.

Y encima de tantas responsabilidades, todavía me pregunto cómo encuentro espacio para leer, escuchar música, hacer ejercicio físico, trabajar en mi huerto y compartir con mi hijo. Como decía mi madre: “Todo es cuestión de saber organizar el tiempo”.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha Técnica:

Objetivo central: A partir de un monólogo, conocer y valorar la carrera pedagógica del profesor Alejandro Rafael Torres Saavedra dentro de la Cátedra de Estudios Caribeños. Su capacidad para trasmitir  conocimientos, sus logros y metas.

Objetivos colaterales: Aprender de su disciplina como profesional y reconocer su destacada labor en el ISPEJV.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Monólogo.
Por su contenido: De Personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo.

Tipo de Título: Genérico.
Tipo de entrada: Evocativa o retrospectiva.
Tipo de conclusión: Opinión o comentario del entrevistado.
Fuentes consultadas: El entrevistado. No documental.

“ESTUDIAR Y PREPARARSE BIEN: ESE ES EL SECRETO”

“ESTUDIAR Y PREPARARSE BIEN: ESE ES EL SECRETO”

Más de tres décadas ha consagrado la profesora Marlene Reyes Rodríguez a formar hombres de bien y buenos profesionales.

ELIZABETH  PÉREZ  PÉREZ
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La Master en Ciencia Didáctica de la Biología, Marlene Reyes Rodríguez, subdirectora docente de la Sede Universitaria Pedagógica del municipio capitalino de Regla, ingresó al mundo del magisterio a los 14 años, dedicando todo su ejercicio profesional a la investigación de la Botánica y a la preparación de profesores en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV).

Al desempeñar este papel encomendado por la Revolución, Marlene valora su trabajo en el ISPEJV como la obra más importante de su vida: “La mayoría de las alegrías, las penas y las tristezas me las ha dado, precisamente, mi labor en el Varona”.
 

En 1972, el Comandante Fidel Castro exhortó a la juventud cubana a enfrentar la  carencia de maestros que presentaba el país. Entonces, ella desechó el sueño de ser doctora para participar en ese proceso revolucionario. El ingreso al Segundo Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech señaló el inicio de su carrera.
 

“En septiembre de 1973, los jóvenes del Destacamento nos incorporamos a las secundarias en el campo, donde trabajé impartiendo clases de Biología. Allí asumimos la vida de la escuela, y al mismo tiempo, recibimos todas las asignaturas de la formación educativa en la Unidad Pedagógica Eugenio Maria de Hostos, en el municipio San Antonio de los Baños.”

 
-¿Qué significado tuvo esa

misión en su formación?

Fue una madurez brusca porque a pesar de ser muy jóvenes, tuvimos que desarrollarnos rápido. El catalizador nuestro fue la responsabilidad asumida ante las tareas de enseñar y estudiar. Realmente, creo que hice mi papel en el momento justo, y apoyé a la Revolución con gran entusiasmo. Por eso estoy orgullosa de haber pertenecido al Destacamento.

En cuarto año de la carrera, sus profesores la seleccionaron alumna ayudante, experiencia válida para adentrarse en el trabajo de la enseñanza. Cuando en 1978 se graduó de Profesora General de Biología, nivel medio, la ubicaron en el Varona, y fue allí donde en 1980 obtuvo el título de Licenciada en Educación en la misma especialidad.

Ese año también se vinculó al Concentrado Internacionalista que preparó a los educadores del Destacamento Ernesto Che Guevara, como Jefa del Departamento de Biología y profesora de Fisiología Vegetal.

“Esa obra fue el primer paso del internacionalismo cubano en la rama de la educación, y tuvo gran importancia porque dio la posibilidad a países como Angola y Nicaragua de erradicar el atraso escolar y elevar el nivel de instrucción de su pueblo.”

En el 2000, asumió las nuevas transformaciones de la Tercera Revolución Educacional formando el claustro que inició la preparación de los Profesores Generales Integrales (PGI) en la escuela Salvador Allende: “Fue una experiencia enriquecedora y bella porque ahora veo cómo esos jóvenes imparten clases y ocupan otras responsabilidades. Trabajamos mucho, incluso, significó un reto porque impartí Geografía, Química y Biología, y eso implicó un gran esfuerzo.”

-¿Cómo se preparó para

asumir esas asignaturas?

No dormía. Para dar una buena clase el conocimiento es fundamental. Para enfrentar cualquier tarea hay que estudiar y prepararse bien: ese es el secreto.

Su labor metodológica está centrada en el campo de los medios de enseñanza. En su tesis de maestría propuso cómo utilizar los videos en la Botánica. Fue guionista de los programas Labores y Mecanización Agropecuaria y Plantas con flores. También asesoró a las tres primeras profesoras de Biología del Canal Educativo: “El trabajo en la televisión me gusta mucho. Además, nos brinda la posibilidad de enseñar los contenidos de manera simultánea a mayor cantidad de estudiantes”.

-Sobre el uso diario de los equipos

audiovisuales como sopote de las

clases existen diversos criterios

en el estudiantado y la población.

¿Cuál es su opinión como docente? 

El uso de esas tecnologías ha sido una necesidad. Lo perfecto sería que el profesor utilizara en su clase un video para apoyar su discurso. Pero en estos momentos contamos con maestros en formación, por lo tanto, no podemos exigirles el dominio del contenido de todas las asignaturas para impartir las clases de manera frontal.

Si dispusiéramos en nuestras escuelas de los profesionales precisos para dar las clases, no requeriríamos de la televisión y el video de la manera actual, pero verdaderamente esto no puede ser por el éxodo de maestros que tenemos. Es preferible una variante intermedia a un aula sin maestros. La educación y la salud son las conquistas más grandes de nuestro pueblo y debemos defenderlas a toda costa.

-Usted ha vivido gran parte del acontecer

histórico de la docencia en el período

revolucionario. ¿Pudiera decir en cuál

etapa de desarrollo se encuentra

la educación cubana?

Lo considero un momento de trance, porque estamos utilizando las nuevas tecnologías que nos llevan hacia delante; pero, por otro lado, gran parte del personal relacionado con los equipos no está lo suficientemente capacitado como para enfrentarse a ellos.

Trabajamos en su formación desde el punto de vista educativo e instructivo porque los conocimientos que traen son elementales, y hay que reforzarlos. Ese es el problema que tratamos de solucionar en este momento: capacitar al profesor adecuadamente para que pueda hacer un uso correcto de esos equipos.

En el 2005 comenzó su labor como asesora del  programa Yo sí puedo en Michoacán, estado de México. Allí atendió los cuatro municipios que izaron la bandera Vencedor del Analfabetismo, categoría otorgada por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO) a aquella región  geográfica con un índice por debajo del 4 por ciento de analfabetismo.

“Fueron dos años muy fuertes, de mucho trabajo. Tuvimos que esforzarnos para lograr resultados, pues existen grandes diferencias entre nuestros sistemas: la educación cubana tiene un plan de estudio desde el cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí. Allá cada escuela tiene su programa, algunas poseen una mejor formación en relación con otras.

“Como es lógico, todo se paga: los uniformes, los libros, las libretas, la merienda. Las escuelas terminan al mediodía, incluso los círculos infantiles. Algunos centros trabajan por la tarde, pero no hay doble sesión. No existe el grado de consagración de los maestros cubanos. Los profesores recién graduados no tienen trabajo, esas cosas no ocurren aquí”.

-Siendo usted una profesora

consagrada, ¿considera que la pedagogía

cubana responde a la sociedad actual?

Nuestra enseñanza está precisamente dando respuesta a las exigencias de la nación. El objetivo fundamental del PGI es ser el preceptor del niño. Esa es la meta de la educación actual: tratar que los jóvenes  vean en la escuela una guía para la vida.

La instrucción de hoy pretende formar verdaderamente al individuo del futuro: un hombre que eleve la bandera y conserve las conquistas de la Revolución.

A Marlene siempre le atrajo el campo científico: “Si algo hice desde estudiante fue investigar.” En segundo año de la carrera presentó su primer trabajo: La mariposa como flor nacional. Años más tarde integró el proyecto Flora, del Jardín Botánico Nacional, donde realizó un estudio taxonómico de la familia Myricaceae, y publicó el artículo  Patrones de nervadura foliar del género Cyrilla en Cuba:  “Ese ha sido, de manera general, mi trabajo en el programa. No fue una cosa muy grande, pero puse mi granito de arena.”

También participó en la redacción de los libros Elementos Básicos de Agricultura -para vincular el proceso docente a las áreas productivas de los institutos preuniversitarios en el campo-, y Fundamentos de Agropecuaria, primera y segunda edición.

“Los profesores debemos incluir otras actividades en el plan de trabajo para no limitarnos a explicar un contenido de forma plana. Nos corresponde dar ideas claras, despertar nuestra iniciativa y creatividad para elevar realmente la calidad de la clase.”

-¿Considera al Varona como

rector de la pedagogía cubana?

El Pedagógico siempre es el abanderado de todas las transformaciones. El Ministerio de Educación confía en sus profesionales y les encomienda las tareas más difíciles con la seguridad de que su claustro sabrá enfrentarlas.

Siempre está a la vanguardia en la formación de maestros. Cuando se habló de la municipalización, el Instituto enseguida reorganizó sus facultades e inmediatamente fuimos para los municipios. Cualquier tarea asignada por la Revolución, el Varona la cumple dignamente.

Galardonada en 1993 con la Medalla por los 20 años del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech y en el 2000 con la Distinción Por la Educación Cubana, Marlene Reyes considera que “el mayor orgullo de los maestros es ver cómo nuestros alumnos se transforman de manera positiva.”

Actualmente se encuentra cursando el Doctorado, una continuación de la Tesis de Maestría, e imparte clases de Taller y Defensa de Diploma en la Sede Universitaria Pedagógica Municipal de Regla.

“Cuando, hace poco, me hablaron de la sede, muchas personas pensaron que vendría molesta, pero estoy bien aquí: los maestros son imprescindibles para la Revolución y enseñarlos me enorgullece mucho.

“Yo me siento madre de mis estudiantes: quiero ser su consejera cuando tienen algún problema, su guía cuando las cosas no van bien. Ese es el sentimiento que profeso hacia ellos, porque toda mi intención es formar hombres de bien y buenos profesionales.”

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Develar aspectos de la labor profesional de Marlene Reyes Rodríguez que demuestren la calidad de la formación docente del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y la consagración de sus profesores.

 
Objetivos colaterales: Experiencias en el extranjero. Opinión sobre determinados temas relacionados con su profesión. Aportes a la Biología como ciencia y a la metodología de la enseñanza de la misma. Proyectos actuales de trabajo.
 

Tipo de entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa.
 

Tipo de título: De cita textual del entrevistado.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1) abierta; 2) abierta; 3) abierta; 4) polémica; 5) polémica; 6) abierta.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes consultadas: Currículo del entrevistado (documental).

MAESTRO POR SIEMPRE

MAESTRO POR SIEMPRE

Sergio Ballester Pedroso, amante de las Matemáticas, es uno de los más prestigiosos profesores del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Texto y foto:
MAYVELI PARES MENÉNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Partícipe de la fundación del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV), Sergio Ballester Pedroso, con 60 años de edad, conserva la voluntad y el amor necesarios para continuar su mayor obra: enseñar. Doctor en Ciencias Pedagógicas y Profesor Titular, ha hecho del aprendizaje de las Matemáticas un arte. Hoy labora en la Facultad de Nivel Medio Superior.

Realizó varios estudios de post grados basados en diversos contenidos, entre los que sobresalen temas como Álgebra lineal y Geometría, y Medios de enseñanza. Sus publicaciones en la revista Varona y en el Boletín Informativo del Centro de Documentación del ISPEJV, contribuyen al mejoramiento de la enseñanza de la Matemática y entre sus títulos más importantes se encuentran La educación ideológica en la enseñanza de la Matemática y Consideraciones sobre un grupo de principios básicos para la práctica docente.

Por ese hacer sistemático y de altura científica, en el transcurso de su profesión le otorgaron varias distinciones, entre ellas, la Pepito Tey y la especial del Ministro de Educación, la condición de Vanguardia Nacional y la Tiza de Oro.

La génesis

En su infancia lo cautivaron los números, y así nació su amor por las Matemáticas. “Desde niño sentí afición  por ellos y me gustaba hallarle lógica a las cosas”, dice. Aunque nunca lo motivaron las letras, su profesor de Historia le  mostró un enfoque dialéctico de ver el mundo, y eso aumentó el interés por las ciencias exactas.

Quiso ser ingeniero eléctrico, pero cuando cursaba el octavo grado,  la Revolución necesitó maestros y él se incorporó al magisterio. Inició los estudios en Matemática y Física, pero escogió la primera disciplina por “vagancia”, pues según él, “solo necesitaba tiza, borrador y conocimientos de la asignatura para impartir las clases.”

Integró la Campaña de Alfabetización con solo 12 años, excitado por emprender una aventura. Se alistó  en el segundo llamado,  y aunque el riesgo de las bandas contrarrevolucionarias siempre estuvo presente,  él lo enfrentó: “Mi madre no me autorizó, pero yo fui porque tenía ganas de participar. Fui protagonista  de la campaña más bella del mundo. Volvería a cumplir esa tarea, obra extraordinaria.”

-Usted alfabetizó en un campamento

de la Milicia. ¿Utilizó algún método

en particular para enseñar en

condiciones militares?

Pasamos un curso para aprender a emplear el manual y  la cartilla. No tenía idea de cómo era ese método, y lo usé malamente. La situación fue difícil, pues algunos oficiales avanzaban en el aprendizaje, pero otros no.

-¿Cuál fue el mayor reto que

enfrentó en esa labor?

Cuando comencé tenía un gran disgusto, era la mascota de los alfabetizadores y de los guardias. Además, me familiarizaba con los alumnos y se iban incorporando otros, luego debía adecuarme a nuevos estudiantes.  Otro inconveniente que tuve fue cuando enfermé a mitad de campaña y no me dejaban terminar la misión, pero regresé para concluirla. Después fui enviado a alfabetizar a un punto de observación en la costa, no tenía comunicación con mi familia. Estuve allí hasta que retiraron el campamento.

En el año 1985, con motivo de una misión internacionalista, realizó un viaje a Nicaragua, país donde Daniel Ortega Saavedra ganó las elecciones en el año 1984. La ayuda militar estadounidense a la contra nicaragüense no había sido oficialmente retirada, y aún estaban presentes los estragos de la guerra.

”La revolución nicaragüense necesitó afirmarse en la educación superior. Fue una misión tensa. Tuvimos una preparación integral muy fuerte, pero todos los cubanos nos ayudamos  mutuamente. Además, hubo que hacer los preparativos técnicos y pedagógicos necesarios en las universidades.”

-¿Qué características tenían

los alumnos nicaragüenses?

Estos jóvenes conversaban mucho conmigo. Necesitaban afecto, porque aún persistían los traumas debido al paso de la guerra. No realizaban tareas en equipo, pero yo logré convencerlos y lo hicieron.

-El entonces sistema educacional

de Nicaragua tenía sus particularidades.

¿Cuáles fueron las mayores diferencias

percibidas, en comparación con el de  Cuba?

Varias. Hallamos diferentes niveles de referencia. Existían escuelas privadas y públicas. No se hacía trabajo metodológico, había mucho individualismo. Utilizaban los conocimientos para el beneficio de cada quien y no en función de los demás.

En 1972 se constituyó el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, y lo colocaron a cargo de 50 estudiantes. A pesar de encontrarse imbuido en otro programa, participó en la elaboración de los planes de trabajo e impartió clases a profesores: “Fue una escuela para todos. Aprendí mucho sobre  atención a la práctica docente. En mi opinión, constituyó una gran revolución educacional.”

La impronta del Varona

-¿Qué consideraciones tiene sobre

el Varona como institución rectora

de la pedagogía cubana?

Hoy debe hacerse más para obtener ese mérito, otros pedagógicos se esfuerzan mucho y han tomado la delantera. En ocasiones el ego de los propios profesores nos pone en desventaja con respecto a los demás centros.

No podemos dejar de ver al Instituto Varona  como el centro donde se formaron los primeros profesores del país. Ojalá y todos los estudiantes graduados fuesen excelentes, así le darían fuerza a la educación cubana.

El Instituto, desde hace  45 años, es protagonista de la formación de generaciones de maestros, y Sergio Ballester es partícipe de esta labor: “Mi mayor gusto en el transcurso de los años es ver a los alumnos progresar en el sector de la educación, pero siempre tengo la insatisfacción de que se pueden hacer muchas cosas más y a veces no se hacen.”

-¿Qué opina del criterio de algunas

personas sobre la pérdida de

valores en los maestros?

Los valores se pierden en la sociedad en general, pero nosotros siempre estamos en la mira de los demás por ser los que debemos dar el ejemplo en las aulas. Me gusta tener una visión realista, es cierto que el problema está presente en determinadas personas, por lo tanto,  es necesario  neutralizarlo y eliminarlo.

-Desde su punto de vista,

¿cuáles son los principales problemas 

que enfrenta la educación cubana?

La de equilibrar la calidad con la masividad. Necesitamos muchos profesores, porque tenemos muchos alumnos. Solo logrando el equilibrio obtendremos la excelencia. Lo esencial es trabajar duro para lograr la combinación de ambos factores. Desde mi trinchera colaboro en todo lo que pueda para mejorar estos aspectos, en ello centro mi mayor atención.

-En el año 2000 comenzó la tercera

revolución educacional. ¿Cuáles son

los resultados en el mejoramiento

del aprendizaje en  las

diversas enseñanzas?

Esta faceta de la educación introdujo precisiones en cuanto a métodos más factibles de aplicar, y los enfoques de los contenidos en las materias variaron. Vinculó las tecnologías de la información con las de la educación y mediante diversas estrategias, cambió la concepción de la televisión para  los niños.

Debemos tener en cuenta algo: cuando varía un elemento, todo el sistema tiene que cambiar, y se produce un cierto desajuste. Estamos en una fase de rectificación superior. Las transformaciones son necesarias, y tenemos la suficiente inteligencia para mejorar las cosas con el transcurso del  tiempo. Viví momentos de la educación cubana, pero pocos como este.

-En las universidades pedagógicas

del país se aplica un nuevo plan de estudio

encaminado a compensar lo teórico con lo

práctico. ¿Cuál es su consideración sobre

este avance en la enseñanza superior?

Siempre luchamos por equilibrar en los planes de estudio de la formación de maestros, el aprendizaje académico con el laboral y con el investigativo. A veces no empleamos el modo necesario para realizar las modificaciones. Las medidas tomadas deben estar previamente fundamentadas, es decir, si hacemos un cambio es porque se validó en algún momento. Esperemos.

-¿Deberían incorporarse nuevos métodos

al estudio de la Matemática?

Por supuesto. La vida cambia y la escuela también, al igual que el aprendizaje de las Matemáticas. Necesitamos buscar  nuevas vías y caminos. Ayudo en lo que se hace para las innovaciones y el mejoramiento de la disciplina.

-Le han otorgado múltiples

reconocimientos por su labor.

¿Cuál de todos le impresionó más?

En cierta medida todos sorprenden, aunque la mayoría se reciben simbólicamente; pero el más impactante fue el otorgamiento de la Tiza de Oro, un diploma de reconocimiento que recibí por parte de los Profesores Generales Integrales (PGI), pues se  lo dan a quienes ellos consideren buenos maestros. Eso vale mucho.

-El más especial…

El mayor premio recibido en estos años es el Departamento, la Facultad, los compañeros de trabajo, quienes siempre están cuando los necesito. Existen mejores y peores momentos, pero sigo ahí junto a mi colectivo. La más grande satisfacción es que te reconozcan y recuerden, eso inspira en la vida.

Para este amante de las Matemáticas enseñar es su mayor vocación, la cual viene desempeñando desde la fundación del Pedagógico, y como todas sus hazañas en la educación, no dejará de vivirla hasta que no llegue a su final.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Conocer la labor del profesor Sergio Ballester Pedroso, profesor de la Facultad de Nivel Medio Superior y fundador del  ISPEJV.

Objetivos colaterales: Valorar el desempeño de Sergio Ballester como profesor. Dar a conocer los reconocimientos otorgados a este educador. Develar sus consideraciones sobre la situación de la educación cubana. Su protagonismo en la formación de maestros en el transcurso de su profesión.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa.

Tipo de título: De referencia al entrevistado.
Tipo de entrada: Biográfica.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: Directas: 1, 2, 3,6 y 10; De opinión: 4, 5, 7, 8 y 9; De información: 11; Abierta: 12.
Tipo de conclusión: De opinión del entrevistador.

Fuentes consultadas:
Documentales: Currículo del entrevistado.

EL ALMA DEL VARONA

EL ALMA DEL VARONA

Mirta Rosa del Llano Meléndez, Maestra de maestros del Pedagógico Enrique José Varona, conversa sobre sus inicios en la profesión.

Texto y foto:
ARIADNA ANDREA PÉREZ VALDÉS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La modestia y la entrega incondicional se personifican en la Doctora en Ciencias Pedagógicas y Profesora Titular Mirta Rosa del Llano Meléndez. Es considerada por muchos “el alma” del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, del que fue fundadora y vicerrectora. Sus compañeros y alumnos la recuerdan andando y desandando los interminables pasillos y escaleras de la Facultad de Biología, donde fue Decana.

“El Instituto, sus cuadros de dirección, el colectivo de trabajadores y los estudiantes me han aportado mucho, me he consagrado al trabajo con disciplina, tratando de ser ejemplo. Este centro que tiene gran significación en mi vida personal y profesional, es considerado el rector en la formación de docentes en el país por su alto nivel de exigencia y la calidad de los profesionales que ha formado durante estos 45 años.

“Cuando terminé el bachillerato quería estudiar Medicina, pero había una necesidad grande de maestros en el país y decidí incorporarme al llamado que hizo la Revolución. Era la más joven de los que se presentaron y como tenía los conocimientos recientes, aprobé las pruebas y de inmediato me incorporé a la docencia.”

La Doctora Mirta recuerda con cariño el primer día que asumió la dirección de un aula, siendo casi “una niña”, al decir de sus alumnos: “Me llamaron  del Ministerio para comunicarme que había aprobado y que debía presentarme ante el Director de la secundaria básica Manuel Bisbé. Allí los alumnos me esperaban. Eran muchachos del plan de becas procedentes de todo el país, necesitados de mucho afecto y comprensión por estar separados de sus padres.

“Después pasé a la secundaria Rubén Martínez Villena, mientras estudiaba Ciencias Naturales en la Facultad de Pedagogía de la Universidad de La Habana. Luego  solicitaron  que  pasáramos a  la enseñanza preuniversitaria en el Cepero Bonilla, una escuela especial, algo parecido a lo que es hoy la Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin, donde los jóvenes entran por selección.”

Al terminar su carrera, le solicitaron pasar a la Universidad: “Sin embargo, en aquel momento cualquiera hubiera preferido transitar al nivel superior, pero sentí un gran dolor al tener que dejar a los muchachos del preuniversitario”. Mirta considera este como otro momento en el que debía dar el paso al frente por la necesidad de formar nuevos maestros.

Mirta y las revoluciones educacionales

“Antes del triunfo revolucionario la educación era muy diferente: había escuelas publicas y privadas, pero no todos los niños tenían la posibilidad de asistir a un colegio pagado. Cursé el primero y el segundo grados únicamente en ese tipo de centro, solo una familia acomodada económicamente podía costearlos. En esos años al Estado no le interesaba la instrucción de los jóvenes y no hacía nada por implicar a los padres en el proceso educativo.”

El triunfo de la Revolución fue un momento muy importante para nuestro país. Del Llano, evoca: “El pueblo se lanzaba a las calles aplaudiendo, recibiendo al Comandante. Todos esos acontecimientos fueron impresionantes y nos motivaron. Veíamos las calles llenas de autos y personas dándole vivas a la Caravana de la Victoria. Por eso, en 1961, me presenté al llamado de la Campaña de Alfabetización, considerada la primera revolución educacional.

“No pude ir a otras provincias porque mi madre estaba delicada de salud, trabajé en el municipio La Lisa. Daba clases en las mañanas a una joven y en las noches iba a una escuela en la que había un grupo mayor de trabajadores, fue emocionante constatar que mis alumnos lograban aprender. Esa resultó una de las mayores obras de la Revolución, que continuó con las campañas por alcanzar el sexto y el noveno grados.”

Esta magnífica experiencia se ha trasladado a otros países del continente. Varios se han declarado libres de analfabetismo y trabajan por mejorar la calidad del proceso docente-educativo, gracias al apoyo de Cuba: “He prestado colaboración en los ministerios de Educación de Bolivia y Venezuela”.

Las realidades de esos países son muy distintas a la nuestra, “es impactante encontrar muchos niños pequeños que no asisten a la escuela y trabajan en las calles.

“En Bolivia visitamos escuelas formadoras de maestros. Pude apreciar el gran interés de esos jóvenes por forjarse como buenos docentes, a pesar de que las condiciones no eran las mejores. Los ayudamos. La educación cubana sirve de ejemplo: nos pedían que les contáramos nuestras experiencias. El ministerio venezolano nos solicitó asesorías en el trabajo metodológico y en la superación de sus pedagogos.”

-En 1972 se desarrolló en Cuba la segunda

revolución educacional, protagonizada por

el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce

Doménech. ¿Cómo se vinculó a ella?

En el Instituto existían tres planes: el de trabajadores, el regular de los estudiantes que venían directamente de los preuniversitarios y el de formación del Destacamento Pedagógico. Dirigí el curso de trabajadores, por lo que no pude incorporarme de inmediato al Contingente Manuel Ascunce. Dábamos clases en la Colina Universitaria y cursos dirigidos en Matanzas, Pinar del Río y en otras regiones, solo existían tres pedagógicos en todo el país.

En el destacamento participé principalmente en la preparación de los jóvenes maestros, los atendíamos en sus prácticas laborales. Ellos estudiaban durante una sesión y en la otra impartían clases.

Aportes y reconocimientos

La Doctora trabajó en investigaciones relacionadas con el desarrollo de la actividad cognoscitiva independiente de los estudiantes: “Este trabajo es uno de los elementos más significativos para desarrollar las capacidades de aprendizaje de los niños, es un aspecto base para la educación en nuestro país.”

También participó en proyectos relacionados con los planes de estudio y la formación de profesionales: “Los resultados positivos no han sido sólo por mi trabajo, detrás de todo logro existe un colectivo unido. Además, esta es una tendencia pedagógica actual en la que el estudiante debe aprender haciendo por sí solo las cosas, o sea, enseñarlos a pensar, a estudiar.

“En el tiempo que dura la escuela no pueden recibir todo el conocimiento requerido. La ciencia avanza con gran rapidez, es fundamental prepararlos para que puedan continuar superándose por ellos mismo. El trabajo independiente los ayuda.

“Por mi parte, he participado en varias publicaciones como coautora del libro de Metodología de la Enseñanza de la Biología, artículos científicos en las revistas Varona, Ciencias Pedagógicas y en la elaboración de planes de estudio.”

Esta excepcional mujer ha sido merecedora de numerosos reconocimientos como la Orden Frank País de primer y segundo grados, la condición de Vanguardia Nacional y la Distinción Por la Educación Cubana.

-El Ministerio de Educación Superior

cuenta con una Junta Nacional de

Acreditación, en la que están representadas

las distintas carreras del país. ¿Qué

labor desarrolla como miembro?

La Junta es dirigida por el Ministro de Educación Superior. Su objetivo es hacer los análisis para validar la capacidad y las condiciones de las carreras universitarias, maestrías e instituciones. La acreditación es muy importante, da prestigio internacional. Ayuda a los organismos, señalándoles lo que les falta para que las carreras que impartan sean declaradas de Excelencia. Nos basamos en requisitos como el impacto social y la cantidad de catedráticos destacados que trabajen en los programas educativos, entre otros aspectos.

-A raíz de la Batalla de Ideas desarrollada

por nuestro pueblo para alcanzar una

cultura general integral se introdujo un

grupo de transformaciones en la educación

cubana. ¿Considera atinado su empleo?

Indiscutiblemente, elevar el nivel constituye una exigencia necesaria. La masividad de la educación en nuestro país así lo requiere. Estos medios que estamos utilizando contribuyen muchísimo, pero deben manejarse de forma adecuada, apoyando la labor del profesor. El propio maestro, su voz, la pizarra, la tiza, pueden dar un resultado extraordinario, si cuenta con la preparación correcta. Debe estar en condiciones de dar respuesta a las inquietudes de los alumnos.

Este proceso renovador trajo consigo la incorporación de los jóvenes en el proyecto emergente de formación docente para impartir todas las asignaturas a un grupo reducido de estudiantes, lo cual es muy positivo porque permite conocer a cada niño y adolescente, sus problemas, dificultades e intereses. También fue necesario grabar clases con profesores de experiencia para hacer más uniforme el nivel de conocimiento.

Los padres somos muy exigentes, queremos siempre que nuestros hijos reciban lo mejor, en cambio no colaboramos muchas veces para que sean maestros. Esto trae como consecuencia que la carrera sea tomada, en algunos casos, por los menos destacados. Sin embargo, muchos han alcanzado resultados satisfactorios, al sobresalir como buenos docentes.

-¿Después de 45 años de entrega

al magisterio, considera que la vocación

es una premisa indispensable para

desempeñar esta labor?

Es importante, pero se puede alcanzar a lo largo de la vida. Te vas motivando todos los días. Empiezas disfrutando ver a los estudiantes aprender, desarrollar sus capacidades y al final del curso constatas que se ha producido un cambio positivo en ellos, que la familia lo reconoce.

Conservo con celo muchas de las postales que me han obsequiado mis alumnos, agradeciéndome el esfuerzo y la dedicación. Esas pequeñas cosas son las que hacen que te enamores de la docencia.

-¿Qué aconseja a las nuevas

generaciones de maestros?

Esta nueva generación tiene que ser mejor y para conseguirlo lo más importante es trabajar con dedicación, responsabilidad, disciplina y mucho amor por los niños, no se les puede atender de otra manera. Educando con el ejemplo para que nuestros discípulos estén preparados realmente y puedan asumir cualquier tarea.

La Doctora Mirta del Llano es actualmente Profesora Consultante y forma parte de un grupo de expertos que brindan asesoría a la dirección del Instituto. A pesar de estar próxima a cumplir 63 años, considera que su labor como educadora no ha concluido: “Me queda mucho por hacer. Hasta que las fuerzas me den, debo continuar.”

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha Técnica:

Objetivo central: Ahondar en la labor desarrollada por la Doctora Mirta Rosa del Llano como fundadora y Profesora Consultante  del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Objetivos colaterales: Dar a conocer la trayectoria de la Doctora Mirta en el Instituto Pedagógico. Mostrar sus cualidades personales. Develar su participación en las tres revoluciones educacionales que ha vivido nuestro país. Homenajear a la Doctora por sus 45 años de entrega al magisterio.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: de Personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo.

Tipo de título: De alusión al tema o al entrevistado.
Tipo de entrada: Directa o de presentación.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1-Información, abierta y directa. 2-Información, abierta y directa. 3-Análisis, abierta y directa. 4-Análisis, abierta y directa. 5-Análisis, abierta y directa.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes consultadas:
Autobiografía de la Doctora Mirta del Llano (documental).
Curriculum de la entrevistada  (documental).

 

EL ARTE DE LA ENSEÑANZA

EL ARTE DE LA ENSEÑANZA

“Sembré un árbol, tuve un hijo y construí una casa; eso y mi trabajo es lo más importante”, parafraseando a nuestro Héroe Nacional, el profesor Felipe Hernández Martínez resume su vida. 

Texto y foto:
NEISY MARTÍNEZ MIRANDA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Basta subir el telón para que los estudiantes se conviertan en actores, olvidando, con la atención del público, los largos meses de ensayos y sacrificios. Los espectadores, muchos de ellos profesores, sienten infinito orgullo por sus alumnos. Entre la multitud permanece quieto, y donde nadie pueda verlo, el autor de este y tantos momentos mágicos en los que la música y el teatro llegan al Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Organizador de la mayoría de las actividades culturales y graduaciones de la institución, Felipe Hernández Martínez prefiere que el público disfrute de su obra más que cualquier reconocimiento. Hoy miembro del Departamento de Arte, este hombre ha impartido su enseñanza a cientos de estudiantes desde hace más de 20 años.

“Siempre llevé la actuación en la sangre, desde la escuela primaria participé en todos los eventos. Al magisterio, en cambio, quise entrar en el año 1979; para ello tuve que hacer una entrevista, no la aprobé, pero desde ese momento también lo tuve conmigo.

“Entonces comencé a actuar como aficionado en el Joven Teatro de Marianao, donde permanecí por cinco años bajo la dirección de Bebo Ruiz, a quien le agradezco la posibilidad de trabajar en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).”

-Y entonces, ¿cómo llegó al Instituto?

En los años 80 vino a verme un estudiante de Química, Félix, y me propuso comenzar a ensayar con un grupito del Varona. Acepté la oferta y empecé a laborar voluntariamente durante el curso 1985-1986. Nuestra primera obra fue Al compás de madera, con la que pronto participamos en el Festival Nacional de Santa Clara. A raíz de los acontecimientos, Susana Morejón, entonces Jefa del Departamento de Actividades Complementarias, me contrató como profesor, con la posibilidad de continuar como actor y seguir perteneciendo al ICRT.

Pero el Pedagógico me conquistó de tal forma que renuncié al teatro, al ICRT. Lo primero en atraparme fue la responsabilidad de tener estudiantes y hacer debates acerca de las obras que representábamos. Las primeras fueron El Pequeño Príncipe y Santa Juana de América, entre otras.

-Todo actor recuerda de forma

especial a una de sus obras,

¿a cuál le reserva Felipe

ese gran honor?

La que más ha estimulado nuestra labor es María Antonia, con la cual obtuve el Gran Premio en el Festival de Camagüey, el Premio Nacional en Guantánamo, el Gran Premio en el Festival de La Habana, el Premio a la Mejor Actuación Femenina y Masculina, el Premio de Identidad Cultural en la Capital. Resumiendo, en el año 1990, el Varona recibió cerca de 100 reconocimientos debido a las manifestaciones artísticas.

Por esa razón, Ramón Elnida, entonces Rector del Instituto, entregó la placa conmemorativa por el XX Aniversario del Varona a un grupo de estudiantes y profesores, entre los cuales tuve el honor de encontrarme.

Definido por sus compañeros como una persona emprendedora y llena de iniciativas, cuya obra proporciona vida a la Institución, Felipe simplemente se ha enamorado de su trabajo y, renunciando a todo reconocimiento, da cada día su mayor esfuerzo para ampliar el movimiento cultural en el centro.

“Estoy aquí hace 23 años, vi cómo sembraban los árboles y hoy disfruto de su sombra. Creé el Café Teatro, al que vienen directores y actores reconocidos a conversar con los estudiantes.

“Soy profesor autodidacta, no graduado, y me considero tan maestro como todos mis compañeros; si esto se lo dijera a los alumnos, es probable que no lo creyeran. Pienso que el bichito de la enseñanza nace con uno, pero un maestro debe estudiar mucho. Yo por ejemplo, no soy educador y lo compenso con cursos de locución en radio y televisión, hechos en la Escuela de Superación para Músicos Félix Varela, donde también me gradué como productor artístico de programas musicales, y por ello están bajo mi tutela todos los espectáculos realizados aquí.

“Estoy a cargo de grupo musical El Sexteto Varona, del cual soy creador, productor, presentador y por el que velo celosamente. Este, en mi consideración, constituye el sello del Pedagógico, pues lo representa no sólo a él, sino a todos los centros similares de nuestro país en tribunas abiertas, actividades realizadas en el Palacio de las Convenciones y, cada 15 días, nos presentamos en la despedida de los compañeros que cumplirán con las Misiones Robinson y Ribas.

“La agrupación retoma la música tradicional cubana. Fuimos invitados a eventos nacionales e internacionales en más de una ocasión. Este año ya estuvimos en el Pedagógico de Alquízar, y pronto llevaremos nuestra música al Congreso de Pedagogía que se realizará durante cinco días.”

A pesar de no haber participado directamente en las transformaciones de enseñanza, Felipe Hernández las ha vivido muy cerca, pues también han revolucionado este pequeño y mágico mundo que es su taller de arte.

“No he sido partícipe de éstas, pero sí testigo de su evolución. Cuando comencé en el año 1985, había estudiantes de todas las provincias y un fuerte movimiento artístico, y como ellos permanecían más tiempo en el centro, se entregaban a ensayar. Con la universalización de la enseñanza, cada quien va para su localidad, por lo tanto, debí estudiar y colaborar para llevar adelante el movimiento de aficionados dentro de la Universidad.

“Hoy sólo integran el grupo quienes viven en La Habana, y he podido aprovecharlos gracias al surgimiento de los profesores generales integrales, ellos colaboran de forma decisiva en la creación del Sexteto Varona, ya con dos años, y espero le queden muchos más.  

“Creo que de forma indirecta he colaborado con las transformaciones, porque en mi taller enseño apreciación del teatro y luego pasamos a la etapa de creación, en la cual montamos las obras. Esto les da a los futuros profesores un conocimiento general y a la vez ganan en proyección, dicción y entonación, cualidades muy importantes para un educador.”

Los muchos años dedicados al magisterio evidencian tanto el compromiso con sus estudiantes como el amor y respeto a la institución, a la cual ha dedicado su vida: “El pedagógico me dio la posibilidad de desarrollarme, de visitar todas las provincias y representar obras en muchas ocasiones, incluso, una ante el Comandante en Jefe, hace alrededor de diez años. Le estoy muy agradecido al Instituto, porque aquí pude enseñar de manera diferente, mediante el arte. Esta fue mi casa durante todo este tiempo, pues tiene un encanto, algo atrayente, y tengo la certeza de que no soy el único en reconocerlo.

“He contado con la dirección de tres rectores, pero quiero resaltar al Doctor Alfredo Álvarez, quien lo es en este momento, pues ha sido el mejor guía para los trabajadores y estudiantes del centro y ha colaborado de manera decisiva en el desarrollo del Sexteto Varona; gracias a él tenemos instrumentos y todo lo necesario para los ensayos.”

Felipe recuerda, travieso, sus experiencias fuera del magisterio y del país, lo hace a  través de una anécdota singular por el desenlace de la misma: “Tuve la posibilidad de viajar a Italia para dirigir una película acerca del son cubano. En el Varona autorizaron mi salida y, bueno, yo partí. Pero a la semana de estar en Europa y sin hacer nada, me sentí tan inútil y extrañaba tanto a mi Patria, que regresé. Al llegar ni tomé vacaciones, fui directamente a organizar el Festival de la FEU y muchos ni creyeron ese viaje.”

-Quienes le conocen afirman que su labor

engrandece la vida espiritual de las personas,

pero algunos lo califican como poco sociable

o esquivo, ¿cómo es realmente

Felipe Hernández Martínez?

Soy feliz si el público disfruta mi trabajo, prefiero esto a cualquier reconocimiento. Cuando gano algún diploma mando a un alumno a recogerlo. Todavía me siento como un estudiante más. Mantengo, a los 48 años, la energía para hacer cosas, y todos los días aprendo algo nuevo. En el taller enseño, pero a la vez aprendo, hago vivir y vivo. De mi vida sólo puedo decir que sembré un árbol, tuve un hijo y construí una casa; eso y mi trabajo es lo más importante.

Amo muchísimo lo que hago y a Cuba. Viajaría a otras naciones si me necesitaran y regresaría lo más pronto posible, amando doblemente a este país y mi trabajo. Soy muy feliz por haber nacido en Cuba, por vivir con la Revolución, estar en el Instituto y tener, a mi edad, la misma vitalidad con que comencé a trabajar.

-Si tuviera que definir el

magisterio, ¿cómo lo haría?

Es el cimiento, la madre de todo lo que existe, pues cada profesional ha tenido muchos profesores. Un educador es también un actor, porque realiza en el aula grandes monólogos, aunque esto debe evitarse. Para dar clases debemos satisfacer a nuestro pequeño público: el alumnado. Particularmente me siento estimulado a diario para continuar esta labor  y creo que, de alguna forma, estoy casado con ella.

Tantos años dedicados a la actuación hacen de Felipe un exponente del paso del teatro a un segundo plano, debido a las nuevas tecnologías y el progresivo desdeño del auditorio: “El teatro es elitista. Si la obra no es reconocida no tendrá grandes cantidades de público. En cambio, cinco minutos en televisión da tanta fama o más que muchos años en el teatro.

“Hace años encarné un  pequeño personaje en un serial televisivo, era una ladrón, y un día, mientras robaba, llegó la policía y lo capturó durante la huída. Poco después de haber salido al aire, me encontré con un señor en la calle y, jocosamente, se lamentó de lo que había ocurrido y me dijo sorprendido que había salido muy rápido de la prisión. Me emocioné y reí ante tal ocurrencia.

“Tengo varios largometrajes realizados en el Instituto, algunos han sido comercializados y otros quedaron para el recuerdo. Uno de ellos, la Casa sin Techo, aborda el tema del Medio Ambiente y su protección, y es presentado cada año a los estudiantes.”

-Usted afirma que se retirará

cuando no sea útil, ¿qué le

gustaría llevarse consigo

en ese momento?

La certeza de que mis compañeros y alumnos defenderán este pedacito de tierra a partir del cumplimiento de sus deberes, y la seguridad de que lucharán, fusil en mano si es necesario. Espero que me recuerden a mí y todas las lecciones dadas; y en el futuro, cuando no me encuentre presente, continúen enseñando lo aprendido a las nuevas generaciones de cubanos, para que puedan apreciar a esta magnífica sociedad fruto del trabajo de todos los educadores.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha Técnica:
 
Objetivo Central: Destacar a Felipe Hernández Martínez como miembro activo del Departamento de Arte del Castillito.

Objetivos Colaterales: Resaltar la opinión del entrevistado acerca de temas generales como el teatro, magisterio, etc. Contar algunas vivencias simpáticas de las cuales el entrevistado ha sido protagonista.

Tipo de entrevista:
Por Participantes: Individual.          
Por Contenido: De personalidad.
Por su Forma: Mixta.
Por el Canal por el que se obtuvo: Directa.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Descriptiva.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1-Directa. 2-Directa. 3-Polémica. 4-Directa. 5-Directa.
 
Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.

Fuentes de Consulta:
Documentales: Currículo del entrevistado.
Directa: Yolanda Zulueta, compañera de trabajo.