Blogia
Isla al Sur

¡MAESTRA DE TODOS!

¡MAESTRA DE TODOS!

María Dolores Ortiz, Doctora en Ciencias Filológicas, lleva casi medio siglo dedicada a la enseñanza. En ese largo camino en el magisterio, también se desempeñó como jefa del Departamento de Español de la Sección Básica del Varona: “El tiempo en el Pedagógico es la etapa de creación más importante de mi existencia”.

LORENA SÁNCHEZ GARCÍA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Personaje célebre de nuestra era, posterior a la Edad Media y a la Revolución Francesa. De los siglos XX y XXI cubanos. Una mujer consagrada a su profesión. Fundadora y Profesora de Mérito del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona. Por los tantos años de incesante labor es hoy, Heroína Nacional del Trabajo de la República de Cuba.

La novia de Holguín, así conocen en todo el país a la Doctora María Dolores Ortiz, quien cada lunes, por más de tres décadas, entra sin permiso a nuestros hogares, siempre dándonos un consejo: Escriba y lea. Con este programa habitual de la Televisión Cubana, no solo es maestra en el restringido espacio del aula, sino para todo el pueblo.

Actualmente es asesora del Ministerio de Educación Superior (MES),  donde se dedica, en especial, al aspecto docente y a la extensión universitaria. Ahora, la Doctora Ortiz me recibe en su oficina para conversar sobre el sector al cual ha dedicado casi medio siglo.

-¿Por qué la pedagogía?

En realidad, yo estudié Filosofía y Letras, pero siempre con la decisión de dedicarme a la docencia. Además, en aquellos tiempos la pedagogía era, prácticamente, el único perfil ocupacional existente para los graduados en  mi especialidad.

-Son casi cinco décadas. En todo

este tiempo, ¿cuál ha sido su mayor

satisfacción? ¿Qué anécdota

le resulta inolvidable?

El mismo hecho en sí de haber escogido esta profesión se convierte en una enorme satisfacción. Realmente no me puedo concebir apartada de las tareas de la educación. Soy profesora, siento un orgullo inmenso por eso.

Anécdotas tengo muchísimas, no resulta fácil escoger alguna. Tal vez la más gratificante ocurrió en el Varona. Recuerdo que una de mis alumnas dio a luz pocos días antes del examen final y yo cuidé a su bebito por todos los pasillos, para que ella realizara su prueba tranquilamente. Siempre tuve excelentes relaciones con los estudiantes. Logré una buena comunicación, un respeto total, que  se mantiene.

-Ya en la jubilación,

¿conserva vínculos con el aula?

Ahora no puedo dar clases por problemas en las cuerdas vocales. En ocasiones, imparto alguna conferencia, participo en los tribunales de doctorado con sede en la Universidad de La Habana o soy tutora de tesis. No quiero quedarme en casa sin realizar algo productivo, pues detesto el ocio. Prefiero ser útil hasta el último momento.

-No necesitó de una tesis

para abrazar el doctorado

en Ciencias Filológicas…

Hacía un estudio sobre problemas pedagógicos de la Educación Superior en la antigua República Democrática Alemana, cuando se decidió que a un grupo de personas, con méritos suficientes por su trabajo docente e investigativo, se les concediera el reconocimiento directo del doctorado. No tuvimos obligación de defender una tesis, pues se hizo el otorgamiento por nuestros expedientes.

No solo fue para destacar la labor de los profesores, sino también por el interés en comenzar a formar doctores en el país, por lo que necesitábamos personal suficiente y capacitado para crear los tribunales.

En el año 1961 comenzó la Campaña de Alfabetización, se conformaron las Brigadas Conrado Benítez y el pueblo cubano se vio inmerso en una Revolución Educacional. La profesora María Dolores Ortiz fue una de las tantas mujeres que sacrificaron su hogar y dieron el paso al frente para cumplir con la difícil misión. Emocionada, comenta sobre su experiencia.

“Ese es uno de mis grandes orgullos. Naturalmente, en aquellos primeros años de Revolución los padres estaban renuentes a separarse de sus hijos, sobre todo, de las muchachitas y, por esta razón, algunos profesores nos comprometimos a ir con nuestros estudiantes adonde se asignara. Así me enrolé en las Brigadas Conrado Benítez.

“Pasamos primero una semana en Varadero, allí existía un campamento para los alfabetizadores donde nos entrenaron en el uso de la cartilla y el manual. Aprendimos a armar el farol y a prepararnos psicológicamente para la tarea que emprenderíamos. Ya muchos maestros como yo conocíamos cómo era la vida en el interior del país, pero los muchachos de la capital nunca habían salido de ella. Para algunos fue un impacto enorme presenciar la realidad de nuestros campos, así supieron por qué era necesario una Revolución, una Reforma Agraria y una Campaña de Alfabetización.”

-Hacia el año 1972 surge el

Destacamento Pedagógico Manuel

Ascunce Domenech, ¿cuál fue

su aporte en el mismo?

Se formaron cinco contingentes en 1972. Tuve la dicha y la responsabilidad de organizarlos. Yo trabajaba a medio tiempo en el Varona y el otro lo pasaba como cuadro semiprofesional del Partido en la Universidad de La Habana. Después, cuando el Pedagógico se separó de la misma, colaboré directamente con el Destacamento impartiendo clase en el Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin, donde radicaba. Ahí estuve dos cursos hasta que el Ministerio de Educación me solicitó y el compañero Fernández, quien para entonces era el Ministro, autorizó el traslado para el MES, pues este se formó con profesores de distintas facultades.

-¿Cómo fue su tránsito por

el Pedagógico Varona?

Durante la época en que trabajé en el Instituto, se organizó un curso de formación para profesores de secundaria. El alumnado del mismo fue seleccionado por las direcciones municipales como los mejores de sexto grado. Esa era la promoción. Con la experiencia de una docencia exitosa, ellos pasaban un año en la Universidad y al siguiente daban clases en las escuelas recién creadas. Fue una idea muy buena.

La Decana del Varona, la Doctora Dulce María Escalona, me nombró Jefa del Departamento de Español de la Sección Básica. Tuve que organizar los programas, buscar los profesores, las bibliografías…, en fin, todo lo necesario al iniciar un proyecto.

El claustro reunido era excelente. Muchos provenían de la antigua Escuela Normal para Maestros, otros trabajaban directamente con la Decana, pero a causa de las elevadas matrículas, tuvimos que seleccionar a los mejores alumnos de ese curso y completar las plantillas. 

-En su Departamento de Español,

¿cómo se  efectuó la selección?

No sé los demás, pero en el que yo dirigía para llegar a ser maestro debían enfrentarse a un examen de oposición organizado por nosotros. Quien aspiraba a trabajar en la cátedra se presentaba a una entrevista y, luego, impartía una conferencia de acuerdo con el programa de estudio. Así se determinaba si poseía o no condiciones para ser profesor del Instituto.

-Para la Educación Cubana, ¿qué

significa el Pedagógico Varona?

En general, todos los pedagógicos son importantes y necesarios. Del momento en que estamos hablando, ellos hicieron frente, por primera vez en la historia educacional de la nación, a la formación profesional de los maestros de secundaria básica. Eso no se había hecho nunca. Es propiamente una obra de la Revolución.

-Como todos los maestros cubanos,

conoce la importancia del aprendizaje

para el desarrollo intelectual de las

personas, ¿qué cree de los programas

internacionalistas Yo sí puedo

y Yo sí puedo seguir?

Eso sí es extraordinariamente valioso, pues el mundo necesita quitarse las cadenas de la ignorancia. Esto solo se puede alcanzar por medio de la cooperación, y la máxima expresión de la misma la constituyen los métodos educacionales en otras regiones del planeta.

La importancia de la alfabetización radica en poder actuar de manera independiente y responsable, sin ser engañado, pues te guías por los conocimientos adquiridos y realizas un análisis profundo de las cosas. Pero, sobre todo, reside en la conciencia alcanzada de que no basta con aprender, sino continuar, porque está comprobado: quien no sistematiza los estudios, al poco tiempo regresa a su antigua condición, se le olvida todo lo aprendido.

-La educación cubana, con el triunfo

revolucionario en 1959, pasa a ser

gratuita para todos los ciudadanos.

Actualmente, ¿cuáles son las diferencias

existentes entre nuestro sistema

educacional y el de otras naciones?

No conozco el sistema educacional de ningún país, excepto el nuestro. Por esto me resulta complejo realizar una comparación, pero Cuba es el único con toda su población en edad escolar, es decir, entre los cinco y 16 años en un primer nivel, y en un segundo hasta un poco más de los 20. A cada uno los tenemos en instituciones. Ahí radica nuestro mayor logro. Oras regiones, no solo del Tercer Mundo sino también las desarrolladas, no poseen dichas características.

La Doctora, además de ser una reconocida educadora, incursiona en la radio y en la televisión. Es autora de libros como La Educación Superior en Cuba, En mitad de cien caminos y Testimonios de la Colección Obras y Apuntes de Camila Henríquez Ureña. Todos aportan enormes valores a la sociedad y al sector educacional. Hoy confiesa sus planes para el nuevo año, en materia de publicaciones venideras.

“Estoy inmersa en  una investigación sobre textos poco conocidos de la vida y obra de Dulce María Loynaz. Dicha indagación no la he concluido porque el local donde funciona la Academia Cubana de la Lengua está en restauración y no puedo consultar los archivos ni las actas antiguas. Esto será publicado o, al menos eso espero, durante el 2009.”

En su vida, la lectura ocupa un lugar cimero y entre su literatura preferida se encuentra la poesía y la narrativa. De los libros de cabecera cita los del Apóstol José Martí, los de Alejo Carpentier y los del colombiano Gabriel García Márquez. Con el propósito de concretar esa pasión, desde 1990, preside el Movimiento Amigos del Libro.

“En la lectura radica la base fundamental de la sabiduría. No se puede ser culto sin antes leer bastante. Lo he dicho en diversas ocasiones, la vida entera no alcanza para leer y aprender todo lo necesario. Es decisiva en aras de  alcanzar un alto nivel profesional en la especialidad ejercida y esto queda validado en la preparación del personal docente, el médico, el ingeniero, arquitecto…de todos. Se debe leer para  formar un lector común.

“Para ese lector asiduo que lo hace por entretenimiento, placer y disfrute de sus horas libres, la literatura constituye una de las tantas maneras de conocer el mundo y al ser humano. Como todos trabajamos en grupos, en especial, los educadores, necesitamos conocer al hombre en su sentido genérico, pues estamos en constante interacción con él. Nosotros somos quienes lo formamos, pero debemos saber sus características, lo cual solo se alcanza mediante la lectura.”

-El próximo 3 de julio (2009) el

Pedagógico Enrique José Varona

cumple 45 años de creado. Después

de tantos años alejada de los pasillos

y las aulas del Instituto, ¿qué

importancia le concede en su vida?

Considero que el tiempo en el Pedagógico es la etapa de creación más importante de mi existencia. Allí me convertí en maestra de futuros educadores. Realmente son inolvidables los años transcurridos en el Varona. Me fui no por gusto propio, sino por necesidad de la educación del país. No dudo en decirlo ni un solo segundo: hoy todavía estuviera impartiendo clases en él y lo haría con muchísimo placer.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Conocer  las experiencias de la Doctora María Dolores Ortiz durante el medio siglo de trabajo frente a las aulas, como fundadora y Profesora de Mérito del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Objetivos colaterales: Indagar el por qué de su elección por la pedagogía.   Conocer la importancia que tiene para ella el Pedagógico Varona, al ser una de sus fundadoras y Profesora de Mérito. Saber su opinión sobre la evolución del proceso educacional cubano.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Original.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1-De exploración; 2-Informativa; 3-Informativa; 4-De exploración; 5-Informativa; 6-Directa; 7-Informativa; 8-De opinión; 9-De opinión; 10-De opinión; 11-De exploración.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes consultadas: Doctora María Dolores Ortiz, entrevistada; Doctora Ivón Blanco, amiga y colega de la misma (fuentes directas).

0 comentarios