ANTIGUAS MONEDAS GRIEGAS EN LA HABANA VIEJA
El Museo Numismático muestra su colección para entender una de las primeras culturas europeas.
Texto y foto:
LINH NGUYEN HOAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La única colección de monedas griegas en Cuba -de las que se tenga conocimiento hasta ahora-, se expone en el Museo Numismático, ubicado en el Centro Histórico de la capital, con el propósito de que contribuyan al aprendizaje de una de las primeras culturas europeas.
La recopilación fue donada al Banco Nacional de Cuba en 1985, en el décimo aniversario del museo, por el doctor y coleccionista habanero Joaquín Gumá Herrera, quien adquirió en el mercado de arte norteamericano las primeras piezas de la Antigüedad. Ahora está exhibida en la Sala Circulante Monetario.
La serie contiene 18 monedas de seis períodos divididos por los materiales que fueron empleados por orden cronológico. Una de las monedas más antiguas es la Estatera de Egina (650-600 a.C), hecha de plata. Su diseño fue decidido por Phidón, rey de Argos, con la imagen de una tortuga consagrada a Afrodita, la primera que quedó impresa sobre el dinero, según el artículo “Colección de monedas griegas donadas al Banco Nacional de Cuba”, conservado en la biblioteca de la institución.
“Creo que este legado no solo es el tesoro de la galería, sino también es del mundo por su importancia, pues nos muestra la primera técnica de acuñar en Europa”, aseguró Rafael Martínez Rodríguez, numismático veterano, colaborador del museo.
A principios del siglo VII a.C, los reyes griegos de Lidia hicieron las piezas de menudo por primera vez. Tenían la forma de un frijol y eran elaboradas en oro blanco (aleación de oro y plata) que contenían los ríos del Asia Menor. Las cuatro monedas Estatera de Egina, Media estatera de creso, Dracma de Cnido y Estatera de Neápolis, son las que están consideradas que surgieron en primer lugar.
Estas monedas se ha dicho que forman la gramática del arte griego. Son los verdaderos monumentos de la maestría antigua. Eran utilizadas para las actividades de intercambio comercial de los nativos. Además, son especiales por sus estructuras originales, pues casi todos los restos de obras griegas que se han encontrado son pequeños fragmentos, afirmó Esperanza Corredera Figueroa, encargada de la Sala Monetaria.
Luego, la cara humana sustituyó la de los animales. Por ejemplo, uno de los dos ejemplares del segundo período, la cabeza de la diosa Atenea fue dibujada en estilo arcaico con casco ático, y en el tercero que tiene seis muestras, tocó al turno a la de Helios, personificación del Sol. La aparición de estas figuras hacía notar la poderosa influencia de los caracteres fantásticos en la antigüedad. En las seis monedas restantes (tres del cuarto período, dos del quinto y una del sexto), las cabezas de los anversos poseen una notable fidelidad y las figuras humanas aparecen con un estudio de la musculatura.
A partir del séptimo período que se extiende desde 27 a.C hasta el 268 d.C, las leyendas se escribían en latín, considerando que no existía el espíritu de independencia o libertad que tanto caracterizó a los griegos de ataño. Por eso, el coleccionista Gumá Herrera nunca pretendió obtener ningún ejemplar de esa etapa.
Este museo es el único de Cuba dedicado exclusivamente a la numismática, según el sitio Cubaweb. Fue fundado en 1975 por el Banco Nacional de Cuba y actualmente tiene una exhibición 1 522 piezas donadas por coleccionistas nacionales y extranjeros.
Pie de foto: Monedas de la colección en el Museo Numismático.
Ficha técnica:
Tipo de título: Llamativo.
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Valor noticia: Curiosidad.
Otros valores noticia: Interés colectivo. Actualidad.
Fuentes: Documental y no documental.
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