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Isla al Sur

LA MISA DE LOS MUDOS

LA MISA DE LOS MUDOS

Una ceremonia católica única en Cuba por poseer elementos del rito yoruba, arriba a quinientos años de haberse efectuado por primera vez.

Texto y fotos:
LIZ CARIDAD CONDE SÁNCHEZ,
estudiante de primer año de periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de la Habana.

Este año (2015) se cumple el 500 aniversario de la realización por primera vez en La Habana de la misa de los mudos, ceremonia católica en honor a San Cristóbal que tiene lugar cada 16 de noviembre en la Catedral y hasta hoy es la única que integra al catolicismo elementos de la religión yoruba afrocubana.  

De acuerdo con el supervisor del Templo de la Catedral, Alexander Fresneda, año tras año, en la medianoche de la jornada de la celebración, cientos de habitantes cercanos a la Basílica asisten a una  misa en conmemoración a la fundación de la Villa, donde cumplen una muy antigua costumbre: permanecer en silencio total hasta el final del oficio religioso, durante el cual los presentes veneran la imagen de San Cristóbal para procurar un año venturoso.

Afirma Fresneda que luego los participantes, como culminación de la tradición, se dirigen en el mismo estado de mudez hacia la ceiba del Templete, donde ejecutan tres vueltas, piden un deseo y dan por cumplida la promesa.

“La fusión de elementos del catolicismo, como el culto a la imagen del santo y la oración, junto con el componente de la religión yoruba africana, dígase la vuelta a la ceiba, hacen del culto tradicional habanero un caso singular, al ser la única misa católica en Cuba que añade prácticas del afrocubanismo”, sostuvo Felipe Díaz Suárez, historiador de La Catedral.

Fernando Dávalos, en su texto Mi Habana querida, refiere que por archivos testimoniales de la época de la colonia, que datan del siglo XVII, la misa tuvo origen hacia 1515 en un sitio cercano a la orilla del río Mayabeque, donde los españoles le rindieron homenaje por primera vez al santo Cristóbal con un voto de silencio.

Atestigua Díaz Suárez que en un primer momento el acto contó solo con los fundamentos de la religión católica, pues era protagonizado por los conquistadores, pero cuando comenzó la emigración de esclavos africanos y se sincretizaron las dos culturas, los del continente negro empezaron a formar parte de la práctica citadina y hacia finales del siglo XVII le introdujeron el rito de la ceiba.

Cuenta el historiador Emilio Roig de Leuchsenring en sus Apuntes históricos de la Habana, que la actividad tuvo lugar en el Palacio de los Capitanes Generales a partir de 1792 hasta 1820, cuando comenzó a practicarse en el templo catedralicio hasta la actualidad.

Díaz Suárez destaca la asimilación que han tenido los creyentes católicos con respecto a la ceremonia de la ceiba, en la cual algunos participan porque, independientemente de sus creencias, es una costumbre que forma parte del festejo desde siglos pasados, cuando la población comenzó a asistir masivamente al mismo y fue el lugar donde se realizó la primera misa de la ciudad en 1519.

En alusión al sincretismo religioso, principal protagonista de la festividad, los estudiosos de las distintas religiones afirman que San Cristóbal en las deidades africanas sincretiza a Aggayú Solá, padre del Oricha Changó, Rey de la ceiba, lo cual no hace nada casual la singularidad de la misa de los mudos.    

Pie de fotos: 1-La Catedral de La Habana, sitio donde tiene lugar la misa cada 16 de noviembre; 2-La ceiba donde termina el culto religioso, ubicada en el Templete de la Plaza de Armas.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Sumario de Cuándo.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.
Tipo de fuentes: Documentales: Mi Habana querida, de Fernando Dávalos; La Habana. Apuntes históricos, de Emilio Roig de Leuchsenring. Directas: Felipe Díaz Suárez (Historiador de la Catedral de La Habana); Alexander Fresneda (supervisor del Templo de la Catedral).
Primer valor-noticia: Singularidad.
Otros dos valores-noticia: Interés colectivo. Proximidad o cercanía.

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